lunes, 21 de enero de 2013
Oración de Consagración
7-9-84 275
“¡Oh Madre! Quiero Consagrarme a Ti.
Virgen María hoy Consagro mi vida a Ti.
Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida,
para que me protejas, me guíes y me consueles.
Sé que en Ti mi alma encontrará reposo
y la angustia en mí no entrará,
mi derrota se convertirá en victoria,
mi fatiga en Ti fortaleza es”.
Amén.
San Francisco de Sales repondía así:
- Si eres débil debes comulgar para volverte fuerte.
- Si has pecado mucho te conviene comulgar (después de confesarte bien)
para que la presencia de Jesucristo te traiga fuerzas para no seguir
pecando tanto.
- Si te domina el mal genio, al recibir en la comunión al que es "manso y
humilde de corazón", El te irá contagiando de su bondad y su buen
genio.
- Si tienes inclinación a la impureza y al vicio, la presencia en tu
alma de Cristo el Cordero Inmaculado que jamás tuvo la más mínima mancha
de pecado, te irá dando fortaleza hacia todo lo que es impuro, y amor
por la virtud.
- Si te vence el orgullo, Jesús que es humilde te irá haciendo semejante
a El.
No comulgas por que ya eres santo, sino porque deseas llegar a la
santidad. Y sin comulgar no lo lograrías quizá jamás!
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