“¡Queridos hijos!
La razón por la cual estoy entre ustedes, mi misión, es ayudarlos a que venza el Bien, aunque a ustedes ahora eso no les parece posible.
Sé que muchas cosas no las comprenden, como tampoco yo comprendía todo, todo lo que mi Hijo me enseñaba mientras crecía junto a mí, pero yo creí en Él y lo seguí.
Eso mismo les pido a ustedes, que crean en mí y que me sigan.
Pero, hijos míos, seguirme a mí significa amar a mi Hijo por encima de todo, amarlo en cada ser humano, sin distinción.
Para que puedan hacerlo, los invito nuevamente a la renuncia, a la oración y al ayuno.
Los invito a que la vida de su alma sea la Eucaristía.
Los invito a ser mis apóstoles de luz, que en el mundo difundirán el amor y la misericordia.
Hijos míos, su vida es sólo un abrir y cerrar de ojos hacia la vida eterna.
Y cuando ustedes lleguen ante mi Hijo, Él verá en sus corazones cuánto amor han tenido.
Para que puedan difundir de la mejor manera el amor, yo le pido a mi Hijo que, a través del amor, les conceda la unión por medio de Él, la unidad entre ustedes, la unidad entre ustedes y sus pastores.
Mi Hijo siempre se dona de nuevo por medio de ellos y renueva vuestra alma. Eso no lo olviden.
¡Les doy las gracias!”
Fuentes: Centro María Reina de la Paz Montevideo-Uruguay
Mensaje extraordinario dado por la Virgen en Medjugorje a Iván el día 4 de agosto de 2014 en el Podbro
«Esta noche, particularmente, la Virgen ha venido contenta y feliz. Nos ha saludado a todos con su saludo materno: “¡Sea alabado Jesús, queridos hijos!”. Después oró por un tiempo prolongado sobre todos nosotros con los brazos extendidos en su lengua aramea. Oró particularmente por los enfermos y por los jóvenes. Luego la Virgen dijo:
“Queridos hijos, también hoy me alegro con ustedes en este tiempo de gracia, particularmente me alegro cuando veo a tantos de mis hijos felices durante estos días.
Los invito, queridos hijos, a orar en este tiempo por la paz. Oren por la paz, la paz que viene del corazón del hombre y mi Hijo morará en sus corazones y les traerá la paz porque Él es su paz.
Yo oro, queridos hijos, e intercedo junto a mi Hijo por todos ustedes. Por lo tanto, ¡perseveren en la oración y no tengan miedo!
Continúen orando.
Gracias, queridos hijos, por su perseverancia y gracias porque también hoy han respondido a mi llamado”»
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