Asesinados por "odio a la fe"
La otra memoria histórica
España, tierra de santos y beatos.
La Iglesia Católica sigue reconociendo las virtudes heroicas de cientos
de sacerdotes, religiosos y laicos españoles que fueron asesinados "por
odio a la fe" durante la Guerra Civil Española.
Ahora el Papa Francisco sigue reconociendo estos procesos ya abiertos. Por primera vez en su Pontificado. El Santo Padre ha autorizado los decretos de los martirios de 95 mártires españoles. En breve la Iglesia española pondrá fecha a esta celebración.
Entre ellos hay benedictinos, carmelitas descalzos, hermanos maristas, así como religiosas, laicos y un sacerdote diocesano, casi todos ellos asesinados al inicio de la Guerra Civil.
En este sentido, entre los que han sido reconocidos con el martirio están Abel Ángel Palazuelos Maruri y 17 compañeros suyos de la Orden de San Benito (benedictinos) que fueron asesinados en 1936 durante la persecución religiosa.
En el segundo decreto aparecen Joan Vilaregut Ferrer y tres compañeros de la Orden de los Carmelitas Descalzos. Junto a ellos aparece también el sacerdote diocesano Pau Segalá Solé. Todos ellos murieron igualmente en 1936.
El decreto más numeroso es el que afecta a los Hermanos Maristas de las Escuelas. Cristanto, Aquilino, Cipriano, José y otros 63 compañeros junto a dos laicos fueron asesinados entre 1936 y 1939.
Por último, el Papa ha aprobado el decreto de las Clementina Arambarri Fuente y otras tres compañeras, todas ellas religiosas profesas de las Siervas de María Ministras de los Enfermos. Todas ellas murieron en 1936.
Desglosando las cifras, en este tiempo se ejecutó a doce obispos, entre ellos el de Barcelona. Todos murieron al inicio de la contienda. Especialmente aberrante fue la muerte del obispo de Barbastro. Secuestrado, torturado, incluso le mutilaron los genitales. Mientras le empujaban y se reían los verdugos le decían: "no tengas miedo. Si es verdad eso que predicáis, irás pronto al cielo". La respuesta del obispo fue: "sí, y allí rezaré por vosotros". Esta pequeña diócesis fue la que más sufrió la barbarie. Todo el seminario fue asesinado.
De los 10.000 asesinados, 4.184 eran sacerdotes. También fallecieron 2.365 frailes y 283 monjas. En cuanto a los seglares se estima que fueron asesinados a causa de su fe más de 3.000. Hasta el momento han sido beatificados más de mil de ellos mientras que hay varios miles más en proceso.
Ahora el Papa Francisco sigue reconociendo estos procesos ya abiertos. Por primera vez en su Pontificado. El Santo Padre ha autorizado los decretos de los martirios de 95 mártires españoles. En breve la Iglesia española pondrá fecha a esta celebración.
Entre ellos hay benedictinos, carmelitas descalzos, hermanos maristas, así como religiosas, laicos y un sacerdote diocesano, casi todos ellos asesinados al inicio de la Guerra Civil.
En este sentido, entre los que han sido reconocidos con el martirio están Abel Ángel Palazuelos Maruri y 17 compañeros suyos de la Orden de San Benito (benedictinos) que fueron asesinados en 1936 durante la persecución religiosa.
En el segundo decreto aparecen Joan Vilaregut Ferrer y tres compañeros de la Orden de los Carmelitas Descalzos. Junto a ellos aparece también el sacerdote diocesano Pau Segalá Solé. Todos ellos murieron igualmente en 1936.
El decreto más numeroso es el que afecta a los Hermanos Maristas de las Escuelas. Cristanto, Aquilino, Cipriano, José y otros 63 compañeros junto a dos laicos fueron asesinados entre 1936 y 1939.
Por último, el Papa ha aprobado el decreto de las Clementina Arambarri Fuente y otras tres compañeras, todas ellas religiosas profesas de las Siervas de María Ministras de los Enfermos. Todas ellas murieron en 1936.
Más de 10.000 mártires de la Guerra Civil
En total, se cifra en más de 10.000 los mártires españoles durante la persecución religiosa en España en el siglo XX. Las cifras son escalofriantes a tenor de que un porcentaje muy alto de sacerdotes y religiosos fue ejecutado.Desglosando las cifras, en este tiempo se ejecutó a doce obispos, entre ellos el de Barcelona. Todos murieron al inicio de la contienda. Especialmente aberrante fue la muerte del obispo de Barbastro. Secuestrado, torturado, incluso le mutilaron los genitales. Mientras le empujaban y se reían los verdugos le decían: "no tengas miedo. Si es verdad eso que predicáis, irás pronto al cielo". La respuesta del obispo fue: "sí, y allí rezaré por vosotros". Esta pequeña diócesis fue la que más sufrió la barbarie. Todo el seminario fue asesinado.
De los 10.000 asesinados, 4.184 eran sacerdotes. También fallecieron 2.365 frailes y 283 monjas. En cuanto a los seglares se estima que fueron asesinados a causa de su fe más de 3.000. Hasta el momento han sido beatificados más de mil de ellos mientras que hay varios miles más en proceso.
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