domingo, 15 de diciembre de 2013

Consejos prácticos para asistir con fruto a la Santa Misa


"A la hora de tu muerte, tu mayor consuelo serán las misas que durante tu vida oíste". (Atribuido a San Jerónimo)

1.- Como preparación remota, considera el día anterior en algún momento, que la Santa Misa es la renovación del Sacrificio del Calvario; y piensa en cómo querrías haber estado interiormente si hubieras estado allí.
2.- Si en la misa has de comulgar, ya desde el día anterior renueva varias veces el deseo de recibir a Jesús en la comunión y así le prepararás un corazón expectante que lo quiera recibir, por tantos que lo hacen por costumbre, como si fuera un trámite.
3.- Al entrar en el templo, al que has de procurar asistir 15 minutos antes por lo menos y con vestidos que no permitan exponer en demasía las partes del cuerpo, lo primero que debes hacer es la genuflexión (genu: rodilla, flexión: doblar) mirando al sagrario, así reconoces la soberanía de Dios ante quien estás; luego mojarás la punta de los dedos índice, mayor y anular de la mano derecha en agua bendita y te harás la señal de la cruz de forma serena. El uso del agua bendita aleja las influencias del demonio y borra los pecados veniales cometidos.
4.- Dirígete a uno de los bancos y arrodíllate, si no estás imposibilitado de hacerlo, y permanece allí en oración vocal o mental hasta la hora de la misa. Si eres una persona que se distrae fácilmente es mejor que uses algún libro con oraciones propias para prepararse a la misa; si puedes concentrarte sin dificultad no es necesario. En todo caso es importante que ofrezcas el Santo Sacrificio al Eterno Padre por los cuatro fines de la misa, a saber: adoración, acción de gracias, propiciación y petición.
5.- Al salir el sacerdote de la sacristía comienza propiamente la Santa Misa. Él, revestido con los ornamentos sagrados, representa místicamente (misteriosamente) a Jesucristo que va a sacrificarse a Sí mismo por nuestra salvación. Es importante considerar esto para disponernos con seriedad y devoción, frutos del amor, para participar fructuosamente del Santo Sacrificio que está por comenzar.
6.- Durante la primera parte de la Santa Misa, llamada también "ritos iniciales", el sacerdote pide perdón a Dios por los pecados del pueblo que representa y nosotros debemos hacerlo con él. En este momento es importante hacer memoria de los pecados que hemos cometido, detestarlos de corazón y pedir perdón por ellos. La absolución que inmediatamente da el sacerdote, perdona los pecados veniales cometidos.
7.- Concluida la parte penitencial el sacerdote dice "oremos" y hace un momento de silencio. En este momento hemos de colocar mentalmente las peticiones que queremos hacer en la misa.
8.- Durante las lecturas de la Sagrada Escritura y la homilía del sacerdote debemos meditar en lo que escuchamos y formar un propósito concreto para llevar a la práctica. En este momento el Señor nos habla interiormente a través de las palabras que escuchamos exteriormente. Toda esta parte termina con el Credo que es la profesión pública que hacemos de nuestra fe.
9.- En el ofertorio, junto con el pan y el vino que ofrece el sacerdote en nombre del pueblo de Dios, hemos de ofrecernos a nosotros mismos y nuestras obras, en especial nuestras cruces, y rogar al Padre Celestial que nos acepte por Jesucristo.
10.- Durante el Canon, la parte principal y más sagrada de la misa, tenemos que recogernos lo más posible y tratar de contemplar, es decir formarnos en la imaginación una imagen y mirarla con todo el amor de que seamos capaces, los pasos de la Pasión del Señor y adorarlo con todo nuestro espíritu, ya con jaculatorias rezadas interiormente o en secreto, ya con silencio interior, el exterior se da por supuesto.
11.- En el momento de rezar el Padre Nuestro pensemos en cada una de las siete peticiones que contiene y evitemos lo más que podamos el rezo maquinal que de nada sirve y engaña mucho. Así estaremos ciertos de que toda la eficacia de esta oración por excelencia se nos pondrá de manifiesto.
12.- Cercanos ya a la comunión hemos de prepararnos realizando los siguientes actos: de contrición, pidiendo nuevamente perdón para estar lo más purificados posibles para recibir más dignamente al Señor; de deseo, para que manifestemos a Jesús que en verdad lo queremos recibir a Él y así evitemos el terrible desprecio de recibir la Sagrada Comunión como una cosa y por costumbre; y acto de amor, diciéndole las palabras que quisiéramos decirle a una persona que amamos mucho y que nos viene a visitar.
13.- Al darnos la bendición final el sacerdote hace descender místicamente sobre nosotros la abundancia de los frutos espirituales que nos consiguió el sacrificio de Jesús, la Santa Misa; por ello hemos de recibirla con el mayor respeto y agradecimiento y de ser posible de rodillas o por lo menos inclinados.
14.- La misa concluye cuando el sacerdote entra en la sacristía, pero aún falta agradecer el don inmenso que nos ha hecho Dios de introducirnos por unos instantes en su eternidad bienaventurada; para ello tratemos de permanecer en el templo por lo menos unos quince minutos después de terminada la misa y utilicemos el mismo método que para prepararnos a ella. Ser fiel a esta práctica nos dará grandes satisfacciones espirituales. Recordemos el dicho popular: "es de bien nacidos ser agradecidos".
15.- Notas: 1. Participación activa en la Santa Misa no significa hacer muchas cosas sino hacer lo que me toca de la mejor manera posible, es decir con atención y amor a Dios. 2. Las respuestas que damos al sacerdote deben ser con voz fuerte y clara porque la liturgia es una acción pública de toda la Iglesia. 3. Por último recordemos la frase de San Agustín: "Qui bene cantat bis orat", el que canta bien reza dos veces, ya que la misa cantada es la forma más noble de celebrarla (Gradual Romano).


 

15 de diciembre 3 er domingo de Adviento Evangelio San Mateo 11, 2 11

viernes, 13 de diciembre de 2013

Catolicidad: CONVOCATORIA A TODOS NUESTROS AMIGOS-LECTORES:

Catolicidad: CONVOCATORIA A TODOS NUESTROS AMIGOS-LECTORES:: A partir del día de hoy (13-VI-2011), todos aquellos amigos-lectores que deseen participar, rezaremos los días 13 de cada mes por las...

Al llegar la Navidad y al comienzo de un nuevo año, Señor Mi Dios, te agradezco....

¡Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad,
tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias
por todo aquello que recibí de TI.
Gracias por la vida y el amor, por las flores,
el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto
fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que
pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos
y lo que con ellas pude construir.
Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé,
las amistades nuevas y los antiguos amores,
los más cercanos a mí y los que estén más lejos,
los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar,
con los que compartí la vida, el trabajo,
el dolor y la alegría.
Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón,
perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado,
por la palabra inútil y el amor desperdiciado.
Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho,
y perdón por vivir sin entusiasmo.
También por la oración que poco a poco fui aplazando
y que hasta ahora vengo a presentarte.
Por todos mis olvidos, descuidos y silencios
nuevamente te pido perdón.
En los próximos días iniciaremos un nuevo año
y detengo mi vida ante el nuevo calendario
aún sin estrenar y te presento estos días
que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos.
Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría,
la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad
llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz.
Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios
a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.
Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno
que mi espíritu se llene sólo de bendiciones
y las derrame a mi paso.
Cólmame de bondad y de alegría para que,
cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí
encuentren en mi vida un poquito de TI.
Quiero imitar la Vida de Cristo Jesús, que nacerá en nuestros corazones esta Navidad,y las Virtudes de nuestra Dulce Madre, La Siempre Virgen María.
Danos un año feliz y enséñanos a repartir felicidad. Y aunque la Hora de la Prueba está encima, dame Oh Dios fortaleza; y a Tu Evangelio fidelidad, porque en la Iglesia hay traiciones, y el Anticristo Maitreya, pronto aparecerá, ilumina mi inteligencia y enciende mi corazón, que por la Fe del Bautismo me sostenga: sacerdote, profeta y rey.
La Confirmación me hizo soldado, por la expansión de Tu Reino en la Tierra, guerrero me constituyó; que en Mí la Fe no decaiga y esté siempre listo a vencer, contra el reino de tinieblas, Tus Poderes Triunfarán.
Pues sé bien oh Señor, que el Calcañal de Tu Madre, finalmente vencerá, pues las fuerzas del infierno, contra las Puertas de Tu Iglesia verdadera, no prevalecerán.
Esta Victoria es regalo y trofeo sin par, promesa de Dios, Profecía Tuya que se cumplirá, así lo dice en el Génesis, y esto sucederá; aunque todo se nuble, Tu Amor será mi Luz.

A todo el Mundo deseo, nazca Jesús en sus almas. En esta Natividad, nos convirtamos a Él, pues no hay otro Amor igual.
Gracias Padre Creador, por todo lo que nos das!
Amén.

Carta al Niño Dios

http://www.es.catholic.net/cartanavidad/

Ha llegado Diciembre, mes en el que la Iglesia celebra el Nacimiento de Nuestro Salvador. El festejo de la Navidad tradicionalmente ha sido, además de una fiesta religiosa, un momento de unión familiar, de perdón y de buenos deseos para todas las personas. Desgraciadamente el materialismo y el consumismo reinantes en el mundo, han desvirtuado el verdadero sentido de la fiesta y la han convertido solamente en una oportunidad comercial, privando a las familias de recibir todas las gracias que el recuerdo del nacimiento del Niño Dios les podría traer a sus vidas.

Por esta razón y por todos los ataques que está recibiendo la familia hoy en día, Catholic.net ha organizado, juntamente con el Centro Notre Dame de Jerusalén y varios conventos y casas de religiosos, una Novena de oraciones por las Familias (ver texto aquí), y una intención especial en la Santa Misa el día 24 de diciembre celebrada en Jerusalén por sacerdotes amigos de Catholic.net que se han sumado a nuestra iniciativa.

Lo invitamos a aprovechar esta oportunidad, enviando su Carta al Niño Dios, en la que le exprese, directamente a Él, las necesidades de los miembros de su familia. Sus peticiones serán puestas a los pies de Nuestro Señor durante los nueve días previos a la Navidad y en la Santa Misa en la capilla de Notre Dame de Jerusalén ese mismo día.

Las oraciones y las misas son gratuitas, pero si está interesado en recibir en su correo un certificado de esta novena del Centro Notre Dame en Jerusalén, para ofrecerla de regalo a su familia el día de Navidad, puede solicitarlo con un costo de $5 usd.

13 de Diciembre, Santa Lucía de Siracusa

Siracusa  ¿283 - 304? mártir 

Vida

Nacida en Siracusa, ciudad de la provicia romana de Sicilia, de acuerdo con la tradición Lucía era de padres nobles y ricos, hija de Eutiquía, del padre se dice que murió cuando Lucía era niña. Probablemente él podría ser llamado Lucio, dados los estandartes romanos, para poner a las hijas el nombre del padre. Según algunos, está inspirado en el texto paulino, «los hijos de la luz". Lucía ciertamente significa "Luz para el mundo".Fue educada en la fe cristiana. Consagró su vida a Dios e hizo un voto de virginidad. Su madre que estaba enferma, la comprometió a casarse con un joven pagano y ella, para librarse de ese compromiso, la persuadió para que fuese a rezar a la tumba de Águeda de Catania a fin de curar su enfermedad. Como su madre sanó, Lucía le pidió que la liberara del compromiso, le dejara consagrar su vida a Dios y donara su fortuna a los más pobres. Su madre accedió. Pero su pretendiente la acusó ante el procónsul Pascacio debido a que era cristiana, en tiempos del emperador Diocleciano.

Juicio de Santa Lucía

Martirio y Muerte

Cuando Lucía fue arrestada bajo la acusación de ser una cristiana, Pascacio le ordenó sacrificar a los dioses. Entonces Lucía dijo: "Sacrificio puro delante de Dios es visitar a las viudas, los huérfanos y los peregrinos que pagan en la angustia y en la necesidad, y ya es el tercer año que me ofrecen sacrificios a Dios en Jesucristo entregando todos mis bienes." Irritado Pascacio por lo que dijo Lucía, ordenó a sus soldados a que la llevaran a un lupanar para que la violaran y luego se dirigió a Lucía diciéndole: "Te llevaré a un lugar de perdición así se alejará el Espíritu Santo". Los soldados la tomaron para llevársela, pero por más que se esforzaban no podían con ella, probaron también atarla con cuerdas, en las manos y en los pies, pero por más que se esforzaban no podían. Inexplicablemente la muchacha permanecía rígida como una gran piedra. Pascacio al enterarse de lo sucedido, condena a Lucía de brujería y fue llevada a la hoguera, pero el fuego no le hizo daño alguno. al ver que esto ordeno a que le sacaran los ojos, pero ella estando ciega siguió viendo. Pascacio furiosamente la condenó a ser decapitada.
El 13 de diciembre de 304 Lucía sintió que su martirio estaba finalizando y que había llegado el momento de confesar su amor a Jesucristo. Ella se arrodilló preparada para su golpe mortal. Pero primero quería hablar con la multitud que, mientras tanto, se habían reunido a su alrededor: La persecución de los cristianos estaba terminando, la paz para la Iglesia era inminente y la caída del emperador Diocleciano. Les recordó que Siracusa siempre sería un honor, así como su veneración a Águeda de Catania. Cuando hubo terminado de hablar, le cortaron la cabeza. Fue sepultada en el mismo lugar donde, en el año 313, fue construido un Santuario dedicado a ella.. Según la tradición divulgaron su historia por toda Sicilia especificando “consagró su virginidad con el martirio, pues a Dios agrada la pureza y santidad”.
Es la patrona de la vista debido a una leyenda en la Edad Media que decía que, cuando Lucía estaba en el tribunal, aun sin ojos, seguía viendo. También es patrona de los pobres, los ciegos, de los niños enfermos y de las ciudades de Siracusa, Venecia y de Pedro del Monte. También es patrona de los campesinos, electricistas, choferes, fotógrafos,1 afiladores, cortadores, cristaleros y escritores.

Desde tiempos inmemorables se ha tenido a Santa Lucía como patrona de los ciegos y abogada de problemas de la vista. Sus devotos como agradecimiento de curaciones le ofrecen como exvoto ojos de oro o plata.

Lucía de Siracusa

Iconografía

Se le representa normalmente con una espada que le atraviesa el cuello, una palma, un libro, una lámpara de aceite y en ocasiones también con dos ojos en un plato.

Veneración de sus restos

Según la leyenda, el General Bizantino Jorge Mariace transfiere el cuerpo de Santa Lucía de Siracusa a Constantinopla (1039), para alejarla del período de invasión de la ciudad de Siracusa por parte de los Sarracenos. Durante la cuarta cruzada (1204), el duque de Venecia Enrique Dandolo, encuentra en Constantinopla los restos de la Santa, los lleva a Venecia al monasterio de San Jorge, y en el 1280, los hace transferir a la Iglesia dedicada a ella en Venecia.
Santa Lucía salvó muchas veces a Siracusa en momentos dramáticos como hambre, terremotos, guerras y ha intervenido también en otras ciudades como Brescia que, gracias a su intercesión, fue liberada de una gran miseria. En 1955, por expreso deseo del Patriarca Cardenal Roncalli (futuro Juan XXIII), el rostro de la santa fue cubierto con una máscara de plata.
El sarcófago de cristal expuesto bajo el altar, se encuentra en la Iglesia de los Santos Jeremias y Lucía. En muchos mapas y planos de Venecia, la Iglesia figura sólo con el nombre de San Geremia, en la plaza del mismo nombre. Los restos de la santa fueron trasladados a esta iglesia en 1861, cuando la dedicada a ella fue demolida para construir la estación de tren, que lleva por ello su mismo nombre y su velación fue en San Vicente de Paul de Faseras



Oración por las Víctimas del Aborto


Foto: Oración por las Víctimas del Aborto

Santa María, Madre de Dios y de la Iglesia, Nuestra Señora de Guadalupe, tu fuiste elegida por el Padre para el Hijo a travéz del Espíritu Santo.

Tu eres la Mujer vestida con el sol a punto de dar a luz a Cristo mientras Satanás, el Dragón Rojo, espera para devorar vorazmente a tu Hijo.

Lo mismo hizo Herodes buscando destruir a tu Hijo, Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, masacrando muchos niños inocentes en su intento.
Lo mismo hace hoy el aborto, matando millones de niños inocentes y explotando a sus madres en su ataque contra la vida y contra la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.

Madre de los Inocentes, alabamos a Dios en tí por Sus regalos a tí de tu Inmaculada Concepción, libre de pecado, llena de gracia; tu maternidad de Dios y de la Iglesia, tu Perpetua Virginidad y tu Ascención al Cielo en cuerpo y espíritu.

O Auxilio de los Cristianos, te rogamos protejas todas las madres de los aún no nacidos y a los niños en su vientre. Suplicamos tu ayuda para que se termine este holocausto del aborto.

Santa Madre, rogamos a tu Inmaculado Corazón por todas las madres y todos los niños aún no nacidos para que ellos puedan tener vida aquí en la tierra y por la tan Preciosa Sangre derramada por tu Hijo que puedan tener vida eterna con El en los cielos. También oramos a tu Inmaculado Corazón por todos los que realizan los abortos y los que los apoyan, para que se conviertan y acepten a tu Hijo, Jesucristo, como su Señor y Salvador. Defiende a todos tus hijos en la batalla contra Satanás y todos los malos espíritus en estos tiempos de oscuridad.

Deseamos que los inocentes niños aún no nacidos y que mueren sin el Bautismo pudieran ser bautizados y salvados. Te pedimos que obtengas esta gracia para ellos y el arrepentimiento, reconciliación y el perdón de Dios para sus padres y sus asesinos.

Que sea revelado una vez mas en el mundo el poder del Amor. Que él ponga fin al mal. Que transforme conciencias. Que tu Inmaculado Corazón revele para todos la luz de la esperanza. Que Cristo Rey reine sobre todos nosotros, nuestras familias, ciudades, estados, países y la humanidad completa.

O clemente, O llena de amor, O dulce Virgen María, escucha nuestras plegarias y acepta este clamor desde nuestros corazones!

Nuestra Señora de Guadalupe, Protectora de los aún no nacidos, Ruega por nosotros!Oración por las Víctimas del Aborto

Santa María, Madre de Dios y de la Iglesia, Nuestra Señora de Guadalupe, tu fuiste elegida por el Padre para el Hijo a travéz del Espíritu Santo.

Tu eres la Mujer vestida con el sol a punto de dar a luz a Cristo mientras Satanás, el Dragón Rojo, espera para devorar vorazmente a tu Hijo.

Lo mismo hizo Herodes buscando destruir a tu Hijo, Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, masacrando muchos niños inocentes en su intento.
Lo mismo hace hoy el aborto, matando millones de niños inocentes y explotando a sus madres en su ataque contra la vida y contra la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.

Madre de los Inocentes, alabamos a Dios en tí por Sus regalos a tí de tu Inmaculada Concepción, libre de pecado, llena de gracia; tu maternidad de Dios y de la Iglesia, tu Perpetua Virginidad y tu Ascención al Cielo en cuerpo y espíritu.

O Auxilio de los Cristianos, te rogamos protejas todas las madres de los aún no nacidos y a los niños en su vientre. Suplicamos tu ayuda para que se termine este holocausto del aborto.

Santa Madre, rogamos a tu Inmaculado Corazón por todas las madres y todos los niños aún no nacidos para que ellos puedan tener vida aquí en la tierra y por la tan Preciosa Sangre derramada por tu Hijo que puedan tener vida eterna con El en los cielos. También oramos a tu Inmaculado Corazón por todos los que realizan los abortos y los que los apoyan, para que se conviertan y acepten a tu Hijo, Jesucristo, como su Señor y Salvador. Defiende a todos tus hijos en la batalla contra Satanás y todos los malos espíritus en estos tiempos de oscuridad.

Deseamos que los inocentes niños aún no nacidos y que mueren sin el Bautismo pudieran ser bautizados y salvados. Te pedimos que obtengas esta gracia para ellos y el arrepentimiento, reconciliación y el perdón de Dios para sus padres y sus asesinos.

Que sea revelado una vez mas en el mundo el poder del Amor. Que él ponga fin al mal. Que transforme conciencias. Que tu Inmaculado Corazón revele para todos la luz de la esperanza. Que Cristo Rey reine sobre todos nosotros, nuestras familias, ciudades, estados, países y la humanidad completa.

O clemente, O llena de amor, O dulce Virgen María, escucha nuestras plegarias y acepta este clamor desde nuestros corazones!

Nuestra Señora de Guadalupe, Protectora de los aún no nacidos, Ruega por nosotros!


Rosario de la Llama de Amor

Rosario de la Llama de Amor


Rosario
Para comenzar:
En honor de Las Cinco Sagradas Llagas de Nuestro Divino Redentor, hagamos cinco veces seguidas la señal de La Cruz.

"En honor de la Llaga de la Mano derecha". Hacemos la Señal de la Cruz..
"En honor de la Llaga de la Mano izquierda". Hacemos la Señal de la Cruz.
"En honor de la Llaga del Pie derecho". Hacemos la Señal de la Cruz.
"En honor de la Llaga del Pie izquierdo". Hacemos la Señal de la Cruz.
"En honor de la Llaga del Costado". Hacemos la Señal de la Cruz.

En vez del Padre Nuestro :
Corazón Doloroso e Inmaculado de María!, Ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti.

En vez de las 10 Ave María:
Madre nuestra, ¡Sálvanos!, Por La Llama de Amor de Tu Inmaculado Corazón.

Para finalizar (a1, a2, a3):
3 Gloria,
"Virgen Santísima, sálvanos e inunda toda la Humanidad con las gracias de Tu Llama de Amor, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".

jueves, 12 de diciembre de 2013

12 de Diciembre, Nuestra Señora de Guadalupe



 
 
Oración a la Virgen de Guadalupe

Préstame Madre tus ojos, para con ellos poder mirar, porque si con ellos miro, nunca volveré a pecar.
Préstame Madre tus labios, para con ellos rezar, porque si con ellos rezo, Jesús me podrá escuchar.
Préstame Madre tu lengua, para poder comulgar,
pues es tu lengua patena de amor y santidad.
Préstame Madre tus brazos, para poder trabajar, que así rendirá el trabajo una y mil veces más.
Préstame Madre tu manto, para cubrir mi maldad, pues cubierta con tu manto al Cielo he de llegar.
Préstame Madre a tu Hijo, para poder yo amar.
Si tu me das a Jesús, qué más puedo yo desear
y ésta será mi dicha por toda la eternidad.
Amén.


Rosario a la Virgen Guadalupana

En estos misterios se medita en las apariciones de la Virgen de Guadalupe. Al iniciar cada misterio, se lee el pasaje y se hace la petición, se reza un Padrenuestro, 10 Avemarías y un Gloria y al final, se canta alguna estrofa de las canciones propias de la Virgen de Guadalupe.

Primer Misterio: La Virgen de Guadalupe trae un mensaje de paz a su pueblo.
“Sabe y ten entendido, tú, el más pequeño de mis hijos, que soy yo la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive; del Creador, en quien está todo; y es Señor del cielo y de la tierra. Deseo vivamente que se me erija aquí un templo para en él mostrar y dar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa, pues yo soy su piadosa Madre”.
Pedir a la Virgen María por todos aquellos que no la conocen y no la valoran como su Madre.

Segundo Misterio: Juan Diego comparte a la Virgen su humildad y su
Nuestra Señora de Guadalupe
Nuestra Señora de Guadalupe
pequeñez a los ojos de los hombres.
“Te ruego encarecidamente, Señora y niña mía, que alguno de los principales, conocido, respetado y estimado, le encargues que lleve tu mensaje para que le crean, porque yo soy un hombrecillo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy cola, soy hoja, soy gente menuda.”
Pedir a la Virgen que nos ayude a darnos cuenta del valor de la humildad y la sencillez de corazón.

Tercer Misterio: María de Guadalupe escogió a Juan Diego por su sencillez y no por su sabiduría.
“Oye hijo mío, el más pequeño, ten entendido que son muchos mis servidores y mensajeros a quienes puedo encargar que lleven mi mensaje y hagan mi voluntad, pero es de todo punto preciso que tú mismo solicites y ayudes y con tu mediación, que se haga mi voluntad”.
Pedir a la Virgen que nos ayude a saber transmitir la palabra de Cristo a los demás.

Cuarto Misterio: La Virgen María cura a Juan Bernardino como signo de que quiere salud y felicidad para su pueblo.
“Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige; no se turbe tu corazón; no temas a esa enfermedad ni alguna otra angustia. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester? No te apene ni te inquiete otra cosa, no te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella. Está seguro de que ya sanó".
Pedir a la Virgen que, como Juan Diego, sepamos acompañar en la enfermedad, la angustia y el dolor a los que están cerca de nosotros.

Quinto Misterio: María nos deja su imagen para recordarnos su ternura, su amor y su constante protección.
Juan Diego trajo a la Señora del Cielo las diferentes rosas que fue a cortar; las que, así como las vio, cogió con sus manos y otra vez se las echó en el regazo diciendo: “Hijo mío, el más pequeño, esta diversidad de rosas es la prueba y señal que llevarás al obispo, le dirás en mi nombre que vea en ella mi voluntad y que él tiene que cumplirla. Tú eres mi embajador, muy digno de confianza.”
Pedir a la Virgen que, como Ella, sepamos escuchar y ayudar a nuestros hermanos.