Bendición falsa
V Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
R Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V Señor, envía tu Espíritu, y todo será creado
R Y renovarás la faz de la tierra.
Oh Dios, que iluminaste los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
OH JESÚS, QUE VIVES EN MARÍA
La Biblia: Les dijo una parábola: "Los campos de cierto hombre
rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo: "¿qué haré,
pues no tengo donde reunir mi cosecha?" Y dijo: "Voy a hacer esto:
voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré
allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma, tienes muchos
bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea."
Pero Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma.
Las cosas que preparaste, "¿para quién serán?" Así es que el que atesora
riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios." (Lucas 12:16-21)
San Luis María: Los devotos presuntuosos son pecadores aletargados
en sus pasiones o amigos de lo mundano. Bajo el hermoso nombre de
cristianos y devotos de la Santísima Virgen esconden el orgullo, la ava-
ricia, la lujuria, la embriaguez, el perjurio, la maledicencia o la injusticia,
etc.; duermen pacíficamente en sus costumbres perversas, sin hacerse
mucha violencia para corregirse, confiados en que son devotos de la
Santísima Virgen; se prometen a sí mismos que Dios les perdonará,
que no morirán sin confesión ni se condenarán… Nada en el cristia-
nismo es tan perjudicial a la gente como esta presunción diabólica.
(Verdadera Devoción # 97-98)
Pregunta personal: ¿Hay pecado persistente o vicio en mi vida contra
el cual no estoy luchando? ¿Por qué me quedo contento con esto?
Oh Jesús, que vives en María
ven a vivir en nosotros, tus siervos,
con tu Espíritu de santidad,
con la plenitud de tus dones,
con la perfección de tus caminos,
con la realidad de tus virtudes,
con la comunión de tus misterios.
Domina en nosotros sobre todo poder enemigo,
por tu Espíritu Santo, para gloria del Padre.
Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro, Virgen gloriosa y bendita.
Amén.
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