MENSAJE
«Ángel mío, vengo en estos días a darte aquello que será necesario para cumplir todos los requisitos de Dios. Por mi intenso amor, mi Corazón le es dado al mundo. A través de mi Inmaculado Corazón, esta segunda gracia puede descender hoy sobre la humanidad. De la misma manera que el vino de mi vientre como el Caballero de Salvación para el mundo, así Él desea traer su tierno y amoroso Corazón una vez más a sus hijos. El ha decidido entregar su Sagrado Corazón otra vez, por medio de mi Inmaculado Corazón.
Por lo tanto ya ves, ángel mío, lo importante que es cada corazón consagrado a mi Triunfo porque, a través de mi Corazón, ellos encontrarán el de Él, de una manera más profunda.
Pido que este llamado sea dado a todos los corazones para que esta inmensa gracia celestial pueda derretirlos y moldearlos en la imitación de mi Inmaculado Corazón. Así, en esta forma, y solo en esta forma, podrán ellos ser traídos al portal del Cielo y colocarlos donde Dios siempre ha deseado que ellos descansen en su luz». (Septiembre 29 de 1.993)
GUÍA
De la corte que le pertenece a Nuestra Señora, vendrán los santos y los ejemplos para el futuro. Esos serán aquellos que han fundado el Triunfo de su Inmaculado Corazón y han sido probados a fuego. Estas grandes almas estarán llenas de celo y llenas de gracia. Estas serán escogidas para luchar contra los enemigos de Dios. Esta batalla se enfurecerá a su alrededor y ellos permanecerán singularmente concentrados en el Inmaculado Corazón de Nuestra Señora.
Ellos serán iluminados por su luz, fortalecidos por su mano, guiados por su Espíritu, soportados por su brazo, y acogidos bajo su manto de protección. Con sus palabras y ejemplos, ellos atraerán al mundo entero al Inmaculado Corazón de María, ellos se harán de muchos enemigos pero también traerán victorias y gloria a Dios. Estos son los apóstoles del Triunfo unidos al Corazón de Nuestra Señora por la consagración.
DIRECCIÓN
La devoción a Nuestra Señora es necesaria para todo el mundo a fin de conseguir su salvación. Es aún más importante para aquellos que aceptan el llamado a la perfección. No es posible adquirir una intima unión con Dios y con el Espíritu Santo sin una sincera unión con Nuestra Señora. Esta unión conlleva una gran dependencia a su buena voluntad e instintos maternales. Es el corazón de Nuestra Señora el que gana el acceso a la puerta del estrecho camino al Cielo.
Nuestra consagración nos llama al escondido mundo del vientre de Nuestra Madre María; que está llena de todos los misterios del Cielo, esperando ser dispensados a todos los humildes de corazón. Nosotros, llamados a ser elegidos, somos llamados a este paraíso secreto dentro de la Santísima Virgen.
Es desde este reino místico donde nosotros seremos transformados y moldeados conforme la imagen perfecta de Dios, nos convertiremos el ejemplo de unidad, conversión y santidad.
MEDITACIÓN
¡Oh Inmaculado Corazón de María!, dale a mi alma la perfección a la que he sido llamada!. Concede a mi alma la habilidad que se requiere para permanecer en el llamado a la santidad. Escóndeme en tu vientre, querida Madre, consagrado como hijo tuyo y cosa tuya, ilumina la tarea que estoy llamado a realizar. Mándame a los campos a recoger la cosecha de tu Triunfo: todas las almas que anhelan tu abrazo.
«Apareció en el Cielo una señal grandiosa: una mujer vestida de sol (Apocalipsis 12:1)
ORACIONES DIARIAS
Las siguientes
oraciones «deben ser recitadas
antes o después de la
meditación de cada día,
según el texto de cada
uno de los días»
CORONILLA DE VIRTUDES
Nuestra Señora tenía
en su mano izquierda una coronilla rosada
y dorada y rezaba con
la mano derecha. Ella recitaba todas las oraciones
muy despacio y
reverentemente con mucho amor.
En la oración de esta
coronilla Nuestra Señora hace una promesa,
la promesa de la
perseverancia en la oración para el crecimiento de las
virtudes: la siembra
de las semillas de santidad por las cuales la
gracia será cultivada.
Esta coronilla contiene todas las virtudes que
Nuestra Señora desea
encontrar en nuestras almas. Las gracias
contenidas en esta
coronilla de oraciones son para guiar y dirigir nuestras
almas para lograr
estos dones del Cielo. Por medio de estas siete
virtudes, nuestra alma
vuela a las manos de Dios Padre.
«Queridos míos:
estas oraciones son para obtener las
virtudes. Se empieza
con el Credo, luego sigue la Consagración a Mi
Corazón Inmaculado y
después el Ángelus. Posteriormente se reza la
virtud seguida por el
Padre Nuestro, el Gloria al Padre y la oración al
Espíritu Santo.
Después se recita la siguiente virtud y así se contemplan
las siete virtudes:
Fe, Esperanza, Caridad, Humildad, Paciencia,
Perseverancia y
Obediencia.
Octubre, 1 de 1.992
EL CREDO
Creo en Dios, Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra. Creo en
Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen, padeció bajo
el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto
y sepultado, descendió
a los infiernos, al tercer día resucitó de entre
los muertos, subió a
las cielos y está sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu
Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los
santos, el perdón de
los pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna. Amén.
CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Oh Señora mía, Oh
Madre mía! Yo me entrego del todo a Vos; y
en prueba de mi filial
afecto, os consagro en este día, mis ojos, mis
oídos, mi lengua, mi
corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy
todo vuestro Oh Madre
de bondad, guardadme y defendedme como
hijo y posesión
vuestra.
Amén
EL ÁNGELUS
V. El ángel de Señor
anunció a María.
R. Y Ella concibió por
obra y gracia del Espíritu Santo.
Ave María……
V. He aquí la esclava
del Señor.
R. Hágase en mí según
tu palabra.
Ave María……
V. Y el Verbo se hizo
carne.
R. Y habitó entre
nosotros.
Ave María……
V. Ruega por nosotros
Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos
dignos de alcanzar las promesas y gracias de
Nuestro Señor
Jesucristo.
Amén
Oremos: «Infunde Señor
tu gracia en nuestros corazones, para
que habiendo conocido
por la voz del ángel el misterio de la Encarnación
de tu hijo, podamos
llegar por los méritos de su Pasión y su Cruz a la
Gloria de la
Resurrección. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.
Amén
CORONILLA DE VIRTUDES
Para pedir:
1.Virtud de Fe
2.Virtud de Esperanza
3.Virtud de Caridad
4.Virtud de Humildad
5.Virtud de Paciencia
6.Virtud de
Perseverancia
7.Virtud de la
Obediencia
Con cada una de las
virtudes se deben recitar las siguientes oraciones:
1. Padre Nuestro…
2. Gloria al Padre…
3. Oración al Espíritu
Santo
Oración al Espíritu
Santo: Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón,
para ver las cosas que
son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi
mente, para conocer
las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo,
dentro de mi alma, que
yo le pertenezco solamente a Dios; Santifica
todo lo que yo piense,
diga y haga para que todo sea para la gloria de
Dios. Amén
Diciembre 23 de 1991
¡OH MARÍA!
«Oh María; transforma
mi corazón como el tuyo; colócale
alrededor una corona
de pureza adornada con virtud; toma mi corazón
querida Madre
consagrado como tuyo propio; preséntaselo a Dios Padre
como una ofrenda de mí
para ti. Ayúdame, Oh María, en hacer tu corazón
más conocido cada
día».
Marzo 19 de 1993
ORACIÓN DE PENTECOSTÉS
Mientras se reza esta
oración dada por Nuestra Señora que
nuestros corazones
estén abiertos para reconocer y aceptar los
obsequios del Espíritu
Santo, y así avancemos confiadamente en esta
batalla por el triunfo
del Inmaculado Corazón. Estamos llamados para
transformarnos en el
reflejo de Cristo, un reflejo del rostro de Dios que
será una atracción
para todos, para que su gloria sea magnificada a
través de nuestras
vidas.
«Mis queridos
hijos: hoy ustedes les traen tanta alegría a mi
Jesús. Yo les doy a
ustedes una gran bendición de Dios. El desea
crear en sus hijos
unidad y gloria a Su Nombre.»
Junio 6 de 1992
Espíritu de Cristo:
despiértame; Espíritu de Cristo: muéveme;
Espíritu de Cristo:
lléname; Espíritu de Cristo: séllame. Oh Padre
Celestial, conságrame
a tu Corazón y Voluntad; se en mí una fuente de
virtudes, sella mi
alma como la tuya para que tu reflejo en mí sea una
luz que todos vean».
Amén
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