R Y enciende en ellos el fuego de tu amor. V Señor, envía tu Espíritu, y todo será creado R Y renovarás la faz de la tierra. Oh Dios, que iluminaste los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. San Luis María: Dios ha hecho y preparado una sola e irreconciliable Pregunta: Para ti, ¿cuál es la tentación más difícil? Resolución: En tu oración de esta noche pon tu lucha contra esta tenta- ven a vivir en nosotros, tus siervos, con tu Espíritu de santidad, con la plenitud de tus dones, con la perfección de tus caminos, con la realidad de tus virtudes, con la comunión de tus misterios. Domina en nosotros sobre todo poder enemigo, por tu Espíritu Santo, para gloria del Padre. Amén. Hija amabilísima del Eterno Padre, Madre admirable del Hijo, Esposa fidelísima del Espíritu Santo, Templo augusto de la Santísima Trinidad. Dios te salve, Princesa soberana, A quien todo está sometida en el Cielo y en la tierra. Dios te salve, Refugio seguro de los pecadores, Nuestra Señora de la Misericordia, que a nadie has rechazado jamás. Por más pecador que yo sea, me postro en tu presencia, suplicándote me alcances de Jesús, tu Hijo querido, la contrición y el perdón de todos mis pecados, junto con la divina Sabiduría. Me consagro a ti del todo y con todo lo que tengo. Te elijo desde hoy por mi Madre y Señora. Trátame, pues, como el último de tus hijos y el más sumiso de tus servidores. Escucha, Princesa mía, escucha los suspiros de un corazón que desea amarte y servirte con fidelidad. Que no se diga que, de todos los que a ti han recurrido, soy el primero que ha sido abandonado. ¡Oh esperanza mía, oh vida mía, oh mi fiel e inmaculada Virgen María! Escúchame, defiéndeme, aliméntame, instrúyeme y sálvame. Amén. |
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