jueves, 22 de noviembre de 2012
JUEVES 22 DE NOVIEMBRE: SEGUNDO DÍA DE LA PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA.
SEGUNDO DÍA
«Mis queridos hijos. Vengo a ofrecerles mi más grande regalo:
darles mi amor en un intercambio muy especial – Mi Corazón por el de
ustedes. En este intercambio, ustedes harán el Acto de Consagración
a mi Inmaculado Corazón participando así en mi Triunfo. Hijos míos,
yo lo pido pero la decisión es solamente de ustedes».
Agosto 9 de 1992
Guía: Nuestra Señora nos recuerda cual es el propósito de la
Consagración. La Consagración encierra la promesa del alma de ser
poseída por Ella y por medio de Ella por Dios, por el Espíritu Santo.
Como Ella permanece como la esposa del Espíritu Santo, todo le es
dado por Dios y de este modo, nuestros corazones también están
prometidos a Dios por medio de nuestra Consagración a Ella.
Como el propósito entero de Nuestra Señora es llevar a todos
los corazones a su Hijo, Ella en efecto, está recogiendo todas las
almas para Él.
En el Acto de Consagración, por medio de la gracia divina, nuestro
corazón es intercambiado por el corazón de Nuestra Señora y entonces
nuestras almas son purificadas y sanadas por medio de una
reconciliación enfocada hacia Dios. Cuando el alma llega a unirse con
Nuestra Señora, el deseo de imitarla a Ella se convierte en el propósito
de esta unión.
El corazón es elevado al nivel de pureza necesaria para que
corresponda con la imitación de Nuestra Señora y así llegar a la
atmósfera Espiritual necesaria para que pueda ocurrir el intercambio
de corazones. En esta invitación, nuestro corazón es atraído por la
fuerza del deseo para que pueda encontrarse al otro lado con Dios para
el intercambio. El Acto de Consagración es una comunión Espiritual
con Jesús a través del Corazón de Nuestra Señora.
Dirección: Nuestra Señora nos dice que nosotros no
reconocemos el poder que se nos da por medio de la oración. Nosotros
llevamos la llave para la paz del mundo en nuestros corazones. Por
medio de la oración, la relación entre Dios y nosotros es aumentada; y
mediante este tiempo que pasamos con El, de corazón a corazón,
todas nuestras necesidades serán satisfechas.
Nosotros debemos dedicar un tiempo para hacer crecer esta
relación. No es posible tener una relación de uno solo nada más.
Debemos darle tiempo a El, para que El revele a nuestro corazón sus
designios para nosotros. En la soledad de la oración, nuestra alma
aprende todos los misterios del Cielo.
Meditación: ¡Oh Corazón Inmaculado de María!, ayúdame a
rezar para que el fuego de mi corazón pueda llegar, por medio tuyo, al
nivel necesario para el intercambio de mi corazón por el tuyo. Madre
querida, yo ruego para poder darte el «SI» de la simplicidad, creada
por la pureza de mi corazón con la intención de imitar a tu corazón.
Santa María, asísteme en mi deseo para amar a Dios con toda mi
alma, para hacer todo lo que esté en mi poder para agradarlo a El, que
me ama tanto. Deseo unirme a Ti eternamente para que Tú puedas
presentarme ante el trono de Tu Hijo en un estado de perfección y lleno
de amor sagrado.
«Y todo el que deja casa, hermanos, hermanas,
padre, madre, hijos o propiedades,
por amor de mi Nombre, recibirá cien veces
lo que dejó y tendrá por herencia la vida eterna.
(Mateo 19:29)
ORACIONES DIARIAS
EL CREDO
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto
y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre
los muertos, subió a las cielos y está sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los
santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna. Amén.
CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Oh Señora mía, Oh Madre mía! Yo me entrego del todo a Vos; y
en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día, mis ojos, mis
oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy
todo vuestro Oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como
hijo y posesión vuestra.
Amén
EL ÁNGELUS
V. El ángel de Señor anunció a María.
R. Y Ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Ave María……
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Ave María……
V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Ave María……
V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de
Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
Oremos: «Infunde Señor tu gracia en nuestros corazones, para
que habiendo conocido por la voz del ángel el misterio de la Encarnación
de tu hijo, podamos llegar por los méritos de su Pasión y su Cruz a la
Gloria de la Resurrección. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.
Amén
CORONILLA DE VIRTUDES
Para pedir:
1.Virtud de Fe
2.Virtud de Esperanza
3.Virtud de Caridad
4.Virtud de Humildad
5.Virtud de Paciencia
6.Virtud de Perseverancia
7.Virtud de la Obediencia
Con cada una de las virtudes se deben recitar las siguientes oraciones:
1. Padre Nuestro…
2. Gloria al Padre…
3. Oración al Espíritu Santo
Oración al Espíritu Santo: Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón,
para ver las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi
mente, para conocer las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo,
dentro de mi alma, que yo le pertenezco solamente a Dios; Santifica
todo lo que yo piense, diga y haga para que todo sea para la gloria de
Dios. Amén
¡OH MARÍA!
«Oh María; transforma mi corazón como el tuyo; colócale
alrededor una corona de pureza adornada con virtud; toma mi corazón
querida Madre consagrado como tuyo propio; preséntaselo a Dios Padre
como una ofrenda de mí para ti. Ayúdame, Oh María, en hacer tu corazón
más conocido cada día».
ORACIÓN DE PENTECOSTÉS
Espíritu de Cristo: despiértame; Espíritu de Cristo: muéveme;
Espíritu de Cristo: lléname; Espíritu de Cristo: séllame. Oh Padre
Celestial, conságrame a tu Corazón y Voluntad; se en mí una fuente de
virtudes, sella mi alma como la tuya para que tu reflejo en mí sea una
luz que todos vean».
Amén
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