sábado, 1 de diciembre de 2012

1 DE DICIEMBRE 11º DÍA DE LA PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


«Queridos hijos: en estos días les pido que se
concentren en su preparación para el tiempo en que
sus almas recibirán gracias excepcionales. En la

fiesta del día de la consagración, la gracia de Dios
Padre caerá sobre ustedes como lluvia del Cielo;
entonces recogeré este rebaño escogido y lo juntaré
con mis pastores escogidos, únanse en un lazo de
unión en nombre de mi triunfo.



Sepan, queridos míos, que Yo deposito mi esperanza
en ustedes y a ustedes confió mi Corazón, en
ustedes descansa la gracia de salvación para la
humanidad.



Rueguen intensamente por el vicario de mi Hijo;
unan su corazón al de Él de manera especial;
ofrezcan en estos días todos los sufrimientos y
alegrías como el sacrificio de ustedes para la
consagración por la cual harán su promesa.



Entréguense del modo más virtuoso, miren hacia su
prójimo antes que a ustedes, Dios Padre ve todo lo
que hay dentro de sus almas; Él recompensará el
amor y la misericordia con su propio amor, El hará
justicia cuando se necesite.



Les suplico que junten este poderoso ejército de mi
corte por que la batalla nos espera y solamente
quedan unos momentos para que comience.
Queridos míos, yo soy su Madre, quédense como mis
hijos; denme sus corazones porque yo les he dado el
mío, confíenme todo lo que son que yo los moldearé
en lo que deben ser».

Mensaje de N.S. Medjugorje Marzo 13 de 1993



Guía: Nuestros corazones son poseídos por la
fuerza de esta unión; este es el momento al que
Nuestra Señora se refiere como el momento del
intercambio. Cuando la consagración es hecha
auténticamente con verdadero amor, es imposible
que el alma no sea transformada; así es verdad,
que cuando una persona le dice a otra que en la
consagración su vida fue transformada, realmente
manifiesta un cambio verdadero.



Esto sucede porque las fuerzas que se hayan
reunido en la consagración están en un estado tan
perfecto que en el momento intenso de gracia se
crea una transformación que tiene lugar con tal
magnitud, que no podría ocurrir de otra manera.



Dios ha dispuesto que esto suceda solo en este
Reino Celestial de la consagración; nosotros
comprendemos que es verdaderamente deseo y
voluntad de Dios que el alma complete el acto de
consagración.



Dirección: Hacer llegar el alma hasta la presencia
de Dios es el fundamento de la vida espiritual que
consiste en tres formas: evitar el pecado; practicar
la virtud y; la unión con Dios. La presencia de Dios
produce estos tres efectos: preserva el alma del
pecado; la guía hacia la práctica de la virtud y; la
mueve para unirse con Dios por medio de un amor
sagrado.



Para evitar el pecado, no hay mejor manera de
resistir la tentación que convencernos que Dios
tiene enfocados sus ojos sobre nosotros en cada
momento; si nos mantenemos siempre en la
presencia de Dios, con la conciencia de que Él lee
todos nuestros pensamientos, oye todas nuestras
palabras y observa todas nuestras acciones, esto
nos preserva de la maldad en nuestros
pensamientos, palabras y acciones.



El alma que permanece bajo su presencia divina,
no busca solamente agradar a los demás, sino que
sólo busca agradar a Dios; de este modo la virtud
crecerá en el alma. Finalmente, el alma crecerá
rápidamente en gracia por medio de la constante
unidad con Dios; esta unidad contiene una regla
infalible: que el amor aumenta siempre con la
presencia del objeto amado. Son estos tres dones
los que vienen como la gracia infundida del
espíritu Santo en tu consagración.



Meditación: ¡Oh Inmaculado Corazón de María!,
concédeme que yo te ame durante todo el resto
de mi vida y que pueda ser eternamente tuyo,
lleva mi corazón ante la presencia de tu hijo para
que la llama de mi amor aumente. Ayuda a mi alma
en la práctica de la virtud, tráele a mi corazón un
abundante deseo de tener la fuerza y el coraje
para convertirme en tu presencia dentro del
mundo. Moldea mi alma para ser un soldado
poderoso en tu corte y para desplegar la gracia de
tu triunfo sobre la tierra.

Ruego, querida Madre, recibir estos dones
infundidos en la venida del Espíritu Santo al
momento de mi consagración.



«Que se alegren en el desierto, y que la tierra seca
reverdezca y se cubra de flores la pradera. Que se
llenen de flores como junquillos, que salte y cante
de contento» (Isaías 35:1-2)

EL CREDO
> Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
> tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
> concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
> Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto
> y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre
> los muertos, subió a las cielos y está sentado a la derecha de Dios,
> Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
> Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los
> santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida
> eterna. Amén.
> CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
> Oh Señora mía, Oh Madre mía! Yo me entrego del todo a Vos; y
> en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día, mis ojos, mis
> oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy
> todo vuestro Oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como
> hijo y posesión vuestra.
> Amén
> EL ÁNGELUS
> V. El ángel de Señor anunció a María.
> R. Y Ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
> Ave María……
> V. He aquí la esclava del Señor.
> R. Hágase en mí según tu palabra.
> Ave María……
> V. Y el Verbo se hizo carne.
> R. Y habitó entre nosotros.
> Ave María……
> V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
> R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de
> Nuestro Señor Jesucristo.
> Amén
> Oremos: «Infunde Señor tu gracia en nuestros corazones, para
> que habiendo conocido por la voz del ángel el misterio de la Encarnación
> de tu hijo, podamos llegar por los méritos de su Pasión y su Cruz a la
> Gloria de la Resurrección. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.
> Amé
> PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN AL TRIUNFO DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
> CORONILLA DE VIRTUDES
> Para pedir:
> 1.Virtud de Fe
> 2.Virtud de Esperanza
> 3.Virtud de Caridad
> 4.Virtud de Humildad
> 5.Virtud de Paciencia
> 6.Virtud de Perseverancia
> 7.Virtud de la Obediencia
> Con cada una de las virtudes se deben recitar las siguientes oraciones:
> 1. Padre Nuestro…
> 2. Gloria al Padre…
> 3. Oración al Espíritu Santo
> Oración al Espíritu Santo: Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón,
> para ver las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi
> mente, para conocer las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo,
> dentro de mi alma, que yo le pertenezco solamente a Dios; Santifica
> todo lo que yo piense, diga y haga para que todo sea para la gloria de
> Dios. Amén

> ¡OH MARÍA!
> «Oh María; transforma mi corazón como el tuyo; colócale
> alrededor una corona de pureza adornada con virtud; toma mi corazón
> querida Madre consagrado como tuyo propio; preséntaselo a Dios Padre
> como una ofrenda de mí para ti. Ayúdame, Oh María, en hacer tu corazón
> más conocido cada día».

> ORACIÓN DE PENTECOSTÉS
> Mientras se reza esta oración dada por Nuestra Señora que
> nuestros corazones estén abiertos para reconocer y aceptar los
> obsequios del Espíritu Santo, y así avancemos confiadamente en esta
> batalla por el triunfo del Inmaculado Corazón. Estamos llamados para
> transformarnos en el reflejo de Cristo, un reflejo del rostro de Dios que
> será una atracción para todos, para que su gloria sea magnificada a
> través de nuestras vidas.
> «Mis queridos hijos: hoy ustedes les traen tanta alegría a mi
> Jesús. Yo les doy a ustedes una gran bendición de Dios. El desea
> crear en sus hijos unidad y gloria a Su Nombre.»

> Espíritu de Cristo: despiértame; Espíritu de Cristo: muéveme;
> Espíritu de Cristo: lléname; Espíritu de Cristo: séllame. Oh Padre
> Celestial, conságrame a tu Corazón y Voluntad; se en mí una fuente de
> virtudes, sella mi alma como la tuya para que tu reflejo en mí sea una
> luz que todos vean».

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