viernes, 31 de agosto de 2012

31 de agosto, San Ramón Nonato

Religioso, cardenal, Patrón de las parturientas

Martirologio Romano: En Cardona, de Cataluña, san Ramón Nonato, que fue uno de los primeros socios de san Pedro Nolasco en la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced, y es tradición que, por el nombre de Cristo, sufrió mucho para la redención de los cautivos (c. 1240).

Fecha de canonización: Fue canonizado en 1657 por el Papa Alajandro VII
Nació en los mismos comienzos del siglo XIII.

Su nombre deja boquiabierto a quien lo oye o lo lee por primera vez. Nonnato -Nonato por más breve- sugiere a un santo sólo potencial; como si la palabra fuera un slogan publicitario que estuviera invitando a quien lo lee o escucha a que se decidiera a iniciar una programa que acabara con la santidad del guión preestablecido. De hecho, significa no-nacido. ¿Pretenderá decir el extraño nombre que, por no haber nacido todavía el santo que rellene el expediente completo de sus cualidades y virtudes, está como esperando la Iglesia a que haya uno que se decida de una vez a reproducirlas? Eso sería, lógicamente, confundir la santidad como algo que brota de la voluntad y decisión humana, cuando ella es en verdad el resultado de la acción del Espíritu Santo con quien se coopera libremente. Sería sencillamente pelagianismo.

El calificativo -que ha pasado ya a ser nombre- le viene a Ramón por el hecho de haber sido sacado del claustro materno, por medio de una intervención quirúrgica, cuando ya había muerto su madre. Por eso no nació como nacen normalmente los niños, lo extrajeron. Fue en Portell, en Lérida, cuando se iniciaba el siglo XIII.

La buena y alta situación de su padre le posibilitó crecer en buen ambiente y formación, aunque sin el cariño y los cuidados de una madre. Cuentan de su primera juventud la devoción especialísima a la santísima Virgen que le llevaba con frecuencia a visitar la ermita de san Nicolás donde pasaba ratos mientras sus rebaños pastaban. Luego su padre quiso irlo incorporando poco a poco a las tareas de administración de sus posesiones y esa fue la razón por la que se le encuentra en Barcelona en el intento de aprender letras y números. Allí tuvo ocasión de trabar amistad con Pedro Nolasco -que por aquel entonces era comerciante- y de compartir mutuamente los deseos de fidelidad a la fe cristiana vivida con radicalidad, llegando incluso a considerar la posibilidad de entrar en el estado clerical.

Como el padre disfruta de un gran sentido práctico, lo reincorpora al terruño de Portell y le encarga la explotación de varias de sus fincas. Pero, sigue diciendo la antigua crónica, que la misma Virgen María le comunica su deseo de que ingrese en la recién fundada Orden de la Merced y allí está de nuevo en Barcelona puesto a disposición completa en las manos de su antes amigo Pedro Nolasco.

Noviciado, profesión, ordenación sacerdotal y ministerio en el hospital de santa Eulalia se suceden con la normalidad propia de quien tiene prisa para cumplir el cuarto voto mercedario consistente en redimir a los cautivos y servir de rehén en su lugar si procede.

En el norte del continente negro predica, consuela, cura, fortalece, atiende y transmite paciencia a los cautivos de los piratas berberiscos; comprende bien su situación y se hace cargo de que están rodeados de todos los peligros para su fe. Incluso él mismo tuvo que soportar cárcel y la tortura de que sellaran sus labios por ocho meses con un candado para impedirle la predicación.

A su vuelta a España entre el clamor de las multitudes, lo nombra Cardenal de la Iglesia el papa Gregorio IX, reconociendo sus méritos y virtud de la caridad practicada de modo heroico; pero no le dio tiempo a llegar a Roma por morir, antes de cumplir los cuarenta años, cuando se disponía a hacerlo.

Por el empeño de hacerse cargo de su cuerpo tanto los frailes mercedarios como los nobles señores de Cardona, decidieron de común acuerdo darle sepultura allá donde lo decidiera una mula ciega que lo llevó a lomos hasta que quiso pararse ante la ermita de San Nicolás, de Portell.

Desaparecieron las reliquias, irrecuperables ya para la veneración, en el año 1936.

Lo que no ha sido relegado al olvido por sus paisanos es la figura del santo y su acción caritativa. Esa devoción secular que se refleja incluso en las fiestas y en el folklore. No digamos nada sobre la devoción que le profean todas las parturientas que lo tienen como especial patrón para su trance.

Se divulgó por el mundo la pintura que lo muestra con la Custodia en la mano derecha expresando así la fuente de su caridad con los hombres.
 



( Fuente: Archidiócesis de Madrid)

Juan Pablo II y el Santo Rosario


Juan Pablo II y el Santo Rosario (XII)



CAPÍTULO II: MISTERIOS DE CRISTO, MISTERIOS DE LA MADRE
De los 'misterios' al 'Misterio': el camino de María
24. Los ciclos de meditaciones propuestos en el Santo Rosario no son ciertamente exhaustivos, pero llaman la atención sobre lo esencial, preparando el ánimo para gustar un conocimiento de Cristo, que se alimenta continuamente del manantial puro del texto evangélico. Cada rasgo de la vida de Cristo, tal como lo narran los Evangelistas, refleja aquel Misterio que supera todo conocimiento (cf. Ef 3, 19). Es el Misterio del Verbo hecho carne, en el cual «reside toda la Plenitud de la Divinidad corporalmente» (Col 2, 9). Por eso el Catecismo de la Iglesia Católica insiste tanto en los misterios de Cristo, recordando que «todo en la vida de Jesús es signo de su Misterio». El «duc in altum» de la Iglesia en el tercer Milenio se basa en la capacidad de los cristianos de alcanzar «en toda su riqueza la plena inteligencia y perfecto conocimiento del Misterio de Dios, en el cual están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia» (Col 2, 2-3). La Carta a los Efesios desea ardientemente a todos los bautizados: «Que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor [...], podáis conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total plenitud de Dios» (3, 17-19).
El Rosario promueve este ideal, ofreciendo el 'secreto' para abrirse más fácilmente a un conocimiento profundo y comprometido de Cristo. Podríamos llamarlo el camino de María. Es el camino del ejemplo de la Virgen de Nazaret, mujer de fe, de silencio y de escucha. Es al mismo tiempo el camino de una devoción mariana consciente de la inseparable relación que une Cristo con su Santa Madre: los misterios de Cristo son también, en cierto sentido, los misterios de su Madre, incluso cuando Ella no está implicada directamente, por el hecho mismo de que Ella vive de Él y por Él. Haciendo nuestras en el Ave María las palabras del ángel Gabriel y de santa Isabel, nos sentimos impulsados a buscar siempre de nuevo en María, entre sus brazos y en su corazón, el «fruto bendito de su vientre» (cf. Lc 1, 42).
Misterio de Cristo, 'misterio' del hombre
25. En el testimonio ya citado de 1978 sobre el Rosario como mi oración predilecta, expresé un concepto sobre el que deseo volver. Dije entonces que « el simple rezo del Rosario marca el ritmo de la vida humana ».
A la luz de las reflexiones hechas hasta ahora sobre los misterios de Cristo, no es difícil profundizar en esta consideración antropológica del Rosario. Una consideración más radical de lo que puede parecer a primera vista. Quien contempla a Cristo recorriendo las etapas de su vida, descubre también en Él la verdad sobre el hombre. Ésta es la gran afirmación del Concilio Vaticano II, que tantas veces he hecho objeto de mi magisterio, a partir de la Carta Encíclica Redemptor hominis: «Realmente, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo Encarnado». El Rosario ayuda a abrirse a esta luz. Siguiendo el camino de Cristo, el cual «recapitula» el camino del hombre, desvelado y redimido, el creyente se sitúa ante la imagen del verdadero hombre. Contemplando su nacimiento aprende el carácter sagrado de la vida, mirando la casa de Nazaret se percata de la verdad originaria de la familia según el designio de Dios, escuchando al Maestro en los misterios de su vida pública encuentra la luz para entrar en el Reino de Dios y, siguiendo sus pasos hacia el Calvario, comprende el sentido del dolor salvador. Por fin, contemplando a Cristo y a su Madre en la gloria, ve la meta a la que cada uno de nosotros está llamado, si se deja sanar y transfigurar por el Espíritu Santo. De este modo, se puede decir que cada misterio del Rosario, bien meditado, ilumina el misterio del hombre.
Al mismo tiempo, resulta natural presentar en este encuentro con la santa humanidad del Redentor tantos problemas, afanes, fatigas y proyectos que marcan nuestra vida. «Descarga en el señor tu peso, y él te sustentará» (Sal 55, 23). Meditar con el Rosario significa poner nuestros afanes en los corazones misericordiosos de Cristo y de su Madre. Después de largos años, recordando los sinsabores, que no han faltado tampoco en el ejercicio del ministerio petrino, deseo repetir, casi como una cordial invitación dirigida a todos para que hagan de ello una experiencia personal: sí, verdaderamente el Rosario « marca el ritmo de la vida humana », para armonizarla con el ritmo de la vida divina, en gozosa comunión con la Santísima Trinidad, destino y anhelo de nuestra existencia.
(Juan Pablo II, Extractos de la Carta Apostólica Rosarium Virgnis Mariae, Cap. II, Nº 24 y 25)

  
(Fuente: Cruzada Mariana)

miércoles, 29 de agosto de 2012

29 de agosto: Martirio de San Juan Bautista

Juan Bautista un gran hombre
Juan bautiza a quienes le hacen caso y quieren cambiar. Hoy te invita a que cambies tu.
Autor: Archidiócesis de Madrid | Fuente: Archidiócesis de Madrid
La madre, Isabel, había escuchado no hace mucho la encantadora oración que salió espontáneamente de la boca de su prima María y que traía resonancias, como un eco lejano, del antiguo Israel. Zacarías, el padre de la criatura, permanece mudo, aunque por señas quiere hacerse entender.

Las concisas palabras del Evangelio, porque es así de escueta la narración del nacimiento después del milagroso hecho de su concepción en la mayor de las desesperanzas de sus padres, encubren la realidad que está más llena de colorido en la pequeña aldea de Zacarías e Isabel; con lógica humana y social comunes se tienen los acontecimientos de una familia como propios de todas; en la pequeña población las penas y las alegrías son de todos, los miedos y los triunfos se comparten por igual, tanto como los temores. Este nacimiento era esperado con angustiosa curiosidad. ¡Tantos años de espera! Y ahora en la ancianidad... El acontecimiento inusitado cambia la rutina gris de la gente. Por eso aquel día la noticia voló de boca en boca entre los paisanos, pasa de los corros a los tajos y hasta al campo se atrevieron a mandar recados ¡Ya ha nacido el niño y nació bien! ¡Madre e hijo se encuentran estupendamente, el acontecimiento ha sido todo un éxito!

Y a la casa llegan las felicitaciones y los parabienes. Primero, los vecinos que no se apartaron ni un minuto del portal; luego llegan otros y otros más. Por un rato, el tin-tin del herrero ha dejado de sonar. En la fuente, Betsabé rompió un cántaro, cuando resbaló emocionada por lo que contaban las comadres. Parece que hasta los perros ladran con más fuerza y los asnos rebuznan con más gracia. Todo es alegría en la pequeña aldea.

Llegó el día octavo para la circuncisión y se le debe poner el nombre por el que se le nombrará para toda la vida. Un imparcial observador descubre desde fuera que ha habido discusiones entre los parientes que han llegado desde otros pueblos para la ceremonia; tuvieron un forcejeo por la cuestión del nombre -el clan manda mucho- y parece que prevalece la elección del nombre de Zacarías que es el que lleva el padre. Pero el anciano Zacarías está inquieto y se diría que parece protestar. Cuando llega el momento decisivo, lo escribe con el punzón en una tablilla y decide que se llame Juan. No se sabe muy bien lo que ha pasado, pero lo cierto es que todo cambió. Ahora Zacarías habla, ha recuperado la facultad de expresarse del modo más natural y anda por ahí bendiciendo al Dios de Israel, a boca llena, porque se ha dignado visitar y redimir a su pueblo.

Ya no se habla más del niño hasta que llega la próxima manifestación del Reino en la que interviene. Unos dicen que tuvo que ser escondido en el desierto para librarlo de una matanza que Herodes provocó entre los bebés para salvar su reino; otros dijeron que en Qunram se hizo asceta con los esenios. El oscuro espacio intermedio no dice nada seguro hasta que «en el desierto vino la palabra de Dios sobre Juan». Se sabe que, a partir de ahora, comienza a predicar en el Jordán, ejemplarizando y gritando: ¡conversión! Bautiza a quienes le hacen caso y quieren cambiar. Todos dicen que su energía y fuerza es más que la de un profeta; hasta el mismísimo Herodes a quien no le importa demasiado Dios se ha dejado impresionar.

Y eso que él no es la Luz, sino sólo su testigo.

"Quien me reconocerá delante a los hombres, también yo lo reconoceré delante a mi Padre que está en los cielos".

La obra de la redención, el triunfo del Reino Amor sobre el de las tinieblas se realiza en medio de la pobreza y de la persecución. Así llevó a cabo su misión el mismo Cristo, así cumplió su misión también Juan el Bautista. A los ojos del mundo parece un derrotado: prisionero, aborrecido por los poderosos según el mundo, decapitado, sepultado.

Y sin embargo, es precisamente ahora, cuando la semilla que cae en tierra y muere, comienza a dar sus frutos. Esta derrota aparente es tan solo la antesala, el preludio de una victoria definitiva: la de la Resurrección. Entonces le veremos y ésa será nuestra gloria y nuestra corona.

Nuestra vida de cristianos, si es una auténtico seguimiento de Cristo, es una peregrinación "en medio de las persecuciones del mundo y de los consuelos de Dios". Sí, llegan los ataques, las calumnias, las persecuciones... pero ellos son sólo una señal de que vivimos el amor, animados por el Espíritu Santo.

Pero, si somos de Dios, si Dios nos ama y somos su pueblo... ¿Qué otra cosa importa? Él nos ama y nos quiere ver semejantes a su Hijo, como una hostia blanca dorándose bajo el sol. Sólo nos toca abandonarnos confiadamente entre sus manos, para que así pueda transformarnos en Cristo.

Fiestas Marianas del 29 de agosto


· NUESTRA SEÑORA DE LAS LÁGRIMAS DE SIRACUSA: El 29 de agosto de 1953 empezó el célebre milagro de la lacrimación de la Virgen en Sicilia. Los algodones empapados en las lágrimas de la Virgen han hecho muchos milagros en Siracusa y fuera de Italia. En los primeros cuatro meses acudieron a Siracusa un millón de peregrinos.

· NUESTRA SEÑORA DEL MAR, PATRONA DE ALMERÍA: Patrona de Almería. La imagen fue encontrada en la orilla del mar en el año 1502. Tiene en la parte posterior una argolla de hierro, señal de haber pertenecido a alguna manera que naufragaría. La imagen se venera en la iglesia de Santo Domingo de los padres dominicos.
 
 (Fuente: Cruzada Mariana)

martes, 28 de agosto de 2012

28 de agosto: SAN AGUSTÍN

"¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afurera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre esas cosas hermosas que Tú creaste. Tú estabas conmigo, más yo no estaba contigo. Me retenían lejos de Ti aquellas cosas que, si no estuviesen en Ti no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera. Brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera. Exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo. Gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti. Me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti!"

San Agustín (Confesiones X,27,38)







jueves, 23 de agosto de 2012

EL GRAN DÍA: Consagración Total a Jesucristo por María.


¡Felicitaciones y gracias a Dios!

Has llegado al término del proceso de preparación

Para la Consagración Total a Jesucristo por María.


El día en el cual se hace este Acto de Consagración Total por ser la primera vez, es un día lleno de gracia, un paso profundo y singular en la vida espiritual.

Pero, este paso no es un paso final, sino un primer paso –un paso que nos lleva más al núcleo de la vida y la misión de Jesucristo, un paso que nos hace hijos y servidores de María Santísima. Por medio de este paso nunca vamos a andar solitos porque María va siempre con nosotros, y más aún, andamos juntos con los demás hijos y servidores de Ella en las mismas huellas de Jesucristo e inspirados por su Santo Espíritu para la mayor gloria de Dios Padre.

Por este paso pertenecemos totalmente a Cristo y cuanto tenemos suyo es, por María su Santísima Madre. Que andes siempre y con fidelidad sobre este camino perfecto y seguro.

El acto de consagración total


(sería bueno copiarlo, escribiéndolo a mano, para recitarlo el día de tu consagración y firmarlo)

Te saludo, pues,
¡Oh María inmaculada!,
tabernáculo viviente de la divinidad,
en donde Jesucristo, la Sabiduría eterna, escondida,
quiere ser adorado por ángeles y hombres.
Te saludo, ¡Oh Reina del Cielo y de la Tierra!
a tu imperio está  sometido
cuanto hay debajo de Dios.
Te saludo, ¡Oh Refugio seguro de los pecadores!;
todos experimentan tu gran misericordia.
Atiende mis deseos de alcanzar a Jesucristo,
y recibe para ello los votos y ofrendas
que en mi bajeza te vengo a presentar.
Yo .... (decir cada uno su nombre)., pecador infiel,
renuevo y ratifico hoy en tus manos
los votos de mi bautismo;
renuncio para siempre a Satanás,
a sus pompas y a sus obras,
y me consagro totalmente
a Jesucristo, la Sabiduría encarnada,
para llevar mi cruz en su seguimiento
todos los días de mi vida
y a fin de serle más fiel de lo que he sido hasta ahora.

Te escojo hoy,
en presencia de toda la corte celestial,
por mi Madre y Señora;
Te entrego y consagro, en calidad de esclavo,
mi cuerpo y mi alma, mis bienes interiores y exteriores,
y hasta el valor de mis buenas acciones pasadas, presentes
y futuras.
Dispón de mí  y de cuanto me pertenece,
sin excepción, según tu voluntad,
para la mayor gloria de Dios
en el tiempo y la eternidad.

¡Oh Virgen Fiel!
haz que yo sea en todo
tan perfecto discípulo, imitador y esclavo
de Jesucristo, tu Hijo,
que logre llegar, por tu intercesión y a ejemplo tuyo,
a la plenitud de su edad sobre la tierra y de su gloria en el cielo.

Amén.

¿Cómo se puede vivir la consagración total?

En pocas palabras la manera de vivir de los consagrados consiste en:

Hacer todas nuestras acciones por María con María, en María y para María para hacerlas realmente por Jesucristo, con Jesucristo, en Jesucristo y para Jesucristo.
Por María – Es preciso obedecer en todo a María, moverse en todo a impulso del espíritu de María para conformarse en todo a Cristo. Se hace esto en tres pasos:
Antes de obrar renuncia a tu propio espíritu, a tus propias luces y voluntad.
Entrégate a María para ser movilizado y conducido como Ella quiera.
Durante la acción y después de ella, renueva el mismo acto de ofrecimiento y unión.


Con María  – Es decir, mirando a María como el modelo acabado de toda virtud y perfección. Es, pues, necesario que en cada acción mires cómo lo hizo o haría la Santísima Virgen si estuviera en tu lugar. Para hacer esto te debes enfocar particularmente en tres virtudes de María:

Su fe viva
Su humildad profunda
Su pureza totalmente divina


En María  – María tiene que ser el ambiente de nuestra vivencia cristiana, el jardín del paraíso en el cual los consagrados puedan vivir en comunión con el Señor y llegar a la madurez cristiana. Cuando descanses en María:
Te debes alimentar con la leche de la gracia y misericordia maternal de Ella.
Te has de liberar de toda turbación, temor y escrúpulo.
Te debes poner a salvo de todos tus enemigos –el demonio, el mundo y el pecado- que no pueden entrar en María.
Te vas formando en Jesucristo y Jesucristo es formado en tí.


Para María  – Como eres consagrado a su servicio, es justo que realices todo para honrar a María, y por medio de este obrar para la mayor gloria de Jesucristo, porque lo que ofreces a María, Ella lo purifica y lo multiplica y lo presenta al Señor en una manera perfecta por su mayor gloria:

Debes defender sus privilegios cuando se disputan y su gloria cuando la atacan.
Debes atraer, de ser posible, a todo el mundo a su servicio a esta verdadera devoción.
No esperes en recompensa de tu humilde servicio sino el honor que le pertenece a Ella y a su Hijo, Jesucristo

El compromiso de los consagrados

Se confiesan mensualmente pidiendo antes la intercesión de María para obtener la contrición de sus pecados.
Asisten a la Santa Misa cada domingo y en todos los días de obligación y cada vez que se recibe a Cristo en la Santa Comunión, se hace en unión con María.
Se compromete a evitar el pecado mortal y sus ocasiones –especialmente las malas compañías.
Renuevan el Acto de Consagración cada día en una manera sencilla y privada usando este formulario:
Yo soy todo tuyo, oh Cristo,
Y todo cuanto tengo tuyo es
Por María, tu santísima Madre.
Se renueva el Acto de Consagración cada año en el aniversario de su primera celebración comunitaria de la Consagración Total. Esta renovación puede ser privada, pero se tiene que preparar durante cuatro días, en los cuales se repasan los cuatro pasos del proceso de preparación. Es decir:
Un día de vaciarse del espíritu del mundo,
Un día de conocimiento de sí mismo,
Un día de conocimiento de María y
Un día de conocimiento de Jesucristo.
Se lee regularmente con atención y devoción y en unión con María la Santa Biblia.
Se reza regularmente el Avemaría. Lo ideal es rezar, si es posible en familia o con alguien más, cada día, las 5 décadas del Santo Rosario.
Se comparte este camino espiritual con los demás para que sea conocido por todos.
Recen el Rosario, mediten los misterios.
Escuchen la palabra de Dios en ellos dicha.

Ámense.

Ámense unos a otros.

Perdónense.

Hagan la paz.

No pidan la paz sin hacerla,

Porque si no la hacen no sirve de nada el que la pidan.

Cumplan con sus deberes.

Pongan en práctica la palabra del Señor

Busquen ser agradables a Dios.
Sirvan al prójimo.

miércoles, 22 de agosto de 2012

22 de agosto: SANTA MARÍA REINA


            María es Reina por ser Madre de Jesús, Rey del Universo

Reina de todo lo creado

El 22 de agosto celebramos a la Santísima Virgen María como Reina. María es Reina por ser Madre de Jesús, Rey del Universo.

Un poco de historia

La fiesta de hoy fue instituida por el Papa Pío XII, en 1955 para venerar a María como Reina igual que se hace con su Hijo, Cristo Rey, al final del año litúrgico. A Ella le corresponde no sólo por naturaleza sino por mérito el título de Reina Madre.

María ha sido elevada sobre la gloria de todos los santos y coronada de estrellas por su divino Hijo. Está sentada junto a Él y es Reina y Señora del universo.

María fue elegida para ser Madre de Dios y ella, sin dudar un momento, aceptó con alegría. Por esta razón, alcanza tales alturas de gloria. Nadie se le puede comparar ni en virtud ni en méritos. A Ella le pertenece la corona del Cielo y de la Tierra.

María está sentada en el Cielo, coronada por toda la eternidad, en un trono junto a su Hijo. Tiene, entre todos los santos, el mayor poder de intercesión ante su Hijo por ser la que más cerca está de Él.

La Iglesia la proclama Señora y Reina de los ángeles y de los santos, de los patriarcas y de los profetas, de los apóstoles y de los mártires, de los confesores y de las vírgenes. Es Reina del Cielo y de la Tierra, gloriosa y digna Reina del Universo, a quien podemos invocar día y noche, no sólo con el dulce nombre de Madre, sino también con el de Reina, como la saludan en el cielo con alegría y amor los ángeles y todos los santos.

La realeza de María no es un dogma de fe, pero es una verdad del cristianismo. Esta fiesta se celebra, no para introducir novedad alguna, sino para que brille a los ojos del mundo una verdad capaz de traer remedio a sus males.





             Autora: Tere Fernandez del Castillo | Fuente: Catholic.net

Preparación 33 días Totus Tuus día 33




Hay que participar en la vida de Cristo


ORACIÓN:  INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

V  Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
R  Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V  Señor, envía tu Espíritu, y todo será creado
R  Y renovarás la faz de la tierra.

Oh Dios, que iluminaste los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
La Biblia: Tengan entre ustedes los mismos sentimientos que Cristo: El cual, siendo 
de condición divina, no retuvo ávidamente al ser igual a Dios. Sino que se despojó 
de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y pa-
reciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la 
muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre que está 
sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, 
en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para 
gloria de Dios Padre. (Filipenses 2, 5-11)

San Luis María: La tarea principal del cristiano es caminar hacia la perfección. "Como 
hijos amadísimos de Dios, esfuércense por imitarlo", nos dice el gran Apóstol. Es una
 obligación contenida en el decreto eterno de nuestra predestinación. Y constituye el 
único medio, ordenado para llegar a la gloria eterna. San Gregorio de Nisa dice con 
gracia que somos como pintores: nuestra alma es el lienzo sobre el cual debemos 
aplicar el pincel: las virtudes son los colores que deben hacer resaltar la belleza del 
original, que es Jesucristo, imagen viva y representación perfecta del Padre del Cielo. 
Un pintor para hacer un retrato al natural, pone el original ante sus ojos y a cada pin-
celada vuelve a mirarlo. Del mismo modo, el cristiano debe tener siempre ante los ojos
 la vida y virtudes de Jesucristo para hacer, decir y pensar solamente lo que sea con-
forme a ellas. (Secreto del Rosario #65)

Pregunta: ¿Cómo te sientes? ¿Estás listo a consagrarte a Cristo por las manos de María?

Resolución: Mañana haz el Acto de Consagración Total y haz un sacrificio u ofrece un 
rosario en honor de la Santísima Virgen. Debes estar firme en tu compromiso de crecer
en este camino espiritual dedicando un tiempo con el Señor y la Virgen cada día. 
Reza hoy además la siguiente oración a San José, patrón de esta devoción, pues él es 
quien nos puede enseñar mejor amar a Jesús, a través de María, como él lo hizo:
Glorioso San José, esposo de la Virgen Inmaculada, obtén para mí y para todos los 
miembros de mi familia y seres queridos, un corazón confiado, sin mancha, generoso y paciente, y una resignación perfecta a la Voluntad Divina. Sé  nuestro guía, padre y 
modelo durante toda la vida, para que podamos merecer una muerte como la tuya, en los brazos de Jesús y de María. Ayúdanos San José en nuestra lucha terrena, para cumplir 
nuestras responsabilidades y siempre llevar una vida pura e inmacualada.

ORACIÓN:  OH JESÚS, QUE VIVES EN MARÍA

Oh Jesús, que vives en María
ven a vivir en nosotros, tus siervos,
con tu Espíritu de santidad,
con la plenitud de tus dones,
con la perfección de tus caminos,
con la realidad de tus virtudes,
con la comunión de tus misterios.
Domina en nosotros sobre todo poder enemigo,
por tu Espíritu Santo, para gloria del Padre.
Amén.

ORACIÓN DE LA NOCHE:  ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN

Dios te salve, María
Hija amabilísima del Eterno Padre,
Madre admirable del Hijo,
Esposa fidelísima del Espíritu Santo,
Templo augusto de la Santísima Trinidad. 
Dios te salve, Princesa soberana,
A quien todo está  sometida en el Cielo y en la tierra.
Dios te salve, Refugio seguro de los pecadores, 
Nuestra Señora de la Misericordia, que a nadie has rechazado jamás.
Por más pecador que yo sea, me postro en tu presencia,
suplicándote me alcances de Jesús, tu Hijo querido,
la contrición y el perdón de todos mis pecados,
junto con la divina Sabiduría. 
Me consagro a ti del todo y con todo lo que tengo.
Te elijo desde hoy por mi Madre y Señora.
Trátame, pues, como el último de tus hijos
y el más sumiso de tus servidores.
Escucha, Princesa mía, escucha los suspiros
de un corazón que desea amarte y servirte con fidelidad.

Que no se diga que, de todos los que a ti han recurrido,
soy el primero que ha sido abandonado. 
¡Oh esperanza mía, oh vida mía,
oh mi fiel e inmaculada Virgen María!
Escúchame, defiéndeme, aliméntame,
instrúyeme y sálvame.
Amén.

martes, 21 de agosto de 2012

Preparación 33 días Totus Tuus dia 32




 El Santísimo Sacramento


ORACIÓN:  INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

V  Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
R  Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V  Señor, envía tu Espíritu, y todo será creado
R  Y renovarás la faz de la tierra.

Oh Dios, que iluminaste los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

La Biblia: Porque yo recibí del Señor lo que les he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: "Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío". Asimismo también la copa después de cenar diciendo: "Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdo mío". Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga. (Cor 11, 23-26)

San Luis María: Queriendo la Sabiduría, por una parte manifestar su amor a los hombres hasta morir en lugar suyo para salvarlos, y no pudiendo, por otra, decidirse a abandonarlos, encuentra un secreto admirable para morir y al mismo tiempo seguir viviendo y permanecer con ellos hasta el fin de los tiempos: es la amorosa institución de la Eucaristía. Y para satisfacer cumplidamente su amor en este misterio, no tiene inconveniente en cambiar y trastornar las leyes naturales. No se oculta en el brillo de un diamante ni de otra piedra preciosa, porque no quiere quedarse sólo exteriormente con los hombres. La Sabiduría se oculta, más bien, bajo las apariencias de un trozo de pan –alimento propio del hombre-, a fin de que, al ser comido por éste pueda llegar hasta el corazón humano y encontrar allí sus delicias. "Es el invento de un amor intenso". "¡Oh sabiduría eterna! - dice un santo - ¡Oh Dios realmente pródigo de sí mismo por el deseo que tiene del hombre!" (Amor de la Sabiduría Eterna #71)

Pregunta: ¿Con qué disposición recibes a tu Señor en este sacramento? ¿Con qué frecuencia? ¿Cuánto tiempo pasas en oración frente al Santísimo?
Resolución: Decide cómo puedes comulgar con más atención y devoción y hazlo. Si no puedes comulgar decide que vas a hacer por cambiar esta situación en tu vida. Y hazlo.

ORACIÓN:  OH JESÚS, QUE VIVES EN MARÍA

Oh Jesús, que vives en María
ven a vivir en nosotros, tus siervos,
con tu Espíritu de santidad,
con la plenitud de tus dones,
con la perfección de tus caminos,
con la realidad de tus virtudes,
con la comunión de tus misterios.
Domina en nosotros sobre todo poder enemigo,
por tu Espíritu Santo, para gloria del Padre.
Amén.

ORACIÓN DE LA NOCHE:  ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN

Dios te salve, María
Hija amabilísima del Eterno Padre,
Madre admirable del Hijo,
Esposa fidelísima del Espíritu Santo,
Templo augusto de la Santísima Trinidad. 
Dios te salve, Princesa soberana,
A quien todo está  sometida en el Cielo y en la tierra.
Dios te salve, Refugio seguro de los pecadores, 
Nuestra Señora de la Misericordia, que a nadie has rechazado jamás.
Por más pecador que yo sea, me postro en tu presencia,
suplicándote me alcances de Jesús, tu Hijo querido,
la contrición y el perdón de todos mis pecados,
junto con la divina Sabiduría. 
Me consagro a ti del todo y con todo lo que tengo.
Te elijo desde hoy por mi Madre y Señora.
Trátame, pues, como el último de tus hijos
y el más sumiso de tus servidores.
Escucha, Princesa mía, escucha los suspiros
de un corazón que desea amarte y servirte con fidelidad.

Que no se diga que, de todos los que a ti han recurrido,
soy el primero que ha sido abandonado. 
¡Oh esperanza mía, oh vida mía,
oh mi fiel e inmaculada Virgen María!
Escúchame, defiéndeme, aliméntame,
instrúyeme y sálvame.
Amén.

lunes, 20 de agosto de 2012

20 de agosto:San Bernardo

                                                 20 de agosto:San Bernardo
                                                        Doctor de la Iglesia
                                                               Año 1153

San Bernardo: gran predicador, enamorado de Cristo y de la Madre Santísima: pídele al buen Dios
que nos conceda a nosotros un amor a Dios
y al prójimo, semejante al que te concedió a ti.
Quiera Dios que así sea.

NO ERES MÁS SANTO
PORQUE NO ERES MÁS DEVOTO DE MARÍA.
(San Bernardo)

Bernardo significa: "Batallador y valiente". (Bern=batallador; Nard=valiente)

En orden cronológico, o sea en cuanto al tiempo, San Bernardo es el último de los llamados Padres de la Iglesia. Pero en importancia es uno de los que más han influido en el pensamiento católico en todo el mundo.

Nace en Borgoña, Francia (cerca de Suiza) en el año 1090. Sus padres tuvieron siete hijos y a todos los formaron estrictamente haciéndoles aprender el latín, la literatura y, muy bien aprendida, la religión.

La familia que se fue con Cristo

Esta familia ha sido un caso único en la historia. Cuando Bernardo se fue de religioso, se llevó consigo a sus 4 hermanos varones, y un tío, dejando a su hermana a que cuidará al papá (la mamá ya había muerto) y el hermanito menor para que administrara las posesiones que tenían. Dicen que cuando llamaron al menor para anuanciarle que ellos se iban de religiosos, el muchacho les respondió: "¡Ajá! ¿Conque ustedes se van a ganarse el cielo, y a mí me dejan aquí unicamente en la tierra? Esto no lo puedo aceptar". Y un tiempo después, también él se fue de religioso. Y más tarde llegaron además al convento el papá y el esposo de la hermana (y ella también se fué de monja). Casos como este son más únicos que raros.

La personalidad de Bernardo

Pocos individuos han tenido una personalidad tan impactante y atrayente, como San Bernardo. El poseía todas las ventajas y cualidades que pueden hacer amable y simpático a un joven. Inteligencia viva y brillante. Temperamento bondadoso y alegre, se ganaba la simpatía de cuantos trataban con él. Esto y su físico lleno de vigor y lozanía era ocasión de graves peligros para su castidad y santidad. Por eso durante algún tiempo se enfrió en su fervor y empezó a inclinarse hacia lo mundano y lo sensual. Pero todo esto lo llenaba de desilusiones. Las amistades mundanas por más atractivas y brillantes que fueran lo dejaban vacío y lleno de hastío. Después de cada fiesta se sentía más y más desilusionado del mundo y de sus placeres.

A mal grave, remedio terrible

Como sus pasiones sexuales lo atacaban violentamente, una noche se revolcó entre el hielo hasta quedar casi congelado. Y el tremendo remedio le trajo mucha paz.

Una visión cambia su rumbo: una noche de Navidad, mientras celebraban las ceremonias religiosas en el templo se quedó dormido y le pareció ver al Niño Jesús en Belén en brazos de María, y que la Santa Madre le ofrecía al Niñito Santo para que lo amara y lo hiciera amar mucho por los demás. Desde este día ya no pensó sino en consagrarse a la religión y al apostolado.

Un hombre que arrastra con todo lo que encuentra

Bernardo se fue al convento de monjes benedictinos llamado Cister, y pidió ser admitido. El superior, San Esteban, lo aceptó con gran alegría pues, en aquel convento, hacía 15 años que no llegaban religiosos nuevos.

Bernardo volvió a su familia a contar la noticia y todos se opusieron. Los amigos le decían que esto era desperdiciar una gran personalidad para irse a sepultarse vivo en un convento. La familia no aceptaba de ninguna manera.

Pero aquí sí que apareció el poder tan sorprendente que este hombre tenía para convencer a los demás e influir en ellos y ganarse su voluntad. Empezó a hablar tan maravillosamente de las ventajas y cualidades que tiene la vida religiosa, que logró llevarse al convento a sus cuatro hermanos mayores, a su tío y casi a todos los jóvenes de los alrededores, y junto con 31 compañeros llegó al convento de los Cistercienses a pedir ser admitidos de religiosos. Pero antes en su finca los había preparado a todos por varias semanas, entrenándolos acerca del modo como debían comportarse para ser unos fervorosos religiosos. En el año 1112, a la edad de 22 años, se fue de religioso al convento.

El papá, el hermano Nirvardo, el cuñado y la hermana, ya irán llegando uno por uno a pedir ser recibidos como religiosos.

Formidable poder de atracción. En toda la historia de la Iglesia es difícil encontrar otro hombre que haya sido dotado por Dios de un poder de atracción tan grande para llevar gentes a las comunidades religiosas, como el que recibió Bernardo. Las muchachas tenían terror de que su novio hablara con el santo, porque lo mas probable era que se iría de religioso. En las universidades, en los pueblos, en los campos, los jóvenes al oírle hablar de las excelencias y ventajas de la vida en un convento, se iban en numerosos grupos a que él los instruyera y los formara como religiosos. Durante su vida fundó más de 300 conventos para hombres, e hizo llegar a gran santidad a muchos de sus discípulos. Lo llamaban "el cazador de almas y vocaciones". Con su apostolado consiguió que 900 monjes hicieran profesión religiosa.

Fundador de Claraval. En el convento del Císter demostró tales cualidades de líder y de santo, que a los 25 años (con sólo tres de religioso) fue enviado como superior a fundar un nuevo convento. Escogió un sitio sumamente árido y lleno de bosques donde sus monjes tuvieran que derramar el sudor de su frente para poder cosechar algo, y le puso el nombre de Claraval, que significa valle muy claro, ya que allí el sol ilumina fuerte todo el día.

Supo infundir del tal manera fervor y entusiasmo a sus religiosos de Claraval, que habiendo comenzado con sólo 20 compañeros a los pocos años tenía 130 religiosos; de este convento de Claraval salieron monjes a fundar otros 63 conventos.

La oratoria de santo. Después de San Juan Crisóstomo y de San Agustín, es difícil encontrar otro orador católico que haya obtenido tantos éxitos en su predicación como San Bernardo. Lo llamaban "El Doctor boca de miel" (doctor melífluo) porque sus palabras en la predicación eran una verdadera golosina llena de sabrosura, para los que la escuchaban. Su inmenso amor a Dios y a la Virgen Santísima y su deseo de salvar almas lo llevaban a estudiar por horas y horas cada sermón que iba a pronunciar, y luego como sus palabras iban precedidas de mucha oración y de grandes penitencias, el efecto era fulminante en los oyentes. Escuchar a San Bernardo era ya sentir un impulso fortísimo a volverse mejor.

Su amor a la Virgen Santísima.

Los que quieren progresar en su amor a la Madre de Dios, necesariamente tienen que leer los escritos de San Bernardo, porque entre todos los predicadores católicos quizás ninguno ha hablado con más cariño y emoción acerca de la Virgen Santísima que este gran santo. Él fue quien compuso aquellas últimas palabras de la Salve: "Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María". Y repetía la bella oración que dice: "Acuérdate oh Madre Santa, que jamás se oyó decir, que alguno a Ti haya acudido, sin tu auxilio recibir".

El pueblo vibraba de emoción cuando le oía clamar desde el púlpito con su voz sonora e impresionante. "Si se levantan las tempestades de tus pasiones, mira a la Estrella, invoca a María. Si la sensualidad de tus sentidos quiere hundir la barca de tu espíritu, levanta los ojos de la fe, mira a la Estrella, invoca a María. Si el recuerdo de tus muchos pecados quiere lanzarte al abismo de la desesperación, lánzale una mirada a la Estrella del cielo y rézale a la Madre de Dios. Siguiéndola, no te perderás en el camino. Invocándola no te desesperarás. Y guiado por Ella llegarás seguramente al Puerto Celestial". Sus bellísimos sermones son leídos hoy, después de varios siglos, con verdadera satisfacción y gran provecho.

Viajero incansable. El más profundo deseo de San Bernardo era permanecer en su convento dedicado a la oración y a la meditación. Pero el Sumo Pontífice, los obispos, los pueblos y los gobernantes le pedían continuamente que fuera a ayudarles, y él estaba siempre pronto a prestar su ayuda donde quiera que pudiera ser útil. Con una salud sumamente débil (porque los primeros años de religioso, por imprudente, se dedicó a hacer demasiadas penitencias y se le daño la digestión) recorrió toda Europa poniendo la paz donde había guerras, deteniendo fuertemente las herejías, corrigiendo errores, animando desanimados y hasta reuniendo ejércitos para defender la santa religión católica. Era el árbitro aceptado por todos.

Exclamaba: A veces no me dejan tiempo durante el día ni siquiera para dedicarme a meditar. Pero estas gentes están tan necesitadas y sienten tanta paz cuando se les habla, que es necesario atenderlas (ya en las noches pararía luego sus horas dedicado a la oración y a la meditación).

De carbonero a Pontífice. Un hombre muy bien preparado le pidió que lo recibiera en su monasterio de Claraval. Para probar su virtud lo dedicó las primeras semanas a transportar carbón, y el otro lo hizo de muy buena voluntad. Después llegó a ser un excelente monje, y más tarde fue nombrado Sumo Pontífice: Eugenio III. El santo le escribió un famoso libro llamado "De consideratione", en el cual propone una serie de consejos importantísimos para que los que están en puestos elevados no vayan a cometer el gravísimo error de dedicarse solamente a actividades exteriores descuidando la oración y la meditación. Y llegó a decirle: "Malditas serán dichas ocupaciones, si no dejan dedicar el debido tiempo a la oración y a la meditación".

Despedida gozosa. Después de haber llegado a ser el hombre más famoso de Europa en su tiempo y de haber conseguido varios milagros (como por ej. Hacer hablar a un mudo, el cual confesó muchos pecados que tenía sin perdonar) y después de haber llenado varios países de monasterios con religiosos fervorosos, ante la petición de sus discípulos para que pidiera a Dios la gracia de seguir viviendo otros años más, exclamaba: "Mi gran deseo es ir a ver a Dios y a estar junto a Él. Pero el amor hacia mis discípulos me mueve a querer seguir ayudándolos. Que el Señor Dios haga lo que a Él mejor le parezca". Y a Dios le pareció que ya había sufrido y trabajado bastante y que se merecía el descanso eterno y el premio preparado para los discípulos fieles, y se lo llevó a sus eternidad feliz el 20 de agosto del año 1153. Solamente tenía 63 años pero había trabajado como si tuviera más de cien. El sumo pontífice lo declaró Doctor de la Iglesia.
 
 
 
 



Preparación 33 días Totus Tuus dia 31



Cristo nos ama hasta el extremo

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

V  Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
R  Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V  Señor, envía tu Espíritu, y todo será creado
R  Y renovarás la faz de la tierra.

Oh Dios, que iluminaste los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
La Biblia: Era la hora tercia cuando le crucificaron. Y estaba puesta 
la inscripción de la causa de su condena: "El Rey de los Judíos". 
Con él crucificaron a dos salteadores, uno a su derecha y otro a su
izquierda. Y los que pasaban por allí le insultaban, meneando la 
cabeza y diciendo: "¡Eh, tú!, que destruyes el Santuario y lo levantas 
en tres días, ¡sálvate a ti mismo bajando de la cruz!" Igualmente los 
sumos sacerdotes se burlaban entre ellos junto con los escribas di-
ciendo: "A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse. ¡El Cristo, el 
Rey de Israel!, que baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.
" También le injuriaban los que con Él estaban crucificados. Llegada 
la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. 
A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: "Eloí, Eloí, ¿lema sabactani?" 
-que quiere decir- "¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?" 
Al oír esto algunos de los presentes decían: "Mira, llama a Elías". Enton-
ces uno fue corriendo a empapar una esponja en vinagre y, sujetándola 
a una caña, le ofrecía de beber, diciendo "Dejen, vamos a ver si viene 
Elías a descolgarle". Pero Jesús lanzando un fuerte grito, expiró. 
(Marcos 15, 25-37)
San Luis María: Contemplen, en tercer lugar, las llagas y dolores de Jesús 
crucificado, que les pide personalmente "Todos ustedes los que pasan por 
el camino, lleno de espinas y cruces por el que yo he transitado, miren y 
fíjense" (Lm 1, 12): miren con los ojos corporales, fíjense con los ojos de 
la contemplación si su pobreza y desnudez menosprecios, dolores y de-
samparos son semejantes a los míos. "¡Mírenme a mí, el inocente; qué-
jense ustedes, los culpables!" (1Pe 4, 1). 
(Amigos de la Cruz # 57)
Resolución: Haz un examen de conciencia y reconoce que tus pecados 
causan el sufrimiento de Cristo. Pídele a Cristo una disposición grande 
para sentir horror al pecado. Confiésate antes de hacer el Acto de Consa-
gración Comunitaria.

ORACIÓN:  ¡OH JESÚS, QUE VIVES EN MARÍA!

Oh Jesús, que vives en María
ven a vivir en nosotros, tus siervos,
con tu Espíritu de santidad,
con la plenitud de tus dones,
con la perfección de tus caminos,
con la realidad de tus virtudes,
con la comunión de tus misterios.
Domina en nosotros sobre todo poder enemigo,
por tu Espíritu Santo, para gloria del Padre.
Amén

ORACIÓN DE LA NOCHE:  ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN

Dios te salve, María

Hija amabilísima del Eterno Padre,
Madre admirable del Hijo,
Esposa fidelísima del Espíritu Santo,
Templo augusto de la Santísima Trinidad. 
Dios te salve, Princesa soberana,
A quien todo está  sometida en el Cielo y en la tierra.
Dios te salve, Refugio seguro de los pecadores, 
Nuestra Señora de la Misericordia, que a nadie has rechazado jamás.
Por más pecador que yo sea, me postro en tu presencia,
suplicándote me alcances de Jesús, tu Hijo querido,
la contrición y el perdón de todos mis pecados,
junto con la divina Sabiduría. 
Me consagro a ti del todo y con todo lo que tengo.
Te elijo desde hoy por mi Madre y Señora.
Trátame, pues, como el último de tus hijos
y el más sumiso de tus servidores.
Escucha, Princesa mía, escucha los suspiros
de un corazón que desea amarte y servirte con fidelidad.

Que no se diga que, de todos los que a ti han recurrido,
soy el primero que ha sido abandonado. 
¡Oh esperanza mía, oh vida mía,
oh mi fiel e inmaculada Virgen María!
Escúchame, defiéndeme, aliméntame,
instrúyeme y sálvame.
Amén.

domingo, 19 de agosto de 2012

Preparacion 33 dias Totus Tuus dia 30


 

El amor de Cristo por la cruz

Oración:  INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

V  Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
R  Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V  Señor, envía tu Espíritu, y todo será creado
R  Y renovarás la faz de la tierra.

Oh Dios, que iluminaste los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

La Biblia: Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho 
y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; ser ma-
tado y resucitar a los tres días. Hablaba de esto abiertamente. Tomándole a-
parte, Pedro, se puso a reprenderle. Pero él, volviéndose y mirando a sus dis-
cípulos, reprendió a Pedro diciéndole: "¡Quítate de mi vista, Satanás! Porque 
tus pensamientos no son los de Dios sino los de los hombres". 
(Marcos 8, 31-33)

San Luis María: La Sabiduría encarnada amó la cruz desde sus más tiernos 
años: La quise desde muchacho. Apenas entró en el mundo, la recibió de ma-
nos del Padre en el seno de María. La colocó en su corazón, como soberana 
diciendo: "Dios mío, lo quiero; llevo tu ley en mis entrañas. ¡Oh Dios y Padre
 mío, escogí la cruz cuando estaba en tu seno! ¡La vuelvo a elegir ahora en el 
de mi Madre! ¡La amo con todas mis fuerzas y la coloco en medio de mi cora-
zón para que sea mi esposa y soberana!" 
(Amor de la Sabiduría Eterna #169)

Resolución: En tu oración de hoy pídele a Cristo por intercesión de María la
 gracia de amar la cruz.

Oración:  ¡OH JESÚS, QUE VIVES EN MARÍA!

Oh Jesús, que vives en María
ven a vivir en nosotros, tus siervos,
con tu Espíritu de santidad,
con la plenitud de tus dones,
con la perfección de tus caminos,
con la realidad de tus virtudes,
con la comunión de tus misterios.
Domina en nosotros sobre todo poder enemigo,
por tu Espíritu Santo, para gloria del Padre.
Amén.

Oración de la Noche:  ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN

Dios te salve, María
Hija amabilísima del Eterno Padre,
Madre admirable del Hijo,
Esposa fidelísima del Espíritu Santo,
Templo augusto de la Santísima Trinidad. 
Dios te salve, Princesa soberana,
A quien todo está  sometida en el Cielo y en la tierra.
Dios te salve, Refugio seguro de los pecadores, 
Nuestra Señora de la Misericordia, que a nadie has rechazado jamás.
Por más pecador que yo sea, me postro en tu presencia,
suplicándote me alcances de Jesús, tu Hijo querido,
la contrición y el perdón de todos mis pecados,
junto con la divina Sabiduría. 
Me consagro a ti del todo y con todo lo que tengo.
Te elijo desde hoy por mi Madre y Señora.
Trátame, pues, como el último de tus hijos
y el más sumiso de tus servidores.
Escucha, Princesa mía, escucha los suspiros
de un corazón que desea amarte y servirte con fidelidad.

Que no se diga que, de todos los que a ti han recurrido,
soy el primero que ha sido abandonado. 
¡Oh esperanza mía, oh vida mía,
oh mi fiel e inmaculada Virgen María!
Escúchame, defiéndeme, aliméntame,
instrúyeme y sálvame.
Amén.