DÉCIMO QUINTO DÍA
«Ángel mío: Dios Padre
considera de suma importancia la
consagración de las
almas a mi Inmaculado Corazón; por esta razón,
yo les pido rezar el
Rosario todos los días, practicar la devoción de los
primeros sábados y
recurrir a mi con tus peticiones para yo exponerlas
ante Él. Haz todo esto
por amor a mí, que yo todo lo ofrezco por amor
a ti.
Querido ángel mío,
comienza cada día de esta manera:
«Oh María transforma
mi corazón como el tuyo; colócale al
rededor una corona de
pureza adornada con virtud; toma mi corazón
querida Madre
consagrado como tuyo propio; preséntaselo a Dios Padre
como una ofrenda de mí
para ti. Ayúdame, ¡Oh! María, en hacer tu
Corazón más conocido
cada día».
Marzo 19 de 1993
Guía: La consagración es un acto necesario para
que se cumpla
el Triunfo de Nuestra
Señora. Su triunfo elevará a los creyentes al estado
de culminación
necesaria para el Reinado del Sagrado Corazón y juntos
abrirán el paso para
la causa de la Redención y Corredención que nace
de la unión de los dos
corazones.
Nuestra Señora nos
llevará de la consagración al triunfo; y el
triunfo será entonces
la base para el Reino del Sagrado Corazón; dentro
de estos dos corazones
se encierra el plan de Dios para redimir y
corredimir al mundo.
Dirección: Al entregar nuestros corazones a la Madre
de Dios
no nos hagamos la
ilusión de que no tenemos que pagar su precio,
Ella pide ser Nuestra
Madre y nosotros prometemos ser sus hijos;
pero exige ciertos
requisitos: primero, nosotros debemos enmendar
nuestra vida y
rechazar el pecado y la maldad mundana; segundo, es
necesario entregarles
nuestros corazones, nuestras mentes y el
cuidado de nuestras
almas; tercero, debemos atraer a otros para que
amen su Corazón
Inmaculado; por ultimo, debemos permanecer para
siempre a sus pies y
dar gracias incesantemente al Señor por el regalo
de su propia Madre.
Meditación: ¡Oh Inmaculado Corazón de María!, ruega
para
que yo obtenga la
pureza del alma porque a ti se te otorga todo lo que
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pides; ¡Oh María!, yo
encomiendo mi alma a tu cuidado maternal,
alcánzame la virtud de
la perseverancia para obtener la gracia divina;
permíteme por medio de
esta consagración recurrir a ti siempre en
todas mis tentaciones
y en todos los peligros de perder la vida eterna.
En la hora de mi
muerte asísteme y encomienda mi alma en las manos
del Padre; en ti pongo
toda mi confianza y mi convicción enfocadas
hacia el bien de tu
triunfo.
«Comprueben ahora que
no he trabajado
por mi solo, sino para
los que buscan la sabiduría»
(Eclesiastés 24:34)
ORACIONES DIARIAS
Las siguientes
oraciones «deben ser recitadas
antes o después de la
meditación de cada día,
según el texto de cada
uno de los días»
CORONILLA DE VIRTUDES
Nuestra Señora tenía
en su mano izquierda una coronilla rosada
y dorada y rezaba con
la mano derecha. Ella recitaba todas las oraciones
muy despacio y
reverentemente con mucho amor.
En la oración de esta
coronilla Nuestra Señora hace una promesa,
la promesa de la
perseverancia en la oración para el crecimiento de las
virtudes: la siembra
de las semillas de santidad por las cuales la
gracia será cultivada.
Esta coronilla contiene todas las virtudes que
Nuestra Señora desea
encontrar en nuestras almas. Las gracias
contenidas en esta
coronilla de oraciones son para guiar y dirigir nuestras
almas para lograr
estos dones del Cielo. Por medio de estas siete
virtudes, nuestra alma
vuela a las manos de Dios Padre.
«Queridos míos:
estas oraciones son para obtener las
virtudes. Se empieza
con el Credo, luego sigue la Consagración a Mi
Corazón Inmaculado y
después el Ángelus. Posteriormente se reza la
virtud seguida por el
Padre Nuestro, el Gloria al Padre y la oración al
Espíritu Santo.
Después se recita la siguiente virtud y así se contemplan
las siete virtudes:
Fe, Esperanza, Caridad, Humildad, Paciencia,
Perseverancia y
Obediencia.
Octubre, 1 de 1.992
EL CREDO
Creo en Dios, Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra. Creo en
Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen, padeció bajo
el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto
y sepultado, descendió
a los infiernos, al tercer día resucitó de entre
los muertos, subió a
las cielos y está sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu
Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los
santos, el perdón de
los pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna. Amén.
CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Oh Señora mía, Oh
Madre mía! Yo me entrego del todo a Vos; y
en prueba de mi filial
afecto, os consagro en este día, mis ojos, mis
oídos, mi lengua, mi
corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy
todo vuestro Oh Madre
de bondad, guardadme y defendedme como
hijo y posesión
vuestra.
Amén
EL ÁNGELUS
V. El ángel de Señor
anunció a María.
R. Y Ella concibió por
obra y gracia del Espíritu Santo.
Ave María……
V. He aquí la esclava
del Señor.
R. Hágase en mí según
tu palabra.
Ave María……
V. Y el Verbo se hizo
carne.
R. Y habitó entre
nosotros.
Ave María……
V. Ruega por nosotros
Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos
dignos de alcanzar las promesas y gracias de
Nuestro Señor
Jesucristo.
Amén
Oremos: «Infunde Señor
tu gracia en nuestros corazones, para
que habiendo conocido
por la voz del ángel el misterio de la Encarnación
de tu hijo, podamos
llegar por los méritos de su Pasión y su Cruz a la
Gloria de la
Resurrección. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.
Amén
CORONILLA DE VIRTUDES
Para pedir:
1.Virtud de Fe
2.Virtud de Esperanza
3.Virtud de Caridad
4.Virtud de Humildad
5.Virtud de Paciencia
6.Virtud de
Perseverancia
7.Virtud de la
Obediencia
Con cada una de las
virtudes se deben recitar las siguientes oraciones:
1. Padre Nuestro…
2. Gloria al Padre…
3. Oración al Espíritu
Santo
Oración al Espíritu
Santo: Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón,
para ver las cosas que
son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi
mente, para conocer
las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo,
dentro de mi alma, que
yo le pertenezco solamente a Dios; Santifica
todo lo que yo piense,
diga y haga para que todo sea para la gloria de
Dios. Amén
Diciembre 23 de 1991
¡OH MARÍA!
«Oh María; transforma
mi corazón como el tuyo; colócale
alrededor una corona
de pureza adornada con virtud; toma mi corazón
querida Madre
consagrado como tuyo propio; preséntaselo a Dios Padre
como una ofrenda de mí
para ti. Ayúdame, Oh María, en hacer tu corazón
más conocido cada
día».
Marzo 19 de 1993
ORACIÓN DE PENTECOSTÉS
Mientras se reza esta
oración dada por Nuestra Señora que
nuestros corazones
estén abiertos para reconocer y aceptar los
obsequios del Espíritu
Santo, y así avancemos confiadamente en esta
batalla por el triunfo
del Inmaculado Corazón. Estamos llamados para
transformarnos en el
reflejo de Cristo, un reflejo del rostro de Dios que
será una atracción
para todos, para que su gloria sea magnificada a
través de nuestras
vidas.
«Mis queridos
hijos: hoy ustedes les traen tanta alegría a mi
Jesús. Yo les doy a
ustedes una gran bendición de Dios. El desea
crear en sus hijos
unidad y gloria a Su Nombre.»
Junio 6 de 1992
Espíritu de Cristo:
despiértame; Espíritu de Cristo: muéveme;
Espíritu de Cristo:
lléname; Espíritu de Cristo: séllame. Oh Padre
Celestial, conságrame
a tu Corazón y Voluntad; se en mí una fuente de
virtudes, sella mi
alma como la tuya para que tu reflejo en mí sea una
luz que todos vean».
Amén
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