viernes, 3 de mayo de 2013

3 de mayo, Sán Felipe Apóstol y Santiago el Menor Apóstol

Nació en Betsaida (Galilea) (Juan 1:44), junto al Lago de Genesaret y murió en Hierápolis (Turquía) o Cesarea de Filipo. En la Iglesia Romana se celebra junto a su condiscípulo Santiago el Menor, el 11 de mayo que, tras la reforma litúrgica del rito romano, se pasó al 3 de dicho mes. En el rito bizantino y eslavo se celebra el 14 de noviembre.

Biografía

Felipe estaba entre los que seguían a Juan el Bautista y contaba con él cuando Juan señaló por primera vez a Jesús como el Cordero de Dios. Al día siguiente de la llamada de Pedro, cuando estaba a punto de partir para Galilea, Jesús se encontró con Felipe y le llamó al apostolado con las palabras, “Sígueme”. Fue el quinto apóstol llamado. Felipe obedeció la llamada, y poco después trajo a Natanael como nuevo discípulo (Juan 1:43-45). Andres Hermano de simon Pedro trajo los panes y los peces y ayudó en el reparto de éstos en el milagro de la multiplicación de los panes que realizó Jesús.[1] Su nombre en el Evangelio aparece en Mateo 10:2-4; Marcos 3:14-19; Lucas 6:13-16; Juan 1:43-45; Juan 6:5-7; Juan 12:21-23; Juan 14:8-9 y Hechos 1:13.

Al pertenecer al Colegio Apostólico, va a predicar a Hierápolis (hoy en Turquía), en la cual muere a edad avanzada, siendo sus restos enterrados allí. Según la tradición los restos fueron más tarde trasladados a Constantinopla y de allí a la iglesia de los Dodici Apostoli de Roma, existiendo en la actualidad dos tumbas de un mismo apóstol o bien de dos "Felipes" diferentes.

Fuentes bíblicas y tradicionales

Con ocasión de la selección y envío de los doce apóstoles, Felipe está incluido entre los apóstoles propiamente dichos. Su nombre figura en el quinto lugar de las tres listas (Mateo 10:2-4; Marcos 3:14-19; Lucas 6:13-16) detrás de las dos parejas de hermanos, Pedro y Andrés, Santiago y Juan.

El Cuarto Evangelio registra tres episodios referentes a Felipe que ocurrieron durante la vida pública del Salvador:

Antes de la milagrosa alimentación de la multitud, Cristo se vuelve a Felipe con la pregunta: “¿Cómo vamos a comprar pan para que coman estos?” a lo que responde el Apóstol: “Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco” (6, 5-7).
Cuando algunos paganos en Jerusalén vienen a Felipe y le expresan su deseo de ver a Jesús, Felipe informa del hecho a Andrés y luego ambos llevan la noticia al Salvador (12, 21-23).
Cuando Felipe, después de que Cristo hubiera hablado a sus Apóstoles de conocer y ver al Padre, le dijo: “ Señor, muéstranos al Padre y nos basta”, recibe la respuesta: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (14, 8-9).
Estos tres episodios nos proporcionan un esbozo consistente de la personalidad de Felipe como hombre ingenuo, algo tímido, de mente juiciosa. Ninguna característica adicional se da en los Evangelios ni en los Hechos, aunque se le menciona en esta última obra (1, 13) como perteneciente al Colegio Apostólico.

La tradición del Siglo II referente a él es insegura, tanto más cuanto que se registra una tradición similar respecto a Felipe el Diácono y Felipe el Evangelista – un fenómeno que debe ser resultado de una confusión causada por la existencia de dos Felipes. En su carta a San Víctor, escrita hacia 189-98, el obispo Polícrates de Éfeso menciona entre las “grandes lumbreras”, a quienes el Señor buscará “el último día”, a “Felipe, uno de los Doce Apóstoles, que está enterrado en Hierópolis con sus dos hijas, que llegaron vírgenes a la vejez”, y una tercera hija, que “llevó una vida en el Espíritu Santo y descansa en Éfeso”. Por otro lado, según el Diálogo de Cayo, dirigido contra un montanista llamado Proclo, éste afirmó que “hubo cuatro profetisas, las hijas de Felipe, en Hierópolis en Asia donde aún está situada su tumba y la de su padre”. Los Hechos de los Apóstoles (Hechos 21:8-9) en realidad mencionan cuatro profetisas, las hijas del diácono y “Evangelista” Felipe, como viviendo entonces en Cesarea con su padre, y Eusebio, que da los extractos arriba citados (Hist. Eccl., III, xxxii), refiere a éste último la afirmación de Proclo.

La afirmación del obispo Polícrates tiene en sí misma más autoridad, pero es extraordinario que se mencione a tres hijas vírgenes del Apóstol Felipe (dos enterradas en Hierópolis), y que el diácono Felipe haya tenido también cuatro hijas, y que se diga que hayan sido enterradas en Hierópolis. Aquí también quizá debemos suponer que se haya producido una confusión entre los dos Felipes, aunque es difícil decidir cuál de los dos, el Apóstol o el diácono, fue enterrado en Hierópolis. Muchos historiadores modernos creen que fue el diácono; sin embargo, es posible que el Apóstol fuera enterrado allí y que el diácono también viviera y trabajara allí y fuera allí enterrado con tres de sus hijas y que estas fueran después erróneamente consideradas como hijas del Apóstol. Los apócrifos “Hechos de Felipe”, también se refieren a la muerte de Felipe en Hierópolis. La fiesta del Apóstol se celebra en la Iglesia Romana el 3 de mayo (junto con la de Santiago el Menor), y en la Iglesia Griega el 11 de diciembre.

Tumba

Un equipo de arqueólogos dirigido por el italiano Francesco d'Andria afirmó haber encontrado en Pamukkale, antigua Hierápolis (oeste), la tumba de San Felipe: "Tratamos de encontrar desde hace años la tumba de San Felipe (...) la encontramos finalmente entre los escombros de una iglesia (de la zona) que sacamos a la luz hace cerca de un mes", subrayó el arqueólogo, que trabaja desde hace varios años en Turquía, citado por la agencia Anatolia. Precisó que todavía no se abrió la tumba. "Un día será abierta sin duda. Este descubrimiento es de gran importancia para la arqueología y el mundo cristiano", se congratuló el arqueólogo. Originario de Galilea, actual Israel, Felipe fue uno de los discípulos de Cristo. Habría partido a evangelizar las regiones de Asia Menor y habría sido lapidado y luego crucificado por los romanos en Hierápolis, en Frigia. La actual Pamukkale es un sitio turístico conocido en especial por sus aguas termales, sus rocas sedimentarias y su piedra calcárea blanca, de donde surge el nombre de la ciudad, que significa en turco "castillo de algodón".[2]

Santiago el Menor

Apostol Santiago el Menor,
Nacimiento Desconocido.
Fallecimiento Jerusalén en el año 62

Atributos mazo de batanero
Patronazgo
boticarios, drogueros, bataneros, tintoreros.


Santiago, hijo de Alfeo o Santiago el Menor (para distinguirlo del otro apóstol del mismo nombre, Santiago el Mayor o hijo de Zebedeo y hermano de Juan) fue uno de los doce apóstoles de Jesucristo. Era hijo de Cleofás o Alfeo, (el hermano de José de Nazaret), y de María de Cleofás, y hermano de otro José (Marcos 15:40).

Mateo nos dice que hay dos apóstoles llamados Santiago :

Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó.

Mateo 10:2-4
El mismo Judas Tadeo manifiesta que es pariente cercano de Santiago el Menor, diciendo:

Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo:

Judas 1:1
La tradición cristiana siempre lo ha identificado como "el hermano del Señor" que se entrevistó con Pablo; con el Santiago mencionado en la Carta a los Gálatas como una de las "columnas de la Iglesia"; con el que tomó la palabra durante el Concilio de Jerusalén, evidentemente un líder de la comunidad, al que Pedro había mandado anunciar su liberación; quien quedó a cargo de la Iglesia de dicha ciudad cuando la dispersión de los apóstoles por el mundo y fue su primer obispo; con el Santiago a quien -según cuenta Pablo- se le apareció Jesús resucitado; y con el autor de la Carta de Santiago.

Marcos nos hace ver la diferencia entre los dos Apóstoles llamados Santiago y el otro Santiago, pariente de Jesús. Jesús, quien antes de los 30 años ayudaba a su padre en la carpintería, fue reconocido por las personas donde había crecido:

¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él.

Marcos 6:3
Pablo nos habla también de este tercer Santiago (Jacobo), el cual era diferente a los dos Apóstoles:

Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro y permanecí con él quince días; pero no vi a ningún otro de los Apóstoles, sino a Jacobo, el hermano del Señor.

Gálatas 1:18-19
Aunque el acierto más favorable viene de los escritos no bíblicos del historiador Flavio Josefo. Es de tomar en cuenta que en la sociedad del lugar, de naturaleza patriarcal, el término "hermano" cubría un amplio número de parientes cercanos, y no necesariamente implicaba el ser "hermano de sangre", es decir, hijo de los mismos padres. Así mismo con el término "primo", ya que la Virgen María y Santa Isabel tenían seguramente una relación familiar más lejana que la que se entiende hoy por ese término.

Josefo nos ilustra la muerte del hermano de Jesús en manos del Sumo Sacerdote Anás ben Anás o Ananus (Ananías) el cual no es el Ananías ben Nebedeo que enjuició al Apóstol Pablo :

Ananías era un saduceo sin alma. Convocó astutamente al Sanedrín en el momento propicio. El procurador Festo había fallecido y el sucesor, Albino, todavía no había tomado posesión. Hizo que el Sanedrín juzgase a Santiago, hermano de Jesús, quien era llamado Cristo, y a algunos otros. Les acusó de haber transgredido la Ley y les entregó para que fueran apedreados.
(Antigüedades judías, 20.9.1)
La historiografía data este evento en el año 62.





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