viernes, 30 de noviembre de 2012
VIERNES 30 DE NOVIEMBRE 10º DÍA DE PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
«Recuerda mi Ángel querido, que la verdadera
devoción a mi Inmaculado Corazón es interior; es
decir, viene solamente de dentro de tu corazón y es
cultivado en el alma.
La perfección de la consagración es tener confianza
como la de un niño en Mi, su Madre; esta confianza
hace que tu alma recurra a mi Inmaculado Corazón
con mucha sencillez y ternura; tú me implorarás a
todas horas, en todo lugar y por sobre todas las
cosas: en tus dudas para iluminarte, en tus extravíos
para que encuentres de nuevo el camino correcto,
en tus tentaciones para sostenerte, en tus
debilidades para fortalecerte, en cada día para que
yo pueda levantarte, en cada desánimo para que yo
pueda consolarte, en tus cruces, afanes y
tribulaciones de la vida para darte valor, para
aceptar y soportar.
Estos momentos son dados a través del profundo
amor en mi Corazón por ti; ven querido mío, recoge
la gracia del Cielo; abre tu corazón y permite que el
Espíritu Santo llene y penetre en ti plenamente.
Extiende tus manos y expón tu corazón a los deseos
de su toque majestuoso».
Mensaje de N.S. Medjugorje Marzo 6 de 1993
Guía: En el centro del reinado de los dos
Corazones, está el acto divino de la Redención; el
único propósito de este acto es el de unirse a su
propia unidad. Cuando el Espíritu Santo viene
dentro del corazón, lo hace como divino
unificador. Así como la atracción se junta en
nuestro propio corazón, los dos corazones de
Jesús y María se unen y la unión de ellos trae el
acto de Redención y Corredención; siendo este el
verdadero propósito de la consagración.
La consagración tiene como objetivo preparar el
corazón para recibir a Jesús por medio del Espíritu
Santo, y por esto mismo, uniendo los poderes
corredentores de Jesús y María; esto es lo que
causa que el alma sea fructífera. A la unidad de los
dos corazones viene la unión de nuestros propios
corazones, así, ¡Una unidad muy especial de tres
es creada!
Dirección: Debemos comprender lo que significa la
solitud del corazón; consiste en expulsar del alma
cada afecto que no sea para Dios y en buscar en
nuestras acciones solo la complacencia de su
sagrado corazón. En esencia, la solitud de corazón
implica que tú puedas decir con sinceridad: «Dios
mío, yo te deseo a Tí solamente y nada más».
Nosotros debemos separarnos de todas las cosas,
buscándolo solo a Él y así encontraremos su
corazón en abundancia; no se puede buscar ni
encontrar a Dios si Él no es conocido por el alma.
El corazón ocupado por los afectos del mundo no
puede reflejar puramente su luz divina; el alma
que desea ver a Dios tiene que remover el mundo
de su corazón, el alma que desea ver a Dios tiene
que retirarse a un corazón abierto; un corazón
simplemente enfocado a Él.
Meditación: ¡Oh Inmaculado Corazón de María!,
guía mi corazón para encontrar solo a Dios en
todas las cosas y sobre todas las cosas y descansar
solo cuando haya encontrado solitud; concédeme
que en mi consagración, mi corazón busque esa
solitud en la tranquilidad de su paz; que el Espíritu
Santo consuma todos mis afectos mundanos
desde lo más profundo. ¡Oh María!, mi Madre, mi
refugio, concédeme la gracia de un corazón que
sepa estar en soledad.
«Tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la
puerta y reza a tu Padre que comparte tus
secretos, y tu Padre que ve los secretos te
premiará»
(Mateo 6:6)
EL CREDO
> Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
> tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
> concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
> Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto
> y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre
> los muertos, subió a las cielos y está sentado a la derecha de Dios,
> Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
> Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los
> santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida
> eterna. Amén.
> CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
> Oh Señora mía, Oh Madre mía! Yo me entrego del todo a Vos; y
> en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día, mis ojos, mis
> oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy
> todo vuestro Oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como
> hijo y posesión vuestra.
> Amén
> EL ÁNGELUS
> V. El ángel de Señor anunció a María.
> R. Y Ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
> Ave María……
> V. He aquí la esclava del Señor.
> R. Hágase en mí según tu palabra.
> Ave María……
> V. Y el Verbo se hizo carne.
> R. Y habitó entre nosotros.
> Ave María……
> V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
> R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de
> Nuestro Señor Jesucristo.
> Amén
> Oremos: «Infunde Señor tu gracia en nuestros corazones, para
> que habiendo conocido por la voz del ángel el misterio de la Encarnación
> de tu hijo, podamos llegar por los méritos de su Pasión y su Cruz a la
> Gloria de la Resurrección. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.
> Amé
> PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN AL TRIUNFO DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
> CORONILLA DE VIRTUDES
> Para pedir:
> 1.Virtud de Fe
> 2.Virtud de Esperanza
> 3.Virtud de Caridad
> 4.Virtud de Humildad
> 5.Virtud de Paciencia
> 6.Virtud de Perseverancia
> 7.Virtud de la Obediencia
> Con cada una de las virtudes se deben recitar las siguientes oraciones:
> 1. Padre Nuestro…
> 2. Gloria al Padre…
> 3. Oración al Espíritu Santo
> Oración al Espíritu Santo: Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón,
> para ver las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo, dentro de mi
> mente, para conocer las cosas que son de Dios; Ven Espíritu Santo,
> dentro de mi alma, que yo le pertenezco solamente a Dios; Santifica
> todo lo que yo piense, diga y haga para que todo sea para la gloria de
> Dios. Amén
> ¡OH MARÍA!
> «Oh María; transforma mi corazón como el tuyo; colócale
> alrededor una corona de pureza adornada con virtud; toma mi corazón
> querida Madre consagrado como tuyo propio; preséntaselo a Dios Padre
> como una ofrenda de mí para ti. Ayúdame, Oh María, en hacer tu corazón
> más conocido cada día».
> ORACIÓN DE PENTECOSTÉS
> Mientras se reza esta oración dada por Nuestra Señora que
> nuestros corazones estén abiertos para reconocer y aceptar los
> obsequios del Espíritu Santo, y así avancemos confiadamente en esta
> batalla por el triunfo del Inmaculado Corazón. Estamos llamados para
> transformarnos en el reflejo de Cristo, un reflejo del rostro de Dios que
> será una atracción para todos, para que su gloria sea magnificada a
> través de nuestras vidas.
> «Mis queridos hijos: hoy ustedes les traen tanta alegría a mi
> Jesús. Yo les doy a ustedes una gran bendición de Dios. El desea
> crear en sus hijos unidad y gloria a Su Nombre.»
> Espíritu de Cristo: despiértame; Espíritu de Cristo: muéveme;
> Espíritu de Cristo: lléname; Espíritu de Cristo: séllame. Oh Padre
> Celestial, conságrame a tu Corazón y Voluntad; se en mí una fuente de
> virtudes, sella mi alma como la tuya para que tu reflejo en mí sea una
> luz que todos vean».
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