martes, 14 de agosto de 2012

Preparacion 33 dias Totus Tuus Dia 25


  María nos comunica su espíritu

Oración:  INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

V  Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
R  Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V  Señor, envía tu Espíritu, y todo será creado
R  Y renovarás la faz de la tierra.

Oh Dios, que iluminaste los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

La Biblia: Por esta misma razón, pongan el mayor empeño en añadir 
a su fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la tem-
planza, a la templanza la tenacidad, a la tenacidad la piedad, a la pie-
dad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad. Pues si tienen estas
 cosas y las tienen en abundancia, no les dejarán inactivos ni estériles 
para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo. 
(2Pedro 1, 5-8)
San Luis María: María se hace, finalmente, indispensable para esta 
alma en sus relaciones con Jesucristo: le ilumina al espíritu con su fe, 
le ensancha el corazón al infundirle su humildad, le dilata e inflama 
con su caridad, le purifica con su pureza, le ennoblece y engrandece 
con su maternidad. Pero ¿a dónde voy a parar? Sólo la experiencia te
 enseñará los portentos que realiza María. Portentos que parecen in-
creíbles a los sabios y orgullosos y aún a los cristianos practicantes… 
el reino de Jesucristo. (Secreto de María #57)

Pregunta: ¿Qué parte de tu espíritu está más como María? ¿Y cuál no?

Oración:  ¡OH JESÚS, QUE VIVES EN MARÍA

Oh Jesús, que vives en María
ven a vivir en nosotros, tus siervos,
con tu Espíritu de santidad,
con la plenitud de tus dones,
con la perfección de tus caminos,
con la realidad de tus virtudes,
con la comunión de tus misterios.
Domina en nosotros sobre todo poder enemigo,
por tu Espíritu Santo, para gloria del Padre.
Amén.

Oración de la Noche:  ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA

Dios te salve, María
Hija amabilísima del Eterno Padre,
Madre admirable del Hijo,
Esposa fidelísima del Espíritu Santo,
Templo augusto de la Santísima Trinidad.
Dios te salve, Princesa soberana,
A quien todo está  sometida en el Cielo y en la tierra.
Dios te salve, Refugio seguro de los pecadores,
Nuestra Señora de la Misericordia, que a nadie has rechazado jamás.
Por más pecador que yo sea, me postro en tu presencia,
suplicándote me alcances de Jesús, tu Hijo querido,
la contrición y el perdón de todos mis pecados,
junto con la divina Sabiduría.
Me consagro a ti del todo y con todo lo que tengo.
Te elijo desde hoy por mi Madre y Señora.
Trátame, pues, como el último de tus hijos
y el más sumiso de tus servidores.
Escucha, Princesa mía, escucha los suspiros
de un corazón que desea amarte y servirte con fidelidad.

Que no se diga que, de todos los que a ti han recurrido,
soy el primero que ha sido abandonado.
¡Oh esperanza mía, oh vida mía,
oh mi fiel e inmaculada Virgen María!
Escúchame, defiéndeme, aliméntame,
instrúyeme y sálvame.
Amén

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