jueves, 6 de diciembre de 2012

María, Madre Inmaculada


María, Madre Inmaculada, nosotros comprendemos tu rechazo y tu denuncia profética del pecado del mundo. Al ser toda pura y sin mancha, percibes con mayor clarid
ad la corrupción y oscuridad del pecado. Sabes que constituye una fuente envenenada que arrastra tristezas y muerte por doquier, matando todo espíritu solidario de unos con otros; que, en lugar de la alegría que brota de la justicia y del amor, sólo ofrece amargura, corrupción y muerte.
Madre, ayúdanos a seguir tu ejemplo de entrega y solidaridad con la causa del Evangelio: que seamos focos de luz y fuego de amor en la construcción del Reino de Dios.

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