Hoy, el Carmelo Teresiano celebra la Festividad de la Transverberación de la Santa Madre.
“Entre las virtudes de Teresa, brilló
con luz propia la caridad divina. Este amor se fue avivando en ella
gracias a las innumerables visiones y revelaciones con que Cristo la
favoreció. Una vez el Señor la tomó por esposa. En otra ocasión Teresa
vio un ángel que con un dardo encendido le transverberaba el corazón. De
resultas de estas mercedes celestiales, sintió la Santa tan
abrasadamente el amor divino en las entrañas, que, inspirada por Dios,
emitió el voto, difícil en extremo, de hacer siempre lo que ella creyese
más perfecto y para mayor gloria de Dios”(Gregorio XV, Bula de
canonización).
Ella misma nos relata este místico acontecimiento:
“Quiso el Señor que viese aquí algunas
veces esta visión: veía un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo, en
forma corporal, lo que no suelo ver sino por maravilla; aunque muchas
veces se me representan ángeles, es sin verlos, sino como la visión
pasada que dije primero. En esta visión quiso el Señor le viese así: no
era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que
parecía de los ángeles muy subidos que parecen todos se abrasan.
Deben ser los que llaman querubines, que
los nombres no me los dicen; mas bien veo que en el cielo hay tanta
diferencia de unos ángeles a otros y de otros a otros, que no lo sabría
decir. Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me
parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón
algunas veces y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía
las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios.
Era tan grande el dolor, que me hacía dar aquellos quejidos, y tan
excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor, que no hay
desear que se quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. No es
dolor corporal sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo
algo, y aun harto. Es un requiebro tan suave que pasa entre el alma y
Dios, que suplico yo a su bondad lo dé a gustar a quien pensare que
miento” (Vida 29,13)
También lo plasmó en poesía:
"Hierome con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedó hecha
una con su criador.
Yo ya no quiero otro amor,
pues a mi Dios me he entregado,
y mi Amado es para mí,
y yo soy para mi Amado".
El Oficio de Lectura del Carmelo nos ofrece este comentario de Nuestro Padre San Juan de la Cruz:
De la Llama de amor viva de san Juan de la Cruz, presbítero y doctor de la Iglesia.
(Red.A,canc.2,2-4.9.12.8;B:A:C:,15(1960),1007-100.1011.1012.1010)
Me heriste el corazón
En el libro del Deuteronomio dice Moisés
que nuestro Señor Dios es fuego consumidor, es a saber, fuego de amor;
el cual. como sea de infinita fuerza, inestimablemente puede consumir, y
con grande fuerza abrasando transformar en si lo que tocare. Pero a
cada uno abrasa como le halla dispuesto: a unos mas a otros menos; y
también cuando el quiere y como y cuando quiere. Y, como el sea infinito
fuego de amor, cuando el quiere tocar al alma algo apretadamente, es el
ardor del alma en tan sumo grado, que le parece al alma que esta
ardiendo sobre todos los ardores del mundo. Y, como quiera que este
fuego divino tenga transformada en si la sustancia del alma, no
solamente siente cauterio, mas toda ella esta hecha un cauterio de
vehemente fuego.
Y es cosa admirable y digna de contar
que, con ser el fuego de Dios tan vehemente y consumidor, que a mayor
felicidad consumiría mil mundos que el fuego una raspa de lino, no
consuma y acabe los espíritus en que arde; sino que a la medida de su
fuerza y ardor los deleite y endiose, ardiendo en ellos suavemente por
la pureza de sus espíritus. Porque en estas comunicaciones, como su fin
es engrandecer al alma, no la aprieta, sino ensánchala; no la fatiga,
deléitala y clarifícala y enriquécela.
Y así, la dichosa alma que por grande
ventura a este cauterio llega todo lo sabe, todo lo gusta, todo lo que
quiere hace y se prospera, y ninguno prevalece delante de ella, ni le
toca. Porque esta es de quien dice el Apóstol: El espiritual todo lo
juzga, y el de ninguno es juzgado. (Y en otro lugar): El espíritu todo
lo rastrea, hasta los profundos de Dios.
Acaecerá que el alma sienta embestir en
ella un serafín con un dardo herbolado de amor encendidísimo,
traspasando esta ascua encendida del alma, o por mejor decir, aquella
llama, y cauterizarla subidamente; y entonces siente el alma en la
sustancia del espíritu como en el corazón del alma traspasado.
Pocas almas llegan a esto; mas algunas
han llegado, mayormente las de aquellos cuya virtud y espíritu se había
de difundir en la sucesión de sus hijos, dando Dios la riqueza y valor a
la cabeza según había de ser la sucesión de la casa en las primicias
del espíritu.
¡Oh dichosa llaga, hecha por quien no
sabe sino sanar! ¡Oh venturosa y mucho dichosa llaga, pues no fuiste
hecha sino para regalo y deleite del alma! Grande es la llaga, porque
grande es el que la hizo; y grande es su regalo, pues el fuego de amor
es infinito, y se mide según su capacidad. ¡Oh, pues, regalada llaga!, y
tanto mas subidamente regalada, cuanto mas en el centro intimo de la
sustancia toco el cauterio de amor, abrasando todo lo que se pudo
abrasar, para regalar todo lo que se pudo regalar.
PRECES
Aclamemos con jubilo a Cristo, Señor de la gloria y corona de todos los santos,
que nos concede hoy celebrar la memoria de santa Teresa, nuestra madre, y digámosle:
Te alabamos Señor.
Señor, fuente de vida y de santidad, que has mostrado en tus santos las maravillas de tu amor,
-queremos cantar hoy tus misericordias con nuestra madre Teresa de Jesús.
Tu que anhelas abrasar el mundo entero con el fuego de tu caridad,
- haz que seamos, ante los hombres, servidores y testigos de tu amor, a imitación de Sta Teresa.
Tu que, como amigo fiel, revelas a tus elegidos, los misterios de tu inmensa caridad,
- únenos a ti con los lazos de tu amistad divina, para que experimentemos tu amor y lo anunciemos a nuestros hermanos.
Tu que te manifiestas a los limpios de corazón,
- purifica nuestros ojos, para que te descubramos en todas las criaturas y en todos los acontecimientos.
Tu que resistes a los soberbios y amas a los humildes,
- Haz que andemos en verdad y vivamos al servicio de la Iglesia.
ORACION
Señor Dios nuestro, que abrasaste de un
modo maravilloso el corazón de nuestra madre Santa Teresa con el fuego
de tu Espíritu Santo, para fortalecerla en las empresas que por tu
nombre había de realizar en la Iglesia; concédenos, por su intercesión,
experimentar la fuerza de tu amor y trabajar con generosidad por la
venida de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo que vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
Tomado de:
http://carmelitasdivinamisericordia.blogspot.com
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