Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada María,
te ofrezco desde este día
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.
¡ OH ! María, sin pecado concebida,
rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
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