domingo, 31 de marzo de 2013

31 de marzo, Evangelio según San Juan 20, 1-9 Domingo de Resurrección


 “¿Quién hay más Glorioso?, 
¿quién puede revivir la carne muerta?, 
¿quién puede dar vida eterna?;  sólo Tú Señor,
 por eso Señor en tus manos pongo mi vida, 
para que revivas lo que está muerto por razón del pecado,
para que mi alma y espíritu vuelva a nacer a la Gloria de haber sido Salvada por Ti, 
y sólo viva para Glorificar tu Santo Nombre;  
con espíritu y alma que  ha renacido a la vida al acogerte a Ti en mi corazón.
Purifica mis sentidos,  mi cuerpo,  mi alma y mi espíritu con tu Pureza, 
con tu Vida,   con tu Resurrección.

Amén.


31 de marzo, La Resurrección del Señor ¡¡Aleluya, Aleluya, el Señor ha resucitado!!!


Europa
"Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes.
Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea: 'Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día'". (Lc 24, 4-8).

 

Homilía de S.S. Benedicto XVI en la Vigilia Pascual 2008
¡Ha resucitado, aleluya!”
“Sursum corda”, levantemos el corazón, fuera de la maraña de todas nuestras preocupaciones, de nuestros deseos, de nuestras angustias, de nuestra distracción, levantad vuestros corazones, vuestra interioridad… siempre debemos apartarnos de los caminos equivocados, en los que tan a menudo nos movemos con nuestro pensamiento y obras. Siempre tenemos que dirigirnos a Él, que es el Camino, la Verdad y la Vida. Siempre hemos de ser “convertidos”, dirigir toda la vida a Dios. Y siempre tenemos que dejar que nuestro corazón sea sustraído de la fuerza de gravedad, que lo atrae hacia abajo, y levantarlo interiormente hacia lo alto: en la verdad y el amor.

En esta hora damos gracias al Señor, porque en virtud de la fuerza de su palabra y de los santos Sacramentos nos indica el itinerario justo y atrae hacia lo alto nuestro corazón. Y lo pedimos así: Sí, Señor, haz que nos convirtamos en personas pascuales, hombres y mujeres de la luz, colmados del fuego de tu amor. Amén. 
 

"Sus heridas os han curado" (1 P 2,24), éste es el anuncio que Pedro dirigió a los primeros convertidos. Aquellas llagas, que en un primer momento fueron un obstáculo a la fe para Tomás, porque eran signos del aparente fracaso de Jesús; aquellas mismas llagas se han vuelto, en el encuentro con el Resucitado, pruebas de un amor victorioso. Estas llagas que Cristo ha contraído por nuestro amor nos ayudan a entender quién es Dios y a repetir también: "Señor mío y Dios mío". Sólo un Dios que nos ama hasta cargar con nuestras heridas y nuestro dolor, sobre todo el dolor inocente, es digno de fe. -Benedicto XVI, Pascua 200


sábado, 30 de marzo de 2013

30 de marzo, Sábado Santo, la Soledad de María



"Durante el Sábado santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y su muerte, su descenso a los infiernos y esperando en oración y ayuno su resurrección (Circ 73).
Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro.Callan las campanas y los instrumentos. Se ensaya el aleluya, pero en voz baja. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.
La Cruz sigue entronizada desde ayer. Central, iluminada, con un paño rojo, con un laurel de victoria. Dios ha muerto. Ha querido vencer con su propio dolor el mal de la humanidad.
Es el día de la ausencia. El Esposo nos ha sido arrebatado. Día de dolor, de reposo, de esperanza, de soledad. El mismo Cristo está callado. Él, que es el Verbo, la Palabra, está callado. Después de su último grito de la cruz "¿por qué me has abandonado"?- ahora él calla en el sepulcro.Descansa: "consummatum est", "todo se ha cumplido".
Pero este silencio se puede llamar plenitud de la palabra. El anonadamiento, es elocuente. "Fulget crucis mysterium": "resplandece el misterio de la Cruz."
El Sábado es el día en que experimentamos el vacío. Si la fe, ungida de esperanza, no viera el horizonte último de esta realidad, caeríamos en el desaliento: "nosotros esperábamos... ", decían los discípulos de Emaús.
Es un día de meditación y silencio. Algo parecido a la escena que nos describe el libro de Job, cuando los amigos que fueron a visitarlo, al ver su estado, se quedaron mudos, atónitos ante su inmenso dolor: "se sentaron en el suelo junto a él, durante siete días y siete noches. Y ninguno le dijo una palabra, porque veían que el dolor era muy grande" (Job. 2, 13).
Eso sí, no es un día vacío en el que "no pasa nada". Ni un duplicado del Viernes. La gran lección es ésta: Cristo está en el sepulcro, ha bajado al lugar de los muertos, a lo más profundo a donde puede bajar una persona. Y junto a Él, como su Madre María, está la Iglesia, la esposa. Callada, como él.
El Sábado está en el corazón mismo del Triduo Pascual. Entre la muerte del Viernes y la resurrección del Domingo nos detenemos en el sepulcro. Un día puente, pero con personalidad. Son tres aspectos - no tanto momentos cronológicos - de un mismo y único misterio, el misterio de la Pascua de Jesús: muerto, sepultado, resucitado:
"...se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo...se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, es decir conociese el estado de muerte, el estado de separación entre su alma y su cuerpo, durante el tiempo comprendido entre el momento en que Él expiró en la cruz y el momento en que resucitó. Este estado de Cristo muerto es el misterio del sepulcro y del descenso a los infiernos. Es el misterio del Sábado Santo en el que Cristo depositado en la tumba manifiesta el gran reposo sabático de Dios después de realizar la salvación de los hombres, que establece en la paz al universo entero".
Vigilia Pascual
La celebración es el sábado por la noche, es una Vigilia en honor del Señor, según una antiquísima tradición (Ex. 12, 42), de manera que los fieles, siguiendo la exhortación del Evangelio (Lc. 12, 35 ss), tengan encendidas las lámparas como los que aguardan a su Señor cuando vuelva, para que, al llegar, los encuentre en vela y los haga sentar a su mesa.
La Vigilia Pascual se desarrolla en este orden:
Breve Lucernario

Se bendice el fuego. Se prepara el cirio en el cual el sacerdote con un punzón traza una cruz. Luego marca en la parte superior la letra Alfa y en la inferior omega, entre los brazos de la cruz marca las cifras del año en curso. A continuación se anuncia el Pregón Pascual.
Liturgia de la Palabra
En ella la Iglesia confiada en la Palabra y la promesa del Señor, media las maravillas que desde los comienzos realizó Dios con su pueblo.
Liturgia Bautismal
Se llama a los catecúmenos, quienes son presentados ante el pueblo por sus padrinos: si son niños serán llevados por sus padres y padrinos. Se hace la renovación de los compromisos bautismales.
Liturgia de la Eucaristía
Al acercarse ya el día de la Resurrección, la Iglesia es invitada a participar en el banquete eucarístico, que por su Muerte y Resurrección, el Señor preparó para su pueblo. En él participan por primera vez los neófitos.

Toda la celebración de la Vigilia pascual se realiza durante la noche, de tal manera que no se vaya a comenzar antes de iniciarse la noche, o se termine la aurora del Domingo.

La Misa, aunque se celebre antes de la media noche, es la Misa Pascual del Domingo de Resurrección. Los que participan en esta misa, pueden volver a comulgar en la segunda Misa de Pascua.

El sacerdote y los ministros se revisten de blanco para Misa. Prepárense cirios para todos los que participan en la Vigilia.

viernes, 29 de marzo de 2013

29 de Marzo, Viernes Santo, La Muerte de Nuestro Señor. Entrega y Sacrificio por nosotros. Víctima Propiciatoria para nuestra redención. Gracias Señor!!!

Foto
Autor: Teresa Fernández | Fuente: Catholic.ent
Viernes Santo
Día en que crucificaron a Cristo en el Calvario. Cómo rezar el Via Crucis. La Virgen de la Soledad
 
Viernes Santo
Viernes Santo
En este día recordamos cuando Jesús muere en la cruz para salvarnos del pecado y darnos la vida eterna. El sacerdote lee la pasión de Cristo en la liturgia de la Adoración a la cruz. Ese día no se celebra la Santa Misa.

En las iglesias, las imágenes se cubren con una tela morada al igual que el crucifijo y el sagrario está abierto en señal de que Jesús no está.

El color morado en la liturgia de la Iglesia significa luto. Se viste de negro la imagen de la Virgen en señal de luto por la muerte de su Hijo.

Podemos recordar leyendo el Evangelio de San Juan, capítulo 18, versículos 1-19, 42.

¿Cómo podemos vivir este día? 

Este día manda la Iglesia guardar el ayuno y la abstinencia.
Se acostumbra rezar el Vía Crucis y meditar en las Siete Palabras de Jesús en la cruz.
Se participa en la Liturgia de Adoración a la Cruz con mucho amor, respeto y devoción.
Se trata de acompañar a Jesús en su sufrimiento.
A las tres de la tarde, recordamos la crucifixión de Jesús rezando el Credo.

¿Cómo se reza un Via Crucis?

Esta costumbre viene desde finales del siglo V, cuando los cristianos en Jerusalén, se reunían por la mañana del Viernes Santo a venerar la cruz de Jesús. Volvían a reunirse al empezar la tarde para escuchar la lectura de la Pasión.

El Via Crucis es una manera de recordar la pasión de Jesús y de revivir con Él y acompañarlo en los sufrimientos que tuvo en el camino al Calvario.

Se divide en catorce estaciones que narran, paso a paso, la Pasión de Cristo desde que es condenado a muerte hasta que es colocado en el sepulcro.

El Via Crucis se reza caminando en procesión, como simbolismo del camino que tuvo que recorrer Jesús hasta el Monte Calvario. Hasta adelante, alguno de los participantes lleva una cruz grande y es el que preside la procesión. Se hacen paradas a lo largo del camino para reflexionar en cada una de las estaciones, mediante alguna lectura específica.

Si se desea, después de escuchar con atención la estación que se medita y al final de cada una, se puede rezar un Padrenuestro, mientras se camina hasta la siguiente estación. El que lleva la cruz, se la puede pasar a otra persona.

Via Crucis para jovenes

1.- Jesús es condenado a muerte

Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Mi buen Jesús, te han condenado a muerte. ¿Estás triste? ¿ Estás asustado?
En tu lugar yo me sentiría así. Yo quiero quedarme junto a ti para que no te sientas sólo.
Ayúdame, Jesús, a tener fuerzas para quedarme junto a ti.

2.- Jesús es cargado con la cruz

Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Jesús mío, te han cargado con la cruz. La veo muy grande y seguramente te pesa mucho. Yo quiero ayudarte.

Dios mío, ayúdame a portarme muy bien y así ayudar a Jesús, tu Hijo, para que la cruz le pese un poco menos este Viernes Santo.

3.- Jesús cae por primera vez

Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Te has lastimado, mi buen Jesús, pero te vuelves a levantar. Sabes que debes seguir adelante. Yo quiero seguir contigo.
Dios mío, dame fuerzas para levantarme cuando me caiga y así seguir adelante, como lo hizo Jesús.

4.- Jesús encuentra a María.

Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

María, ves pasar a tu Hijo y te duele mucho verlo así. Te duele más que a todos nosotros. Pero tú confías en Dios y Él te hace fuerte y mantiene viva tu esperanza en la resurrección.

María, déjame estar contigo acompañándote y ayúdame a parecerme cada día más a ti.

5.- Jesús es ayudado por el Cireneo

Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

El Cireneo te ayuda a cargar la cruz. Yo también quiero ayudarte cada vez que te vea cansado.

Dios mío, ayúdame a ser generoso y servicial. En mi casa, en la escuela y en todo lugar para así parecerme al Cireneo y ayudar a tu Hijo a cargar la cruz.

6.- La Verónica enjuga el rostro de Jesús

Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Una mujer se ha acercado a ti, mi buen Jesús y te ha limpiado la cara. Tú la miras con mucho amor. Así quieres que tratemos a nuestros semejantes.

Dios mío, así como la Verónica se acercó con tu Hijo, yo también quiero hacerlo con mis hermanos.

7.- Jesús cae por segunda vez

Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Otra vez te has caído, mi buen Jesús. Es que el camino es muy largo y difícil. Pero nuevamente tú te has levantado. Tú sabes que es necesario levantarse y seguir adelante hasta el final.

Jesús, ayúdame a levantarme igual que tú, para poder seguir adelante en mi camino hacia ti.

8.- Jesús consuela a las santas mujeres

Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Hay unas mujeres en el camino del calvario y tú te has detenido a saludarlas. Es tan grande tu corazón que las consuelas, en lugar de recibirlo. Quieres darles la esperanza de la Resurrección.

Dios mío, ayúdame a tener el corazón tan grande como el de tu Hijo Jesús, para ayudar siempre a mis hermanos.

9.- Jesús cae por tercera vez

Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Una vez más, mi buen Jesús, una vez más has caído. Y una vez más te has levantado. Tú sabes que es necesario llegar hasta el final para así poder salvarnos del pecado.

Gracias, mi buen Jesús, porque te levantaste y así me salvaste. Ayúdame a mí a levantarme cada vez que me caiga.

10.- Jesús es despojado de sus vestidura

Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Mi buen Jesús. Te quitan la única túnica que tienes y los soldados la juegan a los dados. Vas a morir pobre, como también naciste pobre. Pero tú nos dijiste una vez que tu Reino no es de éste mundo, y son las puertas del cielo las que quieres abrir para nosotros.

Gracias, mi buen Jesús, gracias por querer salvarme.

11.- Jesús es clavado en la cruz

Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Has llegado a la parte alta del monte, mi buen Jesús. Y te clavaron en la cruz como si fueras el peor de los ladrones. Pero tú sabes perdonar a quienes lo hicieron. Y también nos perdonas nuestras faltas.

Jesús mío, también perdóname a mí. Yo te quiero mucho y no me gusta verte así.

12.- Jesús muere la cruz

Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Mi buen Jesús, viniste al mundo a salvarnos y ahora lo has logrado. Con tu muerte en la cruz, con tu obediencia a tu Padre nos has abierto las puertas del cielo.

Gracias, mi buen Jesús, gracias. Ahora ayúdame para que yo me gane el Cielo.

13.- Jesús es bajado de la cruz

Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

María, tu Madre, te detiene entre sus brazos. Está muy triste, pero sigue confiando en Dios. Ella sabe que este no es el final.

María, tú te convertiste en mi Madre desde la cruz. Jesús nos ha querido hacer ese regalo.Ayúdame a estar muy cerca de ti y de tu hijo toda mi vida.

14.- Jesús es colocado en el sepulcro

Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Ahora todo ha terminado. La gente vuelve a su casa. Pero a nosotros nos queda la esperanza de la resurrección.

Sabemos que tú vivirás siempre. En el Cielo, en el Sagrario y también en nuestro corazón.
Ayúdame, mi buen Jesús, ayúdame a resucitar contigo cada día, y a vivir con la alegría de la resurrección.

Vía Crucis para niños

Primera estación: Jesús es condenado a muerte

Jesús mío, tu silencio me enseña a llevar las contradicciones con paciencia.
Padrenuestro.

Segunda estación: Jesús va cargado con la Cruz

Esta Cruz, ¡Jesús mío! Debiera ser mía; mis pecados te crucificaron. Padrenuestro.

Tercera estación: Jesús cae por primera vez bajo la Cruz

¡Jesús mío! Por esta primera caída, no me dejes caer en pecado mortal. Padrenuestro.

Cuarta estación: Jesús encuentra a su Madre

Que ningún afecto humano, ¡Jesús mío!, me impida seguir el camino de la cruz. Padrenuestro.

Quinta estación: Simón, el cirineo, ayuda a Jesús a llevar la cruz

Jesús, amigo mío, que yo acepte con resignación cualquier prueba que sea tu Voluntad enviarme. Padrenuestro.

Sexta estación: La Verónica enjuga el rostro de Jesús

Imprime, Jesús, tu sagrado rostro sobre mi corazón y concédeme que nunca lo borre el pecado. Padrenuestro.

Séptima estación: Jesús cae por segunda vez

Jesús mío, déjame ayudarte a levantarte, y cuando yo me caiga, me ayudas tú. Padrenuestro.

Octava estación: Jesús consuela a las santas mujeres

Mi mayor consuelo, ¡Jesús mío!, sería oírte decir: muchos pecados te son perdonados, porque has amado mucho. Padrenuestro.

Novena estación: Jesús cae por tercera vez

Jesús, cuando me sienta cansado en el camino de la vida, sé Tú mi apoyo y mi perseverancia en los trabajos. Padrenuestro.

Décima estación: Jesús es despojado de sus vestiduras

Despójame, Jesús, del afecto de las cosas terrenas y revísteme de la túnica del arrepentimiento y penitencia. Padrenuestro.

Undécima estación: Jesús es clavado en la cruz

Enséñame, amado Jesús mío, a perdonar las injurias y olvidarlas. Padrenuestro.

Duodécima estación: Jesús muere en la cruz

Ya estás en la agonía, Jesús mío, pero tu Sagrado Corazón late de amor por los pobres pecadores. Haz que te ame. Padrenuestro.

Décimo tercera estación: Jesús es bajado de la cruz

Tu cruz se ha quedado vacía y nosotros, tristes. Ayúdanos a saber esperar la alegría de la resurrección. Padrenuestro.

Décimo cuarta estación: Jesús es colocado en el sepulcro

Cuando yo, Jesús, te reciba en mi corazón en la sagrada Eucaristía, haz que halles digna morada, para Ti. Padrenuestro.

El sermón de las Siete Palabras

Esta devoción consiste en reflexionar en las últimas siete frases que pronunció Jesús en la cruz, antes de su muerte.

Primera Palabra

"Padre: Perdónalos porque no saben lo que hacen". (San Lucas 23, 24)

Jesús nos dejó una gran enseñanza con estas palabras, ya que a pesar de ser Dios, no se ocupó de probar su inocencia, ya que la verdad siempre prevalece. Nosotros debemos ocuparnos del juicio ante Dios y no del de los hombres. Jesús no pidió el perdón para Él porque no tenía pecado, lo pidió para quienes lo acusaron. Nosotros no somos nadie para juzgar. Dios nos ha perdonado grandes pecados, por lo que nosotros debemos perdonar a los demás. El perdonar ayuda a quitar el odio. El amor debe ganar al odio. La verdadera prueba del cristiano no consiste en cuánto ama a sus amigos, sino a sus enemigos. Perdonar a los enemigos es grandeza de alma, perdonar es prueba de amor.

Segunda Palabra

"Yo te aseguro: Hoy estarás conmigo en el paraíso". (San Lucas 23,43)

Estas palabras nos enseñan la actitud que debemos tomar ante el dolor y el sufrimiento. La manera como reaccionemos ante el dolor depende de nuestra filosofía de vida. Dice un poeta que dos prisioneros miraron a través de los barrotes de su celda y uno vio lodo y otro vio estrellas. Estas son las actitudes que se encuentran manifestadas en los dos ladrones crucificados al lado de Jesús: uno no le dio sentido a su dolor y el otro sí lo hizo. Necesitamos espiritualizar el sufrimiento para ser mejores personas. Jesús en la cruz es una prueba de amor. El ladrón de la derecha, al ver a Jesús en la cruz comprende el valor del sufrimiento. El sufrimiento puede hacer un bien a otros y a nuestra alma. Nos acerca a Dios si le damos sentido.

Tercera Palabra

"Mujer, ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu Madre". (San Juan 19, 26-27)

La Virgen es proclamada Madre de todos los hombres.
El amor busca aligerar al que sufre y tomar sus dolores. Una madre cuando ama quiere tomar el dolor de las heridas de sus hijos. Jesús y María nos aman con un amor sin límites. María es Madre de cada uno de nosotros. En Juan estamos representados cada uno de nosotros. María es el refugio de los pecadores. Ella entiende que somos pecadores.

Cuarta Palabra

"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (San Marcos 15, 34)

Es una oración, un salmo. Es el hijo que habla con el Padre.
Estas palabras nos hacen pensar en el pecado de los hombres. El pecado es la muerte del alma. La bondad es el constante rechazo al pecado. El pecado es el abandono de Dios por parte del hombre. El hombre rechazó a Dios y Jesús experimentó esto.

Quinta Palabra

"¡Tengo sed!" (San Juan 19, 28)

La sed es un signo de vida. Tiene sed de dar vida y por eso muere.
Él tenía sed por las almas de los hombres. El Pastor estaba sólo, sin sus ovejas. Durante toda su vida Jesús había buscado almas. Los dolores del cuerpo no eran nada en comparación del dolor del alma. Que el hombre despreciara su amor le dolía profundamente en su corazón. Todo hombre necesita ser feliz y no se puede ser feliz sin Dios. La sed de todo hombre es la sed del amor.

Sexta Palabra

"Todo está consumado". (San Juan 19, 30)

Todo tiene sentido: Jesús por amor nos da su vida. Jesús cumplió con la voluntad de su Padre. Su misión terminaría con su muerte. El plan estaba realizado. Nuestro plan no está aún terminado, porque todavía no hemos salvado nuestras almas. Todo lo que hagamos debe estar dirigido a este fin. El sufrimiento, los tropiezos de la vida nos recuerdan que la felicidad completa solo la podremos alcanzar en el cielo. Aprendemos a morir muriendo a nosotros mismos, a nuestro orgullo, nuestra envidia, nuestra pereza, miles de veces cada día.

Séptima Palabra

"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". (San Lucas 23, 46)

Jesús muere con serenidad, con paz, su oración es de confianza en Dios. Se abandona en las manos de su Padre.
Estas palabras nos hacen pensar que debemos de cuidar nuestra alma, no sólo nuestro cuerpo. Jesús entregó su cuerpo, pero no su alma. Devolvió su espíritu a su Padre no con grito de rebelión sino con un grito triunfante. Nadie nos puede quitar nuestro espíritu. Es importante recordar cual es nuestro destino en al vida para no equivocarnos de camino a seguir. Jesús nunca perdió de vista su meta a seguir. Sacrificó todo para alcanzarla. Lo más importante en la vida es la salvación de nuestras almas.

La Virgen de la Soledad 

Bajo el título de la Virgen de la Soledad, se venera a María en muchos lugares y se celebra el viernes santo.

El Viernes Santo se acompaña a María en la experiencia de recibir en brazos a su Hijo muerto con un sentido de condolencia. Se dice que se le va a dar el pésame a la Virgen, cuya imagen se viste de negro ese día, como señal de luto.

Acompañamos a María en su dolor profundo, el dolor de una madre que pierde a su Hijo amado. Ha presenciado la muerte más atroz e injusta que se haya realizado jamás, pero al mismo tiempo le alienta una gran esperanza sostenida por la fe. María vio a su hijo abandonado por los apóstoles temerosos, flagelado por los soldados romanos, coronado con espinas, escupido, abofeteado, caminando descalzo debajo de un madero astilloso y muy pesado hacia el monte Calvario, donde finalmente presenció la agonía de su muerte en una cruz, clavado de pies y manos.
María saca su fortaleza de la oración y de la confianza en que la Voluntad de Dios es lo mejor para nosotros, aunque nosotros no lo comprendamos.

Es Ella quien con su compañía, su fortaleza y su fe nos da fuerza en los momentos del dolor, en los sufrimientos diarios y pidámosle la gracia de sufrir unidos a Jesucristo, en nuestro corazón, para así unir los sacrificios de nuestra vida a los de ella y comprendamos que en el dolor, somos más parecidos a Cristo y capaces de amarlo con mayor intensidad.

La imagen de la Virgen dolorosa nos enseña a tener fortaleza ante los sufrimientos de la vida. Encontremos en Ella una compañía y una fuerza para dar sentido a los propios sufrimientos.

Se le puede cantar a la Virgen la siguiente canción:

En el sufrimiento
supiste callar,
y junto a tu hijo
enseñas a amar.
Un Viernes Santo, con gran dolor,
sufre en silencio junto al redentor;
desde esa hora, hora de cruz,
es nuestra Madre, nos la dio Jesús.

Soneto a Cristo Crucificado



No me mueve mi Dios para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, en tal manera,
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera;

No me tienes que dar porque te quiera,
porque aunque cuanto espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

Antonio de Rojas (1585-1650)

jueves, 28 de marzo de 2013

28 de marzo, Jueves Santo La Cena del Señor.Día del Amor Fraterno


La liturgia del Jueves Santo es una invitación a profundizar concretamente en el misterio de la Pasión de Cristo, ya que quien desee seguirle tiene que sentarse a su mesa y, con máximo recogimiento, ser espectador de todo lo que aconteció 'en la noche en que iban a entregarlo'. Y por otro lado, el mismo Señor Jesús nos da un testimonio idóneo de la vocación al servicio del mundo y de la Iglesia que tenemos todos los fieles cuando decide lavarle los pies a sus discípulos.
En este sentido, el Evangelio de San Juan presenta a Jesús 'sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía' pero que, ante cada hombre, siente tal amor que, igual que hizo con sus discípulos, se arrodilla y le lava los pies, como gesto inquietante de una acogida incansable.
San Pablo completa el retablo recordando a todas las comunidades cristianas lo que él mismo recibió: que aquella memorable noche la entrega de Cristo llegó a hacerse sacramento permanente en un pan y en un vino que convierten en alimento su Cuerpo y Sangre para todos los que quieran recordarle y esperar su venida al final de los tiempos, quedando instituida la Eucaristía.
La Santa Misa es entonces la celebración de la Cena del Señor en la cuál Jesús, un día como hoy, la víspera de su pasión, "mientras cenaba con sus discípulos tomó pan..." (Mt 28, 26).
Él quiso que, como en su última Cena, sus discípulos nos reuniéramos y nos acordáramos de Él bendiciendo el pan y el vino: "Hagan esto en memoria mía" (Lc 22,19).
Antes de ser entregado, Cristo se entrega como alimento. Sin embargo, en esa Cena, el Señor Jesús celebra su muerte: lo que hizo, lo hizo como anuncio profético y ofrecimiento anticipado y real de su muerte antes de su Pasión. Por eso "cuando comemos de ese pan y bebemos de esa copa, proclamamos la muerte del Señor hasta que vuelva" (1 Cor 11, 26).
De aquí que podamos decir que la Eucaristía es memorial no tanto de la Ultima Cena, sino de la Muerte de Cristo que es Señor, y "Señor de la Muerte", es decir, el Resucitado cuyo regreso esperamos según lo prometió Él mismo en su despedida: " un poco y ya no me veréis y otro poco y me volveréis a ver" (Jn 16,16).
Como dice el prefacio de este día: "Cristo verdadero y único sacerdote, se ofreció como víctima de salvación y nos mandó perpetuar esta ofrenda en conmemoración suya". Pero esta Eucaristía debe celebrarse con características propias: como Misa "en la Cena del Señor".
En esta Misa, de manera distinta a todas las demás Eucaristías, no celebramos "directamente" ni la muerte ni la Resurrección de Cristo. No nos adelantamos al Viernes Santo ni a la Noche de Pascua.
Hoy celebramos la alegría de saber que esa muerte del Señor, que no terminó en el fracaso sino en el éxito, tuvo un por qué y para qué: fue una "entrega", un "darse", fue "por algo" o, mejor dicho, "por alguien" y nada menos que por "nosotros y por nuestra salvación" (Credo). "Nadie me quita la vida, había dicho Jesús, sino que Yo la entrego libremente. Yo tengo poder para entregarla." (Jn 10,16), y hoy nos dice que fue para "remisión de los pecados" (Mt 26,28).
Por eso esta Eucaristía debe celebrarse lo más solemnemente posible, pero, en los cantos, en el mensaje, en los signos, no debe ser ni tan festiva ni tan jubilosamente explosiva como la Noche de Pascua, noche en que celebramos el desenlace glorioso de esta entrega, sin el cual hubiera sido inútil; hubiera sido la entrega de uno más que muere por los pobre y no los libera. Pero tampoco esta Misa está llena de la solemne y contrita tristeza del Viernes Santo, porque lo que nos interesa "subrayar"; en este momento, es que "el Padre nos entregó a su Hijo para que tengamos vida eterna" (Jn 3, 16) y que el Hijo se entregó voluntariamente a nosotros independientemente de que se haya tenido que ser o no, muriendo en una cruz ignominiosa.
Hoy hay alegría y la iglesia rompe la austeridad cuaresmal cantando él "gloria": es la alegría del que se sabe amado por Dios, pero al mismo tiempo es sobria y dolorida, porque conocemos el precio que le costamos a Cristo.
Podríamos decir que la alegría es por nosotros y el dolor por Él. Sin embargo predomina el gozo porque en el amor nunca podemos hablar estrictamente de tristeza, porque el que da y se da con amor y por amor lo hace con alegría y para dar alegría.
Podemos decir que hoy celebramos con la liturgia (1a Lectura). La Pascua, pero la de la Noche del Éxodo (Ex 12) y no la de la llegada a la Tierra Prometida (Jos. 5, 10-ss).
Hoy inicia la fiesta de la "crisis pascual", es decir de la lucha entre la muerte y la vida, ya que la vida nunca fue absorbida por la muerte pero si combatida por ella. La noche del sábado de Gloria es el canto a la victoria pero teñida de sangre y hoy es el himno a la lucha pero de quien lleva la victoria porque su arma es el amor.

miércoles, 27 de marzo de 2013

2 7 de marzo,San Ruperto Obispo, misionero (año 710)


 

Jesús en la CruzRuperto significa (en alemán) "hombre de fama brillante".
Fue el gran misionero que evangelizó el sur de Alemania, la región de Baviera. Era obispo de la ciudad de Worm. Acompañado de un buen número de misioneros llegó a Baviera en el año 697 y se presentó al duque Teodo, que era pagano, y le pidió permiso para evangelizar en esa región. Como llevaba recomendaciones del rey Childeberto, el duque le concedió el permiso de predicar. Una hermana del duque era cristiana y logró convencerlo para que fuera a escuchar los sermones de San Ruperto, y tanto le agradaron que al poco tiempo se hizo cristiano, y junto con gran número de los empleados de su palacio y de su gobierno se hizo bautizar. Esto facilitó mucho la obra de evangelización de San Ruperto y sus compañeros, porque ya en el gobierno no había oposición a la predicación.
El pueblo de Baviera demostró muy buenas disposiciones para aceptar el cristianismo. Y pronto los templos paganos se fueron transformando en templos cristianos y apoyados por las curaciones milagrosas que hacía, los sermones de San Ruperto lograron un gran número de conversiones.
Junto con sus misioneros fueron recorriendo las orillas del río Danubio predicando y convirtiendo a miles de personas. Llegando a la ciudad de Jerusalén obtuvo del gobierno el permiso de reconstruirla y cambiarle de nombre. Le puso el nombre de Salzburgo (nombre que se ha hecho después mundialmente famoso porque en esa ciudad nació y murió el célebre músico Mozart). En aquella ciudad construyó ocho edificios para obras religiosas y varios templos. Se fue a su tierra Irlanda y se trajo doce nuevos misioneros y convenció a su hermana Santa Erentrudes a que fundara un convento de religiosas allí, y ella y sus monjas contribuyeron mucho a propagar la religión por toda esa región. Los compañeros de San Ruperto eran tan fervorosos que tres de ellos han sido declarados santos por la Iglesia Católica.
El santo no sólo se preocupaba por la instrucción religiosa de su pueblo sino por su progreso material. En los alrededores de Salzburgo había unas fuentes de agua salada y las hizo explotar técnicamente obteniendo sal para todas las gentes de los alrededores.
En Alemania, Austria e Irlanda se levantaron después numerosos templos en honor de este gran misionero y evangelizador, como agradecimiento por sus grandes obras.
Señor: envíanos muchos santos misioneros que despierten la fe de nuestros pueblos y los hagan progresar, material y espiritualmente.
Encomienda a Dios tus afanes y se te cumplirán tus buenos deseos.
(Salmo 54).

martes, 26 de marzo de 2013

Martes Santo 2013, mi hermandad de la que tenéis enlace en este blog. Mi abuelo fue uno de los refundadores y actualmente mi familia sigue perteneciendo a la misma.


 PONTIFICIA, FERVOROSA, ILUSTRE Y ANTIGUL HERMANDAD Y COFRADÍA DE NAZARENOS DE NUESTRO PADRE JESÚS ANTE ANÁS, SANTÍSIMO CRISTO DEL MAYOR DOLOR, MARÍA SANTÍSIMA DEL DULCE NOMBRE Y SAN JUAN EVANGELISTA
 Esta Hermandad y Cofradía de nazarenos parece brotar de la fusión en los siglos XVI y XVII, de tres congregaciones distintas.
             La primera de ellas de claro carácter benéfico desde sus inicios, la de los “NIÑOS PERDIDOS” o, como dicen algunos historiadores de temas sevillanos como Félix González de León denominada, la del “SOCORRO y AMPARO”. (Segunda mitad del siglo XVI)
            Las otras dos, una Hermandad de Gloria y Luz, llamada del “DULCE NOMBRE DE MARÍA” (finales del siglo XVI), que se transformará en cofradía penitencial a partir de la primera mitad del siglo XVII, pasándose a denominar del “DULCE NOMBRE DE MARÍA Y MAYOR DOLOR DE CRISTO”; y una tercera titulada de la “BOFETADA QUE DIERON A CRISTO EN CASA DE ANÁS”, que existente desde finales del siglo XVI, se constituyó desde sus inicios con un auténtico sentido pasional de celebrar estación de penitencia en Semana Santa.
HERMANDAD DEL NIÑO PERDIDO Y LA GLORIOSA SANTA ANA
             En la cuaresma de 1584 ó 1585, se instituye según Alonso Morgado, en su “Historia de Sevilla, de los Niños  Perdidos”, una Hermandad, fundada por Fray Diego Calahorrano, maestro provincial de la orden de los predicadores; en una capilla del convento dominico del Monasterio de Santa María de Montesión, en la collación de San Juan de la Palma; bajo advocación y el patrocinio del “NIÑO PERDIDO Y LA GLORIOSA SANTA ANA”. Para otros, como se ha indicado antes, su Título era de “SOCORRO Y AMPARO”, siendo erigida bajo el amparo y patrocinio del Cardenal Arzobispo de Sevilla, D. Rodrigo de Castro, que regentaba la sede hispalense desde el año 1576, y que incluso le concedió para su mantenimiento posterior una dotación de 100 ducados de oro a perpetuidad.

            Dicha Hermandad caritativa, cuyo fin primordial en un principio fue el de atender, amparar y socorrer tanto a los niños como a las niñas huérfanas, desamparadas y abandonadas de la Ciudad de Sevilla, y que posteriormente y tras ser acogida bajo el patrocinio y tutela del Ayuntamiento, en 1587, se dedicó única y exclusivamente al auxilio y ayuda de niñas desvalidas; tuvo su primer asiento 01benéfico en la confluencia de las calles de Cañaveria (Joaquín Costa) y Niño Perdido, terrenos de la Isleta de la Feria (Alameda de Hércules).
            Posteriormente se trasladó a la calle Pajería (Zaragoza), donde era regente de ella su fundador Fray Diego Calahorrano (4), para posteriormente situarse en la calle del Naranjo (Méndez Núñez). Sería la primera de las tres instituciones que hoy unidas entre sí, forman la Hermandad.
 HERMANDAD DE GLORIA DEL DULCE NOMBRE DE MARÍA
             Por los años finales de la centuria del siglo XVI, surgió también la segunda institución, que dio origen a la Hermandad actual de “La Bofetá”, la de “GLORIA DEL DULCE NOMBRE DE MARÍA”, erigida en la collación de San Bartolomé el nuevo o del Compás.

            A finales del siglo XVI o principios del siglo XVII, siendo Asistente sevillano, Diego de Pimental, fue labrada la imagen del Santísimo Cristo del Mayor Dolor, que pasaría posteriormente a ser Titular de la Cofradía de Penitencia del “DULCE NOMBRE DE MARÍA Y MAYOR DOLOR DE CRISTO”, Siendo atribuida su talla indistintamente al hispalense Juan de Oviedo y de la Bandera, el Mozo, y al jienense Andrés de Ocampo.

02            En 1634, la Hermandad de Gloria del “DULCE NOMBRE DE MARÍA”, residía ya en Santa María de las Nieves (Santa María la Blanca), pero como hermandad gremial de penitencia y no de luz, formando en su cuadrante de hermanos muchos escribanos públicos sevillanos y ministros de la plaza de aquel entonces, y efectuando se estación penitencial en un principio, la tarde de Jueves Santo, y cambiándola en 1636, al Viernes Santo, primero, para posteriormente, desde 1666 retornar al Jueves Santo. Era su Título de “DULCE NOMBRE DE MARÍA Y MAYOR DOLOR DE CRISTO”. En la collación de Santa María la Blanca, esta Cofradía acompañada de una centuria de romanos.
03            Posteriormente, esta Hermandad se trasladaría al Convento de la Merced (hoy Museo de Bellas Artes), donde se fusionaría con la tercera de las hermandades que originan la actual Hermandad de “la Bofetá”.
            El 27 de Marzo de 1641, es recibido como hermano de esta Institución, el sarguero o pintor de lienzos, vecino de Sevilla, Francisco de Zurbarán.

HERMANDAD DE LA BOFETADA QUE DIERON A CRISTO EN CASA DE ANÁS
            Poco tiempo después de lo anterior, hacia la segunda mitad del siglo XVII, y antes desde luego de la peste de 1649 que asoló la capital, es cuando va a nacer la tercera y última corporación religiosa que dará paso posteriormente a la actual Hermandad de “La Bofetá”; la hermandad penitencial titulada de la “BOFETADA QUE DIERON A CRISTO EN CASA DE ANÁS”, aunque en realidad el nombre de esta cofradía no aparece registrado en documento alguno hasta el 28 de Agosto de 1694 con el Título de “COFRADÍA DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA BOFETADA”, con residencia canónica en la Iglesia Casa Grande del Convento de la Merced (hoy Museo de Bellas Artes) desde finales del siglo anterior, y cuya cotitular mariana poseía la advocación del Nombre de María, pues la misma era según se cree, la Dolorosa de la Hermandad de Santa María de las Nieves (Santa María la Blanca), corporación que se había trasladado anteriormente a este templo de la orden mercedaria.
            Con toda probabilidad, el traslado de la Cofradía del “DULCE NOMBRE DE MARÍA Y MAYOR DOLOR DE CRISTO”, ya unida por estas fechas a la Hermandad de la “BOFETADA QUE DIERON A CRISTO EN CASA DE ANÁS”, se debió primero a la posición céntrica del mismo, dentro del cinturón urbano de la ciudad; segundo porque dentro del recinto mercedario residían cofradías penitenciales de tanto influjo y solera como la Hermandad y Cofradía de los Martirios de Nuestro Señor Jesucristo, conocida vulgarmente por la de la “Penitencia” (Pasión) y la de la Sagrada Expiración de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de la Merced (Museo); y tercero por la dificultad de transitar los pasos de la cofradía por las calles de la judería hispalense.
            Durante su estancia canónica en Santa María de la Merced, pagaba esta Cofradía a la comunidad mercedaria por su residencia, 100 reales de vellón, los años que no salía en Semana Santa, y cuando lo hacía la tarde del Jueves Santo, abonaba la cantidad de 300.
FUSIÓN DE LAS TRES CORPORACIONES
             A consecuencia de la peste ya aludida de 1649, la Cofradía llego casi a la extinción. Las imágenes de los titulares fueron abandonadas  totalmente y aparecían en el atrio del coro mercedario, instaladas en un pequeño habitáculo cerrado y estrecho.
             Por esto, en 1666, la Hermandad solicitó al Ayuntamiento de Sevilla que debido al gran estado de  postración en que se encontraba la Cofradía en el Monasterio de Santa María de la Merced, le fuera concedido permiso para establecerse provisionalmente en la capillita del Hospicio de las Niñas Huérfanas de la calle del Naranjo por estar la misma completamente desocupada mientras encuentra un templo donde ubicarse permanentemente.

            El 12 de Febrero de 1666, el Ayuntamiento hispalense, tras una polémica y tortuosa sesión capitular, concedió la autorización par ocupar la capilla de la Casa-Asilo de las Niñas Huérfanas a esta Cofradía de “LA BOFETADA QUE DIERON A CRISTO EN CASA DE ANÁS, MAYOR DOLOR DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Y NOMBRE DE MARÍA SANTÍSIMA”, y el traslado de sus imágenes desde Santa María de la Merced al pequeño templo de la calle del Naranjo, y es el preciso momento en que se funden las tres corporaciones en una sola, y forman la actual rompiendo con ello ciertas tesis de algunos historiadores que hacen nacer la antigüedad de esta Institución como penitencial, a partir de este momento de 1666, cuando ya hemos visto que tanto la Hermandad del “DULCE NOMBRE DE MARÍA Y MAYOR DOLOR DE CRISTO” como la de “LA BOFETADA QUE DIERON A CRISTO EN CASA DE ANÁS” poseían ya este carácter, una en la collación de Santa María la Blanca y la otra en la de la Magdalena, primero ambas por separado y más tarde unidas.05

            Desde este año de 1666, de nuevo vuelve a procesionar esta Hermandad en Semana Santa el Jueves Santo por la tarde.

            Durante esta centuria, la Hermandad del santísimo Cristo del Mayor Dolor y Dulce Nombre de María reside algunos años, por ruinas en la capilla del Seminario de Niñas Huérfanas de la calle del Naranjo, en la Iglesia Filial de Santiago el Viejo, regresando a su sede canónica ya restaurada en el año de 1734.

04            Cuatro años más tarde en 1739, esta Cofradía compra a la Hermandad de los Sagrados Clavos, Nuestra Señora de la Cabeza y Señor San Juan Evangelista (Las Siete Palabras), de la Iglesia Casa Grande de los Carmelitas de Sevilla, en calle de los Baños, el antiguo paso alegórico del Apocalipsis que ésta poseía en propiedad y que el año de 1680 había diseñado el utrerano Francisco Ruiz Gijón; aunque luego no lo realizaría totalmente, pues dichas andas procesionales las continuarían en su arquitectura el antequerano Bernardo Simón de Pineda en 1688, y las finalizaría, en 1701, el ensamblador Diego de la Rosa. De este paso diseñado en 1680 por Francisco Antonio Ruiz Gijón, provienen los cuatro soberbios ángeles virtudes mancebos que posee esta Hermandad.

            Esta Cofradía hizo su última estación de penitencia de su primera época con tres pasos en el Jueves Santo de la Semana Mayor de 1745, creyéndose, aunque no hay testimonio cierto de ello, que en el primero se representaba la escena de la bofetada que Cristo recibió en casa ante el sumo Pontífice Anás; en el segundo figuraba el Santo Cristo del Mayor Dolor y en el tercero la Virgen del Dulce Nombre acompañada de san Juan Evangelista bajo palio.

TRASLADO AL BEATERIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

            Posteriormente, el 9 de Abril de 1795, al encontrarse la Casa-Asilo de las Niñas Huérfanas de la calle del Naranjo en total postración económica y social, por solicitud del párroco de Santa María la Blanca, Bartolomé Cabello y Barroso, es trasladado el Hospital al Beaterio de la Santísima Trinidad en la collación de Santa Lucía.06

            El abandono de la Casa – Asilo por parte de las niñas huérfanas, y la inminente entrada del invasor francés en la Ciudad, hicieron que la Cofradía decayera totalmente, perdiendo su pujanza y desapareciendo sus enseres, archivos y útiles de culto.

            Al pasar las niñas huérfanas al Beaterio de la Santísima Trinidad, con la Cofradía de la Bofetada o Del Mayor Dolor y Dulce Nombre de María completamente, la capillita de la calle del Naranjo, quedó cerrada, sin culto, con las imágenes de la Hermandad desatendidas y encerradas dentro de ella. Éstas fueron las causas por las que, en 1809, los Titulares pasaron a venerarse en la Capilla del Beaterio de la Santísima Trinidad, siendo colocada la talla del Redentor Cautivo de la Bofetada, en un altar del lado del evangelio e inmediato a la puerta de acceso a la misma; en cuanto al Santo Crucificado del Mayor Dolor, la Virgen del Dulce Nombre y San Juan Evangelista, fueron instalados juntos en otro retablo, de la parte de la epístola.

REFUNDACIÓN EN 1919

San_Romn_Web            Un grupo de cofrades sevillanos, conociendo la existencia de los Titulares de esta antigua Hermandad en el Beaterio de la Santísima Trinidad, decide reorganizar la corporación en el año 1919, con el beneplácito del Cardenal Arzobispo D. Enrique Almaraz y Santos, bajo el Título de “Fervorosa Hermandad de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús ante Anás, Santísimo Cristo del Mayor Dolor y María Santísima del Dulce Nombre”. La Hermandad pasó a tener su Sede Canónica en la Parroquia de San Román.

            Sus primeras Reglas, en esta nueva época, fueron aprobadas el 8 de Noviembre de 1919, por un plazo de tres años y “ad experimentum” por la Autoridad Eclesiástica. Las mismas estaban basadas, en las que regían por aquellos años en la sevillana Hermandad del Gran Poder.

            Esta Institución cofrade, fue admitida como Hermandad de Penitencia de derecho, tres días más tarde de aprobarse sus Reglas, el 11 de Noviembre de 1919. Éstas fueron ratificadas y autorizadas definitivamente por el Provisor General y Vicario Arzobispal Dr. D. Miguel Castillo y Rosales, y por el Notario de la Vicaria General del Arzobispado, Dr. D. Luis Montoto Raustrastach.

            El 16 de Noviembre de 1919, tomó posesión la primera Junta de Gobierno de la Hermandad tras la reorganización, estando formada por los siguientes:

  • Hermano Mayor: D. Antonio Ruiz de Vargas y Muñoz. Pbro., Cura Propio, de San Román, de Santa Catalina y Director Espiritual
  • Tte. Hermano Mayor: D. Fidel de la Campa y Conde. Pbro.
  • Vice Tte. Hermano Mayor: D. Losé Carlos Tobar Serrano
  • Consiliario 1º: D. José Ricca Raynaud
  • Consiliario 2º: D. Gerardo Iñiguez e Iñiguez
  • Consiliario 3º: D. Luis Sañol Druez
  • Mayordomo 1º: D. Felipe Sergeant Hurtado
  • Mayordomo 2º: D. Alfredo Estrada de la Rosa
  • Secretario 1º: D. Ángel Luna Preciados
  • Secretario 2º: D. Vicente Fluja Rasco
  • Prioste: D. Juan Pérez Calvo
  • Diputado Mayor de Gobierno: D. Juan Antonio Araujo Bonilla

            Otros ocho hermanos formaban parte de esta Junta de Gobierno, D. Antonio Guerra Ballesteros, D. Luis Torres Santos, D. Julián Díez Martínez, D. Manuel Amado Galeano, D. Antonio Lallena Victoria, D. Isaías Golmayo Madrid, D. José Olivares Tejera y D. Juan Carrero Martín.

            El 14 de Diciembre de 1919, a las once de la mañana y tras canto de tercia ante Jesús Sacramentado, se celebró en la Parroquia de San Román, la Solemne Función Institucional de la Hermandad. Predicó el oficio, el Canónigo Lectoral D. Juan Francisco Muñoz y Pabón, oficiando el mismo, el Provisor General y Vicario Arzobispal, Dr. D. Miguel Castillo y Rosales.

            Esta primera Junta, con carácter de reorganizadora, cesó el día 9 de mayo de 1920, nombrándose la segunda de acuerdo con las Reglas, y que fue presidida por D. Antonio Guerra Ballesteros.

PRIMERA ESTACIÓN DE PENITENCIA 

            El 30 de Marzo del año 1920, Martes Santo, hace por primera vez Estación de Penitencia, con las antiguas imágenes, a la S. I. C. M. de Sevilla con dos pasos, en el primero iba el Señor de la Bofetada y en el segundo, la Virgen del Dulce Nombre. Sus nazarenos vestían en el paso del Señor, túnicas de cola moradas de ruán – alquiladas a la Hermandad de la Cena -, y en el paso de la Virgen, túnicas de cola de ruán negro; en los dos casos con cinturón de esparto ancho.

            El paso del Señor fue cedido por la Hermandad de las Siete Palabras, y los respiraderos, la candelería y los varales que exornaban el paso de la Virgen, eran pertenecientes a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Salud – Los Gitanos -.

PRIMERAS TÚNICAS BLANCAS DE COLA 

            El Martes Santo, 22 de Marzo, de 1921 los nazarenos de la Hermandad sacan por primera vez, túnicas blancas de cola. En este año, saca cedidas por su autor y propietario, Miguel Ángel Rodríguez Magaña, la imagen de Nuestro salida_San_Roman_Webadre Jesús de la Humildad ante Anás – hoy en la Parroquia de Santa María de las Flores y San Eugenio de Sevilla, en la barriada de Pío XII -, y el primer misterio de “la Bofetá”.

            En este Martes Santo, se estrena el techo de palio y las bambalinas del palio, bordados en hilos de oro sobre terciopelo azul y malla del mismo metal, elaborado en el taller de Juan Manuel Rodríguez Ojeda.

ESTRENO DE LAS ACTUALES IMÁGENES 

09            El 27 de Marzo de 1923, Martes Santo, procesionar por primera vez la imagen actual de Nuestro Padre Jesús ante Anás y el misterio de “la Bofetá”. Las imágenes, tanto del Señor como las que componen el misterio, son obra el imaginero Antonio Castillo Lastrucci; estas imágenes fueron las primeras de su autor para la Semana Santa Sevillana, e impactaron profundamente por su innovadora y acertada composición, y belleza plástica, pasando a ser un referente para posteriores composiciones.

            El manto procesional de la Virgen del Dulce Nombre, del mismo autor y características que el palio, es estrenado en la Semana Santa del año 1923; completando así el conjunto de bordados del paso de palio.10

            Fue en el año 1924, 15 de Abril, cuando salen por primera vez, y bajo palio, las actuales imágenes de María Santísima del Dulce Nombre y de San Juan Evangelista, las cuales se deben a la inspiración de Antonio Castillo Lastrucci. Tras esta primera salida, la imagen de a Virgen del Dulce Nombre “retocada” por el propio imaginero que de esta forma redondea su obra; Castillo vuelve a cautivar con la belleza de su dolorosa.
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            El 8 de Mayo de este año, 1924, son aprobadas definitivamente sus Reglas por la Autoridad Eclesiástica.

TRASLADO A SAN ANTONIO DE PADUA 

            El 20 de Junio de 1924 pasa a residir canónicamente en el templo Franciscano de San Antonio de Padua, sito en la calle San Vicente, dentro de la collación y feligresía de la Parroquia de San Lorenzo.

              El traslado de la Hermandad al Convento de San Antonio fue aprobado en un Cabildo General celebrado el día 28 de Mayo de 1924, llevándose a cabo el citado Viernes 20 de Junio de 1924,  en Solemne procesión.
  
           El cortejo lo abría el coro de campanilleros de la Hermandad de La O, seguido de la Cruz de Guía custodiada por dos faroles; continuaba Nuestro Padre Jesús ante Anás, que iba sobre andas cedidas por la Hermandad de San Bernardo, en la cual, además de la imagen del Señor, figuraban los Ángeles Pasionarios; y para finalizar María Santísima del Dulce Nombre, dn_san_antonioacompañada de San Juan Evangelista, iba sobre el paso de salida de Semana Santa, sin el palio. Presidía las andas Don Antonio Giménez Toro - Teniente Hermano Mayor – y el paso Don José Vaca Librero - Hermano Mayor -. El acompañamiento musical de las andas y del paso estuvo a cargo de la banda de Música del Regimiento de Soria.
  
           Durante todo el recorrido o en determinado momentos, la procesión fue acompañada por representaciones de la Hermandades de los Gitanos, San Bernardo, el Gran Poder, la Soledad, el Buen Fín y la Sacramental de San Lorenzo.   

OTRAS FECHAS DE INTERÉS

13            Los años 1928 y 1929, el paso de la Santísima Virgen del Dulce Nombre   procesionó con velas rizadas, siendo el primer palio con imagen de San Juan que las llevó.

            Del 15 al 21 de Mayo de 1929, el paso de palio de la Cofradía con sus imágenes Titulares, de María Santísima del Dulce Nombre y San Juan Evangelista, figuró en el templo del Divino Salvador dentro de la muestra cofradiera, celebrada con motivo de la celebración del Congreso Mariano Hispano Americano.

            Los Martes Santo, 22 de Marzo de 1932, 11 de Abril de 1933 y 27 de Marzo de 1934, esta Hermandad no realizó Estación de Penitencia debido a los problemas políticos, sociales y religiosos, por los que atravesaba España en esos momentos.

            En 1945, se estrena el actual paso de misterio diseñado por Juan Pérez Calvo, y tallado por Rafael Fernández del Toro.
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            El Viernes Santo, 26 de Marzo de 1948, el paso de misterio procesionó en el santo Entierro Magno, celebrado en conmemoración del VII Centenario de la Conquista de Sevilla por Fernando III, el Santo. Por la inclemencia del tiempo, el paso de misterio tuvo que buscar refugió en la Iglesia Parroquial del Divino salvador, regresando al templo Franciscano de la calle San Vicente, sin cortejo y en andas, en la tarde del Domingo de Resurrección, 28 de Marzo.

            En el año 1949, la Hermandad añade a su Título, los de Ilustre y Antigua, en recuerdo perenne de su condición y origen.

            En 1965, la Santísima Virgen del Dulce Nombre presidió el centro misional en la barriada del Cerro del Águila.

CRUZDEGUIA1985TRASLADO A SAN LORENZO

            El Martes Santo, 9 de Abril de 1968, la Hermandad sale por última vez de san Antonio de Padua, entrando, una vez completada su Estación de Penitencia a la S. I. C. M. de Sevilla, en su nueva sede canónica, la Parroquia de San Lorenzo Mártir. Allí ocupa la Capilla, bendecida el 5 de Julio por el Cardenal Bueno Monreal, donde previamente estaba establecida la Hermandad del Gran Poder.

MÁS FECHAS DE INTERÉS 

            El 9 de Abril de 1974, Martes Santo, a consecuencia de la lluvia es la única Cofradía que hace Estación de Penitencia a la S. I. C. M. de Sevilla.

            El 19 de Abril de 1979, sorprendida por la lluvia en su regreso a su templo en el barrio de San Lorenzo, esta Hermandad hubo de refugiar precipitadamente su paso de misterio en el Arquillo de Ayuntamiento, y el paso de palio en la Parroquia del Divino Salvador; regresando a su sede aquella misma madrugada.

            El Martes Santo, 2 de Abril de 1980, los dos pasos de la Cofradía son portados por primera vez por hermanos costaleros.15

            El 1 de Octubre de 1985, la santísima Virgen del Dulce Nombre es nombrada patrona de los Graduados Sociales de Sevilla.

IV CENTENARIO FUNDACIONAL

            Para conmemorar el IV Centenario de su fundación, el 23 de Noviembre de 1985, la Hermandad decide 16procesionar, con el Santo Cristo del Mayor Dolor, por los barrios de san Lorenzo y San Vicente; la Hermandad de Vera Cruz cede para esta ocasión el paso de su Titular, el Santísimo Cristo de Vera Cruz.

            El Martes Santo de 1992, la Hermandad recibe, en la misa preparatoria de la Estación de Penitencia, la notificación de que le ha sido concedido el título de Pontificia, Éste fue debido a las gestiones realizadas Exposicin_1992_para_Webpara ello en el Vaticano, por el Cardenal colombiano de la curia romana, Monseñor Dr. D. Alfonso López Trujillo, Presidente del Consejo Pontificio para la Familia.

            Este mismo año, del 25 de Junio al 25 de Julio, el paso de palio figuró con las imágenes de María Santísima del Dulce Nombre y San Juan Evangelista, en la muestra “La Pasión” perteneciente a la exposición “Los esplendores de Sevilla” que se celebró en la Iglesia Parroquial del Divino Salvador, para conmemorar el V Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América.

75 ANIVERSARIO REFUNDACIONAL   

            En el mes de Noviembre de 1994, se celebró con motivo de las bodas de platino de la reorganización de la Hermandad, una Función Solemne ante las Imágenes Titulares Primitivas, que se siguen venerando en el Beaterio de la Santísima Trinidad.

            La Hermandad acudió corporativamente con Estandarte acompañado de los miembros de la Junta de Gobierno. También estuvieron presentes con representaciones, las Hermandades de la Soledad de San Lorenzo, la Pastora de San Vicente y la de los Gitanos; esta última vinculada a nuestra Hermandad por los años de residencia en la Parroquia de San Román.

            La misa y la homilía estuvieron a cargo del Ilmo. Sr. D. Ulpiano Pacho. Terminada la Eucaristía, el Hermano Mayor, D. Juan Luis Quiroga Bernáldez, en presencia de los miembros de la Junta de Gobierno, representaciones y hermanos presentes, hizo entrega a la Madre Abadesa de un recuerdo del acto, agradeciéndole, en nombre de la Hermandad, la colaboración prestada.

OTRAS FECHAS

            En 1995, debido al mal estado de la fábrica parroquial de San Lorenzo Mártir, el Triduo en honor de la Virgen del Dulce Nombre, tuvo lugar en la Iglesia Conventual de san Antonio de Padua.

            En 1997, - desde el 7 de Febrero al 19 de Marzo las imágenes de Jesús ante Anás, la Virgen del Dulce Nombre y San Juan Evangelista, y hasta el 25 de Abril el santo Cristo del Mayor Dolor -, por obras en la Parroquia de San Lorenzo Mártir, se ve esta Hermandad en la necesidad de trasladar sus imágenes titulares a la Iglesia del Convento de la Asunción de las RR. Madres Mercedarias Descalzas, en la calle Guadalquivir

17            Este mismo año, expone su paso de palio, pero sin sus imágenes titulares, en la Primera Muestra Nacional de Artesanía Cofrade celebrada en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla.

            De nuevo, por motivos de obras en la Parroquia de San Lorenzo, primero el 9 de Septiembre retorna a la Iglesia del Convento de la Asunción la Virgen del Dulce Nombre para celebrar su Triduo anual, y posteriormente el 7 de Octubre, las imágenes de Jesús ante Anás, el santo Cristo del Mayor Dolor y San Juan Evangelista.

            El 20 de Enero de 1998 aprueba esta Hermandad, la salida de hermanas nazarenas en su cortejo penitencial del Martes Santo, a partir de la Semana Santa de aquel mismo año. Ese mismo día la Hermandad aprueba nombrar camareras Honorarias de la Santísima Virgen del Dulce Nombre a las comunidades religiosas de las Mercedarias Descalzas del Convento de la Asunción y de las Madres Trinitarias del beaterio de la Santísima Trinidad, ambas de Sevilla.

            El 6 de Febrero, las imágenes titulares de la Hermandad regresan, en procesión vespertina, a la restaurada Iglesia Parroquial de San Lorenzo Mártir.

75 AÑOS CON NOSOTROS

19            La Hermandad organizó, en Noviembre de 1999, una serie de actos para conmemorar el LXXV Aniversario de la ejecución de las imágenes titulares de la Hermandad y del misterio de “La Bofetá” por el imaginero Antonio Castillo Lastrucci.

            Con tal motivo, se organizó una exposición fotográfica sobre Castillo Lastrucci y su obra, inaugurada el 16 de Noviembre después de la Misa de Hermandad. En dicha exposición, se pudieron admirar diversas gubias y utensilios utilizados por Castrillo, varios bocetos y contratos de sus obras más representativas. También se organizaron dos mesas redondas para dar a conocer, de manera tanto personal como profesional la figura de Castrillo.

            El día 19 de Noviembre, tuvo lugar el Acto de Exaltación “Setenta y Cinco con Nosotros” que estuvo a cargo de N. H. Rafael de Gabriel García.

            La banda de Música María Santísima de la Victoria – Las Cigarreras -, ofreció un concierto de marchas, en las que, entre otras, se interpretaron, Dulce Nombre, Al Cielo con Ella, Cristo de la Presentación o Hiniesta Coronada.

            Como culminación de los actos, se celebró  Función conmemorativa del LXXV Aniversario de la bendición de los Titulares de la Hermandad, que estuvo oficiada por el Excmo. Sr. Monseñor Infantes Florido, Obispo Emérito de Córdoba. En dicha Función, las Imágenes aparecían ataviadas tal y como se hacía en la época en las que fueron realizadas.

BENDICIÓN DE LA NUEVA CASA DE HERMANDAD

            La nueva Casa de Hermandad del Dulce Nombre, situada en la calle Pescadores nº 14, adquirida en el año 1999, fue bendecida e inaugurada el 28 de Febrero de 2003, tras una Eucaristía en la Parroquia de San Lorenzo; por el Vicario Parroquial de San Lorenzo, D. Juan Manuel Contreras al encontrarse indispuesto el Director Espiritual de la Hermandad y Cura – Párroco, D. Juan Manuel García – Junco.

            En este año -2003- volvió a ser la única hermandad que  realizó la Estación de Penitencia a la S.I. Catedral de Sevilla en la tarde del Martes Santo por causa de la lluvia, dándose la curiosidad, por los mismos motivos, que fue la primera hermandad de aquella Semana Santa en llegar al palquillo de la Campana.


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