domingo, 30 de septiembre de 2012

NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO (29 de septiembre a 7 octubre)

Oración preparatoria.-

¡ Oh Madre y clementísima Virgen del Rosario ! Vos que plantasteis en la Iglesia, por medio de vuestro privilegiado hijo Domingo, el místico árbol del Santo Rosario, haced que abracemos todos tu santa devoción y gocemos su verdadero espíritu; de suerte que aquellas místicas rosas sean en nuestros labios y corazón, por los pecadores medicina, y por los justos aumento de gracia. Amén.


Consideración del día.-

Pedir aquí con confianza la gracia que se desea obtener con esta Novena.

Intenciones de la Cofradía del Rosario para cada día:
  • Día 1º:   Por el Papa, sus intenciones y por la Iglesia.
  • Día 2º:   Por la conversión de los pecadores y por los no creyentes.
  • Día 3º:   Por la Patria (de cada uno) y los gobernantes.
  • Día 4º:   Por las familias.
  • Día 5º:   Por los jóvenes y por los frutos de las JMJ.
  • Día 6º:   Por la vida y por los cristianos perseguidos.
  • Día 7º:   Por los enfermos y necesitados.
  • Día 8º:   Por los difuntos.
  • Día 9º:   Por la santidad de los sacerdotes y consagrados.
Oración para cada día.-  (Bajar al día correspondiente)

Oraciones finales.-


--- Rezar tres Avemarías y Glorias en reverencia a
las tres prerrogativas de la Santísima Virgen :
Hija de Dios Padre,
Madre de Dios Hijo y
Esposa de Dios Espíritu Santo ---.
¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos! Por aquella confianza y autoridad de Madre con que podéis presentar nuestros ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien, empeñad una y otra en favor nuestro. Conseguidnos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de vuestro Hijo Jesús, hasta que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.
Primer día
"Dios te salve". ¡Cuánto se alegra mi alma, amantísima Virgen, cómo se llena de gozo mi corazón al decir el "Ave Maria", para acompañar el gozo que llenó Vuestro espíritu al escuchar de boca del Ángel, alegrándome de la elección que de Vos hizo el Omnipotente para darnos al Señor. Amén.
Segundo día
¡"María" nombre santo! Dignaos, amabilísima Madre, sellar con vuestro nombre el memorial de las súplicas nuestras, dándonos el consuelo de que lo atienda benignamente vuestro Hijo Jesús, para que alcancemos aburrimiento grande a todas las vanidades del mundo, firme afición a la virtud, y ansias continuas de nuestra eterna salvación. Amén.
Tercer día
"Llena eres de gracia". ¡Dulce Madre! Dios os salve, María, sagrario riquísimo en que descansó corporalmente la plenitud de la Divinidad: a vuestros pies se presenta desnuda mi pobre alma, pidiendo la gracia y amor de Dios, con el que fuísteis enriquecida, haciéndote llena de virtud, llena de santidad, y llena de gracia. Amén.
Cuarto día
"El Señor es contigo". ¡Oh, Santísima Virgen! Aquel inmenso Señor, que por su esencia se halla con todas las cosas, está en Vos y con Vos por modo muy superior. Madre mía venga por Vos a nosotros. Pero ¿cómo ha de venir a un corazón de tan poca limpieza, aquel Señor, que para hacernos habitación suya, quiso con tal prodigio, que no se perdiese, siendo Madre, vuestra virginidad? ¡Oh! muera en nosotros toda impureza para que habite en nuestra alma el Señor. Amén.

Quinto día
"Bendita Tú eres entre todas las mujeres". Vos sois la gloria de Jerusalén: Vos la alegría de Israel: Vos el honor del pueblo santo de Dios. Obtenga por vuestra intercesión nuestro espíritu la más viva fe, para considerar y adorar con vuestro santo Rosario las misericordias que en Vos y por Vos hizo el Hijo de Dios. Amén.

Sexto día
"Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús". Lloro, oh Madre mía, mis pecados, que quisieron hacer morir en la cruz a vuestro Hijo. Sea el fruto de mi oración que no termine nunca de llorarlos, hasta poder bendecir eternamente aquel purísimo fruto de vuestro vientre. Amén.

Séptimo día
"Santa María, Madre de Dios". No permitáis se pierda mi alma comprada con el inestimable precio de la sangre de Jesús. Dadme un corazón digno de Vos, para que amando el recogimiento, sean mis delicias obsequiaros con el santo Rosario, adorando con él a vuestro Hijo, por lo mucho que hizo para nuestra redención, y por lo que os ensalzó, haciéndote Madre suya. Amén.

Octavo día
"Ruega por nosotros pecadores". ¡Madre de piedad! A Vos sólo dijo aquel Rey soberano de la gloria: Vos sois mi Madre. Alcanzadme humildad y plena confianza, dispuesto de este modo, con el auxilio de Dios, a recibir los favores de la Divina misericordia, por los méritos de vuestro Hijo y Redentor nuestro. Amén.

Noveno día
"Ahora, y en la hora de nuestra muerte", estamos siempre expuestos a perder la gracia de Dios. Haced que no se aparte de mi memoria al último momento de la vida, que habrá de ser decisivo de mi eterna suerte. ¡Oh Madre de piedad! concededme el consuelo de morir bajo la vuestra protección y en el amor de mi Jesús. Amén.




(Fuente: http://www.cofradiarosario.net)

ORACIÓN POR LA PAZ


sábado, 29 de septiembre de 2012

¿Se siente mal, cansado, con estrés? TOME ROSARIOL



¡¡¡¡¡¡T O M E  R O S A R I O L!!!!!!
 

ROSARIOL (Santificante efervescente)
20 misterios contemplativos

Sintesis de los Evangelios
Previene el Infierno
Protege contra el pecado
Aumenta la fe , la esperanza y caridad.

Via oral y Espiritual
Mantenganse al alcance de los niños y familia
Administrar y propagar diariamente sin restriccion.
Bajo licencia eclesiastica.
Fecha de Vencimiento: NO PERECIBLE.
Elaborado por : Pastoral Juvenil, Dioscesis de Lurinrosa

jueves, 27 de septiembre de 2012

Hoy jueves, Santo Rosario: Misterios Luminosos


ORACIÓN CONTRA TODO MAL


Espíritu del Señor, Espíritu de Dios, Padre, 
Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad, 
Virgen Inmaculada,
ángeles, arcángeles 
y santos del paraíso descended sobre mí.

Fúndeme, Señor, modélame, lléname de ti, utilízame.
Expulsa de mí todas las fuerzas del mal, aniquílalas, destrúyelas, para que yo pueda estar bien y hacer el bien.
Expulsa de mí los maleficios, las brujerías, la magia negra, las misas negras, los hechizos, las ataduras, las maldiciones y el mal de ojo; la infestación diabólica, la posesión diabólica y la obsesión y perfidia; todo lo que es mal, pecado, envidia, celos y perfidia; la enfermedad física, psíquica, moral, espiritual y diabólica.
Quema todos estos males en el infierno, para que nunca más me toquen a mí ni a ninguna otra criatura en el mundo.

Ordeno y mando con la fuerza de Dios omnipotente, en nombre de Jesucristo Salvador, por intercesión de la Santísima Virgen Inmaculada, a todos los espíritus inmundos, a todas las presencias que me molestan, que me abandonen inmediatamente, que me abandonen definitivamente y que se vayan al infierno eterno, por nuestros ángeles custodios, por San Miguel Arcángel, por San Gabriel, por San Rafael y por la Virgen Santísima Inmaculada.

Padre Gabriele Amorth- exorcista de la diócesis de Roma
De su libro, "Un Exorcista Cuenta Su Historia"

LA CONVENCION DE DEMONIOS

¿Se imaginan qué estrategias se podrían debatir en una convención de
demonios presidida por Satanás? Tienen la respuesta en la siguiente reflexión.......


Satanás convocó una convención mundial de demonios. En su discurso de apertura dijo: No podemos hacer que los cristianos dejen de ir a la iglesia. No podemos evitar que lean su Biblia y conozcan la verdad. No podemos evitar que formen una relación íntima con su Salvador. Una vez que establecen esa conexión con Jesús, nuestro poder sobre ellos se pierde.
Así que déjenlos asistir a sus iglesias; déjenlos que tengan sus cenas con platos y cubiertos, pero róbenles su tiempo, de manera que no tengan tiempo para desarrollar una relación con Jesucristo.

Esto es lo que quiero que hagan, -dijo el diablo.

¡Distráiganlos de querer obtener esa unión con su Salvador y de querer mantener esa conexión vital durante todo el día!
- ¿Como haremos eso?, gritaron sus demonios. Manténganlos ocupados en las nimiedades de la vida e inventen innumerables proyectos que ocupen sus mentes, respondió.
Tiéntenlos a gastar, gastar y gastar, y a pedir prestado continuamente.
Persuadan a las esposas para que vayan a trabajar durante largas horas y a los esposos a trabajar 6 ó 7 días cada semana, de 10 a 14 horas al día, para que puedan costearse sus estilos de vida vacíos.

No dejen que pasen tiempo con sus hijos. ¡A medida que sus familias se fragmenten pronto, sus hogares no serán un escape a las presiones del trabajo!

Sobre-estimulen sus mentes para que no puedan escuchar esa pequeña voz. Tiéntenlos a que escuchen sus radios o reproductores de MP3 siempre que conduzcan sus vehículos. A que mantengan constantemente encendidos, en sus hogares, su televisión, reproductores mp3 y sus computadores. Tiénteles a perder el tiempo escribiendo cientos de mensajes con sus teléfonos móviles y pasando horas cada día leyendo nimiedades en las redes sociales. Esto atiborrará sus mentes y romperá esa unión con Cristo.

Llenen las mesas de centro con revistas y periódicos. Bombardeen sus mentes con noticias las 24 horas del día. Invadan los momentos en que conducen sus vehículos con noticieros. Inunden sus buzones de correo con correo basura, catálogos, rifas, y toda clase de boletines y anuncios ofreciendo gratuitamente productos, servicios y falsas esperanzas.

Pongan modelos bellas y delgadas en las revistas y en la TV para que sus esposos crean que la belleza exterior es lo que importa, y se sientan insatisfechos con sus esposas. Mantengan a las esposas demasiado agotadas para amar a sus esposos por la noche. ¡Denles dolores de cabeza también! Si ellas no les dan a sus esposos el amor que necesitan, ellos empezarán a buscar en otra parte. ¡Eso fragmentará sus familias rápidamente!

Denles a Papá Noel para distraerlos de enseñar a los niños el verdadero significado de la Navidad. Denles un conejo de Pascua para que no hablen sobre la resurrección de Cristo y el poder sobre el pecado y la muerte. Aún en sus horas de esparcimiento y distracción, háganlos que sean excesivos. Que regresen de divertirse agotados. Que estén demasiado ocupados como para poder disfrutar de la naturaleza y reflexionar sobre la creación de Dios. Por el contrario, envíenlos a parques de diversión, eventos deportivos, obras teatrales, conciertos, y al cine. ¡Manténganlos ocupados, ocupados y ocupados! Y cuando tengan reuniones de tipo espiritual, involúcrenlos en chismes y charlatanería para que salgan de allí con sus conciencias perturbadas. Atesten sus vidas con tantos interesantes motivos que no tengan tiempo para buscar el poder de Jesús. Pronto, estarán trabajando con sus propias fuerzas, sacrificando su salud y su familia por el bien de la causa. ¡Funcionará!
¡Era todo un plan! Los demonios se dispusieron animosos a sus tareas haciendo que los cristianos en todas partes se volviesen más ocupados y tuviesen que hacer las cosas más a prisa, yendo de aquí para allá y teniendo poco tiempo para su Dios o sus familias. Sin tiempo para hablar a otros acerca del poder de Jesús para cambiar sus vidas. Creo que la pregunta es "¿Ha tenido éxito el diablo con su plan?" ¡Se tú el juez!

COMO ORAR?


Escuchemos a Jesús que nos enseña a orar: “Aprendan a orar de mi con humildad, con confianza, con sumisión y con perseverancia! Contémplenme en el huerto mientras estoy en oración.
Oh, cuán agradable fue esta oración, cuanto más que venía pronunciada no en un momento de alegría y de conforto, sino en la hora tenebrosa de la agonía, en la vigilia de mi pasión y muerte!
Es bello orar, cuando les colmo de gracia y de favores; sin embargo, es generoso y heroico orar cuando les parece que todo conjura en contra de Ustedes, cuando el cielo les parece cerrado, cuando no les hago sentir mi amor. Yo oraba en medio de una mortal agonía, mientras la visión de la pasión me martirizaba, mientras los discípulos me abandonaban y Judas me traicionaba. Aprendan también ustedes a orar en la hora oscura de su vida! El valor de una oración no depende principalmente de la cantidad de las palabras, sino de la intensidad del amor; y el amor cuando es grande y fuerte, no utiliza tantas palabras… una mirada amorosa hacia Mí, una protesta de amor, un gozar de mi presencia, un escuchar mis enseñanzas, un hablar de Mí…. Todo esto es oración, simple, sin embargo, verdadera oración. Oré con perseverancia.
Mi oración en el Huerto parecía que quedaba sin respuesta del cielo; pero no me descorazoné. Repetí una segunda y una tercera vez el gemido, hasta que el Padre me envió un ángel a consolarme. Qué lección para Ustedes, que tantas veces, con sus novenas, le colocan a Dios unas condiciones para que les escuche.
Admiren entre todo, la humildad de mi oración. Del Hijo de Dios Encarnado, yacía por tierra, como un pobre gusano, y tocaba el polvo con la frente. No osaba alzar la mirada al cielo, no recordaba al Padre los infinitos méritos, sino me presentaba a Él, aplastado por la abundancia de sus pecados, no pretendía, sino pedía humildemente: “Padre, si es posible…” como si yo no mereciese ser escuchado.
Ustedes en cambio, tantas veces, se ponen en oración, así como llenos de sí mismos, como si por sus méritos tuviesen el derecho de pretender la gracia que piden. Cuánta ceguera les aporta su amor propio! No deben por tanto, maravillarse si sus tantas oraciones no han sido y no serán escuchadas.

P. Don Pascualino Fusco.- Libro: Preghiere di liberazione dal Maligno.

27 de Septiembre San Vicente de Paul, Confesor


n. 1581 en Landas, Francia; † 1660 en París, Francia 
(Su cuerpo se mantiene incorrupto)

Patrono de sociedades y trabajadores de caridad; hospitales y trabajadores de hospital; personas que necesitan o que br
indan ayuda espiritual; voluntarios; leprosos; prisioneros; caballos.
Se lo invoca contra la lepra y para encontrar artículos perdidos.

"Quien diere a uno de estos pequeñuelos un vaso de agua fresca solamente por razón de ser discípulo mío, os doy mi palabra que no perderá su recompensa." (Mateo 10, 42)

¡Cómo hablar de todos los infortunios que este santo ha aliviado! Ninguno, al parecer, podría sustraerse de los ardores de su caridad.
Expósitos, jóvenes extraviados, niñas en peligro de perderse, mujeres pervertidas, galeotes, cautivos de los moros, obreros inválidos, alienados, mendigos sin techo, todos los infortunados fueron objeto de su infatigable solicitud.
¡Cuántas obras ha fundado, cuántas se han establecido bajo su patrocinio después de su muerte!
¡Ah! ¡si un vaso de agua dado a un pobre da derecho a una recompensa, cuál no debe ser la gloria de Vicente en el cielo!

ORACIÓN : Oh Dios, que para evangelizar a los pobres y realzar el brillo del sacerdocio cristiano, habéis revestido al bienaventurado Vicente de una caridad y una fortaleza verdaderamente apostólicas, haced, os lo suplicamos, que honrando sus méritos, seamos fortificados por el ejemplo de sus virtudes.
Por J. C. N. S.

ADM.

MARIA MADRE DE DIOS MEDIANERA DE TODAS LAS GRACIAS



En Su Vientre Inmaculado, Ella Me glorificó a Mí, recibiéndome, al Cordero sin mancha, haciendo un santuario para el Santuario. Vengan y canten una nueva canción en Su Honor. 
Que todos lo
s que viven en la tierra veneren Su Inmaculado Corazón, el Altar en el que Yo fui concebido y en El que Me convertí en Hombre-Dios, también. Nadie Me ha glorificado tanto como la Mujer adornada con el sol. ¡Sí!

Ella es tan magníficamente bella en Su Amor perfecto, que las islas, las montañas, las colinas, los valles y los manantiales, todos hacen una profunda reverencia cuando Ella pasa junto a ellos.
Y hoy, como ayer, cuando el Amor Más Perfecto pasa por encima de la tierra, escoltada por Mis Ángeles, cuyos ojos nunca cesan de admirar a la Admirable, a la Más Santa de todas las Vírgenes, maravillándose de la Belleza de la Obra Maestra de Mi Padre, cuando Ella pasa sobre la tierra. Ella interviene amorosamente y responde a sus súplicas.

Permite que te diga: Mi Sagrado Corazón es tu cielo, creación.
Mi Sagrado Corazón que tantos de ustedes niegan y rechazan, es su Cielo, su Paraíso, su Reino, su Herencia, su Lugar de Descanso para la Eternidad. Así pues, acérquense, a este Corazón que los ama tanto, y Yo derramaré, de Mi Corazón a su corazón, incontables bendiciones, para volver su alma tan bella como la primavera, para convertir su alma en una torre de marfil, un cielo sólo para Mí. ¿Cómo puede alguien dudar de Mi Amor?
Hoy, Yo quiero mostrarles, en Mi gran Amor, el Corazón de Mi Madre.

¡Oh Obra Maestra de Mi Padre!
¡Oh Sublime Obra Maestra de Yahvé!
¡Esposa de Mi Espíritu Santo! ¡
Mi Radiante Tabernáculo!
¡Tu Corazón, Bienamado de la Bienamada (Trinidad) es Uno con el Nuestro! Tu Corazón es Mi jardín cerrado, una fuente sellada. Tu Corazón es una Fuente que hace fértiles los jardines.
Tu Corazón, Adorable, es Mi Trono, en el cual Yo he sido honrado. Corazón del Corazón, al que Yo coroné en Nuestra presencia y en presencia de toda Mi corte celestial.
¿Cómo puede alguna de Mis criaturas negar Tu Corazón?

Tú, el Arca de poder, toda vestida de virtudes, Mi Nueva Canción, Mi Arpa, Mi Ciudadela, en Quien el Hacedor del cielo y de la tierra es extasiado por Tu magnificencia. Tú, que estás ante Nuestra Presencia, estás siempre tan cerca de todos los que Te invocan. Y sin embargo, ¿cómo ha caído el hombre tan bajo y ha tomado un camino engañoso para negar Tu Corazón?"

¿No has oído, creación, que Yo soy el Corazón de Su Corazón, el Alma de Su Alma, el Espíritu de Su Espíritu?
¿No has oído que Nuestros Dos Corazones están unidos en Uno? Considera Mi Corazón Redentor, considera Su Corazón Corredentor, considera el Deleite de Mi Corazón, saliendo como la aurora para iluminar la tierra en su oscuridad.
Considera el Corazón de la Reina que brilla sobre la humanidad, más brillante en Su Resplandor que todas las constelaciones juntas. Más resplandeciente que el sol.
Radiante como Mi Gloria por Su perfección excepcional. Considera el Tabernáculo de tu Dios. Considera y valora, ampliamente, como Yo valoro Mi Trono.

No preguntes: "¿Cómo puede ser que el Altísimo Le haya asignado a Ella un trono tan alto en sus Cortes Celestiales?"
Mira, no sólo La he asignado a Ella como la Reina de Mis Ángeles y de Mis criaturas, sino que La he asignado para ser Mi Trono.
La Reina del cielo y de la tierra es el Trono del Rey de reyes, porque Yo, el Señor de Todos La he puesto a Ella, en primer lugar, en Mi Sagrado Corazón.

Nacida para ser Mi Corona de Esplendor, nacida para ser el Vaso de la Luz Verdadera, que se hizo carne por el linaje de David, nacida para ser Mi honor y Mi orgullo.
El Espíritu Conmigo y con el Padre dijimos:

"María llena de gracia, Nosotros estamos contigo.
No te esconderemos ninguno de los secretos,
Nuestro Aliento será tu aliento,
Emanación pura de Nuestra Gloria.
María, Nuestra imagen de Nuestra Bondad,
Nosotros te damos Nuestra Paz en Tu Corazón.En este perfecto Corazón, Yo, el Hijo, triunfaré.Nuestro Corazón será Tu Corazón, un horno ardiente de amor divino.
Nuestra Alma será Tu Alma (Vida como en Lucas 9,24),un augusto tesoro, un Paraíso para Nosotros.
Nuestro Espíritu será Tu Espíritu.
Sí, pues todo el que está unido a Nosotros es un espíritu con Nosotros".

Ésta es Aquélla a quien Nosotros tan altamente favorecimos, Aquélla a quien tantos rechazan y que es, sin embargo, el ungüento de sus ojos, el bálsamo de sus heridas, la intercesión misericordiosa ante el Padre Eterno de sus súplicas. La intercesora y abogada de su alma.

ADM.

ORACION A JESUS CRUCIFICADO (!!Tú, que pagaste por ¡mis pecados!!!)


Recomendada para antes o después de la Sagrada Comunión o en cualquier momento.

Padre Celestial; en el santo nombre de tu Hijo Jesús, crucificado por mis pecados, y en el Amor del Espíritu Santo, vengo muy humildemente ante ti, con dolor por mis pecados.
A través de la intercesión del Inmaculado Corazón de María, te ofrezco el sacrificio de Jesús en la cruz, el cual vivo cuando lo recibo en la Santa Eucaristía.

Señor Jesús crucificado; te hablo humildemente, en la presencia de Nuestra Bendita Madre María.
Reconozco que tu sufriste mucho por mí y por todos, y que estamos endeudados contigo para siempre.
Señor; aprecio mucho tus sufrimientos por mí y por el resto de la humanidad.

Te agradezco el haberme salvado a través de tu dolor aplastante, a través de tus tantas heridas,
A través de tu extremo cansancio y agonía y
A través de tu Preciosa Sangre derramada con tanto dolor y amor por nosotros;
A través de tu dificultad para respirar,
Através de tu sudor y lagrimas, a través de tu paciencia misericordiosa;
A través de cada esfuerzo que tu hiciste y;
A través de tu ofrecimiento total por mis pecados y por los pecados del mundo entero.

Señor a veces me quejo cuando tengo un pequeño infortunio, o una herida o cuando estoy enfermo o cansado, o rechazado, o despreciado o condenado.

Pero tu cuerpo entero fue cubierto con heridas dolorosas;
Fuiste perforado con dolor por la corona de espinas,
Tu fuiste despojado de tu carne con la flagelación,
Fuiste insultado con terribles blasfemias,
Fuiste escupido,
Fuiste humillado,
Fuiste infligido nuevamente con heridas sobre tu herido hombro por el peso aplastante de la cruz,
Fuiste herido nuevamente sobre tus heridas por el despojo brutal de tus vestiduras,
Fuiste perforado dolorosamente por lo clavos en la cruz,
Fuiste colgado sobre la cruz para sangrar dolorosamente hasta tu muerte,
Sufriste asfixia a medida que te resultaba mas doloroso respirar, pero tu agonía física no se comparaba con tu agonía espiritual porque Tu eres Dios, y tu alma santa sufrió con pena mientras tu entregabas tu vida a cambio de nuestra vida eterna.

Tu viste la ingratitud de los hombres por tu gran sacrificio, y sufriste por el orgullo de nuestros pecados, por la agresividad de los que tu creaste con tanto amor, por el odio de los hombres que reciben siempre todo tu amor si tan solo vienen a ti.

Mi Señor Jesús crucificado, vengo humildemente ante ti, eterna fuente de sanación y de vida, Poderosa fuente de nuestra
Resurrección, alimento para nuestras almas en la Sagrada Eucaristía, refugio eterno de la Luz Divina, puerta a la Majestad y Gloria del Padre y de nuestra única esperanza y salvación.

Divino Señor Misericordioso, ruego y suplico a nombre de toda la humanidad por tu misericordia y compasión, por tu sanación y bendiciones y por tu Salvación.

Oh, Precioso tesoro del Cielo, Tu que te ocultas al orgulloso, llena mi corazón de humildad y de pureza para poder ser digno de recibir las promesas de la vida eterna en Tu Gloria con el Padre y el Espíritu Santo. Amen.

Señor en tu Sagrado Corazón coloco mi corazón unido a todas mis necesidades y mis deseos, te presento humildemente mis peticiones, por favor dígnate a escuchar mi súplica, abrázame con tu amor, responde a mi alma, mírame como tu hijito que viene atraído por tu amor.

Mi Señor Jesús; en tu cuerpo crucificado yo coloco reverentemente mis pecados, mis enfermedades y las de la gente por quien ruego; puesto que tu sufriste por nuestros sufrimientos y pagaste por nuestros pecados.
Disuélvelos por favor en tu misericordia; concédeme estas peticiones en tu nombre santo y en el nombre de tu dolorosa madre, mi madre. Amen Espera mi Señor crucificado

ADM. 

PADRENUESTRO POR LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO (DE SANTA MATILDE)


A Santa Matilde habiendo comulgado por los muertos, le dijo Nuestro Señor: 

Recitad por ellos un Padrenuestro, delante del altar donde se celebraba el Santo Sacrificio. 
La Santa hizo la oración siguiente, y cuando la hubo terminado, vio una multitud de almas subir al cielo. (R. 5, ch. 21).


Nota: Primero comulgar por las almas del purgatorio,
Terminar la misa con la bendición del sacerdote, esperar algunos minutos que finalice el bullicio ocasionado por las personas que salen del templo, sólo entonces cuando vuelva el silencio rezar este Padrenuestro.

Padre Nuestro que estás en los cielos....

Os ruego, ¡oh tierno Padre!, que perdonéis a las almas del Purgatorio el no haberos amado y rendido el culto de adoración y respeto que os es debido, a Vos, Padre bueno y misericordioso; y haberos alejado de sus corazones donde Vos deseabais habitar.

Para suplir sus faltas os ofrezco el amor y el honor de que vuestro divino Hijo os tributó en la tierra y la satisfacción infinita que os dio por todos los pecados de esas pobres almas.

Recítese diez veces la invocación
("Jesús mío, misericordia", y se ganarán cada vez 100 días de indulgencia por las benditas almas del Purgatorio).

Santificado sea tu Nombre.....

Perdonad, tierno Padre!, os lo suplico, a las almas de los fieles difuntos, el no haber honrado dignamente vuestro santo nombre, haberlo invocado rara vez, o empleado a menudo con ligereza y haberse hasta avergonzado algunas veces, de perteneceros. Como satisfacción de este pecado yo os ofrezco la santidad de vuestro Hijo Jesucristo, su obediencia, su celo por haceros conocer, su afán por honraros durante su vida y por anonadarse delante de Vos en el altar.
¡JESÚS MÍO, MISERICORDIA! (10 veces)

Venga a nosotros tu Reino

Os ruego, ¡oh eterno Padre!, que perdonéis a las almas de los fieles difuntos, el poco celo en no haber deseado con bastante fervor y anhelado con afán la grandeza de vuestra gloria...!
Ellas habrían podido tan fácilmente haceros amar instruyendo a los niños, llevando por el camino del bien a los que ellas amaban! Para expiar su indiferencia, yo os ofrezco los santos deseos de Jesucristo, en el celo que El ha tenido por la nuestra aún en el altar.
¡JESÚS MÍO, MISERICORDIA! (10 veces)


Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo

Os suplico ¡oh Padre!, que perdonéis a las almas religiosas, al haber preferido algunas veces su voluntad a la vuestra y no haber amado en todo y de una manera perfecta vuestro deseo que se manifestaba por sus desobediencias y faltas de sumisión a las órdenes de sus superiores. Para reparar ofrezco la unión del dulcísimo Corazón de Jesús con vuestra voluntad, la pronta y generosa obediencia que presta al Sacerdote viniendo al altar y la perfecta oblación de este divino Hijo que lo llevó hasta la muerte y muerte de cruz.
¡JESÚS MÍO, MISERICORDIA! (10 veces)

Danos hoy nuestro pan de cada día

Os ruego, ¡oh Padre tierno!, que perdonéis a las almas de los fieles difuntos el no haber recibido el Santísimo Sacramento del Altar con los deseos, la devoción y el amor que El merece; el haber omitido por negligencia, cobardía o respetos humanos muchas comuniones que Vos les ofrecíais. Para expiar estos pecados, yo os ofrezco la santidad de vuestro Hijo Jesús, el amor ardiente y el deseo inefable que le llevó a daros el precioso tesoro de su Cuerpo y de su Sangre.
¡JESÚS MÍO, MISERICORDIA! (10 veces)

Perdona nuestras ofensas como nosotros también perdonamos a lo que nos ofenden

Os ruego, ¡oh Eterno Padre!, que perdonéis a las almas de los fieles difuntos los pecados en los cuales cayeron, no perdonando fácilmente; guardando algún rencor, alimentando ligeros pensamientos de venganza. Por esos pecados yo os ofrezco la oración tan tierna y tan amorosa que vuestro Hijo Jesús hizo en la Cruz por sus enemigos.
¡JESÚS MÍO, MISERICORDIA! (10 veces)

No nos dejes caer en la tentación

Os suplico, ¡oh tierno Padre!, que perdonéis a las almas de los fieles difuntos la poca fuerza que opusieron para rechazar la tentación de sensualidad, reprimir la curiosidad de sus miradas, y cuidarse de algunos goces peligrosos. Para expiar esta multitud de pecados, yo os ofrezco las fatigas de Jesús, sus lágrimas, sus mortificaciones y sus humillaciones en el altar.
¡JESÚS MÍO, MISERICORDIA! (10 veces)

Y líbranos del mal

Sí, Dios mío, libradlas del mal que soportan esas santas almas, en otro tiempo culpables, ahora tan arrepentidas y resignadas; libradlas por los méritos de Jesucristo.
Y Vos, ¡oh Salvador, tan lleno de misericordia! Vos que estáis sobre este altar, tened piedad de sus lamentos y de sus lágrimas. Ellas se unen a mí para clamar hasta Vos durante su vida y olvidad las faltas que la fragilidad de nuestra naturaleza les hizo cometer.
¡JESÚS MÍO, MISERICORDIA! (10 veces)

ADM.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Reina de la paz, Medjugorje, mensaje del 25 de septiembre de 2012





MENSAJE DEL 25 DE SEPTIEMBRE DE 2012

“¡Queridos hijos! Mientras miran en la naturaleza la riqueza de colores que el Altísimo les da, abran el corazón y oren con agradecimiento por todo el bien que tienen, y digan: he sido creado aquí para la eternidad, y anhelen las cosas celestiales, porque Dios los ama con un amor infinito. Por eso, El también me dio a ustedes para decirles: solamente en Dios está vuestra paz y esperanza, queridos hijos. Gracias por haber respondido a mi llamado.”

martes, 25 de septiembre de 2012

ORACIÓN PARA EL HOGAR



San Judas Tadeo, Apóstol de Nuestro Señor Jesucristo, te pido con toda fuerza de mi corazón que intercedas ante tu divino maestro, a favor de mi familia.
En primer lugar que su gracia embargue los corazones de mi espos@ y de mis hijos, que la unión entre nosotros sea obra tuya, Santo Apóstol, que mi paciencia alcance a comprender las pruebas que el Señor me envía, así como también, muéstrame la mejor manera de recibir las alegrías con que nuestro Padre nos premia.
Intercédeme amado Apóstol para que el diálogo nunca tenga fin en mi hogar, ruega conmigo para que la Sagrada Familia sea ejemplo a seguir, que la paciencia y nobleza de San José sea nuestro horizonte, que la entereza y dulzura de la Virgen María ilumine mi hogar y que la obediencia de Jesús, Dios y Hombre verdadero, sea imitado por mis hijos, te agradezco San Judas Tadeo tu atención y te pido perdón por mis pedidos y exigencias.
Amén

lunes, 24 de septiembre de 2012

Nuestra Señora de la Merced

Patrona de Barcelona

Princesa de Barcelona,
protegiu nostre ciutat

En castellano se le ha llamado en plural, Virgen de las Mercedes, que no corresponde con el sentido originario de la advocación. El significado del título "Merced" es ante todo "misericordia". La Virgen es misericordiosa y también lo deben ser sus hijos. Esto significa que recurrimos a ella ante todo con el deseo de  asemejarnos a Jesús misericordioso. 

El título mariano la Merced se remonta a la fundación de la Orden religiosa de los mercedarios el 10 de agosto de 1218, en Barcelona, España. En esa época muchos eran cautivos de los moros y en su desesperación y abandono estaban en peligro de perder lo mas preciado: la fe católica. Nuestra bendita Madre del Cielo, dándose a conocer como La Merced, quiso manifestar su misericordia hacia ellos por medio de dicha orden dedicada a atenderlos y liberarlos.

Desde el siglo XIII es patrona de Barcelona y el 25 de septiembre de 1687 se proclamo oficialmente patrona de la ciudad. Es además patrona de los cautivos (presos) y de muchos países de Latinoamerica.

La talla de la imagen de la Merced que se venera en la basílica de la Merced de Barcelona es del siglo XIV, de estilo sedente, como las románicas. En catalán "Mare de Deu de la Mercé", Madre de Dios de la Merced. 

En el año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia, y fijó su fecha el 24 de septiembre. Pero a raíz de la reforma litúrgica del concilio Vaticano II, en el año 1969 la fiesta se suprimió del calendario universal. 

San Pedro Nolasco, inspirado por la Ssma. Virgen, funda una orden dedicada a la merced (obras de misericordia). Su misión particular era la misericordia para con los cristianos cautivos en manos de los musulmanes. Muchos miembros de la orden canjearon sus vidas por la de presos y esclavos. San Pedro fue apoyado en tan extraordinaria empresa por el Rey Jaime I de Aragón.   

San Pedro Nolasco y sus frailes eran muy devotos de la Virgen María, tomándola como patrona y guía. Su espiritualidad se fundamenta en Jesús el liberador de la humanidad y en la Ssma. Virgen, la Madre liberadora e ideal de la persona libre. Los mercedarios querían ser caballeros de la Virgen María al servicio de su obra redentora. Por eso la honran como Madre de la Merced o Virgen Redentora.
 
En el capítulo general de 1272, tras la muerte del fundador, los frailes oficialmente toman el nombre de La Orden de Santa María de la Merced, de la redención de los cautivos, pero son mas conocidos como mercedarios. El Padre Antonio Quexal, siendo general de la Merced en 1406, dice: "María es fundamento y cabeza de nuestra orden".

El Padre Gaver, en el 1400, relata como La Virgen llama a S. Pedro Nolasco en el año 1218 y le revela su deseo de ser liberadora a través de una orden dedicada a la liberación.
Nolasco pide a Dios ayuda y, como signo de la misericordia divina, le responde La Virgen María diciéndole que funde una orden liberadora.

Nolasco: ¿Quién eres tú, que a mí, un indigno siervo, pides que realice obra tan difícil, de tan gran caridad, que es grata Dios y meritoria para mi?

María: Yo soy María, aquella en cuyo vientre asumió la carne el Hijo de Dios, tomándola de mi sangre purísima, para reconciliación del género humano. Soy aquella a la que dijo Simeón. cuando ofrecí mi Hijo en el templo: <<Mira que éste ha sido puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel; ha sido puesto como signo de contradicción: y a ti misma una espada vendrá a atravesarte por el alma>>.

Nolasco: ¡Oh Virgen María, madre de gracia, madre de misericordia! ¿Quién podrá creer  (que tú me mandas)?

María: No dudes en nada, porque es voluntad de Dios que se funde una orden de ese tipo en honor mío; será una orden cuyos hermanos y profesos, a imitación de mi hijo Jesucristo, estarán puestos para ruina y redención de muchos en Israel (es decir, entre los cristianos) y serán signo de contradicción para muchos."

Actualidad del carisma

El carisma mercedario de liberar a los cautivos sigue siendo tan necesario como siempre
.

María ofreció todo su ser para que viva el Hijo de Dios encarnado. En el cántico del Magnificat (Lucas 1, 46-55), María expresa la liberación de Dios. El Papa Juan Pablo II enseña que "María es la imagen mas perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad". La Virgen continúa velando desde el cielo por sus hijos cautivos de Satanás (Cf. LG 62) y nos pide nuestra cooperación. Nosotros debemos dar nuestra vida para que su Hijo viva en nosotros y así pueda liberar a nuestros hermanos. Ella nos enseñará como hacerlo. 

Dios es Padre de Misericordia, María es Madre de Misericordia. Ella refleja la misericordia de Dios, sufriéndolo todo por sus hijos. Los cristianos debemos también reflejar la misericordia de Dios sufriéndolo todo por amor.

"Mirad la hondura o cavidad del lago de donde habéis sido tomados, esto es, la piadosísimas entrañas de la madre de Dios" -De las constituciones de los mercedarios.

Un ejemplo del carisma mercedario en acción:
 
La Fundación de Mare de Déu de la Merce (Madre de Dios de la Merced) continúa las obras de misericordia que la Virgen pidió. Estas incluyen: Visita, acompañamiento y ayuda para los que salen de la cárcel. 

 Los frailes mercedarios llevaron al continente americano su amor a la Virgen de la Merced, que se propagó ampliamente. En República Dominicana, Perú, Ecuador, Argentina y muchos otros países, la Virgen de la Merced es muy conocida y amada.

Fuente: Corazones.org

23 de septiembre San Pío de Pieltrecina







Recordando con alegría al Padre Pio.

Les comparto la homilía del Beato Juan Pablo II en ocasión de la Canonización en Roma, a la cual tuve la bendición de asistir.



De: P Víctor Salomón
Director de Apostolado Hispano
www.sacerdotesporlavida.org

1. «Mi yugo es suave y mi carga ligera» (Mateo 11, 30).

Las palabras de Jesús a los discípulos, que acabamos de escuchar, nos ayudan a comprender el mensaje más importante de esta celebración. Podemos, de hecho, considerarlas en un cierto sentido como una magnífica síntesis de toda la existencia del padre Pío de Pietrelcina, hoy proclamado santo.

La imagen evangélica del «yugo» evoca las muchas pruebas que el humilde capuchino de San Giovanni Rotondo tuvo que afrontar. Hoy contemplamos en él cuán dulce es el «yugo» de Cristo y cuán ligera es su carga, cuando se lleva con amor fiel. La vida y la misión del padre Pío testimonian que las dificultades y los dolores, si se aceptan por amor, se transforman en un camino privilegiado de santidad, que se adentra en perspectivas de un bien más grande, solamente conocido por el Señor.

2. «En cuanto a mí... ¡Dios me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo» (Gálatas 6, 14).

¿No es quizá precisamente la «gloria de la Cruz» la que más resplandece en el padre Pío? ¡Qué actual es la espiritualidad de la Cruz vivida por el humilde capuchino de Pietrelcina! Nuestro tiempo necesita redescubrir su valor para abrir el corazón a la esperanza. En toda su existencia, buscó siempre una mayor conformidad con el Crucificado, teniendo una conciencia muy clara de haber sido llamado a colaborar de manera peculiar con la obra de la redención. Sin esta referencia constante a la Cruz, no se puede comprender su santidad.

En el plan de Dios, la Cruz constituye el auténtico instrumento de salvación para toda la humanidad y el camino explícitamente propuesto por el Señor a cuantos quieren seguirle (Cf. Marcos 16, 24). Lo comprendió bien el santo fraile de Gargano, quien, en la fiesta de la Asunción de 1914, escribía: «Para alcanzar nuestro último fin hay que seguir al divino Jefe, quien quiere llevar al alma elegida por un solo camino, el camino que él siguió, el de la abnegación y la Cruz» («Epistolario» II, p. 155).

3. «Yo soy el Señor que actúa con misericordia» (Jeremías 9, 23).

El padre Pío ha sido generoso dispensador de la misericordia divina, ofreciendo su disponibilidad a todos, a través de la acogida, la dirección espiritual, y especialmente a través de la administración del sacramento de la Penitencia. El ministerio del confesionario, que constituye uno de los rasgos característicos de su apostolado, atraía innumerables muchedumbres de fieles al Convento de San Giovanni Rotondo. Incluso cuando el singular confesor trataba a los peregrinos con aparente dureza, éstos, una vez tomada conciencia de la gravedad del pecado, y sinceramente arrepentidos, casi siempre regresaban para recibir el abrazo pacificador del perdón sacramental.

Que su ejemplo anime a los sacerdotes a cumplir con alegría y asiduidad este ministerio, tan importante hoy, como he querido confirmar en la Carta a los Sacerdotes con motivo del pasado Jueves Santo.

4. «Tú eres, Señor, mi único bien».

Es lo que hemos cantado en el Salmo Responsorial. Con estas palabras, el nuevo santo nos invita a poner a Dios por encima de todo, a considerarlo como nuestro sumo y único bien.

En efecto, la razón última de la eficacia apostólica del padre Pío, la raíz profunda de tanta fecundidad espiritual, se encuentra en esa íntima y constante unión con Dios que testimoniaban elocuentemente las largas horas transcurridas en oración. Le gustaba repetir: «Soy un pobre fraile que reza», convencido de que «la oración es la mejor arma que tenemos, una llave que abre el Corazón de Dios». Esta característica fundamental de su espiritualidad continua en los «Grupos de Oración» que él fundo, y que ofrecen a la Iglesia y a la sociedad la formidable contribución de una oración incesante y confiada. El padre Pío unía a la oración una intensa actividad caritativa de la que es expresión extraordinaria la «Casa de Alivio del Sufrimiento». Oración y caridad, esta es una síntesis sumamente concreta de la enseñanza del padre Pío, que hoy vuelve a proponerse a todos.

5. «Te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque... estas cosas... las has revelado a los pequeños» (Mateo 11, 25).

Qué apropiadas parecen estas palabras de Jesús, cuando se te aplican a ti, humilde y amado, padre Pío.

Enséñanos también a nosotros, te pedimos, la humildad del corazón para formar parte de los pequeños del Evangelio, a quienes el Padre les ha prometido revelar los misterios de su Reino.

Ayúdanos a rezar sin cansarnos nunca, seguros de que Dios conoce lo que necesitamos, antes de que se lo pidamos.

Danos una mirada de fe capaz de capaz de reconocer con prontitud en los pobres y en los que sufren el rostro mismo de Jesús.

Apóyanos en la hora del combate y de la prueba y, si caemos, haz que experimentemos la alegría del sacramento del perdón.

Transmítenos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y nuestra.

Acompáñanos en la peregrinación terrena hacia la patria bienaventurada, donde esperamos llegar también nosotros para contemplar para siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

¡Amén!

22 de Septiembre: San Mauricio y la Legión Tebana

Tus Preguntas sobre los Santos: San Mauricio y la Legión Tebana: Pregunta: Buenos días Ramon, llevo unos días buscando por tu blog, información sobre San Mauricio, y no se si es que no se buscar bien o ...

jueves, 20 de septiembre de 2012

RELATOS DE ALMAS DEL PURGATORIO



Siempre es bueno reavivar nuestra creencia en el purgatorio, porque seguramente habrá allí en este momento parientes, amigos y conocidos a la espera de nuestra oraciones que le hagan más corto su período de purgación, y porque quizás nos toque estar allí un tiempo, y estaremos también anhelando que oren por nosotros.
Ofrecemos nueve relatos antiguos sobre almas del purgatorio.  

PRIMER RELATO

Refiere Tomás de Cantimprato que a un hombre muy virtuoso, pero que, a causa de una larga y terrible enfermedad, estaba muy deseoso de morir, se le apareció el Ángel del Señor y le dijo: “Dios ha aceptado tus deseos, escoge, pues: o pasar tres días en el purgatorio y después ir al cielo, o ir al cielo sin pasar por el purgatorio, pero sufriendo todavía un año de esa enfermedad”.
Eligio lo primero: murió y fue al purgatorio. No había aun pasado un día, cuando el ángel se le presento de nuevo. Apenas le hubo visto aquella pobre alma, “no es posible, exclama, que tú seas el Ángel bueno, pues me has engañado así. Me decías que solo estaría tres días en este lugar, ¡y hace ya tantos años que estoy sufriendo aquí las más horribles penas!
-Tú eres quien te engañas, contesto el Ángel: todavía no ha pasado un día, tu cuerpo esta aun por enterrar, si prefieres sufrir un año más esta enfermedad Dios te permite aun salir del Purgatorio y volver al mundo.
- Si, Ángel santo, replico, no solo esta enfermedad durante un año, sino cuantas penas, dolores y males haya en el mundo sufriré gustoso, antes que padecer una sola hora las penas del Purgatorio”.
Volvió, pues, a la vida y sufrió con admirable alegría un año más aquella enfermedad, publicando a todos lo terrible que son las penas del Purgatorio.

SEGUNDO RELATO

Refieren varios autores que estando un religioso carmelita descalzo en oración, se le apareció un difunto con semblante muy triste y todo el cuerpo rodeado de llamas. “¿Quién eres tú? ¿Qué es lo que quieres?, pregunto el religioso.
- Soy, respondió, el pintor que murió días pasados, y deje cuanto había ganado para obras piadosas.
-¿Y cómo padeces tanto, habiendo llevado una vida tan ejemplar?, volvió a decirle al religioso.
-¡Ay!, contesto el difunto, en el tribunal del supremo Juez se levantaron contra mi muchas almas, unas que padecían terribles penas en el purgatorio, y otras que ardían en el infierno, a causa de una pintura obscena que hice a instancias de un caballero.
Por fortuna mía se presentaron también  muchos santos, cuyas imágenes pinte, y dijeron para defenderme que había hecho aquella pintura inmodesta en la juventud, que después me había arrepentido y cooperado a la salvación de muchas almas, pintando imágenes de Santos, y por último que había empleado lo que había ganado a fuerza de muchos sudores, en limosnas y obras de piedad.
Oyendo el Juez soberano estas disculpas, y viendo que los santos interponían sus meritos, me perdono las penas del infierno pero me condeno a estar en el purgatorio mientras dure aquella pintura.
Avisa pues, al caballero N.N. que la eche al fuego, y ¡ay! de él si no lo hace. Y en prueba de que es verdad lo que te digo, sepa que dentro de poco tiempo morirán dos de sus hijos. Creyó, en efecto, el caballero la visión y arrojo al fuego la imagen escandalosa. Antes de los dos meses se le murieron los dos hijos, y el reparó con rigurosa penitencia los daños ocasionados a las almas.

TERCER RELATO

Estaba santa Brígida en altísima contemplación, cuando fue llevada en espíritu al purgatorio. Allí vio, entre otras, a una noble doncella, y holló que se quejaba amargamente de su madre, por el demasiado que le había tenido: “!AH! decía, en vez de reprenderme y sujetarme, ella me proporcionaba modas, novios, me incitaba a ir a los bailes, saraos, teatros, y hasta me engalanaba ella misma. Es verdad que me enseñaba alguna devociones, pero que gusto podían dar estas a Dios llendo mezcladas con tanto galanteo y profanidad?.
No obstante, como la misericordia del señor es tan grande, por aquellas devociones que hacía, Dios me concedió tiempo para confesarme bien y librarme del infierno.
Pero ay!!!, que penas estoy padeciendo, si lo supieran mis amigas!!, que vidas tan distintas llevarían!!. La cabeza que antes ataviaba con dijes y vanidades esta ahora ardiendo entre llamas vivísimas, las espaldas y brazos que llevaba descubiertos los tengo ahora cubiertos y apretados con hierros de fuego ardentísimo, las piernas y pies, que adornaba para el baile ahora son atormentados horriblemente, todo mi cuerpo, en otro tiempo tan pulido y ajustado ahora se halla sumergido en toda clase de tormentos.”
Conto la santa esta visión a una prima de la difunta, muy entregada también a la vanidad, y esta cambio de vida en términos que, entrando a un convento de muy rigurosa observancia procuro con rigidísimas penitencias reparar los desordenes pasados, y auxiliar a su parienta que estaba padeciendo tanto en el purgatorio.

CUARTO RELATO

Había en Bolonia una viuda noble, que tenía un hijo único muy querido. Estando divirtiéndose un día con otros jóvenes, paso un forastero y les interrumpió el juego. Reprendiéndole ásperamente el hijo de la viuda, y resentido el forastero, saco un puñal, se lo clavo en el pecho y dejándole palpitando en el suelo, echo a huir calle abajo con el puñal ensangrentado en la mano, y se metió en la primera casa que encontró abierta.
Allí suplicó a la señora que por amor de Dios le ocultase, y ella, que era precisamente la madre del joven asesinado, le escondió en efecto. Entre tanto llego la justicia buscando al asesino, y no hallándole allí, “sin duda, dijo uno de los que les buscaba, no sabe esta señora que el muerto es su hijo, pues si lo supiera, ella misma nos entregaría al reo, que indudablemente debe estar aquí”.
Poco falto, para que muriese la madre de sentimiento al oír estas palabras. Mas luego, cobrando animo y conformándose con la voluntad Divina, no solo perdono al que había matado a su único y tan estimado hijo, sino que le entrego todavía una cantidad de dinero y el caballo del difunto para que huyese con más prontitud, y después le adopto como su hijo.
Pero, ¡cuán agradable fue a Dios esta generosa conducta! Pocos días después estaba la buena  señora, haciendo oración, por el alama del difunto, cuando de pronto se le apareció su hijo, todo resplandeciente y glorioso, diciéndole: “Enjuagad madre mía, vuestras lagrimas y alegraos, que me he salvado. Muchos años tenía que estar en el purgatorio, pero vos me habéis sacado de él, con las virtudes heroicas que practicasteis perdonando y haciendo bien al que me quito la vida. Más os debo por haberme librado de tan terribles penas, que por haberme dado a luz. Os doy las gracias por uno y otro favor, ¡adiós, madre mía, adiós, me voy al cielo donde seré dichoso por toda la eternidad”.

QUINTO RELATO

Derrotado por Cayano, el ejército de Mauricio y hechos prisioneros gran número de soldados, Cayano pidió al emperador una moneda y no de valor muy subido, por el rescate de cada prisionero. Mauricio se negó a darla. Cayano pidió entonces una de menos valor, y habiéndosela también rehusado, exigió por ultimo una ínfima cantidad, la que no habiendo podido lograr tampoco, irritado el bárbaro, mando cortar la cabeza a todos los soldados imperiales que tenía en su poder. Mas ¿Qué sucedió?
Pocos días después Mauricio tuvo una espantosa visión. Citado al tribunal de Dios, veía gran multitud de esclavos que arrastraban pesadas cadenas, y con horrendos gritos pedían venganza contra él. Oyendo el Juez supremo, tan justas quejas, se vuelve a Mauricio y le pregunta:
“¿Dónde quieres ser más castigado: en esta o en la otra vida?
-¡Ah! Benignísimo Señor, responde el prudente emperador, prefiero ser castigado en este mundo. Pues bien, dijo el juez, en pena de tu crueldad con aquellos pobres soldados, cuya vida no quisiste salvar a tan poco precio, uno de tus soldados te quitara la corona, fama y vida acabando con toda tu familia”.
En efecto, pocos días después se le insurrecciono el ejército, proclamando a Focas por emperador. Mauricio fugitivo se embarco en una pequeña nave con algunos pocos que le seguían, más en vano, furiosas las olas lo arrojan a la playa, y llegando los partidarios de Focas, le atan a él y a cuantos le seguían y los llevan a Eutropia, en donde, ¡oh, padre infeliz!
Después de haber visto con sus propios ojos la cruel carnicería que hicieron de cinco hijos suyos, fue muerto ignominiosamente, y no paso mucho tiempo sin que el resto de su familia sufriese la misma desgracia.
¡Ah! Cristianos que oís esto, no son unos pobres soldados, son vuestros propios hermanos y vuestros propios padres los que han caído prisioneros de la Justicia divina.
Este Dios misericordioso pide por su rescate una muy pequeña moneda, de gran valor, es verdad, pero muy fácil de dar. “¿Y seréis tan duros que se le neguéis? ¿Tan insensibles seréis a la felicidad de las ánimas y a vuestros propios intereses?

SEXTO RELATO

Tenía una pobre mujer napolitana una numerosa familia que mantener, y a su marido en la cárcel, encerrado por deudas. Reducida a la ultima miseria, presento un memorial un gran señor, manifestándole su infeliz estado y aflicción, pero con todas las suplicas no logro más que unas monedas.
Entra desconsolada a una Iglesia, y encomendándose a Dios, siente una fuerte inspiración de hacer decir con aquellas monedas una Misa por las Ánimas, y pone toda su confianza en Dios, único consuelo de los afligidos. ¡Caso extraño!
Oída la Misa, se volvía a casa, cuando encuentra a un venerable anciano, que llegándose a ella le dice: “¿Qué tenéis, mujer? ¿Qué os sucede?” La pobre le explico sus trabajos y miserias. El anciano consolándola le entrega una carta, diciéndole que la lleve al mismo señor que le ha dado las monedas. Este abre la carta, y ¿Cuál no es su sorpresa cuando ve la letra y firma de su amantísimo padre ya difunto? ¿Quién os ha dado esta carta?
-No lo conozco, respondió la mujer, pero era un anciano muy parecido a aquel retrato, solo que tenía la cara más alegre. Lee de nuevo la carta, y observa que le dicen: “Hijo mío muy querido, tu padre ha pasado del purgatorio al cielo por medio de la Misa que ha mandado celebrar esa pobre mujer.Con todas veras la encomiendo a tu piedad y agradecimiento, dale una buena paga, porque está en grave necesidad”.
El caballero, después de haber leído y besado muchas veces la carta, regándola con copiosas lagrimas de ternura: “Vos, dice a la afligida mujer, vos con la limosna que os hice, habéis labrado la felicidad de mi estimado padre, yo ahora hare la vuestra, la de vuestro marido y familia”.
En efecto, pago las deudas, saco al marido de la cárcel, y tuvieron siempre de allí en adelante cuanto necesitaban y con mucha abundancia. Así recompensa Dios, aun en este mundo, q los devotos de las benditas Animas.

SÉPTIMO RELATO

Cómo, diciendo misa el hermano Juan de Alverna el día de Difuntos,vio que muchas almas eran liberadas del purgatorio.Celebraba una vez la misa el hermano Juan el día siguiente a la fiesta de Todos los Santos por todas las almas de los difuntos, como lo tiene dispuesto la Iglesia, y ofreció con tanto afecto de caridad y con tal piedad de compasión este altísimo sacramento, el mayor bien que se puede hacer a las almas de los difuntos por razón de su eficacia, que le parecía derretirse del todo con la dulzura de la piedad y de la caridad fraterna.
Al alzar devotamente el cuerpo de Cristo y ofrecerlo a Dios Padre, rogándole que, por amor de su bendito Hijo Jesucristo, puesto en cruz por el rescate de las almas, tuviese a bien liberar de las penas del purgatorio a las almas de los difuntos creadas y rescatadas por Él, en aquel momento vio salir del purgatorio un número casi infinito de almas, como chispas innumerables que salieran de un horno encendido, y las vio subir al cielo por los méritos de la pasión de Cristo, el cual es ofrecido cada día por los vivos y por los difuntos en esa sacratísima hostia, digna de ser adorada por los siglos de los siglos. Amén.

OCTAVO RELATO

Cómo, por los méritos de fray Gil,fue librada del purgatorio el alma de un fraile Predicador, amigo suyo.
Estaba ya fray Gil con la enfermedad de la que a pocos días murió, y enfermó también de muerte un fraile dominico. Otro religioso amigo de éste, viéndole próximo a morir, díjole:
– Hermano mío, si te lo permitiese el Señor, quisiera que después de tu muerte vinieses a decirme en qué estado te encuentras.
El enfermo prometió complacerle, caso de que le fuese posible.
Ambos enfermos murieron el mismo día, y el de la Orden de Predicadores se apareció a su hermano superviviente, y le dijo:
– Voluntad es de Dios que te cumpla la promesa.
– ¿Qué es de ti? -le preguntó el fraile.
– Estoy bien -respondió el muerto-, porque aquel mismo día murió un santo fraile Menor, llamado fray Gil, al cual, por su grande santidad, concedió Jesucristo que llevase al cielo todas las almas que había en el purgatorio. Con ellas estaba yo en grandes tormentos, y por los méritos del santo fray Gil me veo libre.
Dicho esto, desapareció, y el fraile que tuvo esta visión no la reveló a nadie; pero ya enfermo, temeroso del castigo de Dios por no haber manifestado la virtud y gloria de fray Gil, hizo llamar a los frailes Menores. Se presentaron diez, y, reunidos con los frailes Predicadores, reveló el enfermo devotamente la visión ya referida. Investigaron con diligencia, y supieron que los dos habían muerto en un mismo día.
En alabanza de Jesucristo y del pobrecillo Francisco. Amén.

NOVENO RELATO

Santa Gertrudis, aquella esposa tan regalada del Señor, había hecho donación de todos sus meritos y obras buenas a las pobres Animas del purgatorio, y para que los sufragios tuviesen más eficacia y fuesen más adeptos a Dios, suplicaba a su Divino Esposo le manifestase porque alma quería que satisfaciese. Se lo otorgaba su Divina Majestad, y la santa multiplicaba, oraciones, ayunos, cilicios, disciplinas y otras penitencias, hasta que aquella alma hubiese salido del purgatorio. Sacada una, pedía al Señor le señalara otra, y así logro liberar a muchas de aquel horrible fuego.
Siendo ya la santa de edad avanzada, le sobrevino una fuerte tentación del enemigo que le decía: “¡Infeliz de ti! ¡Todo lo has aplicado a las Animas del Purgatorio, y no has satisfecho todavía tus pecados! Cuando mueras, ¡que penas y tormentos te esperan!”
No dejaba de acongojarla este pensamiento, cuando se le apareció Cristo Señor Nuestro, y la consoló diciendo: “Gertrudis, hija mía muy amada, no temas, los sufragios que tu ofreciste a las Animas del Purgatorio, me fueron muy agradables, tu no perdiste nada, pues en recompensa no solo te perdono las penas que allí habías de padecer, sino que aun aumentare tu gloria de muchísimos grados. ¿No había prometido yo dar el ciento por uno, pagando a mis fieles servidores con medida buena, abundante y apretada? Pues mira, yo hare que todas las almas libertadas con tus oraciones y penitencias te salgan a recibir con muchos Ángeles a la hora de la muerte, y que, acompañada de este numeroso y brillante cortejo de bienaventurados, entres en el triunfo de la gloria”.
Fuentes: Jesús te busca, Signos de estos Tiempos