DIA SEGUNDO
ORACIÓN
Por la señal de la santa Cruz de nuestros enemigos líbranos señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
ORACIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, solo por quien sois, porque os amo sobre todas las cosas, conociendo lo mucho que he pecado por mi culpa, una y mil veces, digo que de haberos ofendido me pesa; misericordia Dios mío, misericordia. Propongo firmemente la enmienda de mi vida, ayudado por vuestra divina gracia, Amén.
ORACIÓN
Angel de mi guarda, mi dulce compañía, no me desampares, ni de noche ni de día. Hasta que me pongas en paz y alegría, con todos los santos, con Jesús, José y María, Amen.
OFRECIMIENTO PARA TODOS LOS DÍAS
¡Padre celestial! ¡Padre amorosísimo! que para salvar las almas quisisteis que vuestro Hijo unigénito, haciéndose hombre, se sujetase a la vida más pobre y mortificada y derramase su sangre en la cruz por nuestro amor! ¿Cómo dejarías sufrir largo tiempo en el purgatorio a unas almas que tanto costaron a Jesucristo y que son vuestras hijas amadísimas? ¿Cómo permitirías que fuese malograda sangre de tan gran valor? Compadeceos, pues, de estas pobrecitas almas y libradlas de sus penas y tormentos. Compadeceos también de la mía y libradla de la esclavitud del vicio. Y si vuestra justicia pide satisfacción por las culpas cometidas yo os ofrezco por las obras buenas que haga en este novenario. ¡A!, de ningún valor, son en verdad; pero las uno con los méritos infinitos de vuestro Hijo divino, con los dolores de su Madre Santísima y con las virtudes heroicas de cuantos han existido en la tierra. Miradnos a todos, vivos y difuntos, con ojos de compasión y haced que celebremos un día vuestras misericordias en el eterno descanso de la gloria.- Amén.
CONSIDERACIÓN
La segunda pena que aflige en alto grado a estas benditas almas es el tiempo que en vida perdieron, durante el cual habrían podido adquirir mayores méritos para el cielo, y el pensamiento de que esta pérdida es para siempre irreparable terminando con la vida el tiempo de merecer.
¡Infeliz de mí, oh Señor, que por espacio de tantos años he vivido en la tierra no mereciendo sino los castigos del infierno!
Gracias os doy porque todavía me concedéis tiempo para remediar el mal que he hecho y el bien que he dejado de hacer.
Concededme vuestro socorro para que lo que me queda en vida, lo empleé únicamente en serviros y en amaros. Tened piedad de mí y de esas almas benditas que arden en el Purgatorio por no haber empleado como debían el tiempo que Vos les disteis para su santificación.
Y Vos, ¡oh María, Madre de Dios! socorredlas con vuestros poderosos ruegos.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
Aquí esforzando cada cual
su devoción, pedirá interiormente a Cristo crucificado lo que desea
conseguir por medio de esta novena para sufragio de las almas del
Purgatorio.
LAMENTOS
Oíd, mortales piadosos,
y ayudadnos a alcanzar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
¡Oh vosotros, caminantes,
suspended, oíd, parad,
bastará sólo el oírnos
a mover vuestra piedad!
Hoy pide nuestra aflicción
que queráis cooperar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
No hay dolor, tormento, pena,
martirio, cruz ni aflicción,
que lleguen a ser pintura
de nuestra menor pasión;
solo alivia nuestros males
de vuestro amor esperar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
Aquí estoy en purgatorio
de fuego en cama tendido,
siendo mi mayor tormento
la ausencia de un Dios querido,
padezco sin merecer,
por mí no basta alcanzar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
¡Ay de mí, ay, Dios severo,
ay llama voraz, activa,
ay bien merecido fuego,
ay conciencia, siempre viva,
ay justicia, que no cesa,
ay cuándo se ha de acabar!
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
¡Ay culpa, lo que me cuestas,
no imaginé tu fiereza,
pues con tal tormento pago
lo que juzgué ligereza!
¡Cielos, piedad, basta, cielos!
¿Cuándo el día ha de llegar?
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
Todo lo que aquí padezco,
es justo, santo y debido,
pues no se purga con menos,
haber a un Dios ofendido,
¡Ay, que puede no ofenderle!
¡Ay, que no hay más que esperar!
Que Dios nos saque de penas,
y nos lleve a descansar.
Padres, hermanos, amigos:
¿dónde está la caridad?
¿Favorecéis a un extraño.
y para mí no hay piedad?
¡Ea, venga una limosna,
siquiera sea el rogar!
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
Hijo ingrato que paseas
tan ricamente vestido,
y a costa de mis sudores
descansas en tanto olvido:
¡mira a tu padre quemando,
y lo puedes remediar!
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
Quizá en ti sería arbitrario,
no obligación de justicia;
pues no cumples testamento,
aquí estoy por tu malicia;
abre los ojos, despierta,
paga, haciendo acelerar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
Hermanos en Jesucristo,
los que oís estos suspiros,
si queréis, podéis sacarnos
de estos lóbregos retiros,
a la Virgen y a los santos
pedidles quieran mediar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
De Getsemaní en el Huerto
sangre sudó el Redentor,
contemplando de estas penas
el gran tormento y rigor:
al Padre Eterno se ofrece,
no cesando allí de orar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
En vista de tal piedad,
no te olvides, oh mortal,
de este pío camposanto,
cementerio de hospital;
sigue, pues, la cofradía
que tierna te insta a clamar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
Atiende y mira, cristiano,
aquí en este cementerio
tal vez tus padres y deudos
esperan de ti el remedio;
sufragios y sacrificios
te suplican sin cesar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
Fieles cristianos, amigos,
dad crédito a estos lamentos,
obrad bien, fuera culpas,
para huir de estos tormentos.
¡Socorro, piedad, alivio!
concluimos con gritar.
Oíd mortales piadosos
y ayudadnos a alcanzar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA
ORACIÓN
Recibid, Señor Dios mío, cuantos sacrificios os ha ofrecido y ofrece hoy por todo el mundo vuestra santa esposa, la santa Iglesia, y os suplico los apliquéis al alivio y descanso de las afligidas almas por quienes hago esta novena. Por los acerbos dolores de vuestra Madre Santísima en el día de vuestra dolorosa Pasión, dadles, Señor, refrigerio. Convertid a los pecadores, salvad a los agonizantes y a mí concededme la santificación en mi estado y la gracia particular que os pido, si es de vuestro beneplácito. Amén.
ORACIÓN
¡Abrevia, oh Padre bondadoso! las angustias que sufren las almas queridas en el Purgatorio. No dilates, Señor, el término de sus penas, la sangre del Calvario satisfaga tu Justicia y dígnate admitirla en tu Santa Gloria, en donde nos veamos todos y podamos ensalzar tus misericordias eternamente. Amen.
LAMENTOS
Oíd, mortales piadosos,
y ayudadnos a alcanzar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
¡Oh vosotros, caminantes,
suspended, oíd, parad,
bastará sólo el oírnos
a mover vuestra piedad!
Hoy pide nuestra aflicción
que queráis cooperar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
No hay dolor, tormento, pena,
martirio, cruz ni aflicción,
que lleguen a ser pintura
de nuestra menor pasión;
solo alivia nuestros males
de vuestro amor esperar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
Aquí estoy en purgatorio
de fuego en cama tendido,
siendo mi mayor tormento
la ausencia de un Dios querido,
padezco sin merecer,
por mí no basta alcanzar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
¡Ay de mí, ay, Dios severo,
ay llama voraz, activa,
ay bien merecido fuego,
ay conciencia, siempre viva,
ay justicia, que no cesa,
ay cuándo se ha de acabar!
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
¡Ay culpa, lo que me cuestas,
no imaginé tu fiereza,
pues con tal tormento pago
lo que juzgué ligereza!
¡Cielos, piedad, basta, cielos!
¿Cuándo el día ha de llegar?
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
Todo lo que aquí padezco,
es justo, santo y debido,
pues no se purga con menos,
haber a un Dios ofendido,
¡Ay, que puede no ofenderle!
¡Ay, que no hay más que esperar!
Que Dios nos saque de penas,
y nos lleve a descansar.
Padres, hermanos, amigos:
¿dónde está la caridad?
¿Favorecéis a un extraño.
y para mí no hay piedad?
¡Ea, venga una limosna,
siquiera sea el rogar!
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
Hijo ingrato que paseas
tan ricamente vestido,
y a costa de mis sudores
descansas en tanto olvido:
¡mira a tu padre quemando,
y lo puedes remediar!
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
Quizá en ti sería arbitrario,
no obligación de justicia;
pues no cumples testamento,
aquí estoy por tu malicia;
abre los ojos, despierta,
paga, haciendo acelerar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
Hermanos en Jesucristo,
los que oís estos suspiros,
si queréis, podéis sacarnos
de estos lóbregos retiros,
a la Virgen y a los santos
pedidles quieran mediar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
De Getsemaní en el Huerto
sangre sudó el Redentor,
contemplando de estas penas
el gran tormento y rigor:
al Padre Eterno se ofrece,
no cesando allí de orar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
En vista de tal piedad,
no te olvides, oh mortal,
de este pío camposanto,
cementerio de hospital;
sigue, pues, la cofradía
que tierna te insta a clamar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
Atiende y mira, cristiano,
aquí en este cementerio
tal vez tus padres y deudos
esperan de ti el remedio;
sufragios y sacrificios
te suplican sin cesar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
Fieles cristianos, amigos,
dad crédito a estos lamentos,
obrad bien, fuera culpas,
para huir de estos tormentos.
¡Socorro, piedad, alivio!
concluimos con gritar.
Oíd mortales piadosos
y ayudadnos a alcanzar:
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.
ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA
ORACIÓN
Recibid, Señor Dios mío, cuantos sacrificios os ha ofrecido y ofrece hoy por todo el mundo vuestra santa esposa, la santa Iglesia, y os suplico los apliquéis al alivio y descanso de las afligidas almas por quienes hago esta novena. Por los acerbos dolores de vuestra Madre Santísima en el día de vuestra dolorosa Pasión, dadles, Señor, refrigerio. Convertid a los pecadores, salvad a los agonizantes y a mí concededme la santificación en mi estado y la gracia particular que os pido, si es de vuestro beneplácito. Amén.
ORACIÓN
¡Abrevia, oh Padre bondadoso! las angustias que sufren las almas queridas en el Purgatorio. No dilates, Señor, el término de sus penas, la sangre del Calvario satisfaga tu Justicia y dígnate admitirla en tu Santa Gloria, en donde nos veamos todos y podamos ensalzar tus misericordias eternamente. Amen.
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