jueves, 27 de junio de 2013
YO TE ADORO (ALFAREROS)
Te adoro Señor...
Alabado sea tu nombre.
Te adoramos y te bendecimos.
Eres digno de recibir adoración.
Me rindo ante ti, me postro delante de ti.
Solo tú eres digno de recibir adoración.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
Quiero más de ti, y menos de mí.
Yo soy el barro y tú el alfarero, moldéame a tu voluntad.
Jesús, yo te amo y te adoro.
Levanto mis manos en adoración.
Que sean agradables mis pensamientos, y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Señor.
Todos los días de mi vida alabaré y bendeciré tu santo nombre.
Examíname, y ve si hay en mí camino de perversidad.
Tú vives y reinas en mi corazón.
Te adoraré por siempre y para siempre.
Tú eres Rey de Reyes y Señor de Señores.
Gloria a Cristo, gloria a Cristo Rey.
Gloria al Hijo, gloria al Padre, gloria al Espíritu Santo.
¡Espíritu Santo, lléname!
¡Espíritu Santo, ven!
Llena mi boca de tu alabanza.
Quiero estar en tu presencia, oh Señor.
En el reposo de tu presencia yo te alabo y te adoro.
En ti confío, oh Señor.
Tú eres Santo.
Quiero contemplar la belleza de tu santidad.
Quiero admirar la belleza de mi Señor.
Señor, yo soy tu esclavo, deseo serte fiel.
Tú eres mi refugio, mi amparo y fortaleza, mi roca, mi escondedero fiel, mi Dios en quien confío.
Tú eres la roca de mi salvación.
Sólo en ti encuentro paz, solo en ti encuentro plenitud.
Mejor es un dia en tu presencia que mil fuera de ella.
Tú eres la fortaleza de los siglos.
Tú eres mi refugio contra la tormenta.
Descanso en el costado herido de Cristo.
Descanso en tu presencia.
Tú eres mi protector, eres escudo alrededor de mí.
El Señor es mi fortaleza.
Tú eres mi pastor, yo soy tu oveja, guíame por senderos de justicia y verdad.
Ten piedad de mí, oh Dios.
Lléname con tu Santo Espíritu.
Lléname con tu amor, lléname con tu poder.
No hay nadie como tú, oh Señor.
Tú eres mi fortaleza y mi amparo en momentos de tribulación.
Tú eres mi paz.
Tú eres consuelo en la angustia.
Hazme tuyo, oh Señor.
Que nunca me aparte de ti, oh Señor.
Tú eres fiel a tus promesas. Tu fidelidad es grande.
Creo en ti, Señor.
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