A Tí que eres la Madre,
que amas con ternura,
venimos a ofrecerte nuestra vida
y a decirte que te amamos;
que somos tus hijos que confiamos
en el poder de tu protección.
Llévanos sobre tu corazón
junto al Niño que descansa en tus brazos,
consuélanos en la aflicción,
fortalécenos en la tentación.
Haznos crecer en la fe, en la esperanza,
y en el amor a Dios y a los hermanos.
Conserva en nuestro interior
la alegría de ser hijos de la Iglesia.
Impúlsanos para que seamos
entusiastas evangelizadores del Reino.
Y que tu bendición nos acompañe, Madre
hasta ver la hermosura de Dios en el Cielo.
Amén
Tomado de http://www.devociones.org
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