LA IMPORTANCIA DE AMAR A MARIA
Toma, pues, bajo tu guarda a la Madre de Cristo, y obtendrás con eso una
gracia inmensa. Junto a ella realizarás muchos y grandes progresos espirituales,
serás instruido por sus palabras, edificado por sus ejemplos, ayudado por
sus plegarias, estimulado por sus exhortaciones, enardecido por su amor,
atraído por su devoción, elevado por su contemplación, colmado de alegría, henchido
de celestiales deleites. Escucharás de su boca los misterios de Dios, conocerás
temas secretos, aprenderás cosas admirables y comprenderás realidades
indecibles.
Por su presencia te harás más casto, te harás más puro, te harás más santo
y progresarás aun más en tu devoción. La mirada de ella es pudor, prudencia su
hablar, justicia sus acciones. Jesús es su lectura, Cristo su meditación, Dios su
contemplación. La dignidad de su rostro brilla como la luz, su figura respetable
a nadie ofende, su comportamiento vuelve casto a quien la mira. Su palabra
ahuyenta todo mal.
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