jueves, 13 de diciembre de 2012

El Magnificat y el Cántico de Zacarías



Quería compartir una pequeña reflexión de lo que queda del tiempo de adviento, me llamaba la atención la belleza de el Cántico de María (Lucas 1,46) y el Cántico de Zacarías (Lucas 1,68), y quise hacer un análisis muy simple (se que quizás soy el menos indicado, pero me afane haciéndolo), para encontrar alguna relación entre ellos.

Sabemos que los dos suceden como consecuencia de un mensaje del Ángel Gabriel, que los contextos son la Visita de la Virgen María a su prima Isabel y el nacimiento de Juan, respectivamente, y que están íntimamente ligados con el Nacimiento del niño Jesús, pero ensayaré una lectura clásica de mente, corazón y acción.

Me parece que son conscientes, los dos, de su encuentro con Dios, en la mente han profundizado la misericordia que creo que es la relación clave entre los dos cánticos, pero Zacarías aun no comprende del todo la misericordia, el amor del Señor. María lo sabe, toda su vida fue educada en esto, es madre y maestra de misericordia, Dios la escogió como la santísima virgen de Nazareth. Zacarías, anciano justo, muy docto el, “irreprensible caminaba en los preceptos y observancias del señor” (Lucas 1,6), sin embargo no acoge, no cree, en realidad su mente no comprende y queda mudo. Esta es la figura de muchos de nosotros, que con buena, media o poca formación en la fe, aun no aceptamos que no todo lo podemos entender, la reverencia ante los misterios de Dios se ve aquí como elemento importante para confiar cada vez más en Jesús.

Los sentimientos en el corazón de María y Zacarías al estar llenos del espíritu se ven manifiestos. Los dos cánticos, se producen al ser colmados por el Espíritus Santo. Son cánticos hermosos, son la alegría ante el encuentro con El Salvador, son cánticos proféticos. El “Magnificat” no se vive como una respuesta a Isabel o una plegaria propia de María, sino como una libre y hermosa explosión de júbilo, incubado desde la anunciación-encarnación pues María “guardaba todo esto y lo meditaba en su corazón” (Lucas 2,19), se aprecia entonces el “Laudate Dominum” en su máxima expresión. Zacarías por su parte,es lanzado en alabanza, el mismísimo amor lo envuelve. Quizás también por esto la iglesia, nuestra sabia Iglesia, lo ubica como el Cántico Evangélico que rezamos todas las mañanas en las Laudes.

Entra en acción la diferencia entre los dos personajes bíblicos, María responde, al instante, no tarda, es todo prontitud. Y su cántico se escucha de inmediato. Zacarías, incrédulo por sus enseñanzas como sacerdote en el templo de aquellos tiempos queda mudo hasta que es cuestionado, educado en la paciencia, confía y responde (“y escribió: Juan se llamara” Lucas 1,63), ya no hace caso a sus planes ni a los de su estirpe, sino al plan de Dios Amor. Zacarías pasa de sacerdote a profeta y nuevamente irrumpe el santo espíritu de amor, así como en María comunico las acciones del Señor ("dispersa a los soberbios de corazon"..."y enaltece a los humildes..." Lucas 1,52s), mediante Zacarías comunica la misión que el mismo Dios nos encomienda, lo que el quiere de nosotros (“le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.” Lucas 1,74).


Aparte de la misericordia como una relación visible entre los dos cánticos, me llamo la atención que en el “Magnificat” se manifiesta varias veces la humildad. Y también que en los dos se menciona a Abrahán nuestro padre en la fe que nos habla de la fidelidad de Dios. Pidamosle pues al Señor que en este último tramo de adviento preparemos corazones para la venida del niñito Dios, nos asemejemos cada vez más a la Virgen María y crezcamos además en fidelidad a nuestro Señor Jesucristo.

Fuente:  http://nobisdatus.blogspot.com.es/2008/12/el-magnificat-y-el-cntico-de-zacaras.html

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