jueves, 31 de mayo de 2012

EL AMOR DE LOS AMORES.





Hay una necesidad dual, básica y fundamental, propia y característica de la naturaleza humana: la necesidad de amar y de sentirse amado. Nadie en la tierra, por más que lo intente, por más que se esfuerce, podrá en manera alguna suplir tal necesidad. Solamente Dios, el Alto y Sublime, el Magnífico en santidad y quien es AMOR, tiene tal potestad.
Fuimos creados a su imagen y semejanza, con el propósito de que, como criaturas amadas suyas, mantengamos con El esa relación de amistad y unidad necesarias para que podamos disfrutar del amor que El nos ofrece; la única fuente de amor que realmente satisface permanentemente.
En el mundo hay muchos amores, de los cuales, se dice que, el de la madre es el más parecido al de Dios. ¿Por qué? Valga la relación y la comparación, tomando en cuenta que, aún entre éstas no todas cualifican. Pero, las que sí podrían considerarse, vemos entre ellas un denominador común: la falta de egoísmo. El amor real se goza más en dar que en recibir, está dispuesto al sacrificio, y esto, sin esperar algo a cambio. Con todo y eso está muy lejos de igualarse al de Dios. ¿Sabes por qué? Porque una buena madre lo daría todo, absolutamente todo por su hijo, pero, jamás estaría dispuesta a ofrecer a su hijo mismo y mucho menos por un enemigo, ¿verdad?
"Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores,Cristo murió por nosotros" (Ro. 5:7)
"De TAL manera nos amó Dios, que dió a su único Hijo, para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16)
AMÉN!

Visitación de la Virgen

Visitación de la Virgen
Fiesta, 31 de mayo

Luego que María Santísima oyó del ángel Gabriel que su prima Isabel también esperaba un hijo, sintióse iluminada por el Espíritu Santo y comprendió que debería ir a visitar a aquella familia y ayudarles y llevarles las gracias y bendiciones del Hijo de Dios que se había encarnado en Ella. San Ambrosio anota que fue María la que se adelantó a saludar a Isabel puesto que es la Virgen María la que siempre se adelanta a dar demostraciones de cariño a quienes ama.


Por medio de la visita de María llevó Jesús a aquel hogar muchos favores y gracias: el Espíritu Santo a Isabel, la alegría a Juan, el don de Profecía, etc, los cuales constituyen los primeros favores que nosotros conocemos que haya hecho en la tierra el Hijo de Dios encarnado. San Bernardo señala aquí que desde entonces María quedó constituida como un "Canal inmenso" por medio del cual la bondad de Dios envía hacia nosotros las cantidades más admirables de gracias, favores y bendiciones.

Además, nuestra Madre María recibió el mensaje más importante que Dios ha enviado a la tierra: el de la Encarnación del Redentor en el mundo, y en seguida se fue a prestar servicios humildes a su prima Isabel. No fue como reina y señora sino como sierva humilde y fraterna, siempre dispuesta a atender a todos que la necesitan.

Este fue el primero de los numerosos viajes de María a ayudar a los demás. Hasta el final de la vida en el mundo, Ella estará siempre viajando para prestar auxilios a quienes lo estén necesitando. También fue la primera marcha misionera de María, ya que ella fue a llevar a Jesús a que bendijera a otros, obra de amor que sigue realizando a cada día y cada hora. Finalmente, Jesús empleó a su Madre para santificar a Juan Bautista y ahora ella sigue siendo el medio por el cual Jesús nos santifica a cada uno de nosotros que somos también hijos de su Santa Madre.


(Autor: . | Fuente: ACI Prensa

miércoles, 30 de mayo de 2012

SAN FERNANDO, PATRÓN DE SEVILLA

San Fernando III, Reyde Castilla y de León

El día 30 de Mayo se celebra la festividad de San Fernando, patrón de la ciudad de Sevilla.
San Fernando conquistó Sevilla el 23 de noviembre de 1248 después de dos años de asedio.

Es una fiesta de carácter religiosa, civil y militar que se celebre en el interior de  la Catedral, durante este tiempo permanece abierta la urna con el cuerpo incorrupto del santo

Se realiza un acto religioso entre los cabildo catedralicos y municipal, con laúdes, y se hace una procesión hasta la imagen del la Virgen de los Reyes y la urna de San Fernando, realizando una oración litúrgica, y volviendo al Altar Mayor para realizar la misa.

A las doce de la mañana le rinde honores el cuerpo de Armas de Ingenieros entre cornetas y tambores.

Una vez terminado el acto se inicia el acceso de todas las personas que esperabas para poder presenciar y venerar el cuerpo de San Fernando.




San Fernando (1198 - 1252) es, sin hipérbole, el español más ilustre de uno de los siglos cenitales de la historia humana, el XIII, y una de las figuras máximas de España; quizá con Isabel la Católica la más completa de toda nuestra historia política. Es uno de esos modelos humanos que conjugan en alto grado la piedad, la prudencia y el heroísmo; uno de los injertos más felices, por así decirlo, de los dones y virtudes sobrenaturales en los dones y virtudes humanos.

A diferencia de su primo carnal San Luis IX de Francia, Fernando III no conoció la derrota ni casi el fracaso. Triunfó en todas las empresas interiores y exteriores. Dios les llevó a los dos parientes a la santidad por opuestos caminos humanos; a uno bajo el signo del triunfo terreno y al otro bajo el de la desventura y el fracaso.

Fernando III unió definitivamente las coronas de Castilla y León. Reconquistó casi toda Andalucía y Murcia. Los asedios de Córdoba, Jaén y Sevilla y el asalto de otras muchas otras plazas menores tuvieron grandeza épica. El rey moro de Granada se hizo vasallo suyo. Una primera expedición castellana entró en África, y nuestro rey murió cuando planeaba el paso definitivo del Estrecho. Emprendió la construcción de nuestras mejores catedrales (Burgos y Toledo ciertamente; quizá León, que se empezó en su reinado). Apaciguó sus Estados y administró justicia ejemplar en ellos. Fue tolerante con los judíos y riguroso con los apóstatas y falsos conversos. Impulsó la ciencia y consolidó las nacientes universidades. Creó la marina de guerra de Castilla. Protegió a las nacientes Ordenes mendicantes de franciscanos y dominicos y se cuidó de la honestidad y piedad de sus soldados. Preparó la codificación de nuestro derecho e instauró el idioma castellano como lengua oficial de las leyes y documentos públicos, en sustitución del latín. Parece cada vez más claro históricamente que el florecimiento jurídico, literario y hasta musical de la corte de Alfonso X el Sabio es fruto de la de su padre. Pobló y colonizó concienzudamente los territorios conquistados. Instituyó en germen los futuros Consejos del reino al designar un colegio de doce varones doctos y prudentes que le asesoraran; mas prescindió de validos. Guardó rigurosamente los pactos y palabras convenidos con sus adversarios los caudillos moros, aun frente a razones posteriores de conveniencia política nacional; en tal sentido es la antítesis caballeresca del «príncipe» de Maquiavelo. Fue, como veremos, hábil diplomático a la vez que incansable impulsor de la Reconquista. Sólo amó la guerra bajo razón de cruzada cristiana y de legítima reconquista nacional, y cumplió su firme resolución de jamás cruzar las armas con otros príncipes cristianos, agotando en ello la paciencia, la negociación y el compromiso. En la cumbre de la autoridad y del prestigio atendió de manera constante, con ternura filial, reiteradamente expresada en los diplomas oficiales, los sabios consejos de su madre excepcional, doña Berenguela. Dominó a los señores levantiscos; perdonó benignamente a los nobles que vencidos se le sometieron y honró con largueza a los fieles caudillos de sus campañas. Engrandeció el culto y la vida monástica, pero exigió la debida cooperación económica de las manos muertas eclesiásticas y feudales. Robusteció la vida municipal y redujo al límite las contribuciones económicas que necesitaban sus empresas de guerra. En tiempos de costumbres licenciosas y de desafueros dio altísimo ejemplo de pureza de vida y sacrificio personal, ganando ante sus hijos, prelados, nobles y pueblo fama unánime de santo.

Como gobernante fue a la vez severo y benigno, enérgico y humilde, audaz y paciente, gentil en gracias cortesanas y puro de corazón. Encarnó, pues, con su primo San Luis IX de Francia, el dechado caballeresco de su época.

Su muerte, según testimonios coetáneos, hizo que hombres y mujeres rompieran a llorar en las calles, comenzando por los guerreros.

Más aún. Sabemos que arrebató el corazón de sus mismos enemigos, hasta el extremo inconcebible de logar que algunos príncipes y reyes moros abrazaran por su ejemplo la fe cristiana. «Nada parecido hemos leído de reyes anteriores», dice la crónica contemporánea del Tudense hablando de la honestidad de sus costumbres. «Era un hombre dulce, con sentido político», confiesa Al Himyari, historiador musulmán adversario suyo. A sus exequias asistió el rey moro de Granada con cien nobles que portaban antorchas encendidas. Su nieto don Juan Manuel le designaba ya en el En-xemplo XLI «el santo et bienauenturado rey Don Fernando».

* * *

Más que el consorcio de un rey y un santo en una misma persona, Fernando III fue un santo rey; es decir, un seglar, un hombre de su siglo, que alcanzó la santidad santificando su oficio.

Fue mortificado y penitente, como todos los santos; pero su gran proceso de santidad lo está escribiendo, al margen de toda finalidad de panegírico, la más fría crítica histórica; es el relato documental, en crónicas y datos sueltos de diplomas, de una vida tan entregada al servicio de su pueblo por amor de Dios, y con tal diligencia, constancia y sacrificio, que pasma. San Fernando roba por ello el alma de todos los historiadores, desde sus contemporáneos e inmediatos hasta los actuales. Físicamente, murió a causa de las largas penalidades que hubo de imponerse para dirigir al frente de todo su reino una tarea que, mirada en conjunto, sobrecoge. Quizá sea ésta una de las formas de martirio más gratas a los ojos de Dios.

Vemos, pues, alcanzar la santidad a un hombre que se casó dos veces, que tuvo trece hijos, que, además de férreo conquistador y justiciero gobernante, era deportista, cortesano gentil, trovador y músico. Más aún: por misteriosa providencia de Dios veneramos en los altares al hijo ilegítimo de un matrimonio real incestuoso, que fue anulado por el gran pontífice Inocencio III: el de Alfonso IX de León con su sobrina doña Berenguela, hija de Alfonso VIII, el de las Navas.

Fernando III tuvo siete hijos varones y una hija de su primer matrimonio con Beatriz de Suabia, princesa alemana que los cronistas describen como «buenísima, bella, juiciosa y modesta» (optima, pulchra, sapiens et pudica), nieta del gran emperador cruzado Federico Barbarroja, y luego, sin problema político de sucesión familiar, vuelve a casarse con la francesa Juana de Ponthieu, de la que tuvo otros cinco hijos. En medio de una sociedad palaciega muy relajada su madre doña Berenguela le aconsejó un pronto matrimonio, a los veinte años de edad, y luego le sugirió el segundo. Se confió la elección de la segunda mujer a doña Blanca de Castilla, madre de San Luis.

Sería conjetura poco discreta ponerse a pensar si, de no haber nacido para rey (pues por heredero le juraron ya las Cortes de León cuando tenía sólo diez años, dos después de la separación de sus padres), habría abrazado el estado eclesiástico. La vocación viene de Dios y Él le quiso lo que luego fue. Le quiso rey santo. San Fernando es un ejemplo altísimo, de los más ejemplares en la historia, de santidad seglar.

* * *

Santo seglar lleno además de atractivos humanos. No fue un monje en palacio, sino galán y gentil caballero. El puntual retrato que de él nos hacen la Crónica general y el Septenario es encantador. Es el testimonio veraz de su hijo mayor, que le había tratado en la intimidad del hogar y de la corte.

San Fernando era lo que hoy llamaríamos un deportista: jinete elegante, diestro en los juegos de a caballo y buen cazador. Buen jugador a las damas y al ajedrez, y de los juegos de salón.

Amaba la buena música y era buen cantor. Todo esto es delicioso como soporte cultural humano de un rey guerrero, asceta y santo. Investigaciones modernas de Higinio Anglés parecen demostrar que la música rayaba en la corte de Fernando III a una altura igual o mayor que en la parisiense de su primo San Luis, tan alabada. De un hijo de nuestro rey, el infante don Sancho, sabemos que tuvo excelente voz, educada, como podemos suponer, en el hogar paterno.

Era amigo de trovadores y se le atribuyen algunas cantigas, especialmente una a la Santísima Virgen. Es la afición poética, cultivada en el hogar, que heredó su hijo Alfonso X el Sabio, quien nos dice: «todas estas vertudes, et gracias, et bondades puso Dios en el Rey Fernando».

Sabemos que unía a estas gentilezas elegancia de porte, mesura en el andar y el hablar, apostura en el cabalgar, dotes de conversación y una risueña amenidad en los ratos que concedía al esparcimiento. Las Crónicas nos lo configuran, pues, en lo humano como un gran señor europeo. El naciente arte gótico le debe en España, ya lo dijimos, sus mejores catedrales.

A un género superior de elegancia pertenece la menuda noticia que incidentalmente, como detalle psicológico inestimable, debemos a su hijo: al tropezarse en los caminos, yendo a caballo, con gente de a pie torcía Fernando III por el campo, para que el polvo no molestara a los caminantes ni cegara a las acémilas. Esta escena del séquito real trotando por los polvorientos caminos castellanos y saliéndose a los barbechos detrás de su rey cuando tropezaba con campesinos la podemos imaginar con gozoso deleite del alma. Es una de las más exquisitas gentilezas imaginables en un rey elegante y caritativo. No siempre observamos hoy algo parecido en la conducta de los automovilistas con los peatones. Años después ese mismo rey, meditando un Jueves Santo la pasión de Jesucristo, pidió un barreño y una toalla y echóse a lavar los pies a doce de sus súbditos pobres, iniciando así una costumbre de la Corte de Castilla que ha durado hasta nuestro siglo.

Hombre de su tiempo, sintió profundamente el ideal caballeresco, síntesis medieval, y por ello profundamente europea, de virtudes cristianas y de virtudes civiles. Tres días antes de su boda, el 27 de noviembre de 1219, después de velar una noche las armas en el monasterio de las Huelgas, de Burgos, se armó por su propia mano caballero, ciñéndose la espada que tantas fatigas y gloria le había de dar. Sólo Dios sabe lo que aquel novicio caballero oró y meditó en noche tan memorable, cuando se preparaba al matrimonio con un género de profesión o estado que tantos prosaicos hombres modernos desdeñan sin haberlo entendido. Años después había de armar también caballeros por sí mismo a sus hijos, quizá en las campañas del sur. Mas sabemos que se negó a hacerlo con alguno de los nobles más poderosos de su reino, al que consideraba indigno de tan estrecha investidura.

Deportista, palaciano, músico, poeta, gran señor, caballero profeso. Vamos subiendo los peldaños que nos configuran, dentro de una escala de valores humanos, a un ejemplar cristiano medieval.

* * *

De su reinado queda la fama de las conquistas, que le acreditan de caudillo intrépido, constante y sagaz en el arte de la guerra. En tal aspecto sólo se le puede parangonar su consuegro Jaime el Conquistador. Los asedios de las grandes plazas iban preparados por incursiones o «cabalgadas» de castigo, con fuerzas ágiles y escogidas que vivían sobre el país. Dominó el arte de sorprender y desconcertar. Aprovechaba todas las coyunturas políticas de disensión en el adversario. Organizaba con estudio las grandes campañas. Procuraba arrastrar más a los suyos por la persuasión, el ejemplo personal y los beneficios futuros que por la fuerza. Cumplidos los plazos, dejaba retirarse a los que se fatigaban.

Esta es su faceta histórica más conocida. No lo es tanto su acción como gobernante, que la historia va reconstruyendo: sus relaciones con la Santa Sede, los prelados, los nobles, los municipios, las recién fundadas universidades; su administración de justicia, su dura represión de las herejías, sus ejemplares relaciones con los otros reyes de España, su administración económica, la colonización y ordenamientos de las ciudades conquistadas, su impulso a la codificación y reforma del derecho español, su protección al arte. Esa es la segunda dimensión de un reinado verdaderamente ejemplar, sólo parangonable al de Isabel la Católica, aunque menos conocido.

Mas hay una tercera, que algún ilustre historiador moderno ha empezado a desvelar y cuyo aroma es seductor. Me refiero a la prudencia y caballerosidad con sus adversarios los reyes musulmanes. «San Fernando –dice Ballesteros Beretta en un breve estudio monográfico– practica desde el comienzo una política de lealtad.» Su obra «es el cumplimiento de una política sabiamente dirigida con meditado proceder y lealtad sin par». Lo subraya en su puntual biografía el padre Retana.

Sintiéndose con derecho a la reconquista patria, respeta al que se le declara vasallo. Vencido el adversario de su aliado moro, no se vuelve contra éste. Guarda las treguas y los pactos. Quizá en su corazón quiso también ganarles con esta conducta para la fe cristiana. Se presume vehementemente que alguno de sus aliados la abrazó en secreto. El rey de Baeza le entrega en rehén a un hijo, y éste, convertido al cristianismo y bajo el título castellano de infante Fernando Abdelmón (con el mismo nombre cristiano de pila del rey), es luego uno de los pobladores de Sevilla. ¿No sería quizá San Fernando su padrino de bautismo? Gracias a sus negociaciones con el emir de los benimerines en Marruecos el papa Alejandro IV pudo enviar un legado al sultán. Con varios San Fernandos, hoy tendría el África una faz distinta.

Al coronar su cruzada, enfermo ya de muerte, se declaraba a sí mismo en el fuero de Sevilla caballero de Cristo, siervo de Santa María, alférez de Santiago. Iban envueltas esas palabras en expresiones de adoración y gratitud a Dios, para edificación de su pueblo. Ya los papas Gregorio IX e Inocencio IV le habían proclamado «atleta de Cristo» y «campeón invicto de Jesucristo». Aludían a sus resonantes victorias bélicas como cruzado de la cristiandad y al espíritu que las animaba.

Como rey, San Fernando es una figura que ha robado por igual el alma del pueblo y la de los historiadores. De él se puede asegurar con toda verdad –se aventura a decir el mesurado Feijoo– que en otra nación alguna non est inventus similis illi [no se ha encontrado ninguno semejante a él].

Efectivamente, parece puesto en la historia para tonificar el espíritu colectivo de los españoles en cualquier momento de depresión espiritual.

Le sabemos austero y penitente. Mas, pensando bien, ¿qué austeridad comparable a la constante entrega de su vida al servicio de la Iglesia y de su pueblo por amor de Dios?

Cuando, guardando luto en Benavente por la muerte de su mujer, doña Beatriz, supo mientras comía el novelesco asalto nocturno de un puñado de sus caballeros a la Ajarquía o arrabal de Córdoba, levantóse de la mesa, mandó ensillar el caballo y se puso en camino, esperando, como sucedió, que sus caballeros y las mesnadas le seguirían viéndole ir delante. Se entusiasmó, dice la Crónica latina: «irruit... Domini Spiritus in rege». Veían los suyos que todas sus decisiones iban animadas por una caridad santa. Parece que no dejó el campamento para asistir a la boda de su hijo heredero ni al conocer la muerte de su madre.

Diligencia significa literalmente amor, y negligencia desamor. El que no es diligente es que no ama en obras, o, de otro modo, que no ama de verdad. La diligencia, en último término, es la caridad operante. Este quizá sea el mayor ejemplo moral de San Fernando. Y, por ello, ninguno de los elogios que debemos a su hijo, Alfonso X el Sabio, sea en el fondo tan elocuente como éste: «no conoció el vicio ni el ocio».

Esa diligencia estaba alimentada por su espíritu de oración. Retenido enfermo en Toledo, velaba de noche para implorar la ayuda de Dios sobre su pueblo. «Si yo no velo –replicaba a los que le pedían descansase–, ¿cómo podréis vosotros dormir tranquilos?» Y su piedad, como la de todos los santos, mostrábase en su especial devoción al Santísimo Sacramento y a la Virgen María.

A imitación de los caballeros de su tiempo, que llevaban una reliquia de su dama consigo, San Fernando portaba, asida por una anilla al arzón de su caballo, una imagen de marfil de Santa María, la venerable «Virgen de las Batallas» que se guarda en Sevilla. En campaña rezaba el oficio parvo mariano, antecedente medieval del santo rosario. A la imagen patrona de su ejército le levantó una capilla estable en el campamento durante el asedio de Sevilla; es la «Virgen de los Reyes», que preside hoy una espléndida capilla en la catedral sevillana. Renunciando a entrar como vencedor en la capital de Andalucía, le cedió a esa imagen el honor de presidir el cortejo triunfal. A Fernando III le debe, pues, inicialmente Andalucía su devoción mariana. Florida y regalada herencia.

La muerte de San Fernando es una de las más conmovedoras de nuestra Historia. Sobre un montón de ceniza, con una soga al cuello, pidiendo perdón a todos los presentes, dando sabios consejos a su hijo y sus deudos, con la candela encendida en las manos y en éxtasis de dulces plegarias. Con razón dice Menéndez Pelayo: «El tránsito de San Fernando oscureció y dejó pequeñas todas las grandezas de su vida». Y añade: «Tal fue la vida exterior del más grande de los reyes de Castilla: de la vida interior ¿quién podría hablar dignamente sino los ángeles, que fueron testigos de sus espirituales coloquios y de aquellos éxtasis y arrobos que tantas veces precedieron y anunciaron sus victorias?»

San Fernando quiso que no se le hiciera estatua yacente; pero en su sepulcro grabaron en latín, castellano, árabe y hebreo este epitafio impresionante:

«Aquí yace el Rey muy honrado Don Fernando, señor de Castiella é de Toledo, de León, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia é de Jaén, el que conquistó toda España, el más leal, é el más verdadero, é el más franco, é el más esforzado, é el más apuesto, é el más granado, é el más sofrido, é el más omildoso, é el que más temie a Dios, é el que más le facía servicio, é el que quebrantó é destruyó á todos sus enemigos, é el que alzó y ondró á todos sus amigos, é conquistó la Cibdad de Sevilla, que es cabeza de toda España, é passos hi en el postrimero día de Mayo, en la era de mil et CC et noventa años.»

Que San Fernando sea perpetuo modelo de gobernantes e interceda por que el nombre de Jesucristo sea siempre debidamente santificado en nuestra Patria.
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Fuente: www.franciscanos.or

martes, 29 de mayo de 2012

Expertos: Instituto Guttmacher promotor del aborto difunde información errónea y engañosa



SANTIAGO, 29 May. 12 / 02:09 am (ACI/EWTN Noticias).- Un grupo de científicos de la Iniciativa Chilena de Investigación de Mortalidad Materna (CMMRI por sus siglas en inglés) denunciaron que el abortista Instituto Guttmacher "está difundiendo información errónea y engañosa", sobre la mortalidad materna y el aborto en América Latina.

El 24 de mayo, el Instituto Guttmacher publicó una revisión al estudio de los científicos chilenos, que desmintieron la relación entre aborto y reducción de la mortalidad materna, criticó la metodología que utilizaron, y concluyó que "se podría lograr reducciones adicionales en la mortalidad y morbilidad maternas en Chile a través de estrategias como la liberalización de la ley de aborto en el país y dando a las mujeres un acceso significativo a los servicios de aborto legal y seguro".
En un detallado informe de respuesta, los expertos chilenos, encabezados por el doctor Elard Koch, criticaron que las mentiras difundidas por el instituto abortista buscan desestimar sus importantes hallazgos que, con información recopilada durante cincuenta años, evidenciaron que la prohibición del aborto no aumenta la mortalidad materna.

Los científicos también han demostrado que, en sus documentos, el Instituto Guttmacher ha sobreestimado hasta en 18 veces las cifras de abortos en América Latina.
Koch, autor principal del artículo e investigador de la Universidad de Chile y la Universidad Católica de la Santísima Concepción, señaló que "la única conclusión impugnada por el Instituto Guttmacher parece estar relacionada con el efecto nulo que encontramos de la prohibición del aborto sobre la tendencia de mortalidad materna en Chile, según ellos, debido a que este país ya contaba con restricciones del aborto antes de 1989"
Sin embargo, para el médico chileno, esta crítica del instituto abortista carece de sentido, pues de ninguna forma invalida que las leyes restrictivas del aborto no tuvieron impacto alguno sobre las tendencias de mortalidad materna en Chile.

Koch subrayó que, tal como lo comprueba el estudio realizado al respecto, "la razón de mortalidad materna disminuyó continuamente durante los últimos cincuenta años, principalmente debido al incremento de la educación de la mujer y los servicios de salud materna, sin importar la extensión de las restricciones del aborto en el país".

El experto criticó que el Instituto Guttmacher no haya presentado ninguna evidencia real que apoye la existencia de alguna falla metodológica en el estudio del CMMRI, que por otra parte usó datos del Instituto Nacional de Estadísticas de Chile, que cuenta con un registro de datos vitales y socioeconómicos reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Para los científicos del CMMRI, los argumentos del instituto abortista están basados sobre la idea de que a través de encuestas de opinión, como principal fuente de datos, pueden estimar de forma precisa el número de abortos inducidos en países con leyes que restringen el aborto.

Sin embargo los expertos subrayaron que las encuestas pueden generar resultados altamente inexactos y que, debido a su naturaleza subjetiva, pueden estar sesgadas.

Elard Koch señaló que, por el contrario a las encuestas de opinión, "un escenario completamente distinto se observa cuando se calcula el número de abortos inducidos sobre la base de estadísticas vitales reales, métodos epidemiológicos válidos y probabilidades reproductivas biológicas bien conocidas".

"No es sorprendente que encontráramos que la metodología desarrollada por los científicos del Instituto Guttmacher parece sobreestimar groseramente el número posible de abortos inducidos en países en desarrollo", señaló Koch.

Para Koch, los números de abortos calculados por el Instituto Guttmacher, con su metodología de encuestas de opinión "están más allá de lo empíricamente posible".

En su reciente informe, los científicos chilenos concluyeron que ya que las leyes que restringen el aborto en Chile no están relacionadas con la muerte materna, "el experimento natural chileno de cincuenta años provee una fuerte evidencia, por primera vez, que una ley liberal de aborto es innecesaria para mejorar la salud materna: esto es materia de hecho científico en nuestro estudio".

Puede leer el documento de refutación de los científicos chilenos al Instituto Guttmacher en: http://es.scribd.com/doc/94867032

lunes, 28 de mayo de 2012

REINA DE LA PAZ MENSAJE 25 DE MAYO


“¡Queridos hijos! También hoy los invito a la conversión y a la santidad. Dios les quiere dar alegría y paz a través de la oración, pero ustedes hijitos, aún están lejos, apegados a la tierra y a las cosas terrenales. Por eso los invito nuevamente: abran su corazón y su mirada hacia Dios y hacia las cosas de Dios, y la alegría y la paz reinarán en sus corazones. Gracias por haber respondido a mi llamado.”
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DEVOCIÓN DE LAS TRES AVE MARÍAS





¿En qué consiste la devoción de las tres Ave marías?

En rezar tres veces el Ave maría a la Santísima Virgen, Madre de Dios y Señora nuestra, bien para honrarla o bien para alcanzar algún favor por su mediación.


¿Cuál es el fin de esta devoción?

Honrar los tres principales atributos de María Santísima, que son:
1.- El poder que le otorgó Dios Padre por ser su Hija predilecta.
2.- La sabiduría con que la adornó Dios Hijo, al elegirla como su Madre.
3.- La misericordia con que la llenó Dios Espíritu Santo, al escogerla por su inmaculada Esposa.
De ahí viene que sean tres las Ave marías a rezar y no otro número diferente.

¿Cuál es la forma de rezar las tres Ave marías?

María Madre mía, líbrame de caer en pecado mortal.

1. Por el poder que te concedió el Padre Eterno

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

2. Por la sabiduría que te concedió el Hijo.

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

3. Por el Amor que te concedió el Espíritu Santo

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los
siglos de los siglos. Amén!


¿Cuál es el origen de la devoción de las tres Ave marías?

Santa Matilde, religiosa benedictina, suplicó a la Santísima Virgen que la asistiera en la hora de la muerte. La Virgen María le dijo lo siguiente: "Sí que lo haré; pero quiero que por tu parte me reces diariamente tres Avemarías. La primera, pidiendo que así como Dios Padre me encumbró a un trono de gloria sin igual, haciéndome la más poderosa en el cielo y en la tierra, así también yo te asista en la tierra para fortificarte y apartar de ti toda potestad enemiga. Por la segunda Avemaría me pedirás que así como el Hijo de Dios me llenó de sabiduría, en tal extremo que tengo más conocimiento de la Santísima Trinidad que todos los Santos, así te asista yo en el trance de la muerte para llenar tu alma de las luces de la fe y de la verdadera sabiduría, para que no la oscurezcan las tinieblas del error e ignorancia. Por la tercera, pedirás que así como el Espíritu Santo me ha llenado de las dulzuras de su amor, y me ha hecho tan amable que después de Dios soy la más dulce y misericordiosa, así yo te asista en la muerte llenando tu alma de tal suavidad de amor
divino, que toda pena y amargura de muerte se cambie para ti en delicias."

Y esta promesa se extendió en beneficio de todos cuantos ponen en práctica ese rezo diario de las tres Avemarías.


¿Cuáles son las promesas de la Virgen a quienes rezasen diariamente las tres avemarías?

Nuestra Señora prometió a Santa Matilde y a otras almas piadosas que quien rezara diariamente tres avemarías, tendría su auxilio durante la vida y su especial asistencia a la hora de la muerte, presentándose en esa hora final con el brillo de una belleza tal que con sólo verla la consolaría y le transmitiría las alegrías del Cielo.


¿De qué fecha data el primer texto del Ave maría?

El 23 de octubre de 1498 apareció impreso en Brescia-Italia, el primer texto completo del Ave maría, tal como se le reza en la actualidad. Fue incluida en una obra dedicada a la Virgen, compuesta por
el padre servita Gasparino Borro.

En 1568, el Papa Pío V, al promulgar la nueva Liturgia de las Horas, introdujo y prescribió la fórmula completa del Avemaría y dispuso que todos los sacerdotes, al iniciar en cada hora el rezo del Oficio Divino, recen el Avemaría después del Padre Nuestro.

¿Cuál es el fundamento de esta devoción?

La afirmación católica de que la Santísima Virgen poseyó, en el más alto grado posible a una criatura, los atributos de poder, sabiduría y misericordia.

Esto es lo que enseña la Iglesia al invocar a María como Virgen Poderosa, Madre de Misericordia y Trono de Sabiduría.



De: Vidas Santas

EL PAÑUELO DE LA VIRGEN MARÍA




Arrodillada frente a la cruz esta mujer a quien llamaban María, una y mil veces me pasaba por su rostro helado, pálido, casi blanco. Yo absorbía sus lágrimas que, primero lentamente y luego como una cascada, vertían sus ojos. No pude con mi genio. Con sutileza, aproveché el viento que comenzaba a correr suavemente y me solté de la mano de esta mujer tan angustiada. Caí al suelo para ver si lograba entender lo que ocurría y vi el rostro del que llamaba Hijo... sí el de la cruz... ¡no, no! Esto no es para mí ¿qué cosas habrá hecho este reo para merecer tanto castigo? Mucho he visto en mi vida, pero jamás un rostro que no parecía rostro. No comprendo cómo esta mujer decía que era su Hijo. ¿Cómo lo reconoció? ¿Estaría segura que era éste? Porque se podría decir que el madero que lo sostenía y Él eran uno solo. ¿Cómo puede una madre soportar tanta crueldad?

No me importó que me estrujara entre sus manos, que me mordiera hasta sacarme un trozo de tela. Más que pena y rabia, ella sentía un profundo dolor.

Sus amigos sostenían su cuerpo frágil, la consolaban, la miraban, pero no había palabras que pudieran calmarla.

Jamás olvidaré sus ojos que, a pesar del llanto, destilaban tanto amor.

Sólo soy un pañuelo, un retazo de tela que ella misma bordó, lavado muchas veces y secado a la sombra o a pleno sol. Quisiera ayudar a esta madre tierna que tiene en sus brazos a su Hijo, que dicen es Dios.

Aún estoy en sus manos, pero no me estruja mientras llora en silencio. Ya no siento su dolor, estoy más tranquilo, diría que me siento en paz. Es que ahora sus manos me deslizan suavemente sobre el rostro inerte del que llaman... el Señor.

¿Qué pasa? Estoy suavemente perfumado, siento calma apoyado sobre este rostro y en cada caricia que doy, descubro que el que acaricia no soy yo...

Soy un pañuelo bendito por las manos de una madre y de su Hijo el Señor... ¡No! No me laven por favor. Llevo el perfume de Cristo y el llanto de María, quiero quedarme en sus manos para poder llorar yo...

Comparte la dirección de esta reflexión con tus amigos para que comprendan ellos también el gran dolor de la Virgen María:


De: Paloma Rentería
Fotos de Haydee Hernandez

domingo, 27 de mayo de 2012

CRUZADAS DE REPARACIÓN




(Para reparar durante el día)
Pasos:
1. Coronilla del Amor.
2. Meditación del día.
3. Oración final.
1. Coronilla del Amor
En las cuentas del rosario:
En las cuentas grandes:
Sagrados Corazones de Jesús y de María:
Sed nuestro amor y salvación.
En las cuentas pequeñas (10 veces):
Jesús, María: os amo, salvad almas.
Al final del rosario, repetir tres veces:
Sagrados Corazones de Jesús y de María:
Haced que os ame cada vez más.

3. Oración Final

Jesús mío, Amantísimo y Dulcísimo Salvador: permitidme que os ofrezca y que ofrezca por Vos al Padre Eterno, la Preciosísima Sangre y Agua salida de la herida abierta en Vuestro Divino Corazón en el árbol de la Cruz. Dignaos aplicar eficazmente esta Sangre y esta Agua a todas las almas, en particular a los pobres pecadores y a la mía. Purificad, regenerad, salvad a todos los hombres con el auxilio de vuestros méritos. Concedednos finalmente, oh Jesús, entrar en vuestro Amantísimo Corazón y habitar en él para siempre. Amén.

2. Meditación del día (busque el mes correspondiente)

ENERO

REPARA POR TUS PECADOS

MAYO 13 DE 2011

12:15 PM.

Aquí estoy desfogando todo el amor que te tengo, aquí estoy tomando tu vida, y presentándola a mi Padre como ofrenda eterna de amor; me he hecho prisionero de amor por ti; mi Sagrario es la dulce prisión en la que te espero para abrazarte, para llévame tu dolor, tu angustia, tu soledad; en el Sagrario me gozo cuando llegas hacia mí con un corazón contrito y humillado, cuando vienes suplicándome mi perdón, mi misericordia; te he propiciado este momento para que repares por tus pecados, pecados que han herido y lacerado mi Cuerpo Santísimo, pecados que han ahondado las espinas de mi corona de espinas con tus malos pensamientos, pecados que han clavado espadas puntiagudas de dolor con tus malos sentimientos; te he dado la oportunidad en este día para que reconozcas tu miseria , tu nada, para que te sientas necesitado de mi amor, de mi comprensión, de mi ternura; te he propiciado este momento para que te postres a los pies de mi Corazón Eucarístico y llores por tus faltas, faltas que ya te las he perdonado, cuando acudiste a mí y me pediste perdón en la presencia de mi sacerdote; te he propiciado este momento porque quiero devolverte el gozo , la alegría a tu corazón, entiende que el amor terrenal es imperfecto, el amor terrenal no te llena, no sobrepasa la medida de tu corazón, entiende que los placeres del mundo no perduran, los placeres del mundo te producen gozo transitorio, ¿qué queda después? remordimiento de conciencia, amargura en lo profundo de tu ser.

He propiciado este momento para que con tu recogimiento recojas mi Sangre Preciosa despilfarrada y desparramada, para que con tu recogimiento, y firme propósito de no volver a pecar, sanes las heridas de mi Cuerpo Adorado, porque aun soy azotado por los pecados de los hombres, aun soy maltratado, relegado, excluido por muchas almas, almas que aún no han encontrado la verdadera felicidad porque no me conocen, almas que se dejan abstraer por los engaños del espíritu del mal.

He propiciado este momento para que hablemos de tú a tú, cuéntame de aquello que te atormenta ,de aquel recuerdo de tu pasado que quisieras sanar en este mismo instante, cuéntame de aquella mala experiencia, de aquella caída que te ha marcado con el sello del desamor y de la desolación, cuéntame, de aquellas cosas que quieras olvidar, de aquellos acontecimientos que quieras borrar del libro de tu vida; nunca aparte mi mirada de ti, aun en aquellos momentos de desamor, aun en aquellos momentos en que te llamaba y no me escuchabas, aun en aquellos momentos en que caminabas velozmente a la perdición.

Repara por tus pecados, pídeme perdón y te lo daré en abundancia, pídeme perdón y te abrasare como abrase aquel día al hijo prodigo, hijo que malgasto la herencia, hijo que creyó encontrar la felicidad en los halagos y seducciones del mundo, pídeme perdón Yo mismo te bañaré con el Agua viva que brota de la fuente inagotable, inextinguible de mi Sagrado Costado, pídeme perdón y ahora mismo con mi Sangre Preciosa sanaré las llagas purulentas de tu alma.

Repara por tus desvaríos de juventud, repara por los errores por los pecados que aun hacen eco en la profundidad de tu ser; quiero sanarte, quiero darte la libertad que necesitas, para que camines siempre por caminos angostos y pedregosos; ya no más dolor, ya no más de mirar hacia atrás; aprende a vivir el hoy, el ahora, recuerda que ha cada día le basta su propio afán; ya no abras puertas a la tentación y por ende al pecado, permíteme sellar tus sentidos, permíteme guardarte en uno de los aposentos de mi Sagrado Corazón para que no vuelvas a caer he tenido misericordia, he tenido compasión de ti por eso te he permitido en este día postrar como lo hizo un día la mujer pecadora, ella reconoció su fragilidad y debilidad humana ella se sintió sucia, pisoteada, subvalorada, menospreciada y cuando se encontró conmigo se sintió amada por un amor puro cándido trasparente.

FEBRERO

Reparad por los que reciben mi Cuerpo y mi Sangre en pecado mortal

Julio 1/11

(12:33 p. m.)

Cuéntame, aún, con pormenores, detalles: ¿Qué es aquello que aflige tu corazón? ¿Cuál es el motivo de tus lágrimas, de tu congoja, de tu tristeza? Pídeme que aliviane el peso de tu cruz y la alivianaré. Pídeme que me lleve tu enfermedad y te sanaré. Pídeme que obre un milagro en tu vida y obraré proezas. Mira, hijo mío, que soy el Misterio de Amor escondido, que hoy se revela ante tus ojos. Mira, hijo mío, que sondeo y escruto tu corazón con mí mirada. Mira, hijo mío, que estoy presto en ayudarte, estoy presto en suplir aquella necesidad, estoy presto en restaurar tu vida y en presentarte al Cielo como ofrenda eterna de mi Amor.

Consuela mi Corazón; son pocos los que me aman con amor verdadero, son pocos los que me buscan en la soledad de mi dulce prisión. Muchos vienen a Mí en momentos de prueba, en momentos de enfermedad; me compadezco de ellos y les sano; y una vez recibido el favor del Cielo, se olvidan de Mí.
Mira, hijo mío, cómo de mi Corazón Eucarístico brotan gotas de mi Sangre Preciosa. Tantos llegan a Mí, a recibir las especies consagradas del Pan y del Vino en pecado mortal. Reparad por estas pobres criaturas; no saben lo que hacen, no se dan cuenta de que están bebiendo y comiendo su propia condenación y destrucción. Reparad, porque vivo en soledad, abandono en todos los Sagrarios de la tierra; mis gracias se despilfarran, se desparraman. Según sea tu fe, actuaré; según sea tu fe, me moveré de acuerdo en mi Divina Voluntad; pídeme, háblame.

MARZO

Abrid vuestros ojos del alma, sentid mi presencia en medio de vosotros, caminad tras el eco inconfundible de mi voz y descansad en Mí. Os pido que indaguéis y conozcáis sobre Mí, y la mejor manera es profundizando en las Sagradas Escrituras, en los Evangelios conoceréis de mis milagros, de los prodigios que obre a favor de la criaturas.

Hoy que atendisteis a mi llamamiento angustioso, hoy que llegasteis con la esperanza de encontraros Conmigo, de experimentar mis besos y mis abrazos; consolad mi Corazón sufriente y reparad porque muchas de mis hijas están haciendo de sus vientres cementerios andantes; muchas de mis hijas se toman el derecho de acabar con la vida de sus hijos, el aborto es el flagelo de la sociedad actual, el aborto es una artimaña de satanás para llevar consigo a la condenación muchísimas almas.
En esta Cruzada de Reparación pedid misericordia al Padre Eterno, para que todos los hombres se conviertan de corazón, pedid por aquellos países que han legalizado el aborto, países que habrán de entrar en ruina, caos; países de los que supura pestilencia, olor putrefacto, nauseabundo. Reparad porque el demonio siembra confusión y lo que aparentemente hace bien en la tierra es nocivo para la vida espiritual.
En esta Cruzada de Reparación uníos al dolor de mi Madre; Ella sufre cuando a tantos niños se les impide el derecho de nacer; Ella sufre al ver niños que son mártires en el vientre de sus madres. Reparad también por aquellos países que han legalizado las uniones entre homosexuales, muchos de los hombres caminan velozmente al abismo, a la perdición, al acoger con beneplácito leyes anti natura, leyes que desvirtúan el verdadero sentido de lo sagrado, leyes que llevan a la relajación y degradación moral.
En esta Cruzada de Reparación haced sacrificios, penitencias, y pedid por aquellos que han caído en las redes del demonio; por aquellos que se han dejado embaucar, engañar; por aquellos que a lo bueno le llaman malo y a lo malo le llaman bueno. En esta Cruzada de Reparación consolareis mi Agonizante Corazón con vuestra oración, oración que será bálsamo de paz, ungüento sanador para mi herido y sufriente Corazón.

ABRIL

CONSOLAD MI AGONIZANTE CORAZON

20 de agosto de 2011

12:52 PM

Hijos amados: internaos en el silencio de mi sagrario y consolad mi agonizante Corazón. No soy adorado, ni glorificado como al Dios Uno y Trino presente en la Hostia Consagrada.

Consolad mi agonizante Corazón porque muchos me reciben indignamente en pecado mortal, almas que en vida beben y comen su propia condenación.

Consolad mi agonizante Corazón porque permanezco largas horas solitario y abandonado en muchos de los sagrarios de la tierra.

Consolad mi agonizante Corazón porque no se me rinden la adoración y la gloria que me merezco.

Cómo es posible que me haya perpetuado hasta la consumación de los siglos en la Hostia Consagrada, y aún muchos hombres me desconocen; creen que soy un símbolo, una mera representación, cuando en realidad mi Divino Corazón palpita de amor por todos vosotros.

Cómo es posible que mi invento de amor, la Sagrada Eucaristía, sea profanada.

Cómo es posible que mi Sagrario, porción del cielo en la tierra, permanezca vacía. Soy tratado cruelmente, despiadadamente, sufro místicamente los dolores de mi Sagrada Pasión.

Reparad vosotros para que los hombres se conviertan de corazón, para que los hombres vuelvan sus ojos hacia Mí. Reparad vosotros para que muchos de mis hijos vengan a beber en las fuentes inagotables de mi misericordia. Reparad vosotros para que los hombres carguen con su cruz. Reparad vosotros para que los incrédulos, los escépticos, los ateos, descubran mi verdadera y real presencia en la Hostia Consagrada.

Reparad nuestros Corazones con actos de adoración y de reparación, cada vez que os acerquéis a alimentaros de mi Cuerpo y de mi Sangre.

En esta hora de reparación, elevad vuestras plegarias al cielo, seréis escuchados por mi Padre eterno, y pedid para que mi misterio Eucarístico sea aceptado por todos los hombres. Permaneceré a vuestro lado por años sin fin.

En esta hora de reparación, venid y mitigad mi dolor, recoged en el cáliz de oro de vuestro corazón mi Sangre preciosa despilfarrada, desparramada, por los pecados de los hombres. Sanad mis heridas, alivianad mi dolor.

En esta hora de Reparación, consolad mi agonizante Corazón permaneciendo en el tabernáculo de mi amor divino, llevándoos mi dolor, mi sufrimiento, pidiendo por la conversión de mis sacerdotes; sacerdotes que están llamados a ser otros Cristos en la tierra, sacerdotes que deben predicar con su testimonio de vida, sacerdotes que deben atraer el mayor número de ovejas dispersas de mi rebaño. Haced sacrificios, penitencias, mortificaciones por mis hijos amados.

En el Sagrario sentiréis mis rayos de luz; en el sagrario auscultare vuestros corazones, y os haré sentir dolor por vuestros pecados; en el Sagrario os consumiré en holocausto de amor.

Una hora de reparación es un acto de amor vuestro para con Dios, una hora de reparación es un acto de amor para el Dios uno y Trino, una hora de reparación es un acto de amor que consuela mi agonizante y sufriente Corazón.

MAYO

REPARAD POR LOS PECADOS DE LA HUMANIDAD

Agosto 20 de 2011

02:54 P M

Hijos Amados: sufrí vejámenes, humillaciones, sufrí la persecución. Morí en una cruz por todos vosotros y aun así mi muerte en cruz ha sido baldía para muchos hombres. Mi resurrección me ha llevado a acompañaros por eternidad de eternidades, mi resurrección debe ser ejemplo para que muráis al pecado y resucitéis a una nueva vida.

Entended que el pecado es como una larva que causa estragos en vuestra vida espiritual, el pecado os enceguece a mi presencia, os ensordece a mi voz y os endurece, se roba mis gracias.

Los pecados de la humanidad son azotes que desgarran mi Cuerpo Santísimo, los pecados de la humanidad reavivan de nuevo los sufrimientos de mi Sagrada Pasión, los pecados de la humanidad agobian mi Sacratísimo Corazón. He acudido a almas generosas, mi voz no ha caído en el vacío, mis llamamientos angustiosos han sido escuchados por todos vosotros; por eso respondisteis a esta Cruzada de Reparación. Abajad vuestras miradas al corazón y sentid como mis latidos se confunden con los vuestros, abajad vuestra mirada al corazón y eclipsaos de amor.

Tantas almas hieren mi agonizante Corazón, tantas almas corren velozmente al despeñadero, a abismos sin salidas; tantas almas comandadas y dirigidas directamente por satanás. Satanás ha sembrado caos, confusión; satanás quiere llevarse consigo el mayor número de almas.

Reparad en esta Cruzada por todos aquellos que clavan dardos de desamor a mi agonizante Corazón.

Reparad por todas aquellas almas que se zambullen en lodazales de pecado.

Reparad por todas aquellas almas que aún no se han convertido de corazón a Mí, sufrimientos les esperan en la eternidad si no se arrepienten de sus culpas.

Reparad por aquellas almas que se han hecho títeres del demonio, levantad vuestras manos hacia el cielo y clamad misericordia al Padre eterno. Vuestra oración habrá de subir como incienso ante su presencia, vuestra oración tarde o temprano producirá frutos.

En esta hora de reparación pensad en aquellos que conociéndome se desviaron de camino, optaron por el mundo, optaron por probar la hiel amarga del pecado. Las Cruzadas de Reparación dan alivio a mi acérrimo sufrimiento. Las Cruzadas de Reparación son como torrenciales de misericordia, como torrenciales de agua viva que caen sobre todos vosotros.

Derrotemos juntos a satanás, derribémosle con el ayuno, la mortificaron y la penitencia; derribémosle predicando con vuestro testimonio de vida. Entended que los hombres de estos tiempos se hayan confundidos, los hombres de estos tiempos han caído en las artimañas del espíritu del mal. Vosotros con vuestra oración reparadora despertad a la humanidad aletargada y somnolienta, atraed el mayor número de almas suplicando misericordia al Padre Eterno para con el mundo entero.

En esta hora de reparación, adorad mi Sangre preciosa despilfarrada, profanada por los pecados de muchos de mis hijos. Sentíos privilegiados por el haber atendido y respondido a mi llamamiento angustioso. Sé que el mundo está atravesando momentos cruciales, momentos decisivos que harán historia; sé que muchos de mis hijos han abusado de mi misericordia divina, misericordia divina que jamás se agotara, jamás se acabara.

Ahora que estáis vivos volved vuestros ojos y corazón a Mí, ahora que estáis vivos aprovechad estos raudales de misericordia. Acudid al sacramento de los ríos de la gracia, al sacramento de la confesión, y purificad la hediondez que lleváis dentro, os perfumaré con mi nardo purísimo.

JUNIO

REPARAD POR LOS QUE JUSTIFICAN EL PECADO

Agosto 20 de 2011

03:09 PM

No podéis permaneced somnolientos, ¡Reaccionad! ¡Atended a mi clamor! ¡A mi llamado angustioso! Un buen Padre se preocupa por el bienestar de sus hijos, sois la locura de mi amor. Morí en una Cruz para redimiros del pecado, morí en una cruz para saldar vuestra cuenta.

Sois libres: libres para elegir el camino del bien o el camino del mal.

Sois libres: para elegir la luz o la oscuridad.

Sois libres: para caminar por caminos angostos, pedregosos, pero caminos seguros de entrada al cielo, libres para caminar por caminos amplios y espaciosos, caminos que os llevarían a la condenación y muerte eterna.

Sois libres en responder al llamamiento que os hago de conversión de corazón.

Hoy estáis vivos, hoy mis palabras caen en lo profundo de vuestro ser como susurros de brisa suave. Corred tras mis pisadas de amor, no os perderéis, no caeréis al vacío.

Reparad porque muchos de mis hijos transgreden mis leyes, tergiversan mis enseñanzas, mi Evangelio lo acomodan a criterios humanos.

Reparad para que todos mis hijos encarnen mí Palabra, para que el mundo opte por Jesús, opte por el reino de los cielos. Muchas leyes son inventadas por los hombres, leyes que justifican el pecado; leyes que han llevado y llevarán a muchísimas almas a las profundidades del infierno; leyes que son inventos de satanás para confundir, arrastrar a abismos sin salida a almas incautas, almas que fácilmente se dejan tambalear, arrancar bruscamente como se arranca una rosa, una flor de su jardín. Cielo y tierra pasarán pero mis palabras no pasaran.

Reparad por aquellas almas que justifican el pecado, por aquellas almas que teniendo conocimiento pleno de culpa, persisten en el pecado.

Hoy que escuchasteis mi clamor, hoy que os unisteis a esta Cruzada de Reparación, pedid para que la humanidad entera se guíen por mis leyes Divinas.

Reparad por aquellos países que han aprobado leyes que no van en concordancia y en coherencia con mi Evangelio. ¡Ay de aquellos que tergiversan mis enseñanzas! ¡Ay de aquellos que se acoplan y amoldan fácilmente a los criterios humanos! El pecado seguirá siendo pecado, no hay argumento alguno que justifique conductas o acciones que sean deplorables frente a mi presencia.

En esta hora de Reparación, consolad mi agonizante Corazón y sanad las llagas de mi Cuerpo Santísimo porque diariamente soy flagelado, azotado.

JULIO

REPARAD POR LOS QUE HABREN LAS PUERTAS A LA TENTACIÓN

AGOSTO 21 DE 2011

10:12 A M

Quiero que hagáis penitencia y reparación por vuestros pecados.

Quiero que regreséis a mi casa, casa que un día abandonasteis por correr tras los halagos del mundo.

Quiero que sintáis mi amor desbordado.

Quiero que os abráis hoy mismo a recibir mis gracias.

Quiero que toméis la decisión de no volver jamás al vómito de vuestros pecados.

Quiero que enderecéis vuestras sendas, que caminéis con paso firme, decididos a encontraros Conmigo en la mitad de vuestro camino.

Los pecados de la humanidad flagelan mi Cuerpo Santísimo, los malos pensamientos con que os ataca el demonio, son como corona de espinas que nuevamente rompen tejidos en mi adorable cabeza. Los deseos que albergáis en lo profundo de vuestro corazón, deseos de concupiscencia, deseos de lujuria, de vanagloria, deseos de acumular riquezas, deseos contrarios a mis proyectos divinos, son dardos de desamor que se clavan y hieren mi agonizante Corazón.

Hoy apartaos del bullicio del mundo; hoy buscad un encuentro a solas Conmigo y secad mis lágrimas. Consolad mi sufriente Corazón porque el mundo está encegueciendo y ensordeciendo. A muchos de mis hijos, el mundo me los está arrebatando de mi presencia, el mundo les está robando mis gracias, mis bendiciones. Les llamo y no escuchan mi voz, y en esta hora de reparación pedidme que purifique vuestros pensamientos y vuestro corazón, y os los lavaré en los Ríos de la Gracia, torrenciales de agua viva lloverán sobre vosotros.

Reparad por todos aquellos que abren las puertas a la tentación, a la vida fácil.

Reparad por todos aquellos que se acercan al fuego de la pasión y no descansan hasta consumir sus mezquinos deseos.

Reparad hoy por todos aquellos que no han sabido valorar mis Gracias, por todos aquellos que desprecian mis llamamientos de amor y prefieren caminar tras los falsos halagos del mundo.

A todos os quiero salvar, a todos os quiero entregar el premio que os tengo prometido, a todos os quiero llevar a habitar en una de las moradas del cielo. Comportaos como hijos de la luz, desechad las obras de las tinieblas; acoged con humildad, de corazón mis enseñanzas, mis leyes, mi Evangelio.

En esta hora de reparación, elevad vuestras plegarias al cielo para que vuestros pensamientos y vuestro corazón adquieran el resplandor de una estrella.

Reparad en esta hora, para que vuestro corazón sea colmado de buenos propósitos, de santos deseos, que os lleven a obrar según mi Divina Voluntad.

Reparad en esta hora, para que vuestros hermanos, para que mis hijos cierren las puertas a la tentación y por ende al pecado; para que vuestros hermanos, para que mis hijos, no tengan cuentas con el príncipe de las tinieblas; para que vuestros hermanos, para que mis hijos caminen en línea recta y no se desvíen ni a derecha ni a izquierda; para que rechacen de plano las obras del mal y acojan mis leyes, mis mandatos.

AGOSTO

REPARAD POR VUESTRO SERES AMADOS

Agosto 21 de 2011

11:51 A M

Hijos Amados: respondisteis a mi llamamiento de amor, mi voz cayó en lo profundo de vuestro corazón y sentisteis el anhelo de encontraros Conmigo. Todo os lo he proporcionado, os facilité los medios para que llegaseis hacia Mí, todo está dentro de mi Divina Voluntad. ¿Qué deseáis que haga por vosotros en este día?, pedídmelo sin temores, no me ocultéis nada, os conozco en plenitud. ¿Qué deseáis que obre en vuestras vidas?, habladme desde vuestro corazón, mirad que estáis en la presencia del Rey del más alto linaje; mirad que estáis en la presencia del pobre de Nazaret, que nada llevaba consigo, sólo unas sandalias de suelas desgastadas; mirad que estáis en la presencia del Hombre de Galilea; mirad que estáis en la presencia del hijo del humilde carpintero.

¿Qué sentimientos producen mis palabras?, ¿a qué os mueven? Os estoy dando la oportunidad de que volváis a mí. Os estoy dando la oportunidad de reivindicaros de vuestro pasado, de corregir vuestros yerros, errores. Os estoy dando la oportunidad de que seáis mejores. ¿Acaso os parece poco todo el bien que os he hecho?, ¿acaso os parece poco que me haya quedado hasta la consumación de los siglos en la Hostia Consagrada? Y hoy actuaré en la medida de vuestra fe, hoy actuaré según la apertura de vuestro espíritu, hoy sembrare en vuestro corazón la santa inquietud de volver a Mí.

Esta hora de reparación es también una inventiva de amor para toda la humanidad. Muchos de mis hijos se pierden, porque han caído en el pecado, han caído en las trampas de satanás y se hayan anclados, se han hecho esclavos de sus vicios, de sus bajas pasiones.

Esta hora de reparación es una voz de alerta para todos los hombres. Necesitáis hacer penitencia, necesitáis mortificar vuestros sentidos, necesitáis doblegaros a mi Divina Voluntad, necesitáis ser hombres nuevos, necesitáis morir al hombre viejo, necesitáis de un cambio, un vuelco en vuestras vidas.

Esta hora de reparación es un momento que os brindo, para que emprendáis vuestra marcha hacia el cielo, para que aportéis en la construcción de mi Reino, para que despertéis del sueño letargo a muchos de vuestros hermanos.

Esta hora de reparación habrá de hacer mella en vuestro corazón, porque es el momento de reconocer que también vosotros de una y otra forma heristeis mi agonizante Corazón, flagelasteis mi Cuerpo Santísimo, clavasteis con ferocidad espinas burdas en mi sagrada cabeza, agrandasteis las heridas de mis manos y de mis pies. Vuestra debilidad, vuestro afán desmesurado de experimentar, y quizás malas compañías, os sumergieron en pozos fangosos, en aguas putrefactas. Pero hoy os deseo sumergir en las fuentes de mi Divino Corazón, os deseo sumergir en el manantial de agua viva de mi Sagrado Costado; quiero que quedéis más blancos que la nieve, más cristalinos que el agua pura.

Haced un alto en vuestro camino y venid como hijos pródigos, haced un alto en vuestro camino y venid a Mí, que quitare los andrajos que llevabais puestos, y os vestiré de ropajes nuevos.

En esta hora de reparación pedidme que sane vuestro pasado, porque hay momentos en vuestras vidas en que vuestra mirada se dirige al ayer, vuestros pensamientos os llevan a recordar lo que hicisteis. Hoy haré que postréis a los pies de mi Corazón Eucarístico y de mi Santa Cruz vuestras cadenas oxidadas y las amarras que os ataban, y os impedían volar hacia un encuentro Conmigo.

En esta hora de reparación os pido que consoléis mi Agonizante Corazón, porque muchos de los hombres se han olvidado de mí, muchos de los hombres desconocen que aún vivo, muchos de los hombres persisten en la ingratitud y en el desprecio para con las cosas de Dios.

En esta hora de reparación pedidme que obre un prodigio de amor en vuestras vidas y empezareis a sentir libertad de espíritu, paz sobreabundante. Os diréis a vosotros mismos que torpe he sido, ahogué vuestra voz en mi corazón y no camine tras vuestras huellas imborrables de amor.

Hoy sed mis discípulos, sed mis siervos reparadores y juntos salvemos almas. Reparad por los pecados de vuestra familia; reparad por aquellos seres amados que aún no me conocen o no quieren conocerme; reparad por vuestros seres amados que un día escucharon mi voz, me siguieron y se desviaron de camino; reparad por vuestros seres amados que se han dejado seducir por el mundo, el demonio y la carne; reparad por vuestros seres amados que no han sabido hacer de sus familias iglesias domésticas, segundos hogares de Nazaret; reparad por vuestros seres amados que viven sin la bendición del sacramento del matrimonio; reparad por vuestros seres amados que no frecuentan los sacramentos.

Gracias por responder a mi llamamiento angustioso y por consolar mi agonizante Corazón.

SEPTIEMBRE

MI CUERPO SANTISIMO HA SIDO PROFANADO

Septiembre 17 de 2011

12:18 P M

Miradme hijos míos he sido bajado de mi trono, he sido usurpado por manos pecadoras. Mi Cuerpo Santísimo ha sido profanado, irrespetado.

Os pido en esta hora de reparación consolar mi Corazón Eucarístico, dadme toda la adoración y rendidme toda la gloria que no recibo de las criaturas. Mi invención de amor ha sido para no dejaros huérfanos, solos; mi invención de amor es muestra de mi derroche de amor para con toda la humanidad. Pero aún así permanezco solitario y abandonado en muchos de los Sagrarios del mundo, aún así muchos de mis hijos han cerrado las puertas de sus corazones, aún así muchos de mis hijos dudan de mi verdadera presencia en el santísimo sacramento del altar.

Mi dolor es el mismo dolor de mi Madre, somos dos Corazones unidos en el amor y traspasados por el mismo sufrimiento. Haced actos de reparación en este día, uníos a la adoración de los santos ángeles, ellos entonan bellos himnos tocados armoniosamente al son de las cítaras y de las arpas. Recoged en copones de oro la Sangre Preciosa que brotan de mis Santas Llagas, Sangre Preciosa que os lavarán de todas vuestras inmundicias e idolatrías, Sangre Preciosa que renovará vuestro interior y se tornará lúcido, brillante, porque el pecado opaca mi luz, el pecado os arrebata mis gracias, mis bendiciones, el pecado pone un límite entre vuestro Dios y vosotros.

La mejor reparación que podéis tributarme en este día es convirtiéndoos de corazón, inmolándoos junto conmigo en el gran misterio de la Cruz, tomando la decisión en ser hijos de la luz, en no caminar más tras las obras de las tinieblas en donaros por entero a mi Divina Voluntad.

OCTUBRE

REPARAD POR LOS QUE NO FRECUENTAN EL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN

Septiembre 27 de 2011

03:09 P M

En este instante dejaos seducir por mi presencia, embriagaos de amor, elevad vuestros sentidos hacia el cielo, internaos en la profundidad de mi misterio eucarístico. Consideraos peregrinos en búsqueda del Absoluto. Vuestra morada eterna la encontrareis en el cielo, pero pensando en cada uno de vosotros decidí quedarme hasta la consumación de los siglos en la Hostia Consagrada, decidí hacer de cada Sagrario una parcela del cielo en la tierra. No me dejéis sólo, menguad mi soledad con vuestra presencia; no me dejéis abandonado, pagadme con gratitud mi gesto de amor y de misericordia.

En esta hora de reparación consolad mi agonizante Corazón porque muchos de mis hijos me reciben indignamente, muchos de mis hijos no se percatan de la suciedad de sus corazones y se han dejado abstraer por las cosas del mundo, ya no tienen conciencia, ni noción de lo que es pecado, muchos de mis hijos incautamente están comiendo y bebiendo su propia condenación.

Reparad porque cada vez que un alma se acerca a recibirme en pecado mortal su corazón se convierte en instrumento de martirio para mi Cuerpo adorable. Sed vigilantes en vuestro proceder, permaneced en vela, atentos, para que no seáis confundidos, ni arrastrados por las falsas seducciones del espíritu del mal. Sed sumamente celosos en conservar la pureza de vuestro corazón, corazón que debe permanecer tan blanco como un copón de nieve y tan reluciente como un espejo nuevo, corazón que se transforma en un sagrario vivo, en un tabernáculo caminante.

Reparad porque muchos de mis hijos no frecuentan el sacramento de la confesión, sacramento de los ríos de la gracia. El pecado deforma el alma, el pecado opaca mi luz, el pecado os hace títeres de satanás. La limpieza el brillo de vuestro corazón lo recuperáis cuando vais al tribunal de mi misericordia, allí en el confesionario me veréis presente en el sacerdote, siempre os perdonaré, siempre os declararé libres e inocentes, siempre os daré el abrazo de hijos pródigos.

En esta hora de reparación haced un examen de conciencia: ¿cómo esta vuestra vida?, ¿cuáles son vuestras fallas, vuestras deficiencias en vuestro proceder? Y si alguna vez por desgracia os acercasteis a Mí y me recibisteis indignamente, haced un acto de reparación, sanareis mis heridas, consolareis mi agonizante Corazón.

Una hora de reparación es un encuentro de amor ágape, es un festín del cielo en la tierra.

Una hora de reparación es un gesto de misericordia para con todos vosotros, la mejor de las reparaciones es una conversión perfecta y transformante, conversión que os lleve a vivir mi Evangelio, a encarnar mi Palabra, conversión que os lleve hacer mensajeros, anunciadores de la Buena Nueva.

Una hora de reparación es un alto en vuestro camino, una oportunidad para que evaluéis vuestra vida, para que miréis hacia vuestro pasado y os reivindiquéis, empecéis de nuevo. Aún estáis vivos; aún vuestro corazón late con fuerza; aún os podéis mover, escuchar, hablar, caminar; aún vuestra conciencia os habla, os amonesta, os recrimina; aún vuestra conciencia os lleva a un arrepentimiento verdadero de vuestras culpas.

Miradme suntuosamente engalanado, embellecido; miradme con vuestros ojos físicos y con vuestros ojos del alma. Saeto vuestros corazones con mis rayos de luz, os lo hiero de amor porque sois la razón de mi permanencia definitiva en todos los sagrarios de la tierra.

NOVIEMBRE

OS ESPERO EN EL HUERTO DE LOS SAGRARIOS

Septiembre 25 de 2011

09: 48 A M

Os pido que seáis almas reparadoras, que voluntariamente llevéis sobre vuestros hombros el peso extenuante de mi cruz, que de vez en cuando lleguéis al huerto de los Sagrarios y con vuestra oración consoléis mi agonizante Corazón. Corazón maltratado, despedazado por los pecados de los hombres. Corazón cercenado de espinas porque mis palabras caen al vacío, mi muerte en cruz ha sido inútil para muchos de mis hijos.

En el huerto de los Sagrarios me encontrareis, me dejaré ver por los ojos del alma, me haré sentir, podréis palparme con el tacto de vuestro espíritu.

En el huerto de los sagrarios os espero para que elevéis plegarias hacia el cielo y pidáis por la conversión del mundo entero.

Si vuestros ojos espirituales se abriesen en plenitud, veríais a vuestro alrededor sombras, densas tinieblas que cubren la tierra, porque el pecado está llevando a las profundidades del averno a muchísimas almas. El pecado hace que mi copa rebose en justa cólera. Acoged con prontitud, con humildad de corazón el Apostolado de Reparación y juntos debilitemos a satanás, juntos encadenémoslo para que no haga más daño a muchos de mis hijos.

Os espero en el huerto de los Sagrarios para que seáis como Verónica y con el lienzo puro y blanco de vuestro corazón sequéis mis lágrimas, enjuguéis mi Divino Rostro maltratado, golpeado por el desdén de mis hijos.

Os espero en el huerto de los Sagrarios para que seáis como Juan y como mi Madre María, ellos permanecieron a mi lado al pie de mi Santa Cruz, ellos hicieron suyo mi sufrimiento, pedían misericordia por aquellas pobres almas incitadas por la furia de satanás.

Os espero en el huerto de los sagrarios para que desde allí adoréis mi Sangre Preciosa profanada, Sangre Preciosa que derramé para la redención del mundo entero.

Os espero en el huerto de los Sagrarios para haceros sentir parte de mi dolor, de mi sufrimiento.

Os espero en el huerto de los sagrarios para que con los actos de amor: “Jesús María os Amo salvad almas” arrebatéis a muchísimos de mis hijos de las garras del espíritu engañador, embaucador.

Os espero en el huerto de los Sagrarios para mostraros vuestro propio pecado, vuestra debilidad y haceros sentir mi Amor y mi perdón. Os espero en el huerto de los Sagrarios para desde la soledad de mi dulce prisión haceros libres; libres para que emprendáis la marcha, el camino; libres para que anunciéis mi Palabra a tiempo y a destiempo.

DICIEMBRE

LOS HOMBRES ME FALJELAN , ME CLAVAN CORNA DE ESPINAS…

Septiembre 25 de 2011

9:59 a.m.

Mirad mi Cuerpo desgarrado por los azotes, mirad mi Divino Rostro maltratado, golpeado. Los hombres me flagelan cuando ahogan en sus corazones mi voz, mi mensaje de amor.

Los hombres me flagelan, cuando prefieren caminar tras las directrices del mundo y no de mi Evangelio.

Los hombres me flagelan, cuando participan de fiestas paganas, fiestas que son puerta de entrada al abismo del cual no hay salida jamás.

Los hombres me flagelan, cuando mienten y se engañan a sí mismos.

Los hombres me flagelan, cuando abusan de mi misericordia divina, y a cambio de mi amor me pagan con desdén, ingratitud.

Los hombres me flagelan, cuando se hacen partícipes del pecado del aborto, almas inocentes que aún sin nacer son mártires.

Los hombres me flagelan, cuando no viven mis mandamientos, mis leyes.

Los hombres me flagelan, cuando me cambian por dioses falaces, dioses que no salvan, condenan.

Los hombres me flagelan, cuando se apropian de los bienes que no les pertenecen.

Los hombres me flagelan, cuando profanan sus cuerpos templo y morada del Espíritu Santo.

Los hombres me flagelan, cuando caen en el adulterio, en la infidelidad matrimonial.

Los hombres me flagelan, cuando dicen asistir a la Eucaristía por rutina, por costumbre.

Los hombres me flagelan cuando se destrozan a sí mismos, cuando se hacen lobo para el mismo hombre.

Los hombres clavan sobre mi cabeza corona de espinas con sus malos pensamientos; pensamientos que les lleva a la concupiscencia, al desenfreno, a la inmoralidad.

Los hombres clavan sobe mi cabeza corona de espinas, cuando inventan leyes, leyes que desdicen mi verdad, leyes que desvirtúan la verdadera noción de pecado.

Los hombres clavan sobre mi cabeza corona de espinas, cuando se afanan por las cosas del mundo y descuidan las que sí son verdaderamente importantes para la salvación de su alma.

Los hombres clavan sobre mi cabeza corona de espinas, cuando dan cabida a la envidia, al egoísmo, a la vanagloria, al deseo desmesurado del poder, del tener.

Los hombres clavan sobre mi cabeza corona de espinas, cuando se odian a sí mismos, cuando toman en sus manos el derecho que no les pertenece de acabar con una vida.

Los hombres clavan sobre mi cabeza corona de espinas, cuando dudan de mi verdadera presencia en la Eucaristía, cuando no creen en la eficacia de los sacramentos.

Los hombres me crucifican, cuando las familias se desintegran, familias que han de ser iglesias domésticas, hogares de Nazaret.

Los hombres me crucifican, cuando denigran de mis sacerdotes en vez de orar y reparar por ellos.

Los hombres me crucifican, cuando dan rienda suelta a sus bajas pasiones.

Los hombres me crucifican, cuando se dejan absorber por la ciencia y la tecnología y pretenden encontrar, indagar mis misterios divinos, bajo argumentos y raciocinios humanos.

Los hombres me crucifican, cuando desprecian mi amor. El mundo corre a una velocidad vertiginosa, no hay tiempo para la oración, no hay tiempo para un encuentro a solas Conmigo.

Los hombres me crucifican cuando, ahogan la voz y la acción del Espíritu Santo.

Los hombres me crucifican, cuando mi Sagrada Pasión es subvalorada, Sagrada Pasión que me hizo Víctima Divina para toda la humanidad; Sagrada Pasión que me llevó a un padecimiento, a un sufrimiento acérrimo pensando en vuestra salvación, en vuestra liberación; Sagrada Pasión que me llevó a exhalar mi último suspiro pensando en todos vosotros; Sagrada Pasión en la que pagué vuestra deuda contraída por el pecado.

Ya conocéis de mi dolor, de mi sufrimiento; ya conocéis las causas por las cuales los hombres me flagelan, me coronan, me crucifican; ya conocéis los motivos por los que de nuevo místicamente se reanuda mi Sagrada Pasión.

¿Qué os queda?, conversión de corazón.

¿Qué os pido?, ser como Verónicas, llegad hacia Mí, enjugad mi Divino Rostro ensangrentado, maltratado; llegad hacia Mí, consolad mi agonizante Corazón; llegad hacia Mí para Yo, con vuestro acto de generosidad, estampar y dibujar en el sudario de vuestros corazones mi Divino Rostro.

¿Que espero de vosotros? arrepentimiento de vuestras culpas y reparación de vuestros pecados.