Gospa yo confío en ti…
¿Por qué te agitas y confundes antes los problemas de la vida?
Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te saldrá
mejor. Cuando te abandones en Mí de todo corazón todo se resolverá con
tranquilidad según los designios de Mi Hijo. No te desesperes, no me
dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento
de tus deseos. Cierra los ojos y dime con calma: Madre yo confío en ti.
Evita las preocupaciones y angustias y los
pensamientos sobre lo que pueda suceder después. No estropees mis planes
queriéndome imponer tus ideas. Déjame a mí ser tu Madre y actuar con
libertad. Abandónate confiadamente en mí. Reposa en mí y deposita en mis
manos tu futuro. Dime frecuentemente:
Madre yo confío en ti.
Madre yo confío en ti.
Lo que más daño te hace es tu razonamiento, tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices: Madre yo confío en ti,
no seas como el paciente que pide al médico que lo cure pero le sugiere
el modo de hacerlo. Déjate llevar en mis brazos maternales, no tengas
miedo: Yo te amo. Si crees que las cosas empeoran o
complican a pesar de tu oración, sigue aún confiando, cierra los ojos
del alma y confía aún más. Continúa diciéndome a toda hora: Madre yo confío en ti.
Necesito tener las manos libres para obrar. No me las
ates con tus preocupaciones infantiles. El enemigo no quiere sino eso:
agitarte, angustiarte y quitarte la paz. Confía en Mí, reposa en Mí,
abandonándote en Mí. Yo consigo de Mi Hijo los milagros en proporción
del abandono y la confianza que tu tengas en Mí. Así que no te
preocupes, confíame todas tus angustias y quédate tranquilo, sólo dime a
toda hora: Madre yo confío en ti. Vas a ver luego los milagros, te los estoy prometiendo porque soy tu Madre y te Amo.
¡Si supieras cuánto TE AMO llorarías de alegría!
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