SAN MELITÓN y COMPAÑEROS
Imperando Licinio, hizo publicar un edicto en que mandaba,
so pena de la vida, abjurar la religión cristiana.
Había en el ejército cuarenta soldados que eran cristianos,
y el prefecto Agricolao los exhortó a negar la fe de Cristo.
No siendo obedecido, hízolos encerrar en la cárcel, donde
pasaron la noche cantando alabanzas al Señor, y Cristo
se les apareció diciendo: «Bien habéis comenzado: mirad
que acabéis bien». Arrojados desnudos en una laguna helada, pidieron al Señor que ninguno flaquease; mas uno de ellos,
vencido del frío, se pasó a un baño caliente, y luego expiró.
Habiendo visto un portero que velaba bajar los ángeles
con treinta y nueve coronas, movido de la maravilla,
se hizo cristiano.
Sacáronlos de la laguna para conducirlos en carros a una hoguera,
y reservaron a San Melitón, que por ser más joven, había resistido más a la violencia del frío; pero su madre le cogió en sus brazos
y le echó en uno de los carros, y todos fueron quemados
el día 9 de Marzo año de 316.
Oremos
Dios todopoderoso y eterno, que diste a los santos mártires
la valentía de aceptar la muerte por el nombre de Cristo:
concede también tu fuerza a nuestra debilidad para que,
a ejemplo de aquellos que no dudaron en morir por ti,
nosotros sepamos también ser fuertes, confesando
tu nombre con nuestras vidas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
SB
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