domingo, 31 de agosto de 2014

Oración para abolir el aborto




Dios Padre, te agradezco por el obsequio de mi vida,
por las vidas de todos mis hermanos.
Sé que no hay nada que destruya la vida más que el aborto,
y me regocijo al saber que Tú has conquistado la muerte
con la Resurrección de Tu Hijo.
Estoy listo para poner de mi parte en la lucha para abolir el aborto.
Este día me comprometo
a nunca más quedarme en silencio,
nunca más quedarme pasivo,
y nunca más olvidarme de los no nacidos.
Me comprometo a ser activo en los movimientos Pro Vida,
y nunca dejar de luchar por la vida
hasta que todos mis hermanos sean protegidos,
y que nuestra nación sea de nuevo una
nación con libertad y justicia
no solo para algunos, sino para todos,
Por Cristo Nuestro Señor.
Amén!

OBLIGACIÓN DE OÍR MISA

Foto: OBLIGACIÓN DE OÍR MISA

1. ¿Es obligatoria la misa? Ya hemos comentado que las criaturas tenemos unas obligaciones con el Creador. Entre ellas, el tercer mandamiento de la ley de Dios ordena santificar las fiestas.

2. ¿No hay otros modos de santificar las fiestas? Se pueden santificar de muchos modos, y la Iglesia podía haber ordenado otra manera de hacerlo. Ha escogido la que más agrada a Dios y más aprovecha a los hombres. Los primeros cristianos ya lo hacían así.

3. ¿Por qué es pecado mortal faltar a misa el domingo? Porque así lo ordenó la Iglesia apoyada en varios motivos:

Alabar a Dios y santificar las fiestas es un asunto grave. Los deberes con el Creador son de la mayor categoría y nadie puede rebajarlos a temas leves.
El cristiano que falta a misa suele acabar perdiendo la fe, y esto es asunto serio.
Si fuera sólo falta leve, muchas personas no asistirían, no santificarían las fiestas de ninguna otra manera y olvidarían antes a Dios. Consecuencias nada despreciables. La Iglesia no desea que pequemos; si lo manda bajo pecado mortal, es para advertirnos de la importancia del tema y custodiar nuestra fe.
Los primeros cristianos se jugaban la vida por asistir a misa. Esto nos da una idea de la gravedad del asunto.
4. ¿Hay que ir a misa por obligación? Ir a misa por obligación es un motivo válido, pues en la vida es normal hacer lo conveniente aunque los sentimientos no acompañen. Sin embargo, es bueno fomentar el deseo de amar y alabar a Dios realizando lo que más le agrada, la misa.
5. ¿La misa tiene que ser el domingo? El mandato divino de dedicar al Señor un día a la semana es individual y social al mismo tiempo. Individual, pues cada uno es responsable de su cumplimiento. Social, porque se ordena santificar las fiestas, y las fiestas son aquellas que el pueblo de Dios celebra. Los judíos el sábado, los cristianos el domingo. A ellas se añaden otras fechas independientes del día de la semana, como la Navidad. Se trata entonces de asistir a misa en las fiestas del Pueblo de Dios. Naturalmente el buen cristiano procura ir a misa todos los días, no sólo los domingos.

. ¿CÓMO APROVECHAR MEJOR LA MISA?

1. ¿Cómo aprovechar mejor la misa? Rezar. Presentar junto con Cristo los sacrificios de cada día. Intentar acompañar a Jesús en su entrega realizando con El las cuatro acciones fundamentales que hemos comentado: alabar y dar gracias a Dios, suplicar beneficios y perdón.

2. ¿Algunos ejemplos? Cada persona buscará el modo que más le ayude. Por ejemplo:

En el inicio de la misa se puede fomentar el arrepentimiento, el deseo de purificar el alma para asistir más dignamente al santo sacrificio de la misa. Puede hacerse al rezar "por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa"; y al decir "Señor, ten piedad; Cristo, ten piedad; Señor, ten piedad".
En la lectura del evangelio es posible memorizar alguna frase para luego repetirla o meditarla durante ese día.
En la presentación del pan y el vino, mientras se dice "por este pan fruto de la tierra y del trabajo del hombre..." se puede añadir interiormente los sufrimientos, el trabajo, y las obras buenas que uno desea ofrecer a Dios junto al sacrificio de Cristo.
Un buen momento para adorar a Dios es repetir atentamente "Santo, Santo, Santo", uniéndose a las alabanzas de los ángeles.
En la consagración, mientras el sacerdote eleva el Cuerpo de Cristo puede decirse interiormente "Señor mío y Dios mío" (el acto de fe del apóstol Tomás). Y se puede rogar a Dios un aumento de fe, esperanza, caridad, castidad, alegría, paz y otras virtudes que uno desee adquirir.
Cuando el sacerdote se arrodilla, se puede rezar: "te adoro con devoción, Dios escondido", según un himno de Sto. Tomás de Aquino. Y como el Señor acaba de llegar, irá bien decirle: "Bienvenido al Altar" u otras frases amables.
Conforme se acerca el momento de comulgar pueden repetirse interiormente algunas Comuniones espirituales, fomentando el deseo de recibir mejor al Señor.
Después de comulgar será el mejor momento de hablar con Dios interiormente, agradeciéndole mucho que se haya dignado venir a nuestra alma.
Oración para el ofrecimiento de la Misa
Señor, concédenos poder participar con verdadero amor, atención y piedad de esta Eucaristía que te ofrecemos, primero, para adorarte y agradecerte todos los beneficios que nos has hecho; segundo, para pedirte perdón de nuestros pecados y los de todos los hombres; tercero, para suplicarte las gracias que nos son necesarias para nuestra vida y para este día en concreto.
Te ofrezco en particular esta Misa de hoy para... (expresa aquí la intención que quieras).
Concédenos, Señor, asistir a esta Misa con los mismos sentimientos de amor y piedad de tu Madre al pie de la Cruz. Con el espíritu y fervor con que la vivieron los santos.
Te suplico que nos ayudes a prepararnos para recibirte dignamente, lo mejor que podamos.
1. ¿Es obligatoria la misa? Ya hemos comentado que las criaturas tenemos unas obligaciones con el Creador. Entre ellas, el tercer mandamiento de la ley de Dios ordena santificar las fiestas.

2. ¿No hay otros modos de santificar las fiestas? Se pueden santificar de muchos modos, y la Iglesia podía haber ordenado otra manera de hacerlo. Ha escogido la que más agrada a Dios y más aprovecha a los hombres. Los primeros cristianos ya lo hacían así.

3. ¿Por qué es pecado mortal faltar a misa el domingo? Porque así lo ordenó la Iglesia apoyada en varios motivos:

Alabar a Dios y santificar las fiestas es un asunto grave. Los deberes con el Creador son de la mayor categoría y nadie puede rebajarlos a temas leves.
El cristiano que falta a misa suele acabar perdiendo la fe, y esto es asunto serio.
Si fuera sólo falta leve, muchas personas no asistirían, no santificarían las fiestas de ninguna otra manera y olvidarían antes a Dios. Consecuencias nada despreciables. La Iglesia no desea que pequemos; si lo manda bajo pecado mortal, es para advertirnos de la importancia del tema y custodiar nuestra fe.
Los primeros cristianos se jugaban la vida por asistir a misa. Esto nos da una idea de la gravedad del asunto.
4. ¿Hay que ir a misa por obligación? Ir a misa por obligación es un motivo válido, pues en la vida es normal hacer lo conveniente aunque los sentimientos no acompañen. Sin embargo, es bueno fomentar el deseo de amar y alabar a Dios realizando lo que más le agrada, la misa.
5. ¿La misa tiene que ser el domingo? El mandato divino de dedicar al Señor un día a la semana es individual y social al mismo tiempo. Individual, pues cada uno es responsable de su cumplimiento. Social, porque se ordena santificar las fiestas, y las fiestas son aquellas que el pueblo de Dios celebra. Los judíos el sábado, los cristianos el domingo. A ellas se añaden otras fechas independientes del día de la semana, como la Navidad. Se trata entonces de asistir a misa en las fiestas del Pueblo de Dios. Naturalmente el buen cristiano procura ir a misa todos los días, no sólo los domingos.

. ¿CÓMO APROVECHAR MEJOR LA MISA?

1. ¿Cómo aprovechar mejor la misa? Rezar. Presentar junto con Cristo los sacrificios de cada día. Intentar acompañar a Jesús en su entrega realizando con El las cuatro acciones fundamentales que hemos comentado: alabar y dar gracias a Dios, suplicar beneficios y perdón.

2. ¿Algunos ejemplos? Cada persona buscará el modo que más le ayude. Por ejemplo:

En el inicio de la misa se puede fomentar el arrepentimiento, el deseo de purificar el alma para asistir más dignamente al santo sacrificio de la misa. Puede hacerse al rezar "por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa"; y al decir "Señor, ten piedad; Cristo, ten piedad; Señor, ten piedad".
En la lectura del evangelio es posible memorizar alguna frase para luego repetirla o meditarla durante ese día.
En la presentación del pan y el vino, mientras se dice "por este pan fruto de la tierra y del trabajo del hombre..." se puede añadir interiormente los sufrimientos, el trabajo, y las obras buenas que uno desea ofrecer a Dios junto al sacrificio de Cristo.
Un buen momento para adorar a Dios es repetir atentamente "Santo, Santo, Santo", uniéndose a las alabanzas de los ángeles.
En la consagración, mientras el sacerdote eleva el Cuerpo de Cristo puede decirse interiormente "Señor mío y Dios mío" (el acto de fe del apóstol Tomás). Y se puede rogar a Dios un aumento de fe, esperanza, caridad, castidad, alegría, paz y otras virtudes que uno desee adquirir.
Cuando el sacerdote se arrodilla, se puede rezar: "te adoro con devoción, Dios escondido", según un himno de Sto. Tomás de Aquino. Y como el Señor acaba de llegar, irá bien decirle: "Bienvenido al Altar" u otras frases amables.
Conforme se acerca el momento de comulgar pueden repetirse interiormente algunas Comuniones espirituales, fomentando el deseo de recibir mejor al Señor.
Después de comulgar será el mejor momento de hablar con Dios interiormente, agradeciéndole mucho que se haya dignado venir a nuestra alma.
Oración para el ofrecimiento de la Misa
Señor, concédenos poder participar con verdadero amor, atención y piedad de esta Eucaristía que te ofrecemos, primero, para adorarte y agradecerte todos los beneficios que nos has hecho; segundo, para pedirte perdón de nuestros pecados y los de todos los hombres; tercero, para suplicarte las gracias que nos son necesarias para nuestra vida y para este día en concreto.
Te ofrezco en particular esta Misa de hoy para... (expresa aquí la intención que quieras).
Concédenos, Señor, asistir a esta Misa con los mismos sentimientos de amor y piedad de tu Madre al pie de la Cruz. Con el espíritu y fervor con que la vivieron los santos.
Te suplico que nos ayudes a prepararnos para recibirte dignamente, lo mejor que podamos.

Explicación del Ave María

 Foto: Autor: P. Antonio Rivero LC | Fuente: Catholic.net 
Explicación del Ave María
Está formada por las palabras del ángel de la anunciación y por las palabras establecidas por San Pío V.
 
Explicación del Ave María

Se trata de la bellísima salutación del Ave María, repetida centenares de veces por todos los devotos de la Virgen, sobre todo durante el rezo del Santo Rosario.

Y sabemos que esta plegaria tiene dos partes.

La primera parte: 

Eetá formada por las palabras del ángel de la anunciación: “Ave, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc. 1,28) , a los que se han agregado las que pronunció Santa Isabel al recibir la visita de su prima María: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre” (Lc. 1,42) . La Iglesia ha añadido el nombre de “María” al principio y el de “Jesús” al final.
¡Es un himno de sublime alabanza, absolutamente desinteresado, pues no se le pide nada a María!

La segunda parte:

Comenzó a aparecer en la Iglesia en el siglo XIV, pero su uso no se hizo universal hasta que San Pío V, al promulgar el Breviario Romano en 1568, mandó que se rezase:
“Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”
Una alabanza y una súplica sentida y humilde. 
•  Ave: ¡Dios té salve! ¡La paz sea contigo! Así saludaba Cristo a los suyos.
Hoy correspondería en lenguaje cristiano a estas expresiones populares y devotas: “Dios le guarde, buenos días nos dé Dios, vaya con Dios, quede con Dios, adiós” Es tener presente a Dios en todo, estar bajo su mirada y providencia.
•  María: la más bella música que han podido formar cinco letras (Pemán). Es una palabra dulcísima, la más tierna y entrañable para un cristiano.
María significa: “Señora”, “Belleza”, “Estrella del mar”, con todo lo que significa “Estrella”: guía, amparo, refugio, esperanza, consuelo, socorro. María es Estrella.
Así como la Estrella guía al navegante al puerto, así María nos guía al cielo.
Así como la estrella da aliento y esperanza, así María nos da fuerza.
Así como la estrella en medio de la tempestad consuela, así María nos alegra en nuestras luchas.
La Virgen es nuestra Estrella del mar, que disipa las nubes de los engaños y errores con que nos seduce el demonio.
Por eso, el nombre de “María” debemos tenerlo frecuentemente en los labios y en el corazón.
También María significa “Mar amargo”, por la inmensidad de sus penas en la pasión de Su Hijo, por la ingratitud de los pecadores, por la tristeza de su condenación.
•  Llena de gracias: significa abundancia, posesión, permanencia, estado. Llena de gracias en el alma, para obrar de gracia, es decir, de santidad, llena de gracia porque fue habitada por Dios.
•  El Señor es contigo: indica la presencia de Dios activa y eficaz para la misión encomendada. Esta presencia llena de gozo y alegría. Dios está con Ella. Está invadida de Dios.
•  Bendita tú entre las mujeres: por ser la Madre de Dios, escogida y preferida... por ser madre y virgen, única entre todas las mujeres... por ser concebida sin pecado original... por ser más santa que todas las mujeres santas del mundo. Por eso, sólo a ella le han levantado en toso el mundo altares, templos y ermitas. 
•  Y bendito el fruto de tu vientre: es Jesús ese fruto. Es un fruto hermoso, sabroso, suculento, suave. Quien lo come quedará saciado. El fruto que nos ofreció Eva fue un fruto de muerte. María nos ofrece el fruto de la Salvación. La fragancia de este bendito fruto, viene exhalada en la Eucaristía.
•  Jesús: palabra que añadió la Iglesia al final de la 1° parte del Ave María Jesús significa la salvación de Jahvé.
•  Santa María, Madre de Dios: Así comienza la 2° parte. Santa, Santa porque cumplió fidelisimamente la voluntad de Dios en todo. Ser santos, para eso vinimos a la tierra. Y es Madre de Dios, no madre de un serafín o de un querubín. Madre del Soberano Dios.
•  Ruega por nosotros: que estamos desterrados en este valle de lágrimas... que somos pecadores... que estamos tentados.
•  Pecadores: somos pecadores, lo contrario que ella. Pecamos con los ojos, por inmodestia; con el oído, por oír conversaciones vanas: con la lengua, por hablar mal; con el paladar, por gula en los manjares; con la fantasía, por imaginaciones peligrosas; con el entendimiento, por pensar mal, con la memoria, por recuerdos nocivos; con el corazón por malos deseos.
•  Ahora: en este día, en esta hora en este momento de luz o de oscuridad, de paz o desasosiego, de tentación o de calma. Ahora, cuando camino, cuando me subo al autobús, cuando voy al trabajo, cuando salgo de vacaciones, cuando descanso.
•  Y en la hora de nuestra muerte: que no sabemos cómo será, si cuándo será, ni cómo nos sorprenderá. Es ese momentos el demonio nos traerá el recuerdo de nuestros pecados pasados, el rigor de la justicia divina y la memoria del desprecio de tantas gracias. En la hora de nuestra muerte, cuando el dolor de la enfermedad no nos permita acudir a ti, que tengamos a nuestro lado a un sacerdote que nos absuelva, que nos administre el Viático y nos dé la Unción de enfermos y nos recomiende el alma, y así demos el último suspiro pronunciando tu santo nombre y el de tu Hijo Jesús.

Quien reza fervorosamente el avemaría tendrá la gracia de una santa muerte. No olvidemos al acostarnos las tres Avemarías, prenda segura de una buena muerte.
•  Amén: así es. Así lo creo 

¡Qué hermosa oración!

María, ruega por nosotros.



Autor: P. Antonio Rivero LC | Fuente: Catholic.net

Está formada por las palabras del ángel de la anunciación y por las palabras establecidas por San Pío V.

Explicación del Ave María

Se trata de la bellísima salutación del Ave María, repetida centenares de veces por todos los devotos de la Virgen, sobre todo durante el rezo del Santo Rosario.

Y sabemos que esta plegaria tiene dos partes.

La primera parte:

Eetá formada por las palabras del ángel de la anunciación: “Ave, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc. 1,28) , a los que se han agregado las que pronunció Santa Isabel al recibir la visita de su prima María: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre” (Lc. 1,42) . La Iglesia ha añadido el nombre de “María” al principio y el de “Jesús” al final.
¡Es un himno de sublime alabanza, absolutamente desinteresado, pues no se le pide nada a María!

La segunda parte:

Comenzó a aparecer en la Iglesia en el siglo XIV, pero su uso no se hizo universal hasta que San Pío V, al promulgar el Breviario Romano en 1568, mandó que se rezase:
“Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”
Una alabanza y una súplica sentida y humilde.
• Ave: ¡Dios té salve! ¡La paz sea contigo! Así saludaba Cristo a los suyos.
Hoy correspondería en lenguaje cristiano a estas expresiones populares y devotas: “Dios le guarde, buenos días nos dé Dios, vaya con Dios, quede con Dios, adiós” Es tener presente a Dios en todo, estar bajo su mirada y providencia.
• María: la más bella música que han podido formar cinco letras (Pemán). Es una palabra dulcísima, la más tierna y entrañable para un cristiano.
María significa: “Señora”, “Belleza”, “Estrella del mar”, con todo lo que significa “Estrella”: guía, amparo, refugio, esperanza, consuelo, socorro. María es Estrella.
Así como la Estrella guía al navegante al puerto, así María nos guía al cielo.
Así como la estrella da aliento y esperanza, así María nos da fuerza.
Así como la estrella en medio de la tempestad consuela, así María nos alegra en nuestras luchas.
La Virgen es nuestra Estrella del mar, que disipa las nubes de los engaños y errores con que nos seduce el demonio.
Por eso, el nombre de “María” debemos tenerlo frecuentemente en los labios y en el corazón.
También María significa “Mar amargo”, por la inmensidad de sus penas en la pasión de Su Hijo, por la ingratitud de los pecadores, por la tristeza de su condenación.
• Llena de gracias: significa abundancia, posesión, permanencia, estado. Llena de gracias en el alma, para obrar de gracia, es decir, de santidad, llena de gracia porque fue habitada por Dios.
• El Señor es contigo: indica la presencia de Dios activa y eficaz para la misión encomendada. Esta presencia llena de gozo y alegría. Dios está con Ella. Está invadida de Dios.
• Bendita tú entre las mujeres: por ser la Madre de Dios, escogida y preferida... por ser madre y virgen, única entre todas las mujeres... por ser concebida sin pecado original... por ser más santa que todas las mujeres santas del mundo. Por eso, sólo a ella le han levantado en toso el mundo altares, templos y ermitas.
• Y bendito el fruto de tu vientre: es Jesús ese fruto. Es un fruto hermoso, sabroso, suculento, suave. Quien lo come quedará saciado. El fruto que nos ofreció Eva fue un fruto de muerte. María nos ofrece el fruto de la Salvación. La fragancia de este bendito fruto, viene exhalada en la Eucaristía.
• Jesús: palabra que añadió la Iglesia al final de la 1° parte del Ave María Jesús significa la salvación de Jahvé.
• Santa María, Madre de Dios: Así comienza la 2° parte. Santa, Santa porque cumplió fidelisimamente la voluntad de Dios en todo. Ser santos, para eso vinimos a la tierra. Y es Madre de Dios, no madre de un serafín o de un querubín. Madre del Soberano Dios.
• Ruega por nosotros: que estamos desterrados en este valle de lágrimas... que somos pecadores... que estamos tentados.
• Pecadores: somos pecadores, lo contrario que ella. Pecamos con los ojos, por inmodestia; con el oído, por oír conversaciones vanas: con la lengua, por hablar mal; con el paladar, por gula en los manjares; con la fantasía, por imaginaciones peligrosas; con el entendimiento, por pensar mal, con la memoria, por recuerdos nocivos; con el corazón por malos deseos.
• Ahora: en este día, en esta hora en este momento de luz o de oscuridad, de paz o desasosiego, de tentación o de calma. Ahora, cuando camino, cuando me subo al autobús, cuando voy al trabajo, cuando salgo de vacaciones, cuando descanso.
• Y en la hora de nuestra muerte: que no sabemos cómo será, si cuándo será, ni cómo nos sorprenderá. Es ese momentos el demonio nos traerá el recuerdo de nuestros pecados pasados, el rigor de la justicia divina y la memoria del desprecio de tantas gracias. En la hora de nuestra muerte, cuando el dolor de la enfermedad no nos permita acudir a ti, que tengamos a nuestro lado a un sacerdote que nos absuelva, que nos administre el Viático y nos dé la Unción de enfermos y nos recomiende el alma, y así demos el último suspiro pronunciando tu santo nombre y el de tu Hijo Jesús.

Quien reza fervorosamente el avemaría tendrá la gracia de una santa muerte. No olvidemos al acostarnos las tres Avemarías, prenda segura de una buena muerte.
• Amén: así es. Así lo creo

¡Qué hermosa oración!

María, ruega por nosotros.

ORACIÓN ANTE LAS TENTACIONES A LA VIRGEN MARÍA



Madre querida, Virgen María, acógeme en tu regazo, cúbreme con tu manto protector y con ese dulce cariño que nos tienes a tus hijos aleja de mí las trampas del enemigo, e intercede intensamente para impedir que sus astucias me hagan caer. A Ti me confío y en tu intercesión espero. Amén.

PLEGARIA PARA LA TERCERA EDAD



Bendice, Señor, a los que tienen comprensión de mis pasos vacilantes y mis manos temblorosas.

Bendice a los que saben que hoy mis oídos van a sufrir para entender a otros.

Bendice los que apartan los ojos, como si no vieran, cuando se me cae el café del desayuno.

Bendice a los que nunca me dicen: es la segunda vez que cuentas lo mismo.

Bendice a los que tienen el don de hacerme evocar los días felices de otros tiempos.

Bendice a los que hacen de mí un ser amado, respetado y no abandonado.

Bendice a los que adivinan que no sé ya cómo encontrar fuerzas para llevar mi cruz.

Bendice a los que endulzan con su amor los días que me quedan de vida, en este viaje hacia la casa del Padre.

Amén.


Fuente: facebook,  Fragancias de Cristo en el Sagrado Corazón de Jesús y María

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN PARA ALCANZAR VOCACIONES RELIGIOSAS



Reina y Madre de los sacerdote, ¡rogad por ellos!

¡Oh Virgen Inmaculada!, Madre de Dios y Madre Nuestra, llevada al Cielo para dispensarnos tus favores, escucha nuestra plegaria.

Rodeada de gloria, has venido varias veces a la tierra para comunicarnos tus mensajes por medio de inocentes niños. Mira el desamparo moral de tantas almas y envíales apóstoles.

En nuestros hogares, en nuestras asociaciones juveniles, en los campos y talleres, en las escuelas y oficinas, suscita una legión de jóvenes encendidos en deseos de dar a conocer a Jesús, tu Hijo, y tu Santo Evangelio.

¡Oh Dulcísima Reina de los Apóstoles!, que guiaste con ternura maternal las primeras vocaciones apostólicas, haz que las almas generosas oigan el llamamiento divino. Alcanza para esos elegidos la gracia de vencer los obstáculos que pudieran impedir su marcha hacia Dios.

¡Madre mía!, aparta de nuestra juventud la indiferencia, la sensualidad y el egoísmo que ahogan los impulsos sobrenaturales y enciende en los corazones la llama de la caridad para los niños, predilectos de Jesús, tu Divino Hijo, que vive y reina en la unidad del Padre y del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. AMÉN.
 Fuente:Facebook, Fragancias de Jesús en el Sagrado Corazón de Jesús y María

31 de Agosto, San Ramón Nonato



Religioso y Cardenal
Patrón de las embarazadas y parturientas.

San Ramón nació de familia noble en Portell, cerca de Barcelona, España en el año 1200. Recibió el sobrenombre de non natus (no nacido), porque su madre murió en el parto antes de que el niño viese la luz. Con el permiso de su padre, el santo ingresó en la orden de los Mercedarios, que acababa de fundarse. San Pedro Nolasco, el fundador, recibió la prefesión de Ramón en Barcelona.

Progresó tan rápidamente en virtud que, dos o tres años después de profesar, sucedió a San Pedro Nolasco en el cargo de "redentor o rescatador de cautivos". Enviado al norte de Africa con una suma considerable de dinero, Ramón rescató en Argel a numerosos esclavos. Cuando se le acabó el dinero, se ofreció como rehén por la libertad de ciertos prisioneros cuya situación era desesperada y cuya fe se hallaba en grave peligro. Pero el sacrificio de San Ramón no hizo más que exasperar a los infieles, quienes le trataron con terrible crueldad. Sin embargo, el magistrado principal, temiendo que si el santo moría no se pudiese obtener la suma estipulada por la libertad de los prisioneros a los que representaba, dio orden de que se le tratase más humanamente. Con ello, el santo pudo salir a la calle, lo que aprovechó para confortar y alentar a los cristianos y hasta llegó a convertir y bautizar a algunos mahometanos. Al saberlo, el gobernador le condenó a morir empalado, pero quienes estaban interesados en cobrar la suma del rescate consiguieron que se le conmutase la pena de muerte por la de flagelación. San Ramón no perdió por ello el valor, sino que prosiguió la tarea de auxiliar a cuantos se hallaban en peligro, sin dejar escapar la menor ocasión de ayudarlos.

San Ramón encaró dos grandes dificultades. No tenía ya un solo centavo para rescatar cautivos y predicar el cristianismo a los musulmanes equivalía a la pena de muerte. Pero nada lo detuvo ante el llamado del Señor. Conciente del martirio inminente, volvió a instruir y exhortar tanto a los cristianos como a los infieles. El gobernador, enfurecido ante tal audacia, ordenó que se azotase al santo en todas las esquinas de la ciudad y que se le perforasen los labios con un hierro candente. Mandó ponerle en la boca un candado, cuya llave guardaba él mismo y sólo la daba al carcelero a la hora de las comidas. En esa angustiosa situación pasó San Ramón ocho meses, hasta que San Pedro Nolasco pudo finalmente enviar algunos miembros de su orden a rescatarle. San Ramón hubiese querido quedarse para asistir a los esclavos en Africa, sin embargo, obedeció la orden de su superior y pidió a Dios que aceptase sus lágrimas, ya que no le había considerado digno de derramar su sangre por las almas de sus prójimos.

A su vuelta a España, en 1239, fue nombrado cardenal por Gregorio IX, pero permaneció tan indiferente a ese honor que no había buscado, que no cambió ni sus vestidos, ni su pobre celda del convento de Barcelona, ni su manera de vivir. El Papa le llamó más tarde a Roma. San Ramón obedeció, pero emprendió el viaje como el religioso más humilde. Dios dispuso que sólo llegase hasta Cardona, a unos diez kilómetros de Barcelona, donde le sorprendió una violenta fiebre que le llevó a la tumba. El santo tenía aproximadamente treinta y seis años cuando murió el 31 de agosto de 1240. Cardona pronto se transformó en meta de peregrinaciones. Fue sepultado en la capilla de San Nicolas de Portell.

El Papa Alejandro VII lo incluyó en el Martirologio Romano en 1657.

San Ramón Nonato es el patrono de las parturientas y las parteras debido a las circunstancias de su nacimiento.

La comisión nombrada por el Papa Benedicto XIV propuso suprimir del calendario general la fiesta de San Ramón por la dificultad de encontrar documentos fidedignos sobre su vida.

Fuente: Vida de los Santos de Alan Butler.

lunes, 25 de agosto de 2014

El Rosario de San Miguel Arcángel

El Rosario o Coronilla de San Miguel Arcángel consiste de un Padrenuestro y tres veces el Ave Maria, en honor de cada Coro Angelical.
Promesas De San Miguel A los que practican ésta devoción en su honor, el Arcángel promete grandes bendiciones.
Promete enviar un Ángel de cada Coro Angelical, para acompañar a los devotos a la hora de la Santa Comunión.
Además, a los que recitaran éstas nueve Salutaciones todos los dias, les asegura que disfrutarán de su asistencia continua. Es decir, durante ésta vida y también después de la muerte.
Aun más, serán acompañados de todos los Ángeles; y con todos sus seres queridos, parientes y familiares serán librados del Purgatorio.

Método de rezar el Rosario o Coronilla a San Miguel Se empieza la corona rezando en la Medalla, la siguiente invocación:
0h Dios, ven en mi ayuda.
Apresúrate, Señor a socorrerme.
Gloria al Padre, Gloria al hijo y Gloria al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén
Primera salutación
Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Serafines, que Dios Nuestro Señor prepare nuestras almas; y así recibir dignamente en nuestros corazones, el fuego de la Caridad perfecta. Amén.
(Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria)

Segunda salutación
Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Querubines, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de abandonar los caminos del pecado; y seguir el camino de la Perfección Cristiana. Amén.
(Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria)

Tercera salutación
Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Los Tronos, que Dios Nuestro Señor derrame en nuestros corazones, el verdadero y sincero espíritu de humildad. Amén.
(Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria)

Cuarta salutación
Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Dominaciones, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de controlár nuestros sentidos; y así dominar nuestras pasiones. Amén.
(Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria)

Quinta salutación
Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Las Virtudes, que Dios Nuestro Señor nos conserve de todo mal, y no nos deje caer en la tentación. Amén.
(Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria)
Sexta salutación
Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Potestades, que Dios Nuestro Señor protege nuestras almas, contra las acechanzas del demonio. Amén.
(Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria)

Séptima salutación
Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Los Principados, que Dios Nuestro Señor se digne llenar nuestras almas, con el verdadero espíritu de la obediencia. Amén.
(Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria)

Octava salutación
Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Los Arcángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de la perseverancia final en la Fe, y en las buenas obras; y así nos lleve a la Gloria del Paraíso. Amén.
(Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria)

Novena salutación
Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Los Ángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia, de ser protegidos por ellos, durante ésta vida mortal; y que nos guíen a la Gloria Eterna. Amén.
(Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria)

Siguiendo la flecha en la gráfica que apunta los números 10 -13, se reza un Padrenuestro en honor de cada uno de los siguientes Ángeles, como se indica:
10, a San Miguel.
11, a San Gabriel.
12, a San Rafael.
13, al Santo Ángel de la Guarda.
14, A los 7 Espíritus Celestiales de delante del Trono de Dios.

La Corona de San Miguel se termina con las siguientes Oraciones:
Oh Glorioso Príncipe, San Miguel, Jefe Principal de la Milicia Celestial; Guardián fidelísimo de las almas; Vencedor eficaz de los espíritus rebeldes; fiel Servidor en el Palacio del Rey Divino, sois nuestro admirable Guía y Conductor. Vos que brilláis con excelente resplandor y con virtud sobrehumana, libradnos de todo mal. Con plena confianza recurrimos a vos. Asistidnos con vuestra afable protección; para que seamos más y más fieles al servicio de Dios, todos los días de nuestra vida.
V. Rogad por nosotros, 0h Glorioso San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo.
R. Para que seamos dignos de alcanzar Sus Promesas.

ORACIÓN
Omnipotente y Eterno Dios, Os adoramos y bendecimos. En Vuestra maravillosa bondad, y con el misericordioso deseo de salvar las almas del género humano, habéis escogido al Glorioso Arcángel, San Miguel, como Príncipe de Vuestra Iglesia. Humildemente Os suplicamos, Padre Celestial, que nos libréis de nuestros enemigos. En la hora de la muerte, no permitáis que ningún espíritu maligno se nos acerque, para perjudicar nuestras almas. Oh Dios y Señor Nuestro, guiadnos por medio de éste mismo Arcángel. Enviadle que nos conduzca a la Presencia de Vuestra Excelsa y Divina Majestad. Os lo pedimos por los meritos de Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

(Con Aprobación Eclesiástica)
SALVE REGINA
¡Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia; Vida y Dulzura, Esperanza Nuestra, Dios te salve! A ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en éste valle de lagrimas. ¡Ea, pues, Señora, Abogada Nuestra! Vuelve a nosotros ésos tus ojos misericordiosos. Y después de éste destierro, muéstranos a Jesús, Fruto Bendito de tu Vientre. ¡Oh Clementísima, Oh Piadosa, Oh Dulce siempre Virgen Maria! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.


Rosario por las Almas del Purgatorio

Rosario

Señal de la Cruz
V. Señor, ábreme los labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio…

Símbolo de los Apóstoles

Por las intenciones del Santo Padre:
Padre Nuestro, Ave María… (x3), Gloria al Padre...
• Antes de cada decena rogamos por el asunto del Misterio particular (Señor Jesucristo...)
• En lugar de acabar las decenas con Gloria al Padre… rogamos “Dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellas la luz perpetua.”
Rezamos las decenas así:
• Ave Maria... (x10)
• Dales, Señor, descanso eterno y brille para ellas la luz perpetua.
• (Oración de Fátima:) O Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu misericordia.
Los Misterios Dolorosos
a) La Agonía en Getsemaní
Señor Jesucristo, por el sudor de sangre que derramaste en el Huerto de los Olivos, te pedimos que tengas misericordia de las benditas Almas del Purgatorio. Líbralas del temor y del dolor y consuélalas con tu consuelo divino.
b) La Flagelación
Señor Jesucristo, por la flagelación dolorosa que soportaste con paciencia te pedimos que tengas misericordia de las benditas Almas del Purgatorio. Retira de ellas tu cólera y dales el descanso eterno.
c) La Corona de Espinas
Señor Jesucristo, por la coronación dolorosa que soportaste con paciencia por nuestros pecados, te pedimos que tengas misericordia de las Almas del Purgatorio y dales la corona de la felicidad eterna.
d) Jesús con la Cruz a cuestas
Señor Jesucristo, por el peso doloroso de la cruz que cargaste con tanta paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas misericordia de las Almas del Purgatorio. Líbralas del gran peso del sufrimiento y llévalas a la paz eterna.
e) La Crucifixión de Jesús
Señor Jesucristo, por la Crucifixión dolorosa que sufriste con tanta paciencia por nuestros pecados, te pedimos que tengas misericordia de las benditas Almas del Purgatorio. Vuelva hacia ellas tu divino rostro para que gocen contigo hoy día de las alegrías del paraíso.
Después del quinto Misterio rezamos:
Señor Jesucristo, por tus cinco Llagas Santas y por tu Sangre tan preciosa que derramaste, te pedimos por las benditas Almas del Purgatorio y en particular por nuestros padres, esposos, familiares, guías espirituales y bienhechores. Sana sus dolorosas heridas y haz que gocen y participen plenamente de la Salvación. Amén.
Maria, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
La Salve:Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
Oremos
Oh Dios, cuyo Unigénito Hijo con su vida, muerte y resurrección, nos consiguió los premios de la vida eterna, te rogamos nos concedas que, meditando estos misterios en el sacratísimo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, imitemos lo que contienen y
alcancemos lo que prometen. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu auxilio haya sido abandonado de Ti. Animado con esta confianza, a Ti también yo acudo, y me atrevo a implorarte a pesar del peso de mis pecados. ¡Oh Madre del Verbo!, no desatiendas mis súplicas, antes bien acógelas benignamente.
Amén.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los
otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén. 


Fuente: http://www.rosario.es.rosary-prayers.eu/por-las-almas-del-purgatorio/rosario-por-las-almas-del-purgatorio/index.php

ROSARIO POR ESPAÑA: GUIA ORIENTATIVA PARA REZAR EL ROSARIO POR ESPAÑA

ROSARIO POR ESPAÑA: GUIA ORIENTATIVA PARA REZAR EL ROSARIO POR ESPAÑA: GUIA ORIENTATIVA PARA REZAR EL ROSARIO POR ESPAÑA Es recomendable seguir esta guía a la hora de rezar el Rosario por España para faci...

jueves, 21 de agosto de 2014

21 de agosto, San Pío X, Pontífice. Llamado el Papa de la Eucaristía.


Fundó el Instituto Bíblico para perfeccionar las traducciones de la Biblia y nombró una comisión encargada de actualizar 
el Derecho canónico
               
 



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San Pío X,
Pontífice

Martirologio Romano: Memoria del papa san Pío X, que fue sucesivamente sacerdote con 
cargo parroquial, obispo de Mantua y después patriarca de Venecia. Finalmente, elegido Sumo 
Pontífice, adoptó una forma de gobierno dirigida a instaurar todas las cosas en Cristo, que llevó 
a cabo con sencillez de ánimo, pobreza y fortaleza, promoviendo entre los fieles la vida cristiana 
por la participación en la Eucaristía, la dignidad de la sagrada liturgia y la integridad dela 
doctrina (1914).

Etimología: Pío = piadoso. Viene de la lengua latina.

José Sarto, después Pío X, nació en Riese, poblado cerca de Venecia, Italia en 1835 en el seno de 
una familia humilde siendo el segundo de diez hijos.

Todavía siendo niño perdió a su padre por lo que pensó dejar de estudiar para ayudar a su madre en los gastos de manu-
tención de la familia, sin embargo ésta se lo impidió y pudo continuar sus estudios en el seminario gracias a una beca que 
le consiguió un sacerdote amigo de la familia.

Una vez ordenado fue vicepárroco, párroco, canónigo, obispo de Mantua y Cardenal de Venecia, puestos donde duró en 
cada uno de ellos nueve años. Bromeando platicaba que solamente le faltaban nueve años de Papa.

Muchas son las anécdotas de este santo que reflejan tanto su santidad como su lucha por superar sus defectos, entre ellas 
destacan tres:

Siendo Cardenal de Venecia se encontró con un anciano al que la policía le había quitado el burro que tenía para trabajar; 
al enterarse el Cardenal se ofreció a pagar la multa que le cobraban y a acompañarlo a recoger el burro porque exigían 
al anciano que lo respaldara una persona de confianza. Ante la negativa del anciano para que lo acompañara el Cardenal
afirmó que si una obra buena no costaba no merecía gran recompensa.

Cuando era un sacerdote joven, José Sarto, estando con su hermana se quejó de dolor de muelas lo que provocó que ella 
lo criticara y lo tachara de quejoso y flojo respondiéndole con una bofetada. Sintiéndose avergonzado se disculpó por ser 
tan violento, defecto que fue corrigiendo. Asimismo, una vez de visita en el Colegio de San Juan Bosco fue invitado a 
almorzar en la pobreza de ese colegio, donde al salir buscó un mejor lugar para comer, aunque después se volvió más y más 
sacrificado.

En 1903 al morir León XIII fue convocado a Roma para elegir al nuevo Pontífice. En Roma no era candidato para algunos 
por no hablar francés y él mismo se consideraba indigno de tal nombramiento.

Durante la elección los Cardenales se inclinaron en principio y por mayoría por el Cardenal Rampolla, sin embargo el Cardenal
de Checoslovaquia anunció que el Emperador de Austria no aceptaba al Cardenal Rampolla como Papa y tenía el derecho de 
veto en la elección papal, por lo que el Cardenal Rampolla retiró su nombre del nombramiento. Reanudada la votación los 
Cardenales se inclinaron por el Cardenal Sarto quien suplicó que no lo eligieran hasta que una noche una comisión de Cardenal
es lo visitó para hacerle ver que no aceptar el nombramiento era no aceptar la voluntad de Dios. Aceptó pues convencido de 
que si Dios da un cargo, da las gracias necesarias para llevarlo a cabo.

Escogió el nombre de Pío inspirado en que los Papas que eligieron ese nombre habían sufrido por defender la religión.

Tres eran sus más grandes características:

    La pobreza: fue un Papa pobre que nunca fue servido más que por dos de sus hermanas para las que tuvo que solicitar una
 pensión para que no se quedaran en la miseria a la hora de la muerte de Pío X.

    la humildad: Pío X siempre se sintió indigno del cargo de Papa e incluso no permitía lujos excesivos en sus recámaras y sus 
hermanas que lo atendían no gozaban de privilegio alguno en el Vaticano.

    la bondad: Nunca fue difícil tratar con Pío X pues siempre estaba de buen genio y dispuesto a mostrarse como padre bonda-
dosos con quien necesitara de él.

Una vez que fue elegido Papa decretó que ningún gobernante podía vetar a Cardenal alguno para Sumo Pontífice.

Dentro de sus obras destaca el combate contra dos herejías en boga en esa época: Modernismo, la cual la combatió en un 
documento llamado Pascendi estableciendo que los dogmas son inmutables y la Iglesia si tiene autoridad para dar normas de 
moral; la otra herejía que combatió fue la del Jansenismo que propagaba que la Primera Comunión se debía retrasar lo más 
posible; en contraposición Pío X decretó la autorización para que los niños pudieran recibir la comunión desde el momento 
en que entendía quien está en la Santa Hostia Consagrada. Este decreto le valió ser llamado el Papa de la Eucaristía.

Fundó el Instituto Bíblico para perfeccionar las traducciones de la Biblia y nombró una comisión encargada de ordenar y 
actualizar el Derecho Canónico. Promovió el estudio del Catecismo.

Murió el 21 de agosto de 1914 después de once años de pontificado.

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Fuente: EWTN.com










miércoles, 20 de agosto de 2014

CAMPAÑA MUNDIAL DE ORACIÓN



Ante la tremenda persecución que sufren nuestros hermanos en la fe, queremos ayudarles con nuestra ORACIÓN PERSEVERANTE, para darles consuelo y fortaleza, asi como para que se remuevan los corazones de los que tienen en sus manos detener y evitar semejante genocidio, en el que estan sumidos (destierro, saqueos, extorsión, pillaje, amenazas, torturas y muerte).

CADA AVEMARÍA SUBE ANTE EL SEÑOR DE MANO DE LA VIRGEN MARÍA Y SIRVE PARA MOVER LOS CORAZONES.

No dejes de decirnos las AVEMARÍAS que reces cada día, las iremos contabilizando y las veréis indicadas en la web:

www.cofradiarosario.net
cofradiarosario@gmail.com


DIOS TE SALVE MARÍA, LLENA ERES DE GRACIA, EL SEÑOR ES CONTIGO, BENDITA TÚ ERES ENTRE TODAS LAS MUJERES Y BENDITO EL FRUTO DE TU VIENTRE, JESÚS. SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS, RUEGA POR NOSOTROS PECADORES AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE. AMÉN.

Evangelio 10 de agosto San Mateo 14, 22 33



“¡Señor, sálvame, que me hundo!
…Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.San Mateo 14, 28.

Considerad al mundo como si fuera el mar: viento huracanado, tempestad
violenta. Para cada uno de nosotros, sus pasiones son su tempestad. Amas
a Dios: andas sobre el mar, bajo tus pies ruge el oleaje del mundo.
Amas al mundo: te engullirá. Sabe devorar, que no soportar, a sus
adoradores. Pero cuando al soplo de la concupiscencia fluctúa tu
corazón, para vencer tu sensualidad invoca su divinidad. Y si tu pie
vacila, si titubeas, si hay algo que no logras superar, si empiezas a
hundirte, di:¡Señor, sálvame, que me hundo!
Pues sólo te libra de la muerte de la carne,
el que en la carne murió por ti”.

Parte del sermón 76 de San Agustín. -------
Mis
queridos hermanos en el impetuoso movimiento de las olas, cuando a
nuestras vidas vienen vientos huracanados de dolor que nos hacen sentir
que nos hundimos, que no podemos seguir; digamos con un grito salido
desde el fondo de nuestro corazón:

¡Señor, sálvame que me hundo!

Sálvame Señor, que sin Ti, seguir es imposible;
Sálvame Señor, fortaléceme y devuélveme la paz;
que en mi corazón reines Señor y mi confianza siempre esté anclada en Ti, para que se borre de mi todo temor y angustia.

En tus Manos Señor nos ponemos y en Ti esperamos.

Que Así sea Amado Señor.

María Reina de la Paz de Medjugorje, Mensajes del 2 y 4 de agosto de 2014


Mensaje del 2 de agosto de 2014
“¡Queridos hijos!
La razón por la cual estoy entre ustedes, mi misión, es ayudarlos a que venza el Bien, aunque a ustedes ahora eso no les parece posible.
Sé que muchas cosas no las comprenden, como tampoco yo comprendía todo, todo lo que mi Hijo me enseñaba mientras crecía junto a mí, pero yo creí en Él y lo seguí.
Eso mismo les pido a ustedes, que crean en mí y que me sigan.
Pero, hijos míos, seguirme a mí significa amar a mi Hijo por encima de todo, amarlo en cada ser humano, sin distinción.
Para que puedan hacerlo, los invito nuevamente a la renuncia, a la oración y al ayuno.
Los invito a que la vida de su alma sea la Eucaristía.
Los invito a ser mis apóstoles de luz, que en el mundo difundirán el amor y la misericordia.
Hijos míos, su vida es sólo un abrir y cerrar de ojos hacia la vida eterna.
Y cuando ustedes lleguen ante mi Hijo, Él verá en sus corazones cuánto amor han tenido.
Para que puedan difundir de la mejor manera el amor, yo le pido a mi Hijo que, a través del amor, les conceda la unión por medio de Él, la unidad entre ustedes, la unidad entre ustedes y sus pastores.
Mi Hijo siempre se dona de nuevo por medio de ellos y renueva vuestra alma. Eso no lo olviden.
¡Les doy las gracias!”
Fuentes: Centro María Reina de la Paz Montevideo-Uruguay

Mensaje extraordinario dado por la Virgen en Medjugorje a Iván el día 4 de agosto de 2014 en el Podbro
«Esta noche, particularmente, la Virgen ha venido contenta y feliz. Nos ha saludado a todos con su saludo materno: “¡Sea alabado Jesús, queridos hijos!”. Después oró por un tiempo prolongado sobre todos nosotros con los brazos extendidos en su lengua aramea. Oró particularmente por los enfermos y por los jóvenes. Luego la Virgen dijo:
“Queridos hijos, también hoy me alegro con ustedes en este tiempo de gracia, particularmente me alegro cuando veo a tantos de mis hijos felices durante estos días.
Los invito, queridos hijos, a orar en este tiempo por la paz. Oren por la paz, la paz que viene del corazón del hombre y mi Hijo morará en sus corazones y les traerá la paz porque Él es su paz.
Yo oro, queridos hijos, e intercedo junto a mi Hijo por todos ustedes. Por lo tanto, ¡perseveren en la oración y no tengan miedo!
Continúen orando.
Gracias, queridos hijos, por su perseverancia y gracias porque también hoy han respondido a mi llamado”»

domingo, 3 de agosto de 2014

Domingo 3 de agosto Evangelio San Mateo 14, 13 21




«Alzó
la mirada al cielo, pronunció la bendición»
“El
Señor, después de haber tomado los cinco panes, levantó su mirada al cielo para
ensalzar a Aquel de quien él mismo recibe el ser.

No
estaba obligado a mirar al Padre con sus ojos de carne; quería hacer comprender
a los allí presentes de quién había recibido el poder para realizar un acto de
tanto poder. Da inmediatamente los panes a sus discípulos. No es por la
multiplicación que los cinco panes se han convertido en muchos más.

Los
pedazos se suceden unos a otros y engañan a los que los rompen; ¡como si
hubieran hecho los pedazos con
anterioridad!
La materia sigue desplegándose...

No te
sorprenda, pues, que las fuentes manen, que haya racimos en las cepas, que los
arroyuelos de vino nazcan de los racimos.

 Todos los recursos de la tierra se propagan
según un ritmo anual que no falla. Una tal multiplicación de los panes,
revela
la acción del autor del universo.

Normalmente
Él impone un límite al  crecimiento
porque conoce a fondo las leyes de la materia. En la creación visible se
da un
trabajo invisible. El misterio de la presente acción es obra del Señor de los misterios
celestiales. El poder de Aquel que actúa está por encima de toda la naturaleza,
y el método de ese Poder desborda la comprensión del hecho. Queda
tan
sólo la admiración por ese poder”.

San
Hilario (hacia 315-367), obispo de Poitiers y doctor de la Iglesia

sábado, 2 de agosto de 2014

Catolicidad: OREMOS POR LA PAZ MUNDIAL

Catolicidad: OREMOS POR LA PAZ MUNDIAL: Recemos esta oración por la paz, compuesta por Su Santidad León XIII; particularmente pidamos por aquellas naciones donde existen c...

HAGIOPEDIA: NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES o Porciúncula

HAGIOPEDIA: NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES o Porciúncula: Es una advocación mariana de la Iglesia Católica en la que se recuerda a María Santísima como reina de los ángeles, los cuales tuvieron ...

2 de agosto Nª Sª de los Ángeles LA PORCIÚNCULA (Santa María de los Angeles) y EL PERDON DE ASIS (indulgencia de la Porciúncula)



En una noche de Julio del año 1216, un fraile oraba fervientemente en su pequeña cueva del bosque. Pedía a Dios la virtud de la humildad. Le llamaban hermano Francisco y, aunque tenía 34 años, ya era conocido y amado por miles de personas. Doce años mas tarde y solo 22 meses después de su muerte, la Santa Madre Iglesia lo proclamaría santo. Pero el "poverelo" se consideró siempre el jefe de los pecadores. En el silencio de la noche, imploraba a Dios todopoderoso que tuviese misericordia de los pobres pecadores, recordando las palabras del Señor: "a menos que hagan penitencia, todos perecerán". Pensaba en su propia juventud, solo doce años antes había sido inquieto, frívolo, ambicioso, mujeriego, y por último, soldado. Difícilmente le daba algún momento de su atención a Dios.
Aquella noche el Señor le dijo al poverelo: "Francisco, ¿quien puede hacerte mayor bien, el amo o el siervo?" Francisco guardó esta lección a su corazón y decidió poner de primero lo primero. Le preguntó al amo como podría servirle, y Jesús, el amado salvador que abrazó la agonía de la cruz por todos los hombres, le miró con ternura y afecto y le dijo: "Repara mi Iglesia". Desde entonces, cuando Francisco pensaba en lo delicado, bueno, y amoroso que era Jesús, rompía en llanto y exclamaba: "¡El amor no es amado!".

Primero Francisco tomó las palabras del Señor literalmente y con gozo reparó la capilla donde había recibido la visión del Señor. Después bajó al bosque en el valle de Asís y reparó la vieja capilla de Nuestra Señora de los Angeles, llamada Porciúncula (pequeña porción). Por su devoción a la Santísima Virgen y por su reverencia a los ángeles, tomó la porciúncula como lugar de vivienda. Los campesinos insistían que ellos muchas veces escuchaban ángeles cantando en la Porciúncula. Ahí fue donde los primeros hermanos se unieron a El, en la vida nueva de santa pobreza, trabajo manual, cuidando a los leprosos, mendigando y predicando el amor de Cristo. Siendo los benedictinos propietarios de aquel lugar, Francisco pagaba como renta anual una canasta de pescado.

Oprimido por el pensamiento de ser indigno ante la misión de fundar la orden religiosa, subió a una cueva en las montañas. Ahí, durante una tormenta se echó al piso y, con una perfecta contricción, rogó a su Salvador que le perdonara los pecados de su vida pasada. En la angustia de su alma el gritaba: "¿Quien eres tu mi querido Señor y Dios, y quien soy yo vuestro miserable gusano de siervo? Mi querido Señor quiero amarte. Mi Señor y mi Dios, te entrego mi corazón y mi cuerpo y yo quisiera, si tan solo supiera como, hacer mas por amor a ti!. Repetía: "Señor ten misericordia de mi que soy un pobre pecador."

Luego, una dulce y gentil paz, la maravillosa paz del Señor llegó a su pura y penitente alma y le dijo: "Francisco, tus pecados has sido borrados." Desde entonces, por la gratitud que sentía, ardía en un deseo apasionado de obtener el mismo favor celestial por todos los pecadores arrepentidos. Y por eso oraba y pedía fervientemente esa noche en la cueva del bosque.

De repente el sintió un impulso irresistible de ir a la pequeña Iglesia, la Porciúncula. En cuanto entró, como siempre, se arrodillo, inclinó su cabeza y dijo esta oración: "Te alabamos, Señor Jesucristo, en todas las iglesias del mundo entero. Y te bendecimos porque por tu santa cruz redimiste al mundo." Luego al alzar su mirada, en su asombro Francisco vio una luz brillante arriba del pequeño altar y en unos rayos misteriosos el vio al Señor con su Santísima Madre con muchos ángeles.

Con pleno gozo y profunda reverencia, Francisco se postró en el piso ante esta gloriosa visión y Jesús le dijo: "Francisco pide lo que quieras para la salvación de los hombres". Sobrecogido al escuchar estas palabras inesperadas y consumido por un amor angelical por su misericordioso Salvador y por su Santísima Madre, Francisco exclamo: "Aunque yo soy un miserable pecador, yo te ruego querido Jesús, que le des esta gracia a la humanidad: dale a cada uno de los que vengan a esta Iglesia con verdadera contricción y confiesen sus pecados, el perdón completo e indulgencias de todos sus pecados".

Viendo que el Señor se mantenía en silencio, Francisco se dirigio con un confiado amor a Maria, refugio de los pecadores, y le suplicó: "Te ruego, a Ti, Santísima Madre, la abogada de la raza humana, que intercedas conmigo, por esta petición". Entoces Jesús miro a Maria, y Francisco se alegró al ver a Ella sonreir a su Divino Hijo, como que si dijera: "por favor, concedele a Francisco lo que te pide, ya que esa petición me hace feliz a mi".

Inmediatamente Nuestro Señor le dijo a Francisco: "Te concedo lo que pides, pero debes de ir a mi Vicario, el Papa, y pídele que apruebe esta indulgencia". La visión, entonces, se desvaneció dejando a Francisco en el piso de la capilla, llorando de alegría, con profundo amor y agradecimiento.

Temprano en la mañana, Francisco salio con el Hermano Maceo, a la cercana ciudad de Perugia, donde un nuevo Papa había sido electo, Honorio III. En el camino, Francisco empezó a preocuparse, ya que iba a pedirle al Papa, un privilegio muy grande para una capilla desconocida. Ese tipo de indulgencia solo se le había concedido a la tumba de Cristo, a la de San Pedro y San Pablo y a los que participaban en las cruzadas. Entonces Francisco oró arduamente a Nuestra Señora de los Angeles.

Cuando llegó el turno de hablar con el Papa, Francisco se dirigió con gran humildad: "Su santidad, unos años atrás reparé una pequeña Iglesia en honor a la Santísima Virgen. Le suplico le conceda recibir indulgencias, pero sin tener que dar ninguna ofrenda" (Francisco pensaba en los pobres).

-El Papa replicó:"No es muy razonable lo que pides, pues quien desea una indulgencia debe hacer un sacrificio. Pero, bueno, ¿de cuantos años quieres que sea esta indulgencia?
-Francisco respondió: "Santo Padre, podría usted no darle años específicos, sino almas?
-¿
Que significa eso de almas, Francisco?
Ahora Francisco tuvo que elevar una oración ferviente a Nuestra Señora, ya que debía explicarle al Papa lo que significaba su petición. Con mucha humildad pero con firmeza hizo su extraordinaria petición, la que ha sido conocida como la indulgencia de la Porciúncula.

-"Yo deseo, si le parece a su Santidad, por las gracias que Dios concede en esa pequeña Iglesia, que todo el que entre en ella, habndose arrepentido sinceramente, confesado y habiendo recibido la absolución, que se le borren todos los pecados y las penas temporales de ellos en este mundo y en el purgatorio, desde el día de su Bautismo hasta la hora en que entren en esa iglesia."

Impresionado por esta firme y sincera petición, el Papa exclamo: "Estas pidiendo algo muy grande Francisco, ya que no es la costumbre de la Corte Romana conceder ese tipo de indulgencia"

Reconociendo que esta oportunidad de traer gracias a la humanidad, podía desvanecerse en aquel instante, Francisco añadió con fervor y vehemencia, y con una serenidad devastadora: "Reverendísimo Santo Padre, yo no le pido esto por mi mismo, lo pido en nombre de Aquel que me ha enviado, Nuestro Señor Jesucristo".

En ese momento el Papa recordó que su gran predecesor Inocencio III, estaba convencido que Cristo se le aparecía y guiaba de manera especial a este pequeño y santo poverelo. Movido, por el Espíritu Santo, el vicario de Cristo solemnemente declaró tres veces: es mi deseo que se te sea concedida tu petición. Pero los cardenales que estaban presente al escuchar esta innovación revolucionaria, protestaron y reclamaron al Papa que esta rica y nueva indulgencia debilitaría las cruzadas. En términos fuertísimos le exigieron que la cancelara. Pero el Papa les dijo, "yo no cancelo lo que he concedido". -"Entonces restríngela lo mas posible".

El Santo Padre llamó a Francisco y le dijo: "nosotros te concedemos esta indulgencia y debe ser válida perpetuamente, pero solo en un día cada año, desde las vísperas, a través de la noche, hasta las vísperas del siguiente día."

Francisco sumisamente bajo la cabeza y después de agradecer al Papa, se levanto y comenzó a salir. Pero el Papa le llamo: "¿Adonde vas, tu pequeño poverelo? No tienes garantía sobre esta indulgencia". Francisco se volvió hacia el y con su simpática y confiada sonrisa le dijo: "Santo Padre su Palabra es suficiente para mi, si esta es la obra de Dios es El quien hará su obra manifiesta. No necesito ningún otro documento. La Santísima Virgen María habrá de ser la garantía, Cristo el notario, y los ángeles los testigos." (recordando la visión)

Francisco escucho estas palabras en su oración: "Francisco quiero que sepas que esta indulgencia, que ha sido concedida a ti en la tierra, ha sido confirmada en el cielo". Con gran gozo compartió esta revelación al hno. Maceo, y juntos aligeraron el paso para ir a darle gracias a Nuestra Señora de los Angeles en la Porciúncula.

Para la solemne inauguración de este perdón en la Porciúncula, Francisco escogió Agosto 2, porque fue el primer aniversario de la consagración de esta santa capilla, y porque Agosto 1, era la fiesta de la liberación de San Pedro de las cadenas que tenía en la cárcel (Agosto 2, es el día de Nuestra Señora de los Angeles).
En presencia de los obispos de Asís, Perugia, Todi, Spoleto, Gubbio, Nocera y Foligno, anunció Francisco a la multitud la gran noticia: «Quiero mandaros a todos al paraíso anunciándoos la indulgencia que me ha sido otorgada por el Papa Honorio. Sabed, pues, que todos los aquí presentes, como también cuantos vinieren a orar en esta iglesia, obtendrán la remisión de todos sus pecados».
Jesús y María confirmaron su aprobación del Gran Perdón de la Porciúncula. Una vez a un santo fraile franciscano, Beato Conrado de Ofida, la Virgen Santísima se le apareció envuelta en un rallo de luz, con el niño Jesús en sus brazos, en la puerta de la Porciúncula. El niño bendecía a todos los peregrinos que entraban en la capilla de su Madre para adquirir el perdón de los pecados.
Mas tarde los obispos de Asis y otros Papas promulgaron documentos confirmando "El gran Perdón de la Porciúncula". La pequeña iglesia dedicada a la Santísima Virgen se convirtió en uno de los mas famosos santuarios de peregrinación de toda Europa. Mas tarde Gregorio XV hizo extensivo el jubileo de la Porciúncula a todas las Iglesias Franciscanas del mundo.  En 1921, el Papa Benedicto XV canceló la restricción de manera que se pueda obtener indulgencias cualquier día. Según el decreto de la Penitenciaría Apostólica del 15 de julio de 1988 («Portiuncolae sacrae aedes»), se puede ganar la indulgencia en La Porciúncula durante todo el año, una sola vez al día. Cada año una multitud de fieles acude allí para recibir el «Perdón de Asís» también llamado «Indulgencia de la Porciúncula». Sin embargo, a partir de
Condiciones para obtener la indulgenciaEl Perdón de Asís se puede obtener para uno mismo o por los difuntos. Las condiciones son las prescritas para las indulgencias plenarias.
1) Visita al Santuario con la recitación de un Padrenuestro y un Credo
2) Confesión sacramental y Santa Comunión
3) Rezar según las intenciones del Sumo Pontífice.

Los peregrinos pueden obtener la indulgencia todos los días del año.
 

Testimonio de Simone Weil, hija de Israel, fascinada por Cristo: «Mientras estaba sola en la capillita románica de Santa María de los Angeles, incomparable milagro de pureza, donde san Francisco rezó tan a menudo, algo más fuerte que yo me obligó, por primera vez en mi vida, a arrodillarme» (Autobiografía espiritual).