DÉCIMO SEXTO DÍA
«¿Queridos hijos:
podemos ser todos uno?, les pido la unidad
del alma y del
corazón; las tareas que les mando realizar son de
naturaleza divina; si
es cierto que yo ayudaré a mis hijos del Este, pero
por encima de esto
serán ustedes los que harán posible la culminación
de mi triunfo para el
plan divino de la gracia de Dios al mundo.
Queridos hijos: miren
al Cielo, allá arriba, vean como el viento
cuando sopla, mueve
todas las nubes al mismo tiempo, el viento sólo
las mueve y las lleva
con la brisa del cielo a donde Dios quiere; de esta
manera vendrá el
Espíritu Santo. El hará volar tu alma y la llevará ante
Él al unísono con mi
Corazón».
Madre, ¿cómo haremos
volar nuestros corazones de esta
manera? «Por medio
de la consagración; ustedes serán liberados del
mundo y capturados por
Mí, vayan en paz y amor y el Espíritu Santo los
moverá a convertir sus
almas»
Marzo 23 de 1993
Guía: Nuestra Señora nos llevará de la
consagración al triunfo y
de allí al Reino del
Sagrado Corazón que es la parte de la Corredención
en el plan de Dios; de
esta manera seremos llevados a la hora final de
la gracia. El
propósito del triunfo es para preparar las almas a recibir la
gracia redentora del
Sagrado Corazón; la gracia de la hora final, es la
gracia que será
otorgada a las almas al momento de proceder a la
venida definitiva del
reino de Dios sobre la tierra; la hora en que la tierra
54
PREPARACIÓN PARA LA
CONSAGRACIÓN AL TRIUNFO DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
volverá a su estado
original. Nuestra Señora se refiere a la hora final
como al segundo
adviento que traerá la unión de los dos corazones.
Dirección: Las almas consagradas no tienen una
necesidad
absoluta de mundo
material, las cosas de la tierra se olvidan y las
almas preserven su ser
únicamente para Dios; por lo tanto, nosotros
debemos consagrar cada
nuevo día a su servicio, uniendo nuestra
voluntad a su voluntad
en su constante aceptación.
Lo más querido que
tenemos es nuestra propia voluntad y Dios
nos pide continuamente
que se la ofrezcamos como un sacrificio; nada
contenta más a Dios
que el ofrecimiento de nuestra propia voluntad,
sin reserva; feliz el
alma que no tiene más voluntad que la de Dios
Meditación: ¡Oh Inmaculado Corazón de María!, permite
que
mi alma sea conducida
de la manera que Dios desea; te suplico Madre
querida, que me hagas
saber qué es lo que más complace a Dios.
Ayúdame para que mi
alma viva en su divina voluntad y para que así
pueda traerle el
sacrificio de mi voluntad propia como una ofrenda de
mi unión con Él. Haz
que mi alma vuelva al unísono con los deseos del
Espíritu Santo, para
que pueda ser llevada solamente a los lugares que
Él designe.
«Yo soy la sierva del
Señor;
hágase en mí lo que
has dicho»
(Lucas 1:38)
ORACIONES DIARIAS
Las siguientes
oraciones «deben ser recitadas
antes o después de la
meditación de cada día,
según el texto de cada
uno de los días»
CORONILLA DE VIRTUDES
Nuestra Señora tenía
en su mano izquierda una coronilla rosada
y dorada y rezaba con
la mano derecha. Ella recitaba todas las oraciones
muy despacio y
reverentemente con mucho amor.
En la oración de esta
coronilla Nuestra Señora hace una promesa,
la promesa de la
perseverancia en la oración para el crecimiento de las
virtudes: la siembra
de las semillas de santidad por las cuales la
gracia será cultivada.
Esta coronilla contiene todas las virtudes que
Nuestra Señora desea
encontrar en nuestras almas. Las gracias
contenidas en esta
coronilla de oraciones son para guiar y dirigir nuestras
almas para lograr
estos dones del Cielo. Por medio de estas siete
virtudes, nuestra alma
vuela a las manos de Dios Padre.
«Queridos míos:
estas oraciones son para obtener las
virtudes. Se empieza
con el Credo, luego sigue la Consagración a Mi
Corazón Inmaculado y
después el Ángelus. Posteriormente se reza la
virtud seguida por el
Padre Nuestro, el Gloria al Padre y la oración al
Espíritu Santo.
Después se recita la siguiente virtud y así se contemplan
las siete virtudes:
Fe, Esperanza, Caridad, Humildad, Paciencia,
Perseverancia y
Obediencia.
Octubre, 1 de 1.992
EL CREDO
Creo en Dios, Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra. Creo en
Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen, padeció bajo
el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto
y sepultado, descendió
a los infiernos, al tercer día resucitó de entre
los muertos, subió a
las cielos y está sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu
Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los
santos, el perdón de
los pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna. Amén.
CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Oh Señora mía, Oh
Madre mía! Yo me entrego del todo a Vos; y
en prueba de mi filial
afecto, os consagro en este día, mis ojos, mis
oídos, mi lengua, mi
corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy
todo vuestro Oh Madre
de bondad, guardadme y defendedme como
hijo y posesión
vuestra.
Amén
EL ÁNGELUS
V. El ángel de Señor
anunció a María.
R. Y Ella concibió por
obra y gracia del Espíritu Santo.
Ave María……
V. He aquí la esclava
del Señor.
R. Hágase en mí según
tu palabra.
Ave María……
V. Y el Verbo se hizo
carne.
R. Y habitó entre
nosotros.
Ave María……
V. Ruega por nosotros
Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos
dignos de alcanzar las promesas y gracias de
Nuestro Señor
Jesucristo.
Amén
Oremos: «Infunde Señor
tu gracia en nuestros corazones, para
que habiendo conocido
por la voz del ángel el misterio de la Encarnación
de tu hijo, podamos
llegar por los méritos de su Pasión y su Cruz a la
Gloria de la
Resurrección. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.
Amén
CORONILLA DE VIRTUDES
Para pedir:
1.Virtud de Fe
2.Virtud de Esperanza
3.Virtud de Caridad
4.Virtud de Humildad
5.Virtud de Paciencia
6.Virtud de
Perseverancia
7.Virtud de la
Obediencia
Con cada una de las
virtudes se deben recitar las siguientes oraciones:
1. Padre Nuestro…
2. Gloria al Padre…
3. Oración al Espíritu
Santo
Oración al Espíritu
Santo: Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón,
para ver las cosas que
son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi
mente, para conocer
las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo,
dentro de mi alma, que
yo le pertenezco solamente a Dios; Santifica
todo lo que yo piense,
diga y haga para que todo sea para la gloria de
Dios. Amén
Diciembre 23 de 1991
¡OH MARÍA!
«Oh María; transforma
mi corazón como el tuyo; colócale
alrededor una corona
de pureza adornada con virtud; toma mi corazón
querida Madre
consagrado como tuyo propio; preséntaselo a Dios Padre
como una ofrenda de mí
para ti. Ayúdame, Oh María, en hacer tu corazón
más conocido cada
día».
Marzo 19 de 1993
ORACIÓN DE PENTECOSTÉS
Mientras se reza esta
oración dada por Nuestra Señora que
nuestros corazones
estén abiertos para reconocer y aceptar los
obsequios del Espíritu
Santo, y así avancemos confiadamente en esta
batalla por el triunfo
del Inmaculado Corazón. Estamos llamados para
transformarnos en el
reflejo de Cristo, un reflejo del rostro de Dios que
será una atracción
para todos, para que su gloria sea magnificada a
través de nuestras
vidas.
«Mis queridos
hijos: hoy ustedes les traen tanta alegría a mi
Jesús. Yo les doy a
ustedes una gran bendición de Dios. El desea
crear en sus hijos
unidad y gloria a Su Nombre.»
Junio 6 de 1992
Espíritu de Cristo:
despiértame; Espíritu de Cristo: muéveme;
Espíritu de Cristo:
lléname; Espíritu de Cristo: séllame. Oh Padre
Celestial, conságrame
a tu Corazón y Voluntad; se en mí una fuente de
virtudes, sella mi
alma como la tuya para que tu reflejo en mí sea una
luz que todos vean».
Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario