"Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a los niños;
yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: Madre mía,
llevadme al Cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis
de vuestro Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y
amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos, y
un día poder unirnos con Vos allí en el Cielo.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.
Madre mía también os pido por mis padres,
para que vivan unidos en el amor; por mis hermanos, familiares y
amigos, para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar
con Vos en la vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.
Os pido de un modo especial por la
conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para
que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus
cuerpos, y un día conseguir la vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria
Oh Madre mía, sé que escucharás, y
me conseguirás estas y cuantas gracias te pida, pues las pido por
el amor que tienes de tu Hijo Jesús. Amén.
¡Madre mía, aquí tienes a tu hijo,
sé tu mi Madre!
¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!"
Fuente: www.devocionario.com¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!"
La Devoción de los Primeros Sábados |
En la aparición del día 13 de
julio anunció Nuestra Señora en Fátima: “Para impedir la guerra vendré a
pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión
reparadora de los Primeros Sábados”.
Esta última devoción vino a
pedirla, apareciéndose a la Hermana Lucía el 10/12/1925, en Pontevedra,
España. Dijo entonces: “Mira, hija mía, a mi corazón cercado de espinas
que los hombre ingratos me clavan en todos los momentos con blasfemias e
ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que prometo asistir
en la hora de la muerte, con todas las gracias necesarias para la
salvación, a todos los que, en el primer sábado de cinco meses seguidos,
se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen un Rosario y me hagan
compañía durante quince minutos, meditando los 15 misterios del Rosario
con el fi n de desagraviarme”.
Nuestra Señora mostró su
Corazón rodeado de espinas, que signifi can nuestros pecados. Pidió que
hiciésemos actos de desagravio para sacárselos, con la devoción
reparadora de los cinco Primeros Sábados. Como recompensa, nos promete
“todas las gracias necesarias para la salvación”.
Jesús en los dos años
siguientes, 15 de febrero de 1926 y 17 de diciembre de 1927, insiste
para que se propague esta devoción. Lucía escribió: “De la
práctica de la devoción de los Primeros Sábados, unida a la consagración
al Inmaculado Corazón de María, depende la guerra o la paz del mundo”.
Cinco, ¿por qué?
Son cinco los Primeros Sábados
por, según reveló Jesús, ser “cinco las especies de ofensas y blasfemias
proferidas contra el Inmaculado Corazón de María:
1.- Las blasfemias contra la Inmaculada Concepción;
2.- Contra su Virginidad;
3.- Contra la Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como Madre de los Hombres;
4.- Los que procuran infundir en los corazones de los niños la indiferencia, el desprecio y hasta el odio contra esta Inmaculada
Madre;
5.- Los que La ultrajan directamente en sus sagradas imágenes.
Condiciones
Las condiciones para ganar el privilegiode los Primeros Sábados son cuatro:
1. Confesión. Para cada Primer
Sábado es necesaria una confesión con intención reparadora. Se puede
hacer cualquier día, antes o después del Primer Sábado, siempre y cuando
se reciba la Comunión en estado de gracia. La vidente preguntó: “Mi
Jesús, ¿y las (personas) que se olviden de formular esta intención
(reparadora)?”
Jesús respondió: “Pueden formularla en la confesión siguiente, aprovechando la primera ocasión que tengan para confesarse”.
Las otras tres condiciones
deben cumplirse en el propio Primer Sábado, a no ser que algún
sacerdote, por motivos justos, conceda que se pueda hacer en el domingo a
seguir.
2. La Comunión Reparadora.
3. El Rosario
4. La meditación, durante 15 minutos, de un solo misterio, de varios o de todos. También vale una meditación
o explicación de tres minutos antes de cada uno de los 5 misterios del Rosario que se está rezando.
En todas estas cuatro prácticas se debe tener la intención de desagraviar al Inmaculado Corazón de María.
La devoción de los cinco Primeros Sábados fue aprobada por el obispo de Leiría el 13/09/1939, en Fátima.
Fuente: http://www.santuario-fatima.pt
Oración a la Virgen de Fátima:
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