No soy el dueño de mi vidaORACIÓN: INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
V Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
R Y enciende en ellos el fuego de tu amor. V Señor, envía tu Espíritu, y todo será creado R Y renovarás la faz de la tierra. Oh Dios, que iluminaste los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
La Biblia: Así pues, hermanos míos, también ustedes quedaron
muertos respecto de la ley por el cuerpo de Cristo, para perte-
necer a otro, a aquel que fue resucitado de entre los muertos,
a fin de que fructificáramos para Dios. Porque, cuando estába-
mos en la carne, las pasiones pecaminosas, excitadas por la ley,
obraban en nuestros miembros, a fin de que produjéramos fru-
tos de muerte. Más, al presente, hemos quedado emancipados
de la ley, muertos a aquello que nos tenía aprisionados, de mo-
do que sirvamos con un espíritu nuevo y no con la letra vieja.
(Romanos 7, 4-6)
San Luis María: De lo que Jesucristo es para nosotros, debemos
concluir, con el Apóstol (1Cor 3, 23; 6, 19-20; 12, 27), que ya
no nos pertenecemos a nosotros mismos, sino que somos total-
mente suyos, como sus miembros y esclavos comprados con el
precio infinito de toda su sangre (1Pe 1, 19). Efectivamente, antes
del bautismo pertenecíamos al demonio como esclavos suyos. El
bautismo nos ha convertido en verdaderos esclavos de Jesucristo
que no debemos ya vivir, trabajar ni morir sino a fin de fructificar
para este Dios-Hombre (Rm 7, 4), glorificarlo en nuestro cuerpo
y hacerlo reinar en nuestra alma, porque somos su conquista, su
pueblo adquirido y su propia herencia (1Pe 2, 9).
(Verdadera Devoción # 68)
Pregunta: Es una cosa decir que pertenecemos a Cristo y otra so-
meter nuestra voluntad y nuestros deseos a Él. ¿Mis pecados to-
davía me dominan? ¿Tengo afección por un pecado particular que
no quiero dejar?
ORACIÓN: ¡OH JESÚS, QUE VIVES EN MARÍA!
Oh Jesús, que vives en María
ven a vivir en nosotros, tus siervos, con tu Espíritu de santidad, con la plenitud de tus dones, con la perfección de tus caminos, con la realidad de tus virtudes, con la comunión de tus misterios. Domina en nosotros sobre todo poder enemigo, por tu Espíritu Santo, para gloria del Padre. Amén. ORACIÓN DE LA NOCHE: ACORDAOS
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!,que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia reclamado vuestro socorro haya sido abandonado por Vos. Animado con esta confianza, Vos también acudo ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a aparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderlas favorablemente. Amén. |
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