Dejemos las obras de la oscuridadORACIÓN: INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
V Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
R Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V Señor, envía tu Espíritu, y todo será creado
R Y renovarás la faz de la tierra.
Oh Dios, que iluminaste los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
La Biblia: Y esto, teniendo en cuenta el momento en que vivimos.
Porque ya es hora de levantarse del sueño; que la salvación está
más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está
avanzada. El día se avecina. Despojémonos, pues, de las obras de
las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz. Como en pleno
día, procedamos con decoro: nada de comilonas y borracheras; na-
da de lujurias y desenfrenos; nada de rivalidades y envidias. Revís-
tanse más bien del Señor Jesucristo y no se preocupen de la carne
para satisfacer sus concupiscencias. (Romanos 13: 11-14)
San Luis María: La verdadera devoción a la Santísima Virgen es santa.
Es decir, te lleva a evitar el pecado e imitar las virtudes de la Santísima
Virgen y, en particular, su humildad profunda, su fe viva, su obediencia
ciega, su oración continua, su mortificación universal, su pureza divina,
su caridad ardiente y paciencia heroica, su dulzura angelical y su sabi-
duría divina. Estas son las diez principales virtudes de la Santísima Virgen.
(Verdadera Devoción #10)
Resolución personal: Elegiré una de las virtudes de la Santísima Virgen
y la pondré en práctica durante el día.
ORACIÓN: ¡OH JESÚS, QUE VIVES EN MARÍA!
Oh Jesús, que vives en María
ven a vivir en nosotros, tus siervos,
con tu Espíritu de santidad,
con la plenitud de tus dones,
con la perfección de tus caminos,
con la realidad de tus virtudes,
con la comunión de tus misterios.
Domina en nosotros sobre todo poder enemigo,
por tu Espíritu Santo, para gloria del Padre.
Amén.
ORACIÓN DE LA NOCHE: BAJO TU AMPARO
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro, Virgen gloriosa y bendita.
Amén.
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