28 de agosto: SAN AGUSTÍN
"¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan
nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afurera, y así por
fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre esas cosas
hermosas que Tú creaste. Tú estabas conmigo, más yo no estaba contigo.
Me retenían lejos de Ti aquellas cosas que, si no estuviesen en Ti no
existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera. Brillaste
y resplandeciste, y curaste mi ceguera. Exhalaste tu perfume, y lo
aspiré, y ahora te anhelo. Gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de
ti. Me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti!"
San Agustín (Confesiones X,27,38)
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