lunes, 26 de noviembre de 2012

LUNES 26 DE NOVIEMBRE: SEXTO DÍA DE PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


«Hijos míos; junten sus corazones como uno solo, recuerden
la intención de sus respuestas a mi llamado para honrar, amar y servir
a la Trinidad, tres personas en una.
Los amo y deseo para ustedes solo bondad y regocijo. ¡Mucho
se alcanzará para este día!; Prepárense para la batalla: la batalla final
para la armonía y la paz; manténganse fuertes y unidos, sosténganse
bajo la promesa de la paz global; el Padre Todopoderoso lo ha
asegurado.
El acto de consagración ha sido presentado y aceptado; la
conversión espera, Él ansia poseer cada corazón para llenar cada alma
con su reino. Tomen mi mano no teman, corran conmigo no vacilen,
empujen todo su ser al corazón de esta misión, deseo sus respuestas
al llamado de conversión.
Queridos hijos, esto significa, no solo que ustedes se consuman,
sino repartir esta chispa de amor; la unidad no puede ser creada por
uno mismo, sino alcanzando los corazones de los que te rodean y
asiendote al corazón que alcanza el tuyo. La conversión se encuentra
en ti por medio del reflejo de Él».
Guía: El alma reconoce que al hacer la consagración, ciertas
peticiones de gracia, intercesión, guía y dirección son concedidas por
Nuestra Señora; pero también es importante comprender lo que Ella
nos pide a cambio. Debemos recordar que no puede haber una relación
de un solo lado, debe estar presente la participación de ambos lados;
nosotros no podemos seguir adelante sin saber cual es el resultado
que nos espera al final. Nuestra Señora nos pide que avancemos en
santidad, pero es solo por su mano como se nos da el modo para
cumplirlo.
Dirección: Es verdad que cualquier bien que nosotros hagamos
viene de Dios, y que sin su gracia, nosotros no podemos ni pronunciar
su nombre; comprendiendo que nosotros dependemos enteramente
de gracia. Dios nos ordena tomar nuestra parte y cooperar con Él en la
obra de salvación; muchos desean llegar a ser santos pero quieren que
Dios haga todo el trabajo y que Él los lleve a la gloria eterna sin esfuerzo
o inconveniencia para ellos; pero esto es imposible, la ley divina de
Dios declara que la carga debe ser llevada por los dos, para mostrar
que su mano divina y nuestra cooperación son indispensablemente
necesarias para crear la santidad del alma.
Al llevar esta carga, se gana el mérito de la felicidad eterna; por
esto, nosotros tenemos que someter nuestras voluntades a la vivencia
evangélica para así aplastar el obstáculo a la santidad.
Meditación: ¡Oh Inmaculado Corazón de María!, confiado en la
Misericordia infinita de Dios, ruego con firme confianza amarte con
todo mi corazón; veo que las gracias que yo recibo, la luz, los buenos
deseos y la buena voluntad que Dios me da, son el fruto de tu intercesión.
Madre querida, continua intercediendo por este hijo, y ruega conmigo
por mi santificación hasta que todo mi ser llegue a ser como Dios lo
desea. Ruego para que mi consagración a Jesús, por medio tuyo, sea
sin ninguna reserva y ruego que mi firme esperanza pueda ser realizada
pronto.
«Así pues, debe brillar su luz
ante los hombres para que vean
sus buenas obras y glorifiquen
a vuestro Padre que está en los Cielos»
(Mateo 5:16)
ORACIONES DIARIAS
EL CREDO
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto
y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre
los muertos, subió a las cielos y está sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los
santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna. Amén.
CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Oh Señora mía, Oh Madre mía! Yo me entrego del todo a Vos; y
en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día, mis ojos, mis
oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy
todo vuestro Oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como
hijo y posesión vuestra.
Amén
EL ÁNGELUS
V. El ángel de Señor anunció a María.
R. Y Ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Ave María……
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Ave María……
V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Ave María……
V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de
Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
Oremos: «Infunde Señor tu gracia en nuestros corazones, para
que habiendo conocido por la voz del ángel el misterio de la Encarnación
de tu hijo, podamos llegar por los méritos de su Pasión y su Cruz a la
Gloria de la Resurrección. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.
Amén
CORONILLA DE VIRTUDES
Para pedir:
1.Virtud de Fe
2.Virtud de Esperanza
3.Virtud de Caridad
4.Virtud de Humildad
5.Virtud de Paciencia
6.Virtud de Perseverancia
7.Virtud de la Obediencia
Con cada una de las virtudes se deben recitar las siguientes oraciones:
1. Padre Nuestro…
2. Gloria al Padre…
3. Oración al Espíritu Santo
Oración al Espíritu Santo: Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón,
para ver las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi
mente, para conocer las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo,
dentro de mi alma, que yo le pertenezco solamente a Dios; Santifica
todo lo que yo piense, diga y haga para que todo sea para la gloria de
Dios. Amén
Diciembre 23 de 1991
¡OH MARÍA!
«Oh María; transforma mi corazón como el tuyo; colócale
alrededor una corona de pureza adornada con virtud; toma mi corazón
querida Madre consagrado como tuyo propio; preséntaselo a Dios Padre
como una ofrenda de mí para ti. Ayúdame, Oh María, en hacer tu corazón
más conocido cada día».
ORACIÓN DE PENTECOSTÉS
Espíritu de Cristo: despiértame; Espíritu de Cristo: muéveme;
Espíritu de Cristo: lléname; Espíritu de Cristo: séllame. Oh Padre
Celestial, conságrame a tu Corazón y Voluntad; se en mí una fuente de
virtudes, sella mi alma como la tuya para que tu reflejo en mí sea una
luz que todos vean».
Amén

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