jueves, 13 de diciembre de 2012

13 DE DICIEMBRE VIGÉSIMO TERCER DÍA DE PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


MENSAJE

«Ángel mío, vengo para asegurar tu corazón en la intención y en la dirección de mi petición colocada dentro de ti. Querido, el llamado que pido compartas, no es por título ni por área geográfica. Mi única misión en estos días es traer la unión a todos los corazones y guiarlos a un abrazo con mi Hijo a través de la consagración a mi Inmaculado Corazón y su origen esta en el Cielo. Yo les concederé a todos el realizar éste esfuerzo, pero necesito los corazones de ustedes.


Deseo que tú pongas ante mis hijos, tus hermanos, el llamado a ser uno bajo la bandera de mi Inmaculado Corazón y de su Triunfo. Vengan juntos ahora como yo lo he pedido, ya que desconocen el impacto global de mi Corazón sobre el mundo en estos días. Por favor acepten la gracia que tanto deseo concederles. Estoy aquí para ser su refugio, no tengan miedo de este deseo». (Septiembre 7 de 1.993)


GUÍA


Nuestra Señora nos suplica que seamos consagrados a su Inmaculado Corazón y recibir y vivir un llamado que nunca antes fue hecho. Ella nos pide este día abrir nuestros corazones y permitir que la gracia del Cielo fluya como una corriente en cada uno de nuestros corazones. La grave naturaleza de su voz permanece una vez más en la serenidad de todos los deseos de Dios para lograr que sean conocidos hoy.


Este llamado es de tal magnitud que nosotros no podemos medirlo, Ella nos habla de la importancia de estos tiempos, nosotros estamos a punto de recibir la gracia de Dios como nunca antes; así el tiempo de gracia en que estamos es de una dimensión extraordinaria.


Ella pide que unamos nuestros corazones al de Ella sin vacilación, sin reserva, o sin dispensa; que nos abandonemos a Ella totalmente. A pesar de todo lo que Ella le ha dado al mundo en el curso de los siglos, muy especialmente en el curso de nuestra vida, nosotros continuamos creyendo firmemente que nuestros corazones están mejor cuidados por nosotros mismos.


DIRECCIÓN


Tanto como nuestro pobre y frágil corazón sea capaz, nosotros estamos llamados a buscar los deseos de Dios que serán realizados a través de nuestra consagración. Mateo 7:2)


¿A qué altura está llamada a volar nuestra alma?. Estamos invitados al Reino de una Coronación Celestial; por lo tanto debemos prometer primero nuestros corazones a su Sagrado abrazo. Debemos abandonar nuestras almas para que sean adornadas tanto con penas como con alegrías. Se nos pide que relevemos nuestros deseos y que resistamos a nuestra voluntad, para así poder estar vacíos, para después ser llenados con voluntad.


En la diaria aplicación de nuestra consagración debemos encontrar un crecimiento de virtudes y gracias; marcas a las almas vírgenes que pertenecen a su toque majestuoso.


MEDITACIÓN


¡Oh Inmaculado Corazón de María!, consume mi alma en Dios a través de tu abrazo maternal. Concédeme a través de la meditación que la virtud pueda impregnarme y guiarme a una imitación de su estado de gracia. Enciende mi corazón cada día para comprender más profundamente este divino plan de Dios. Cultiva en las profundidades de mí ser el anhelo de verdad y de justicia. Levanta la conciencia de mi alma a las alturas que Dios ha querido para ella. Anímame, querida Madre, a pertenecer al Cielo y permanecer con mis pies por encima de todo el mundo sin tocarlo. Amén.


«Tu palabra es antorcha de mis pasos y luz en mi camino» (Salmo 119:105)

ORACIONES DIARIAS
Las siguientes oraciones «deben ser recitadas
antes o después de la meditación de cada día,
según el texto de cada uno de los días»
CORONILLA DE VIRTUDES
Nuestra Señora tenía en su mano izquierda una coronilla rosada
y dorada y rezaba con la mano derecha. Ella recitaba todas las oraciones
muy despacio y reverentemente con mucho amor.
En la oración de esta coronilla Nuestra Señora hace una promesa,
la promesa de la perseverancia en la oración para el crecimiento de las
virtudes: la siembra de las semillas de santidad por las cuales la
gracia será cultivada. Esta coronilla contiene todas las virtudes que
Nuestra Señora desea encontrar en nuestras almas. Las gracias
contenidas en esta coronilla de oraciones son para guiar y dirigir nuestras
almas para lograr estos dones del Cielo. Por medio de estas siete
virtudes, nuestra alma vuela a las manos de Dios Padre.
«Queridos míos: estas oraciones son para obtener las
virtudes. Se empieza con el Credo, luego sigue la Consagración a Mi
Corazón Inmaculado y después el Ángelus. Posteriormente se reza la
virtud seguida por el Padre Nuestro, el Gloria al Padre y la oración al
Espíritu Santo. Después se recita la siguiente virtud y así se contemplan
las siete virtudes: Fe, Esperanza, Caridad, Humildad, Paciencia,
Perseverancia y Obediencia.
Octubre, 1 de 1.992
EL CREDO
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto
y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre
los muertos, subió a las cielos y está sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los
santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna. Amén.


CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Oh Señora mía, Oh Madre mía! Yo me entrego del todo a Vos; y
en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día, mis ojos, mis
oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy
todo vuestro Oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como
hijo y posesión vuestra.
Amén
EL ÁNGELUS
V. El ángel de Señor anunció a María.
R. Y Ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Ave María……
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Ave María……
V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Ave María……
V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de
Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
Oremos: «Infunde Señor tu gracia en nuestros corazones, para
que habiendo conocido por la voz del ángel el misterio de la Encarnación
de tu hijo, podamos llegar por los méritos de su Pasión y su Cruz a la
Gloria de la Resurrección. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.
Amén


CORONILLA DE VIRTUDES
Para pedir:
1.Virtud de Fe
2.Virtud de Esperanza
3.Virtud de Caridad
4.Virtud de Humildad
5.Virtud de Paciencia
6.Virtud de Perseverancia
7.Virtud de la Obediencia
Con cada una de las virtudes se deben recitar las siguientes oraciones:
1. Padre Nuestro…
2. Gloria al Padre…
3. Oración al Espíritu Santo
Oración al Espíritu Santo: Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón,
para ver las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi
mente, para conocer las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo,
dentro de mi alma, que yo le pertenezco solamente a Dios; Santifica
todo lo que yo piense, diga y haga para que todo sea para la gloria de
Dios. Amén
Diciembre 23 de 1991
¡OH MARÍA!
«Oh María; transforma mi corazón como el tuyo; colócale
alrededor una corona de pureza adornada con virtud; toma mi corazón
querida Madre consagrado como tuyo propio; preséntaselo a Dios Padre
como una ofrenda de mí para ti. Ayúdame, Oh María, en hacer tu corazón
más conocido cada día».
Marzo 19 de 1993
ORACIÓN DE PENTECOSTÉS
Mientras se reza esta oración dada por Nuestra Señora que
nuestros corazones estén abiertos para reconocer y aceptar los
obsequios del Espíritu Santo, y así avancemos confiadamente en esta
batalla por el triunfo del Inmaculado Corazón. Estamos llamados para
transformarnos en el reflejo de Cristo, un reflejo del rostro de Dios que
será una atracción para todos, para que su gloria sea magnificada a
través de nuestras vidas.
«Mis queridos hijos: hoy ustedes les traen tanta alegría a mi
Jesús. Yo les doy a ustedes una gran bendición de Dios. El desea
crear en sus hijos unidad y gloria a Su Nombre
Junio 6 de 1992
Espíritu de Cristo: despiértame; Espíritu de Cristo: muéveme;
Espíritu de Cristo: lléname; Espíritu de Cristo: séllame. Oh Padre
Celestial, conságrame a tu Corazón y Voluntad; se en mí una fuente de
virtudes, sella mi alma como la tuya para que tu reflejo en mí sea una
luz que todos vean».
Amén

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