viernes, 7 de diciembre de 2012

DOMINIO PROPIO.



La Palabra compara a una persona sin dominio propio a una ciudad que está a merced del enemigo y que controla su vida. Proverbios 25:28 nos dice:" Como ciudad derribada y sin muro. Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda".
Es impresionante la importancia que este tema tiene en la vida de las personas y que no siempre se le pone la atención que merece. Pero también estoy segura que hay muchos hijos de Dios con esta inquietud y que día a día están librando su propia batalla venciendo tentaciones con la ayuda del Espíritu Santo.
La Palabra compara a una persona sin dominio propio a una ciudad que está a merced del enemigo y de fortalezas externas que llegan a tener el control de su vida. Definición de Dominio propio: "virtud de uno que controla sus deseos y asiones, especialmente sus apetitos sensuales". Del griego sofronismós; disciplina, i.e. control de uno mismo; dominio propio
2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.
Los dones y el poder que Dios concede a sus hijos no se fortalecen por sí solos sino como dice Pablo deben ser avivados por la gracia de Dios mediante la fe, oración, obediencia y diligencia.
“Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud;a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.” (2 Pedro 1:5-7)
Aquí lo primero que nos recomienda Pedro es poner “toda diligencia” lo que significa que nuestra participación es activa para cultivar todas estas virtudes y poder tener una vida victoriosa en Cristo. Podemos observar que al dominio propio le antecede el conocimiento lo cual nos sugiere que lo que aprendemos, lo que está en nuestra mente debe ser puesto en práctica.
De allí que la clave para tener control espiritual sobre tus emociones negativas, tus pensamientos y tus actos es la renovación de la mente y que tus pensamientos estén de acuerdo con los de Dios.
En tu mente es donde se levantan argumentos negativos críticos e indisciplinados que te llevan a acciones negativas en contra de la voluntad divina. Normalmente nuestras acciones son dirigidas por nuestra forma de pensar, así que el primer paso para actuar correctamente es tener pensamientos correctos en otras palabras, amurallar tu ciudad (tu mente) con muros fuertes (pensamiento de Cristo) que no puedan ser derribados por los argumentos del diablo y los deseos de la carne.
Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo.” ( 2 Corintios 10:4-5) ¿Cómo puedes renovar tu mente? ¿Cómo puede el fruto del espíritu prevalecer sobre las obras de la carne?
Conociendo tu identidad en Cristo, tu posición y tu relación con El. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios." Y vosotros no recibisteis un espíritu que de nuevo os esclavice al miedo, sino el Espíritu que os adopta como hijos y os permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!» El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios”. (Romanos 8:14-16)
Tu puedes tener control sobre tus pensamientos y por lo tanto sobre tus acciones, por medio del conocimiento y la certeza de que todo ha sido hecho nuevo en ti a través de El. Que Cristo es tu fortaleza y el Espíritu Santo tu guía. Que juntamente con El todo es posible. Si tu lo decides, si rechazas todo pensamiento que se levante en contra de la voluntad de Dios, si tu mirada está puesta en lo celestial y no en lo terrenal.
Efesios 4:22-24 “Que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe Según los deseos engañosos, ser renovados en la actitud de vuestra mente; y poneros el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad.”
En conclusión, busca primeramente el Reino de Dios, permitiendo que su Palabra impregne tus pensamientos, reconoce tu posición en El, adórale y glorifícalo, reconócelo en todos tus caminos y el te guiará en tu diario vivir.

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